Emilio Ocampo ahora suavizado dijo que “hay funciones del Banco Central que son necesarias”
Emilio Ocampo, referente económico de La Libertad Avanza (LLA) y posible presidente del Banco Central si Javier Milei gana el Balotaje el próximo domingo, aclaró qué significa “cerrar el Banco Central”, una de las principales propuestas del espacio político libertario.
El referente económico de La Libertad Avanza defendió la dolarización en el foro Marval Legal Forecast 2024
“Lo que hay que cerrar es, definitivamente, la capacidad del poder político de emitir dinero discrecionalmente para financiar su exceso de gasto. Eso es lo que hay que terminar, definitivamente. Hay ciertas funciones del Banco Central que son necesarias. Cuando hablamos de cerrar el Banco Central es terminar con este cáncer que ha sido la inflación”, dijo el economista, en el foro Marval Legal Forecast 2024, organizado por el estudio jurídico Marval O’Farrell Mairal.
Para el profesor de la Universidad del CEMA, el “principal problema de la economía argentina” fue haber desvalorizado su moneda durante los últimos 80 años. “Tenemos que eliminarlo. Y de las alternativas que tenemos disponibles, la dolarización es la que ofrece mejores chances de éxito. Es muy simple en ese plano. Hemos probado casi todo, no ha funcionado. Creo que esa es una consideración pragmática. Hay que eliminar esa capacidad del poder político de poder desvalorizar la moneda”, dijo.
Ocampo se refirió al caso de Ecuador, que tiene dolarizada su economía, pero eso no impidió que aumentase el déficit fiscal. “Con una dolarización no van a poder imprimir dólares. Pero en Ecuador, curiosamente, con Rafael Correa [el expresidente], el Banco Central se utilizó para monetizar déficits. Hay que tener mucho cuidado en el diseño de las instituciones bajo una dolarización”, indicó.
“El populismo no va a desaparecer de la Argentina. Somos un país que tiene una adicción prácticamente atávica al populismo. No creo que haya otro país en el mundo que haya probado el populismo tantas veces. Y a pesar de que el populismo ha sido desastroso por la economía, hay votantes que consideran que es el camino. Es inevitable que en algún momento, en los próximos 20 años, tengamos un político populista, como ocurrió en Ecuador. Ese país se dolarizó en 2000 y en 2007 llegó el señor Rafael Correa, populista del siglo XXI, amigo de Hugo Chávez, y aumentó el déficit, aumentó el gasto público. Sin embargo, no se pudo llevar puesta la dolarización. Hoy, el ecuatoriano promedio está, obviamente, mucho mejor que el argentino promedio. Gana un salario mínimo de US$550. Lo importante es la configuración del Banco Central y la configuración del sistema bancario en una dolarización”, agregó.
Ocampo dijo que el plan económico en el que están trabajando no lo compartieron con nadie “fuera del equipo” y que, por lo tanto, cualquier deducción que se haga sobre la base al libro de dolarización que escribió “puede llevar a errores importantes”. Aclaró que no podía “compartir detalles” del plan que diseña con un grupo de 20 economistas, ya que tiene “restricciones” en su “rol de asesor de Javier Milei”.
Luego explicó qué se quiere decir por dolarización. “Implica que el dólar asume ciertas funciones de la moneda. Generalmente, se le dan a la moneda tres funciones básicas: medio de pago, unidad de cuenta y reserva de valor. La más importante, obviamente, es la de medio de pago. Y el hecho de que el dólar, una moneda extranjera, vaya asumiendo funciones, reemplazando a la moneda doméstica, es un proceso espontáneo inicialmente. La gente lo hace no porque el gobierno lo disponga por ley, sino porque la gente siente que la moneda local no cumple eficientemente la función que tiene que cumplir en un sistema económico”, indicó.
El economista dijo que los argentinos adoptaron el dólar porque, desde 1945 hasta hoy, los tres países que han tenido la tasa de inflación más alta son Hungría, Brasil y la Argentina. “Y en los últimos 25 años, el único de estos tres países que ha tenido una inflación anual promedio por encima del 10%, que para el mundo es altísimo, es la Argentina”, explicó.
Ocampo señaló que en el país ya hay un alto grado de dolarización espontánea, pero explicó qué significaría “una dolarización oficial o de jure”. Y dijo: “Es el reconocimiento legal por parte del Estado de que existe una dolarización espontánea. La dolarización oficial o de jure se puede hacer de múltiples maneras y la manera que elige un país depende de circunstancias específicas a ese país en un momento dado”.
En este sentido, se centró en dos posibilidades. “Está la posibilidad de elegir el dólar como moneda de curso legal exclusivo y está la posibilidad de elegir el dólar como moneda de curso legal en competencia con otras monedas convertibles”, dijo.
Luego mencionó algunas experiencias internacionales sobre la dolarización. En América Latina hay tres países que optaron la divisa estadounidense como moneda de curso legal: Panamá, Ecuador y El Salvador.
“Panamá tiene el dólar como moneda de curso legal del año 1904, cuando se creó el país, y estaba en su constitución; es decir, no hay una ley de dolarización per se. Y existe, de hecho, una moneda que se llama el balboa, que es una moneda fraccionaria, pero que nadie realmente usa. En Panamá, en teoría, existen dos monedas de curso legal, pero en términos prácticos, la gente usa el dólar”, dijo.
Luego mencionó el caso de Ecuador. “En enero de 2000, Ecuador anuncia una dolarización. Desde el punto de vista legal, la dolarización no se hace por ley, se hace con un anuncio del presidente por televisión, y luego una serie de disposiciones que adopta el banco central del Ecuador en las semanas siguientes, que era una entidad independiente y tenía plenas facultades para hacer adoptar el dólar como moneda de curso legal. En Ecuador no hubo marco jurídico sobre la dolarización hasta la promulgación de una ley que ocurrió el 13 de marzo de 2000, dos meses después de haberse anunciado”, explicó.
“Cuando se promulga, la ley dice que el dólar es moneda de curso legal y el sucre dejará de serlo y que habrá un plazo determinado para hacer el intercambio. Ese plazo se fija al 30 de junio de 2000, tres meses después de que nace la ley. Para el 30 de junio, quedaba más o menos un tercio de los sucres sin haberse dolarizado, con lo cual el gobierno extendió el plazo hasta el 30 de septiembre”, agregó.
En el caso de El Salvador, Ocampo dice que se aprobó la ley de integración monetaria, que disponía que el dólar era moneda de curso legal en conjunción con el colón, que era la moneda de ese país. “En El Salvador coexisten estas dos monedas. Mientras que en Ecuador el proceso de canje físico duró nueve meses, en el caso de El Salvador duró más tiempo y fue no por una imposición de la ley, sino por una decisión propia de los salvadoreños. Lo que sí se hizo por ley fue dolarizar todo el sistema bancario, depósitos y créditos, con una particularidad: cuando alguien depositaba colones en el banco, el banco le tenía que acreditar la cantidad equivalente de dólares en su cuenta en dólares. Y si alguien iba al banco para retirar colones en vez de dólares, el banco estaba obligado a entregarle colones por el equivalente, obviamente, que se debitaba de la cuenta”, dijo el economista.
Otros ejemplos que mencionó de países o regiones que abandonaron su moneda fue la Eurozona y Zimbabue, en África, aunque luego volvió a acuñar su propia moneda y hoy tiene una de las inflaciones más altas en el mundo
Prestamista de última instancia
Al ser consultado sobre si es necesario tener un prestamista de última instancia, que es otro de los roles que cumple el Banco Central, Ocampo respondió con ejemplos de los otros países que están dolarizados. “Panamá nunca tuvo prestamista de última instancia hasta 2020, cuando el Fondo Monetario Internacional le extendió un préstamo con motivo de la crisis del Covid. Nunca se usó esa línea en Panamá”, indicó.
“Ecuador tiene dos cosas. Tiene un seguro de depósito que es parecido al Sedesa [que tiene el Banco Central en sus reservas] y tiene un fondo de liquidez que es un fondo al que aportan los bancos de Ecuador. Es un tema que se estableció por ley. Y ese fondo de liquidez lo maneja el banco central del Ecuador. Es decir, que cumple la función de prestamista de última instancia por discreción del banco central. Es un fondo de tamaño relativamente pequeño, algo así como US$3500 millones”, indicó.
En el caso de El Salvador no hay prestamista de última instancia. “Es una economía muy chica, su PBI es probablemente el 10% del de la Argentina. Pero tiene un sistema financiero que funciona muy bien. En el Salvador, el crédito bancario al sector privado en dólares hoy es de aproximadamente US$19.000 millones. En la Argentina, el crédito bancario al sector privado al dólar blue les va a dar menos que esa cifra. El sistema bancario argentino le presta al sector privado alrededor de 7% del PBI, cuando el promedio de América Latina es 50% del PBI. Los bancos en la Argentina prestan muy poco y en parte tiene que ver con el desorden monetario que genera el Banco Central”, dijo.
Por último, citó al economista argentino Guillermo Calvo, quien dijo que “cuando un soberano no tiene acceso a los mercados de capitales y tiene déficit, su Banco Central tiene una capacidad muy limitada de ser prestamista de última instancia”. Y concluyó: “En el caso de la Argentina en particular, el Banco Central, más que prestamista de última instancia del sistema bancario, es el deudor de primera instancia del sistema bancario”.