Uruguay inicia su hoja de ruta para un peso digital a partir de 2025

Ana Claudia de los Heros, gerenta del Sistema de Pagos del Banco Central del Uruguay (BCU), confirmó a Forbes Uruguay que están desarrollando la reglamentación que habilite los cheques electrónicos y que el próximo paso será una hoja de ruta para la emisión de una moneda electrónica. Sin embargo, el presidente del BCU Diego Labat precisó que el peso digital no será realidad hasta después de 2025 y desvinculó su futuro al de las criptomonedas.

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Ana Claudia de los Heros, gerenta del Sistema de Pagos del Banco Central del Uruguay (BCU), confirmó a Forbes Uruguay que están desarrollando la reglamentación que habilite los cheques electrónicos y que el próximo paso será una hoja de ruta para la emisión de una moneda electrónica. Sin embargo, el presidente del BCU Diego Labat precisó que el peso digital no será realidad hasta después de 2025 y desvinculó su futuro al de las criptomonedas.

e está “terminando de reglamentar en breve” la normativa legal para que circulen “en el correr de 2023 los cheques electrónicos” y tengan validez archivos digitales con cheques comunes escaneados -tal como se legisló el 17 de mayo último-, confirmó a Forbes la economista Ana Claudia de los Heros, gerenta del Sistema de Pagos del Banco Central del Uruguay (BCU) y moderadora de la presentación este miércoles de la “Hoja de Ruta 2023-25”. Pronto habrá otra hoja de ruta para estudiar y organizar la emisión de la moneda electrónica uruguaya, pero no en este gobierno.

La novedad va en línea con una de las prioridades declaradas por la entidad en la presentación de ese camino: “Continuar estableciendo un ambiente propicio a la innovación con reglas de juego claras para la incorporación de tecnología en el sistema financiero y sistema de pagos”.

El cheque físico de papel seguirá, en una política de “neutralidad respecto de la elección de la solución tecnológica” para consumidores y empresas entre los diferentes medios de pago, según defendió el presidente del BCU, Diego Labat, como el séptimo principio del organismo, convergente con el octavo y último: “Promoción de la innovación”.

Las líneas de acción hasta 2025 -al fin de este gobierno- fueron presentadas por Labat ante el presidente de la República Luis Lacalle Pou, la ministra de Economía y Finanzas Azucena Arbeleche, el ministro de Industria Omar Paganini y el director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto Isaac Alfie, que asistieron en primera fila de la Sala Enrique Iglesias de la sede central al anuncio de esta segunda agenda, luego de la primera hoja de ruta que se siguiera de octubre de 2020 hasta el 2022.

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El BCU postuló implementar “sistemas integrales de compensación que funcionen las 24 horas y los siete días de la semana”, así como promover “la implementación de un sistema de pagos rápidos en línea (FPS)”, con asesoramiento y talleres de expertos de sistemas de India y Brasil, que Labat cree que avanzaron más que México, Argentina y Estados Unidos en las mejores prácticas.

Sin embargo, como rendición de cuentas, admitió ante los miembros del Poder Ejecutivo y sus funcionarios, que las transferencias instantáneas en Uruguay funcionan “todavía sin suficiente éxito” y las “transferencias de débito están listas” aunque reconoció que todavía no se aplican.

Labat contestó a Forbes que un peso digital no será realidad en el actual quinquenio, pero que junto a su Hoja de Ruta de 2023-2025 del Sistema de Pagos, se seguirá “elaborando un marco conceptual y propuesta de hoja de ruta para emisión de una moneda eléctrónica” por el BCU.

No tiene apuro, dejó claro, cuando fue consultado acerca de si el derrumbe global de las criptomonedas podría adelantar en nuestro país “el horizonte de la moneda digital. Yo digo que no, no necesariamente. La moneda digital tiene otros requerimientos y hay que plantearse para qué uno la quiere, que es lo que pretendemos discutir en los próximos dos años”.

Una primera experiencia piloto parcial en la materia “ya se realizó en el Banco Central en el año 2017”, dijo la gerenta Ana Claudia de los Heros a Forbes, en alusión -sin nombrarlo- a la presidencia del banco del hoy senador Mario Bergara (FA), durante el gobierno anterior.

Sobre si no se aceleraría la prioridad de ofrecer una moneda digital uruguaya, respaldada por reservas y controlada en sus intercambios, para dar una opción de seguridad al usuario o inversor nacional, Labat entiende que se necesita una regulación del uso de las criptomonedas en Uruguay.

“Creo que sí, por eso emitimos un documento en el pasado año 2021 con todos los lineamientos de lo que queremos regular y lo que no”. Una parte se aprobó en mayo 2022 y la parte sobre criptodivisas está en tratamiento de primera cámara en el Palacio Legislativo.

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En la Agenda 2023-2025, otra de las prioridades pautadas es “profundizar el marco conceptual de activos virtuales en lo referente al tratamiento de las monedas estables”. Las stablecoins son criptomonedas de menor volatilidad en su cotización por estar vinculadas al resguardo de un activo estable o una canasta de activos, aunque dichos tipos de back-up puedan incluir un arco de opciones que va desde los commodities (materias primas) hasta otros criptoactivos.

Labat evalúa que el alcance del uso de criptodivisas en nuestro mercado local “hoy es muy bajo”. Sin embargo, aseguró: “Nos importa tomar el papel de que el ciudadano tenga claro los riesgos que eso implica. Toda la tecnología sobre la que se basan los activos virtuales tiene un montón de ventajas pero hay de fraudes a muchísimos riesgos. Lo importante es advertir y hemos hecho varias advertencias al público del riesgo que corre al invertir en criptomonedas”, concluyó.

La carta orgánica del Banco Central fija, en su artículo 3, la “supervisión del sistema de pagos y del sistema financiero” como su segundo objetivo, luego de la “estabilidad de precios”. Ello ha llevado al organismo monetario a una política contractiva en un año, mediante suba de tasas de referencia de 4,5% a 11,25%.

La ruta de decisiones del Comité de Política Monetaria (COPOM), que encabeza Labat, tiene un último mojón este año el 15 de diciembre, en que los economistas que consultados prevén la suba de 50 puntos al 11,75%.

Una sola razón podría cambiarlo horas antes, el día 14, y sería que la Reserva Federal de EE.UU. no ralentizara sus subas a 0,50% en vez de las cuatro seguidas anteriores de 0,75%. Pese a la leve reciente baja de su inflación interanual, el techo en 2023 de las tasas de la Fed se debate entre el 6% y el 7%. Todo ello influirá en la última decisión clave que tome el directorio bancocentralista en 2022, que condicionará a los créditos e inversiones al inicio del nuevo año.

Fuente Forbes Uruguay

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