Brasil en recesión mientras la inflación avanza
Brasil tuvo un mal 3er. trimestre, que demostró que la recuperación perdió impulso mientras que la inflación llega al 11% en 12 meses, muy elevado para el país.
Brasil tuvo un mal 3er. trimestre, que demostró que la recuperación perdió impulso mientras que la inflación llega al 11% en 12 meses, muy elevado para el país.
Brasil ingresó a una recesión técnica en el 3er. trimestre y el motivo, dicen, consiste en que el aumento de la inflación ahogó su recuperación postpandémica.
Los datos publicados el jueves 02/12 mostraron una contracción del -0,1% en el Producto Interno Bruto con respecto al 2do. trimestre, cuando se contrajo -0,4%. En comparación con el 3er. trimestre de 2020, la economía se expandió un +4% pero todos saben que en 2020 la economía global estuvo casi frenada.
La contracción fue impulsada por una caída del -8% en la agricultura, que se ha visto afectada por una sequía sin precedentes, y una disminución del -9,8% en las exportaciones de bienes y servicios. La industria se mantuvo estancada, mientras que los servicios crecieron +1,1%.
“La economía básicamente se ha estancado. Llegamos al nivel pre-Covid, pero desde entonces no ha habido ningún crecimiento y no hay indicios de que el crecimiento vendrá”, dijo Mauricio Molon, economista jefe de Logus Capital en São Paulo.
La economía más grande de América Latina se recuperó rápidamente del impacto inicial de Covid-19, y el PIB en el 1er. trimestre de 2021 volvió a donde estaba antes de la pandemia a fines de 2019.
Desde entonces, sin embargo, la recuperación ha perdido fuerza y algunos economistas han pronosticado una contracción el próximo año. Las elecciones presidenciales de octubre próximo también amenazan con generar incertidumbre.
Paulo Guedes, el ministro de Finanzas de Brasil, se ha mantenido optimista y le dijo al diario Financial Times que Brasil “sorprendería al mundo nuevamente” y continuaría con su “recuperación en forma de V”.
Sin embargo, muchos cuestionan el pronóstico de Guedes de un crecimiento superior a +5% en 2021 y superior a +2% en 2022.
La mayoría de los economistas esperan que Brasil complete 2021 con una expansión tope del 4,8% y se estanque o crezca solo ligeramente en 2022.
Credit Suisse e Itaú Unibanco, el mayor prestamista de Brasil, pronosticaron una contracción el próximo año del -0,5%.
“Covid ya no es nuestro principal problema. Nuestro principal problema ahora es la inflación. Esto tiene raíces internas debido a la incertidumbre del tipo de cambio y la incertidumbre fiscal, pero también estamos importando inflación del exterior”, dijo Fernando Genta, economista jefe de XP Asset Management.
El banco central de Brasil anunció en octubre su mayor subida de tipos de interés en casi 20 años en un intento de controlar la inflación, que ha llegado a casi el +11% anual, diluyendo los ingresos y alimentando el descontento.
Se espera que la tasa de interés de referencia Selic alcance el 9,25% en días más, frente al 7,75% actual y el 2% a principios de 2021. Sin embargo, es probable que estos esfuerzos del banco central para controlar los precios afecten el crecimiento en 2022 al reducir la actividad económica.
Molon dijo que la economía se estancará en 2022 como resultado de las presiones gemelas del endurecimiento de la política monetaria y la disminución de la confianza entre los consumidores y las empresas.
“No tenemos el mismo impulso de las materias primas, los ingresos se están diluyendo por la inflación y el mercado laboral aún es débil”, dijo.
La perspectiva negativa se complica por la incertidumbre con respecto a las elecciones presidenciales 2022.
Si bien ambos pioneros son bien conocidos, ni Jair Bolsonaro, el actual presidente de derecha, ni Luiz Inácio Lula da Silva, un ex presidente de izquierda, son líderes qu e puedan provocar consensos sino que alientan la Grieta.
Muchos esperan que en 2022 Bolsonaro entregue dinero en efectivo a los más pobres de Brasil para ganar votos.
Las políticas económicas de Lula no están claras, aunque se ha pronunciado en contra de la privatización de empresas estatales y de un tope de gasto público.