Tenemos memoria
En las últimas semanas el gobernador Hugo Passalacqua ratificó una política de Estado que tiene más de una década de consolidación en la provincia: el sostenimiento de la memoria, la verdad y la justicia como pilares básicos de la política de Derechos Humanos. No es un dato menor en un contexto nacional de primacía política de aquellos sectores que reivindican el terrorismo de Estado o que, cuanto menos, sostienen la teoría de los dos demonios como justificativo para el genocidio en la Argentina.
En primer término, la ministra del área, Lilia Marchesini, confirmó que el Estado misionero continuará como querellante en las causas que se sustancian en la provincia por las violaciones a los Derechos Humanos acaecidos en Misiones, durante la dictadura cívico-militar. Desde la asunción del presidente Mauricio Macri las causas se han ralentizado y los juicios carecen del dinamismo que tuvieron años atrás. En Misiones ya se completaron cuatro juicios contra represores, pero aún queda un amplio campo para abordar desde la justicia. La decisión del gobernador de mantener las querellas será una excelente noticia si logra reactivar las causas, sustanciar los juicios y condenar a los culpables.
Asimismo, la ministra anunció la señalización de dos centros clandestinos de detención (CCD) durante la semana de la memoria, en un plan que contempla la señalización de unos 25 lugares en toda la provincia. La metodología de visibilizar aquellos sitios en los que se secuestró, torturó, violó y asesinó a decenas de personas durante los años del terror en el país, es una herramienta indispensable para la construcción de memoria social sobre lo ocurrido en el pasado. Muchos de esos sitios de tormento se encontraban en pleno centro de las ciudades y pueblos de la provincia y su señalización son un llamado de atención para toda la sociedad, que no vio (o no quiso ver) lo que ocurría a su alrededor.
Por último, y cargado de un simbolismo muy profundo, el gobernador le asignó al ex ministro Ricardo “Pelito” Escobar, la organización del tradicional festival por la memoria, que desde hace años se realiza en el cuarto tramo de la costanera todos los 24 de marzo. Escobar aglutina, dentro de su espacio político, a una porción importante de las víctimas misioneras de la dictadura. Él mismo, en definitiva, estuvo detenido durante más de siete años en diversas cárceles del país.
Se trata de un gesto político de una notable hidalguía por parte de Passalacqua y un reconocimiento hacia uno de los fundadores de la Renovación e impulsor de las políticas de memoria, verdad y justicia en Misiones. Pero más allá de eso, es un gesto político hacia todos los misioneros. Una reafirmación de una política de Estado y un compromiso por los Derechos Humanos que resulta fundamental en esta etapa de libertades limitadas, persecuciones políticas, creciente violencia institucional y hostigamiento judicial hacia los opositores.