Torniquete anti industrial: provocando gangrena para amputar

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Medidas forzadas que dan el contexto actual acentuadamente regresivo:
– Abrupta apertura muy acentuada de las importaciones.
– Acentuación exacerbada de la desprotección casi total del mercado interno.
– Achicamiento del mercado consumidor nacional, ante las múltiples tenazas de: a) caída sensible del poder adquisitivo de los salarios; b) aumento acentuado de la desocupación, ocasionado por los despidos masivos del sector público, y los achicamientos de las actividades privadas; c) encarecimiento muy acentuado de la financiación, lo cual atenta contra eventuales decisiones de compras; d) pésimas perspectivas a futuro, por acentuarse el plan económico neoliberal, lo cual desalienta o hace posponer posibles compras.
– Creciente atraso de la paridad cambiaria, producto de la alta inflación y del artificial congelamiento de la “nueva” valuación del dólar; lo que desalienta nuestras exportaciones y facilita enormemente las importaciones masivas e indiscriminadas.
– Implementación rápida de otras medidas de apertura importadora indiscriminada, como las compras en el exterior con entrega a domicilio.
– Desaliento explícito a la industria, por actitudes y afirmaciones negativas de diversos funcionarios de altos rangos, desde la vicepresidenta, ministros y otros. Con todas las letras, dijeron: “Argentina no debe tener industrias”, y lo están perpetrando con alevosía, total falta de sensibilidad social y desprecio total por la soberanía argentina.
– Muestras clarad de total insensibilidad social y de desprecio a la industria, por parte del actual gobierno, con su coro de comunicadores y trols mediáticos, tapando esa cruda realidad con todo tipo de operaciones de distracción de la opinión pública.
Las precedentes, son las principales acciones de industricidio impiadoso del actual gobierno neoliberal, ejecutado con una ferocidad institucional que supera el formato de los toscos verdugos medievales; los actuales, trajeados y de buenos modales formales, verdugos de lapiceras, carpetazos y decretazos; sus precedentes medievales, insensibles fortachones sudorosos y manchados de
sangre, esgrimiendo hachas o espadas de cadalsos. Parecen diferentes, pero en el fondo son la misma cosa…verdugos insensibles amparados por el poder oficial.
Y no es una figura retórica, pues los industricidas provocan pobreza, hambre, enfermedades propias de ese entorno de carencias, depresiones, desesperanza en grado superlativo, suicidios, destrucciones de familias, y con ello todos los males de la miseria. Además de atacar los Intereses Nacionales, al debilitarnos estratégicamente, pues un país sin industrias ni tecnologías propias, es en extremo vulnerable y pasa a ser irrelevante.
Una breve y contundente frase de Friedrich List define el triste rol al que nos están llevando a los empujones los neoliberales que hoy coparon el gobierno argentino, con una insensibilidad social y una carencia de valores nacionales, que más parecería propia de esclavistas dirigiendo una posesión colonial, que funcionarios públicos de un país formalmente independiente, pero al que llevan al rol de simple colonia económica, o peor aun, lo empujan a una potencialmente irreversible balcanización. Decía conceptualmente List: un país sin industrias es como un hombre sin un brazo, en seria desventaja para trabajar y para defenderse.
List fue un gran patriota y enorme intelectual del siglo XIX, cuyas ideas fueron las bases sobre las que se asentaron los procesos de industrialización acelerada y desarrollo tecnológico de su patria natal, Alemania; y su patria de adopción, EEUU, adonde debió emigrar acosado por sectores oligárquicos y retardatarios de los pequeños reinos germánicos de estructuras casi feudales, anteriores a la unificación político económica. Sus pensamientos y acciones excedieron en mucho lo económico y político, siendo además un notable geopolítico que luchó por la unificación de su país natal, fragmentado en múltiples mini Estados muy atrasados, al punto tal que antes de la unificación y rápida industrialización, Alemania era una simple referencia geográfica, y los principales rubros de exportaciones de esos reinos eran maderas, trigo, otros productos primarios…y “carne humana” con uniformes de mercenarios, los que eran reclutados por la fuerza y puestos como eficientes soldados al mejor postor, a las órdenes de los Estados que los solicitaran y a los corruptos reyes y nobles de aquellos mini reinos germánicos.
Otto von Bismarck fue el severo, duro y patriota Canciller que unificó y refundó su patria, aplicando básicamente las ideas de List.
En EEUU, las ideas del pensador germano, fueron aplicadas por Hamilton (que terminó siendo asesinado, seguramente por encargo del establishment ultra conservador) y por sus sucesores; ideas progresistas y superadoras, que una vez vencido el Sur esclavista, oligárquico y de economía primaria subordinada a Gran Bretaña, transformaron al país de un contexto atrasado, de economía primaria, al que querían regresar los esclavistas sureños, en la gran potencia que llegó a ser pocas décadas después.
Si fuera por las “condiciones naturales”, EEUU solo produciría cereales, algodón y carnes, y tal vez hidrocarburos; mientras que Alemania, una vez talados todos sus bosques, solo produciría papas y trigo.
Otros países que sucesivamente se industrializaron y tecnificaron, con lo que se fortalecieron pasando a ser referentes del poder mundial, y a la vez salieron del subdesarrollo, mejorando acentuadamente los niveles de sus poblaciones, también aplicaron en lo básico las mismas ideas – fuerza desarrolladas por F. List.
Tales los casos de Francia, Bélgica, Italia y Japón, en el siglo XIX; Corea del Sur y los otros tres “Tigres Asiáticos” avanzado el siglo XX; luego China e India (que entre otros muchos logros, terminaron con las “epidemias” de grandes hambrunas que diezmaban a sus poblaciones); y más recientemente varios países del Sudeste y Sur de Asia, entre otros.
Si fuera por las “condiciones naturales”, Japón y Corea del Sur, “deberían” haberse ceñido a sus ancestrales roles de grandes productores de arroz, y no “perder tiempo ni energías” en desarrollos industriales y tecnológicos; y ejemplos casi calcados caben para todos los otros países, que dejaron de hacer caso a los cantos de sirena de Adam Smith y sus sucesores, promotores a ultranza del liberalismo económico.
Por algo, con su certera pluma, F. List dijo; “Adam Smith es un conquistador más temible que Napoleón”, duro pensamiento expresado cuando aun estaban frescas las tropelías cometidas por las altivas tropas francesas que sucesivamente habían invadido toda la Europa Continental; solo siendo impedidos de invadir Gran Bretaña, y solo rechazados con éxito por la extensa y gélida Rusia; así como expulsados por el bravío pueblo español, con asistencia británica.
Volviendo al caso argentino, no es nuevo que la retrógrada oligarquía tradicional campera –con su ícono principal la Sociedad Rural-, se oponga e incluso ataque con ferocidad y excluyente egoísmo, a las estructuras industriales y de desarrollo tecnológico sucesivamente creadas y reconstruidas en Argentina.
Y esa oligarquía básicamente portuaria y pampeana, actúa con sus
ramificaciones en la “oligarquía diversificada” (*), y con sus socios y cómplices de ruta de los especuladores/importadores y los fuertes intereses del sector financiero y sus vinculaciones con los grandes poderes financieros transnacionales; todo los cuales son permanentes instigadores y gestores del subdesarrollo crónico y de la exclusión social, ambiente de miseria generalizada con mano de obra “docilizada” a fuerza de latigazos de desocupación generalizada y salarios de hambre, entorno en el cual evidencian sentirse muy a gusto esos sectores del poder concentrado tradicional y sus socios de ruta.
Esos sectores ultra conservadores, siempre se sintieron cómodos en su rol de subordinados a la potencia hegemónica de turno, primero Gran Bretaña, luego EEUU (si bien el viejo imperio nunca perdió su cuota subrepticia pero temible de influencias en los sectores del “patriciado” argentino.
Carecen del sentido de Patria como Estado independiente, y a lo sumo cultivan el patrioterismo formal, que no va más allá del himno y la bandera, pero carece de e incluso repudia toda noción real de patriotismo efectivo, el cual por lógica debe tener visión y objetivos geopolíticos propios, y como objetivo una economía desarrollada, diversificada, con un Estado Nacional activo, que impulse el desarrollo tecnológico propio y de actividades de punta, que como tales necesariamente terminan obrando como traccionadoras positivas del desarrollo general. 
Exactamente lo opuesto al regresivo rol amputador de la industria y
destructor del desarrollo tecnológico nacional, a los que mediante el feroz torniquete impuesto por la batería de medidas señaladas al comienzo, tiende a extinguir esas dinámicas ramas de la economía nacional, mediante la gangrena intencional que busca producir necrosis irreversible de esos sectores dinámicos y puntales del desarrollo, para así conformar a los dogmáticos del liberalismo extremo, a la rancia oligarquía de miope visión, y a los mandatos subyacentes de los poderes transnacionales, que buscan nuestra balcanización, para debilitarnos definitivamente y para abortar la gran idea fuerza de construir la Patria Grande, el gran imperativo geopolítico para Sudamérica, e incluso para Íbero América y El Caribe.
Es de verdaderos patriotas, apoyar a la Industria Argentina y a los Entes Tecnológicos, así como a las Empresas Estatales, todo lo cual busca ser barrido del mapa, por el neoliberalismo en su recargada versión actual.
(*) Oligarquía diversificada, define a la expansión de la oligarquía tradicional a actividades industriales, pero manteniendo la mentalidad ultra conservadora y no proclive a priorizar la industria. También comprende a sectores de la burguesía industrial o comercial, que incursionan en actividades industriales, pero resultan cooptados por la mentalidad oligárquica campera. Común a todos ellos es el énfasis en fugar divisas y aceptar dogmas político económicos ultra liberales. Conceptos de Eduardo Basualdo, en “Estudios de Historia Económica Argentina”.

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