El optimismo es clave y se debe dar señales para ello

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Desde el año 2011 en adelante los años impares, tal como el presente, se caracterizaron por ser de crecimiento económico a consecuencia del estímulo que adoptaba el sector público en la demanda agregada  por las elecciones de medio término y las presidenciales, como ser, 2011 (+6), 2013 (2,41 %) y 2015 (+2,65 %), en tanto que, en los años pares que no hay elecciones se caracterizaron por ser recesivos en términos económicos y por tal la producción de bienes y servicios se desplomaba con respecto al año anterior 2012 (-1,03%), 2014 (-2,51%) y 2016 (-2,25%), pero el año que viene todo apunta a revertirse dicha tendencia ¿Por qué?

En la conferencia de prensa efectuada por Marcos Peña, Nicolás Dujovne, Luis Caputo y el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger anunciaron el aumento de la meta inflacionaria prevista por la entidad bancaria para el próximo año que era de un rango del 8- 12% para subirla al 15 % anual, eliminando así las bandas de inflación estipuladas inicialmente que para el 2019 alcanzaban a un dígito.

Esta medida particularmente pretende la coordinación de la política fiscal y la monetaria para que estén en la misma sintonía y con metas más congruentes a la realidad, debido a que en la presentación del Presupuesto Nacional que ya fue sancionado con fuerza de Ley, la inflación que proyecta el Ministro Dujovne es del 15,7% para el año 2018 y por tal, los recursos tributarios estimados están claramente correlacionados con la variaciones de precios a consecuencia de que un gran volumen de estos resultan de una alícuota (porcentaje) sobre nivel de ventas de los bienes y servicios que se intercambian en la economía, en tanto, que el BCRA con su clara independencia determinada en su Carta Orgánica adopta una serie de políticas en el marco de sus competencias para alcanzar una inflación menor, que en el corriente año no pudo cumplir por una diferencia de más de 7 %, visto que la meta era del 17 % y cerrará en un 25 %.

Ahora bien, visto que el BCRA alzo su meta particular, se entiende que no adoptará el mecanismo de elevadas tasas de interés en las LEBACS que emite con la finalidad de esterilizar la cantidad de dinero en circulación y de enfriar la economía, que genera un estímulo a la inversión en el mercado financiero (no crea puestos de trabajo) por el rendimiento positivo en términos reales que otorga dicho título sin ningún tipo de riesgo de incobrabilidad, atentando negativamente contra la estimulación de la inversión en la economía real (construcciones, adquisiciones de bienes de capital, entre otros)  debido a que este componente de la demanda agregada es influido de manera negativa por la tasa de interés (costo financiero), que si crea puestos de trabajo.

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En tal sentido, la INVERSIÓN que es la variable clave para el crecimiento económico del año venidero, debido a que la demanda por parte del sector público se mantendrá constante en términos reales (con probabilidad de reducción), el consumo privado crecerá al igual que este año si cierra con un incremento del salario real, las exportaciones netas seguirán siendo negativas (compramos más al mundo de lo que le vendemos) hasta tanto no tengamos un tipo de cambio competitivo, con la aclaración que la subida del dólar en las últimas dos semanas previas al presente artículo aún lo mantienen por debajo de la inflación.

¿De qué depende la inversión?

  1. De los ingresos (ventas):

Toda inversión se realiza con la finalidad de obtener ingresos adicionales y por ello, depende positivamente de los ingresos que genera el nivel de actividad económica, es decir, a medida que el PBI crece la inversión crecerá, dado que el empresario no construiría un edificio, adquirirá unas máquinas, ampliará su fábrica, si no tiene una estimación positiva en cuanto a la existencia de los compradores de lo que el produce, pudiendo ser la demanda doméstica o internacional, el EMPRESARIO BUSCA UNA GANANCIA.

Se hace mención a que la inversión es más volátil, dado que si se analiza por ejemplo el impacto de la crisis internacional del año 2008 en EEUU que repercutió negativamente en la economía nacional en el 2009, el PBI cayó un 5,92 % en tanto que la INVERSION cayó 4 veces más con una reducción del 23,07 %.

El optimismo es clave para la inversión porque si el empresario, espera que la economía crecerá el año que viene, sabrá que la demanda de los bienes y servicios que venda aumentaría y por lo tanto, obtendrá un mayor retorno y recuperará su inversión.

  1. Costos:
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El Gobierno Nacional, conjuntamente con las Provincias, para dotarles de mayor competitividad y sabiendo que los costos influyen en la rentabilidad del negocio, haré mención a las cuestiones que se reducirán (o se espera) para el año 2018:

  • Costo Financiero:

Con el ajuste de la meta inflacionaria del BCRA se espera, que reduzca su tasa de interés y en tal sentido, los créditos financieros que son indispensables para el apalancamiento y crecimiento de la Inversión y el consumo de bienes durables, crecerá.

  • Reforma Tributaria:

El Senado al convertir en Ley la Reforma Tributaria días atrás, oxigenará y dotará levemente de una mayor competitividad a las empresas debido a las posibilidades de tomarse a cuenta de ganancias lo pagado en concepto del impuesto al cheque, menor alícuotas para las ganancias reinvertidas, devolución anticipada del crédito fiscal cuando el crédito fiscal es originado por inversiones, entre otros.

Cabe resaltar que también las construcciones privadas relacionadas a los créditos hipotecarios para los años venideros seguramente serán un factor dinamizador de la económica debido a la reducción potencial del costo financiero (por baja de la tasa de interés del BCRA) y la exención del impuesto a los ingresos brutos para esta operatoria que será a partir del 1 de enero del 2018.

 

En virtud de lo comentado, la inversión se espera que para el 2018 crecerá por encima del 9 %, representando así el componente de la demanda agregada con mayor incremento.

¿En términos Generales?

Este año fue dinámico en cuanto a acuerdos, estará cerrando con un crecimiento económico del 3 %, se espera para el 2018 un crecimiento en la misma cuantía, con un dólar promedio de $ 20 que surge de acuerdo a la alteración de la oferta de divisas a consecuencia del financiamiento del déficit fiscal con deuda externa y una inflación con la misma pauta que la nacional del 15,7 % siempre que se cumplan con las metas fiscales, el BCRA no reduzca su postura y el mercado de trabajo cierre unas paritarias acorde a estas expectativas, sin una coordinación, la meta no se cumplirá.

 

 

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