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Misiones entrará a 2023 con certezas políticas que contrastan con el complejo escenario nacional, en el que oficialismo y oposición protagonizan una encarnizada disputa por el poder. Sin dilaciones, el Frente Renovador confirmó lo que era un secreto a voces que fue madurando en los últimos meses. Elecciones en mayo y una fórmula que expresa una simbiosis de los últimos 20 años: experiencia y juventud es la principal característica de la oferta electoral del oficialismo. El ex gobernador y actual diputado, Hugo Passalacqua, será el principal candidato, acompañado por Lucas Romero Spinelli, el joven que asumió un rol protagónico en las políticas públicas vinculadas al futuro.

La decisión se conoció el jueves por la tarde, en una reunión de los principales dirigentes de la Renovación donde se puso punto final a las especulaciones. El 7 de mayo se vota y los principales candidatos están confirmados. El vicegobernador Carlos Arce será el candidato a senador y el gobernador Oscar Herrera Ahuad, el jefe de campaña. En Posadas, el intendente Leonardo Stelatto también buscará ser ratificado tras los primeros cuatro años de gestión.

La fórmula es una síntesis de los 20 años de vida de la propia Renovación, un espacio político que rompió con las estructuras y se diferenció de los partidos tradicionales. Passalacqua fue uno de los fundadores de la coalición que unió a peronistas, radicales e independientes. Desde entonces, la juventud tuvo protagonismo que se expresa ahora en Spinelli, un niño cuando en 2003 se le daba forma al espacio político. Pero desde que comenzó a dar los primeros pasos en política, el joven contador y actual diputado provincial, le puso su sello a lo que le tocó hacer, primero como funcionario de Industria y después como diputado. Un dato: fue el candidato quince de la lista, lo que marca que el orden no necesariamente define trayectorias. 

El sábado anterior el conductor de la Renovación había dado un claro indicio de la composición de la fórmula. Cuando asumió la conducción de la Legislatura, en la que fue ratificado, Carlos Rovira destacó “la amalgama que debe haber entre la experiencia de  quienes han transitado ya el camino, han dado su aporte con su cuota de  seriedad, de tranquilidad, de serenidad que se necesita”, junto al “dinamismo, esa fuerza impulsora, ese fuego que solo las chicas y los chicos jóvenes con la mentalidad abierta a las nuevas tecnologías y los nuevos pensamientos”. Rovira apuntó a los jóvenes “alejados de los prejuicios, de los odios, de los resentimientos, de los discursos vanos que no conducen a nada” que ya están aquí “para este nuevo impulso”.

No son frases de ocasión. Hay trazabilidad y previsibilidad en sus palabras. En 2019, apenas consumado el triunfo de Oscar Herrera Ahuad, Rovira recordaba en su discurso que “hace cuatro años cuando celebrábamos el gran triunfo de Passalacqua, yo ya decía que se estaban formando dirigentes que iban a tomar la posta”. 

Esa misma noche marcaba el camino al advertir que “los misioneros se han quedado con un gustito a más de Hugo” para el que habría “oportunidad en cuatro años si el pueblo quiere”. 

“En este proyecto hay una enorme cuota de generosidad. Acá se han dejado de lado todas posibilidades de personalismo. Y eso también premió el pueblo de Misiones”, apuntó entonces el conductor de la Renovación. El camino trazado entonces, se confirma ahora. 

El “gusto a más” que identificaba Rovira, obedecía a que Misiones ya entonces, en plena crisis arrastrada por Cambiemos cuyo declive comenzó en mitad de mandato, lograba sostener indicadores positivos de actividad económica y un menor impacto en la pobreza y desempleo. Un año antes de que la inflación se convierta en un problema récord en el último tramo de Macri en el poder, Passalacqua ya había tomado una decisión clave para cuidar el bolsillo: en junio de 2018 se presentó el Ahora Pan, que era un tímido congelamiento de precios por tres meses a cambio de una reducción de la tarifa eléctrica para los panaderos. 

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Fue un ganar y ganar en medio de la crisis. Se cuidó los bolsillos y se mantuvo la actividad y el empleo. El Ahora Pan se multiplicó en un montón de programas Ahora que hoy son fundamentales para el consumo, con un movimiento promedio en los últimos meses de más de 930 millones de pesos. 

“Colegas empresarios de otras provincias me preguntan cómo hace Misiones para tener en marcha tantos planes de protección a la economía”, decía el entonces presidente de la Confederación Económica de Misiones, Alejandro Haene. 

La frase de Haene marca el contexto. A Passalacqua le tocó gobernar con viento en contra. Cambiemos llegó al poder con la idea de iniciar una revolución amarilla que ponga fin a “70 años de peronismo”. Poco duró el veranito y pronto comenzaron a notarse las resquebrajaduras de un modelo que terminó en devaluación y un histórico préstamo con el FMI, que condiciona el presente y a futuras generaciones. En el medio hubo desdén hacia los reclamos de las provincias, pero particularmente con Misiones, desconocimiento de la realidad local, que sufría por las asimetrías y hasta fuertes encontronazos, como con las políticas forestales o el intento de desregulación del sector yerbatero, que enfrentaron al Gobernador con el propio Presidente. 

En la fecha de elecciones también se puede identificar el sello de la Renovación. En los últimos 20 años, será la cuarta elección desdoblada de la competencia nacional para cargos ejecutivos locales. El oficialismo prefiere dirimir los debates misioneros separados de los “nacionales”, que generalmente, no dejan de ser disputas porteñocéntricas que poco y nada tienen que ver con la realidad del país. Es más, en muchas oportunidades, las decisiones del Gobierno nacional terminan empeorando situaciones en las provincias. 

La impericia de Alberto Fernández en la gestión económica sólo encuentra parangón en las promesas de hacer lo mismo que no ocultan los candidatos de Cambiemos. Lo mismo, más rápido y más. Patricia Bullrich promete eliminar planes sociales. Horacio Rodriguez Larreta otra vez promete “el cambio” sin decir demasiado ni del cómo ni del qué. Aunque pretende desmarcarse de Macri, es su heredero dilecto y su posicionamiento en buena parte obedece a la “generosidad” del ex presidente para con Capital Federal, en desmedro de la coparticipación de las provincias. Ese litigio todavía está en la Corte y tiene en vilo a todos los gobernadores que pretenden frenar el “avasallamiento de las bases del federalismo”.

El intendente porteño cerró el año con una foto “territorial” que desafía a sus socios. De Misiones lo acompañaron Alfredo Schiavoni y Jorge Ratier Berrondo. Con la Piba está Martín Goerling. El radicalismo escucha ofertas y juega su propia interna para intentar encabezar la fórmula, lo que el PRO duro no está dispuesto a conceder. 

La elección presidencial de 2023 volverá a enfrentar a dos oficialismos responsables de la profunda crisis en la que está inmersa la Argentina: Cambiemos y su historial de endeudamiento, pobreza y récord de inflación y desempleo tiene la posibilidad abierta de volver gracias a la débil reacción del gobierno de Alberto Fernández y la pelea interna del peronismo en el Gobierno, que en algunos casos acentuó las consecuencias de los problemas heredados de Mauricio Macri. Solo la solvencia de Sergio Massa en el inesperado rol de ministro de Economía, le dan alguna oportunidad de supervivencia al disminuido Frente de Todos.

Massa le dio aire al Gobierno y lentamente algunas medidas están comenzando a surtir efecto, como los acuerdos de precios y la estabilidad de la economía en los últimos meses. La inflación en 4,9 por ciento en noviembre sorprendió después de un agobiante período de números altos que proyectaba una suba de precios superior al cien por ciento en 2022. Si noviembre marca tendencia, no se llegará a tanto y podría haber un poco de alivio. 

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Que eso suceda marcará el éxito de la gestión de Massa y alimentará sus chances de ser candidato a presidente. Él aspira al cargo aunque lo niegue. Puede ser una oportunidad inmejorable y quizás la única para la continuidad del oficialismo, que no ha podido capitalizar ninguno de los datos positivos de la economía, justamente por el fracaso ante la inflación. 

A Massa también le reconocen cualidad de gestión que no han tenido los últimos ocupantes del ministerio de Economía y poco han mostrado otros ministros del gabinete de Alberto Fernández. Capacidad de diálogo, marcar la cancha y cumplir con las promesas, destacan empresarios y hombres de la política. 

“Le quiero agradecer muy especialmente a Sergio, más allá que estemos o no de acuerdo en todas las medidas que vaya a tomar o haya tomado, quiero reconocer el extraordinario esfuerzo que está haciendo desde la posición de ministro de Economía, en guiar una economía en una situación difícil, en circunstancias complejas, hay un esfuerzo muy grande, lo percibimos en varios temas y esto hay que reconocerlo”, afirmó el líder de Techint, Paolo Rocca en medio de un panel que compartía con el ministro y fuera de todo guión.

Misiones está en plenas negociaciones con el ministro. Tras la aprobación del Presupuesto nacional, el lunes hubo una primera cumbre con el gobernador Oscar Herrera Ahuad para avanzar en los detalles finos de la Zona Aduanera Especial. Se comprometió a venir a la provincia en los próximos días para anunciar cómo se implementará y qué beneficios abarcará. Pero hay dos certezas: se hará por etapas y cada beneficio será para toda la provincia. 

En principio se priorizará a los sectores exportadores, que tienen costos más altos y no acceden a un “dólar soja”. La madera, la yerba, el té y otros productos, serían beneficiados directamente. 

También podría haber una rebaja del costo del combustible y reducción de impuestos para algunos alimentos de fuerte incidencia en la canasta básica. En ambos casos, Misiones padece una asimetría que es más interna que externa. El combustible hoy está más barato que en Paraguay o Brasil, pero mucho más caro que en Buenos Aires. “Cargar el tanque de un camión en Misiones cuesta entre 30 y 40 mil pesos más que en Buenos Aires”, describió el flamante presidente de la CEM, Guillermo Fachinello en una entrevista con Economis. Fachinello acompaña en las gestiones al Gobernador para conseguir también una reducción o quita de las retenciones que afectan al sector forestal. En este caso, muestran el sinsentido de decisiones que se toman en Buenos Aires pero que afectan sensiblemente en el territorio donde se produce. Exportar un rollo tiene 4% de retenciones. En cambio, la madera aserrada paga 4,5 por ciento. Es decir, es más “barato” exportar la madera apenas cortada del árbol que venderla después de su tratamiento. Corrientes exporta rollos a China. En el segundo caso, en Misiones hay una enorme industria detrás, con miles de empleos y una rentabilidad en declive. Hay confianza en que Massa ponga fin a ese desatino desde el año que viene. 

Esa medida, combinada con la habilitación del puerto de Posadas para operar con cargas, abrirá un mejor escenario para el sector que batió récords durante la pandemia. El compromiso del ministro de Transporte, Diego Giuliano, es que en los primeros días de enero llegue el demorado permiso. Misiones podrá bajar así costos de logística y competir de mejor manera con las provincias más cercanas a los nodos de exportación y centros de consumo. En igualdad de condiciones la economía que hoy está entre la séptima y octava del país bien podría escalar posiciones.

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