Andresito, la cooperativa que en silencio y desde lejos, está por meterse entre las diez yerbateras más grandes de la Argentina
En el competitivo negocio yerbatero se suele hablar mucho de dos prestigiosas cooperativas que dan que hablar por su innovación y crecimiento. La correntina Liebig, que produce Playadito, y la misionera Piporé. No es para menos, son número dos y siete, respectivamente, de este mercado que controla el producto de consumo masivo más popular del país. Tampoco se puede dejar de mencionar a la Cooperativa de Montecarlo, que con su yerba Aguantadora está en el puesto nueve.
Sin embargo corriendo desde atrás, en forma muy silenciosa y radicada en el punto más remoto de la provincia, otra asociación de productores está a punto de meterse en el “top ten” de las empresas yerbateras. Se trata de la Cooperativa Yerbatera Andresito, que el año pasado quedó en el puesto once con un crecimiento de sus ventas del siete por ciento, considerada una “tasa china” en este mercado maduro.
“Tenemos objetivos para los próximos años y queremos seguir creciendo”, dijo Héctor Hessler, su presidente, en una entrevista exclusiva con Economis.
Andresito es una cooperativa nuevísima para el negocio yerbatero, nació en agosto de 1983, apenas unos meses después del regreso de la Democracia al país, cuando Andresito daba sus primeros pasos como colonización y el pueblo más joven de Misiones por ese entonces. Liebig se fundó en 1926 y Piporé en 1930, igual que la Cooperativa Mixta de Montecarlo.
Haciendo patria en la punta de la Argentina
Fundada por productores misioneros que llegaron en muchos casos desde otros puntos de la provincia, aprovechando el loteo de tierras para poblar ese rincón remoto del país y hacer patria, recién en los años 90 empezaron a elaborar su marca propia: Andresito.
“A nosotros el costo de los fletes nos influye mucho más que a las yerbateras del Sur de la provincia o de Corrientes”, explicó Hessler, ilustrando lo que cuesta hacer un producto que luego termina en góndolas en Santa Fe o Buenos Aires, desde la punta de Misiones.
Uno de los méritos de Andresito fue, justamente, hacer de esa debilidad una fortaleza. Porque el gran argumento para crecer fue la extraordinaria calidad de las tierras propia de esa región de Misiones.
A eso le agregaron inversión en nuevos secaderos en los últimos años y una gran perseverancia. “Hicimos un trabajo de hormiga, apostando a la calidad”, explicó Hessler, quien tiene mandato como presidente hasta este mes.
La Cooperativa Andresito está integrada por 134 socios que en unas semanas elegirán el nuevo presidente, con mandato por un año. Hessler está por terminar su tercer ciclo. “Los socios decidirán, también elegimos el consejo de administración”, explicó el también productor junto a sus hermanos.
A continuación, reproducimos una parte del diálogo con este oriundo de Alem que llegó de muy joven junto a sus padres y hermanos en el año 1980, con el mismo objetivo que los demás: hacer una efectiva ocupación de una parte del suelo argentino intrusado por brasileños y paraguayos que se instalaban en forma ilegal aprovechando que ahí no había nada. Cuando Andresito era un rincón remoto y olvidado, donde no había absolutamente nada, ni caminos ni luz eléctrica.
¿Quién iba a decir que de un lugar así podía salir un producto de consumo masivo de élite?
Quizás por eso, Hessler deja entrever un profundo sentimiento de amor por la Argentina, cuando lo consultamos sobre cómo ve esta crisis económica.
“Como argentino, cuando mi padre estaba en vida, él siempre hablaba de las crisis que tiene Argentina, y decía que Argentina no se queda con la crisis. Argentina sale, porque tiene un pueblo muy patriota que defiende su patria”, explicó.
“Por ahí uno viene teniendo esperanza cada año, y a veces la esperanza desfallece, a veces te da lástima, es un país muy rico en todo sentido, porque tenemos diversidad, buenos campos, tenemos turismo, tenemos minería, petróleo, a veces uno piensa por qué nos va como nos va y si realmente es falencia de las administraciones, gobiernos de turno o tenemos demasiados presiones de países de fuera que no les interesa que Argentina crezca”, se explaya.
-Acaban de recibir un préstamo de la Provincia al 14% para levantar una parte de la cosecha, ¿cuánto les sirve esto?
-Es una ayuda importante, llega en un tiempo justo, como todos sabemos la situación económica está difícil complicada para acceder a crédito, porque acceder es fácil pero el tema es son las altas tasas de interés que nadie puede tomar, por más que quiera o lo necesite. De esa forma conseguimos por parte del IFAI fondos con muy buenas tasas es un apoyo muy importante para el sector de las cooperativas (N. de la R.: el IFAI le prestó a 20 cooperativas).
-Recibieron 5 millones, pero necesitan mucho más para levantar la cosecha.
-Bueno si vamos por lo que necesitamos, nosotros acopiamos 20 millones de kilos de hoja verde y necesitaríamos para cumplir al día con los socios solamente en materia primera más de 200 millones ($230 millones al precio oficial de $11,5/kilo), pero siempre es bienvenido cada peso, como decimos.
-¿Cómo cubren el resto?
-Nosotros nos manejamos con nuestra única entrada, que es la venta del paquete de yerba, lo que se venda en el mes se distribuye equitativamente a cada socio, el tema se complica cuando estamos en plena cosecha. Porque lo que es servicio (tarefero, flete, etc.), quincenalmente hay que cumplir, y eso es efectivo, al personal no le podés decir te doy un cheque a 30 o 60 días.
-¿De dónde sacan las fondos?
-En la cosecha destinamos los fondos a servicio, al productor que trae la yerba le damos para pagar el costo de la cosecha, el flete. Y le pedimos al socio que en esos meses no haga compromiso y espere, pagamos desde agosto en adelante al socio, pero en los meses de la cosecha tratamos de solucionarle los problemas que se presentan.
-Hicieron lo necesario para sacarse a los bancos de encima en este momento…
–Nosotros cuando vimos el panorama bastante complicado saneamos todo lo que es la deuda bancaria. Ahora mismo sólo tenemos un préstamo del Banco Nación que era en ese momento con una tasa baja a 5 años. Antes teníamos con el banco Macro y con el Nación, warrants. Pero lo saldamos el año pasado. Hoy nos prestan los bancos, pero no queremos tomar dinero con una tasa que debe rondar el 60%, es imposible.
-¿Cómo están en el mercado?
-Nosotros somos los undécimos, en los últimos años crecimos en ventas, incluso en 2018 crecimos más de lo que habíamos acopiado en hoja verde, estamos como marca impuesta.
-¿Hace mucho o en los últimos años?
-Por ahí no teníamos información de 3 o 4 años anteriores, pero sí de 2018, ahí podemos decir que estamos 11º.
-¿Cuánto hace que está como Presidente?
-Tres años, ahora tenemos en el mes de mayo asamblea y cada año se vuelven a elegir las nuevas autoridades, veremos lo que decidirá el asociado. En total son 134 socios. Si bien está cerrado, un socio le puede vender a un tercero la totalidad de sus cuotas societarias. Además, acopiamos yerba de productores que no son socios.
-¿En qué mercados venden su yerba? La mayoría de las yerbateras elige bien a qué centros urbanos abastecer.
-Nuestro fuerte es la provincia de Buenos Aires, La Pampa, Córdoba, Santa Fe, Rosario y Capital Federal, también, ahí estamos más con los mayoristas. Nosotros tenemos un coordinador de ventas que está basado en Luján (a 60 kilómetros de la Capital Federal) y a la vez, vendedores en diferentes lugares y representantes. Hacemos la entrega directa desde la cooperativa.
-¿Cómo ve los precios y la suba de costos?
-Si vamos a la materia prima, subió un 37,5 por ciento (la hoja verde, luego del laudo de Nación), eso también repercute en el costo de elaboración. El tema es todo lo que es insumo está aumentando dos veces por mes, el tema de flete, estamos en un lugar complicado por la distancia, nos influye mucho los fletes, más que las empresas que están en Corrientes. Estamos por ahí con un margen pequeño de ganancia, pero tenemos que estar en el mercado.
-¿Tienen objetivos de crecimiento?
-Sí, nuestro objetivo es seguir creciendo, invertimos mucho en la parte del establecimiento, hace unos años atrás reformamos todos los secaderos, depósitos, con maduración acelerada, pero es con calor, que no tiene nada que ver con las famosas cámaras y tratamos de mejorar cada día para sacar un producto más confiable y de mejor calidad.
-¿Cómo hicieron con poca publicidad tradicional para ser los número 11 del país?
-Nosotros lo que es publicidad por ahí invertimos poco, lo que si se venía haciendo es un trabajo de hormiga, a la vez manteniendo la calidad, para que el consumidor siempre reciba la misma calidad.
-¿La calidad es la nueva publicidad para crecer en este negocio? ¿Miran la evolución de la Cooperativa Liebig con Playadito a partir de esas premisas?
-Sí, yo creo que Playadito es un ejemplo de la perseverancia y con calidad, sin calidad no se crece.
-¿Cómo hicieron las cooperativas para ser competitivas en un rubro tan competitivo, valga la redundancia?
-Se puede, se puede competir, muchas veces es con un costo altísimo, en todo sentido, en lo económico, una cooperativa tiene que estar al día en todo lo que es la parte impositiva, tiene que facturar todo lo que es ingreso de hoja vede, de salida, por ahí en esa parte están un poco más perseguidas las cooperativas.
-¿Y también hay que tomar decisiones difíciles a nivel humano, para estar a la altura de las grandes empresas de este rubro?
-Sí, nosotros nos manejamos con un consejo y generalmente las responsabilidades recaen sobre el presidente, secretario y tesorero, que estamos todos los días. Una cooperativa no es una entidad de beneficencia. Los socios tienen derechos, pero también tienen obligaciones.