Timerman: “Milei es un poco el otro yo de Mauricio Macri”
Raúl Timerman es conocido por la crudeza de sus análisis. No se anda con vueltas a la hora de leer el escenario político y dice lo que algunos candidatos no quieren oír. Asegura que el triunfo de Javier Milei en las PASO no respondió al clásico voto bronca, sino a que fue “el único que propuso un futuro de país”. Sin embargo, ahora ve un equilibrio electoral que proyecta una segunda vuelta para elegir el futuro presidente. En una entrevista con Open 1017, el consultor sostuvo que Sergio Massa es el mejor posicionado para entrar a esa segunda vuelta.
¿Cómo llegan los candidatos a la recta final?
La estructura del sistema electoral en Argentina tiene etapas. La primera etapa es la elección de los precandidatos; la segunda son las PASO; ahora estamos frente a la tercera etapa que es la elección general. El escenario que se plantea en este momento es de balotaje y creo que los candidatos juegan en función de ese escenario. MileI considera que tiene segura la entrada al ballotage. Está relativizando una cantidad de suposiciones y se está mostrando mucho más razonable que hace seis meses., El famoso teorema de Baglini que cuando uno se acerca al poder, cada vez es más responsable en las cosas que propone. Los otros dos candidatos, Sergio Massa y Patricia Bullrich pelean por entrar al ballotage. En este momento, Massa está mejor posicionado desde el punto de vista de intención electoral. Hoy está alrededor del 34 por ciento de intención de voto para Milei, 30 por ciento Massa y 26 por ciento Bullrich. Massa tiene el inconveniente de que es el ministro de Economía de un gobierno que tiene una aprobación de gestión del 20 por ciento. Es como un presidente que va por la reelección de un gobierno que tiene poca aceptación. Hay un trabajo muy interesante que hizo la Facultad de Psicología de la UBA donde, si uno mira el primer motivo de voto a Massa, el primer motivo es el temor que les produce los otros dos candidatos. Es decir, no es un motivo “pro” sino un motivo “anti”.
Da la sensación de que Patricia quedó en el medio, no logra seducir a ninguna de las dos partes. Con Larreta bastante herido por la campaña PASO, quedó en una situación compleja a la hora de captar votos.
Sí, porque hay un 65% del electorado que quiere un cambio, que se ve reflejado en Bullrich y Milei. Pero Patricia tuvo que enfrentar una interna, donde tuvo que esgrimir argumentos útiles para los votantes de Juntos por el Cambio. En esa interna, basada en que el cambio es todo o nada, un discurso muy antikirchnerista, le fue útil para derrotar a Horacio Rodríguez Larreta. Ahora bien, Milei va por más cambio que el antikirchnerismo, contra toda la casta. El cambio profundo y difícil de concretar es el de Milei, por eso tiene tanta adhesión entre los jóvenes que están hartos y dicen “Ya probamos con Macri, probamos con Alberto Fernández, probemos con Milei que nos invita a una nueva aventura”. “No sabemos el final que puede tener pero es cool”. Hay un poco de irresponsabilidad en todo eso, pero en una sociedad que está harta. Ayer salió un nuevo índice de pobreza de 40% a pesar de que disminuyó la desocupación. Es una sociedad que tiene trabajo y aún teniendo trabajo, es pobre.
¿Qué visión tienen de los 11 millones de argentinos que no se expresaron en las urnas en las últimas PASO? ¿Cómo cree que actuarán frente a la contienda de octubre?
Se calcula que entre 2,5 y 3,5 millones, cerca de 10 puntos más, irían a votar. La distribución de las preferencias entre los que no fueron a votar y los que fueron a votar son más o menos parecidas. Lo que va a influir mucho son los aparatos porque saben a quién buscar para votar. Los aparatos del peronismo no trabajaron a nivel país en la última elección, en el Norte Grande, en el conurbano bonaerense, donde hay una cantidad enorme de intendentes que sacaron el doble de votos que Massa. Hubo una apatía que creo, se va a revertir. Por lo menos con los gobernadores está hecho el acuerdo, con los intendentes del conurbano, no sé.
¿En qué posición pone a Javier Milei? Da la sensación de que le alcanza incluso sin ese aparato que va a buscar el voto específico.
Efectivamente, no tiene ese aparato. El de Milei es un voto espontáneo. 15 días antes de las PASO estaba en 22 puntos. Ganó 2,5 millones de votos en la última semana. También es verdad que el motivo fundamental de ese aluvión es “yo lo voto a Milei y que pase lo que pase”. Eso entra en duda después, porque hizo catarsis en este momento y sabe que ahora hay que elegir presidente. Hay incertidumbre. Hay un porcentaje elevado que no tiene el voto totalmente decidido. Esa es más o menos la estructura. Subió Milei, bajó Bullrich. La gente de Patricia dice que se está recuperando un poco. Es verdad que juntos por el cambio tuvo el triunfo en Santa Fe y en Chaco, y posiblemente el domingo tenga un triunfo contundente en Mendoza, pero la gente vota local una cosa y otra cosa cuando es presidente. Recordemos que en las once elecciones pasadas, de los candidatos de Javier Milei el que más sacó fue Menem en La Rioja, con 15%, pero fue el apellido Menem. No necesita ir con Milei.
¿Cómo cree que cae el votante de Milei esta moderación en el discurso en los últimos tiempos? La casta y algunos sectores de la sociedad, a los que él mismo criticó, es con quienes tiene que dialogar ahora.
R Efectivamente. No se puede hacer política prescindiendo de la casta, que es la que hizo política toda la vida.
¿Suma o resta la presencia de Macri para Juntos por el Cambio? ¿y Cristina Fernández en la estructura del peronismo para Sergio Massa?
Para la consolidación del voto propio suma. El tema es que no consigue sumar otros votos. Pensemos que los dos tienen el orden del 60% de imagen negativa, por eso ninguno se presenta como candidato. Tampoco tengo muy claro el rol de Macri. Me da la impresión de que Macri juega un poco a Milei. Hubo un personaje de Minguito, que era El Otro Yo del Doctor Merengue, que salía en la Revista Ricotito. Era un hombre formal bien vestido, andaba siempre de smoking, y el otro yo, era un deschavado. Uno decía palabras amables y el otro insultaba. Creo que Milei de alguna manera, es el Otro Yo de Mauricio Macri, porque hace y dice todo lo que creo que a Macri le gustaría hacer y decir, pero no se anima.
¿Va a pesar mucho el debate del primero de octubre para la elección de los indecisos?
Puede ser. Los debates no tienen demasiada incidencia y son seguidos en general por los adeptos. Cada uno sigue el debate en función de su candidato. Los no interesados en la política, los once millones que no fueron a votar, no creo que sean audiencia para el debate. Lo veo difícil. En general, los debates no tienen esa característica de poder definir una elección. Siempre se menciona el debate típico entre Nixon y Kennedy, donde Nixon se puso muy nervioso y transpiraba mucho durante el debate y dicen que ese debate fue definitivo para que gane la lección. Después, no hay ningún otro debate que haya movido un voto.
¿No le parece que hubo como una suerte de movimiento pendular en la versión vernácula del debate Macri – Scioli?
No. Era una sociedad que quería un cambio en ese momento. Y le costó arribar al cambio porque ganó Macri por 2,5 puntos en un balotaje. Piensen que Alberto Fernández en la general sacó lo mismo que Scioli en el balotaje. La sociedad se había cansado de la presencia omnipotente de Cristina y buscó un cambio ahí. También creo que el kirchnerismo y La Cámpora no ayudaron a Scioli a ser presidente. Cuando decían “el candidato es el proyecto”. Había un ninguneo que indudablemente lo afectó. Pero al final del gobierno de Macri, si miran el debate, todo lo que Scioli dijo que iba a hacer Macri, lo hizo; y lo que Macri dijo que no iba a hacer, también lo hizo. En ese debate, la razón la tuvo Scioli pero la sociedad eligió otra cosa.