“Hola, ¿Hay alguien ahí? …”
-Holaaaa-
-Hola si, diga…
-Holis, soy Pichetto, de Juntos somos el Cambio, el anterior Cambiemos y casi juntos por el cambio-.
-Lo siento, se ha equivocado de provincia. ¡Tuuuu… tututuuu!
Este breve, pero profundo diálogo se remedó y replicó en varias provincias de nuestro país. Es importante el armado de cara al futuro, gane quien gane deberá tener juego en ambas cámaras, pero arrancamos para el tujes.
El desembarco al puerto amarillo del peronismo más obstinado de la mano de Pichetto -no sólo a la fórmula presidencial- sino también al gabinete nacional, ha aumentado las dosis de cafés y se ha visibilizado en el contagio o la contaminación en algunas primeras medidas de comunicación de gobierno, propias de un “pícaro” de la política retro, a la cual denostamos y ahora amigamos.
¿Para eso lo trajimos, no? En definitiva, el peronismo en algunas variantes es como el Gancia: “todo un estilo”.
En el proceso creativo -del cual somos unos ases los “amarillos”- el pensamiento innovador, por lo general, se basa en una visión nueva que ilumina una determinada situación o problema. Sirve de inspiración para hacer surgir esa idea, fruto de las asociaciones que se dan en la mente y la combinación de pensamientos procedentes de diversos conceptos y dominios.
Y así, se da lugar a una solución totalmente nueva, creativa y conocida como “gran idea”. Fruto de nuestra gestión del recreo creativo y la desesperación de caernos a pedazos, surgió la idea de Pichetto y sus vulnerados ideales.
El senador participó de la última reunión de gabinete y cuando se retiraba concentrado, serio, pensativo y mirando a la nada, aunque en realidad mirando a Mauricio, dijo: “El último que apague la luz”.
Inmediatamente, el murmullo entre nuestros ministros más perspicaces y creativos fue subiendo de tono y se volvió una ruda discusión de tribuna, propia de una tarde en el campo argentino de polo… “guurdo”. Mientras tanto, Mauricio estaba como si fuese un jueves a las 11 de la mañana, inerte, dormido e ido.
Entonces, entre Caro Stanley, Dietrich y Marquitos, tomaron las palabras de Pichetto como una clara señal política del senador. En definitiva -decían ellos- es un innovador de fuste, un iluminado, una visión nueva en la forma de “hacer las cosas” o de no hacerlas como solemos hacer nosotros, da igual.
Pero bueno, como sea, el domingo ante las inminentes noticias de que el frente “juntos por el mismo verso del cambio” perdía las cuatro elecciones provinciales en Tierra del Fuego, Santa Fe, Formosa y San Luis, sumando 14 derrotas al hilo en lo que va del año, entendieron que la solución levantaba las velas desde las entrañas mismas de esa reunión de gabinete y, así bien temprano, el domingo apagamos la luz en todo el país.
Total, dentro de diez días nadie se acuerda. Podría tratarse de una falla, pero pudo también haber sido una solución bien peronista.
Para agudizar nuestra amargura, hasta Amalia Granata le ganó al candidato de Cambiemos. “Y eso que hacemos lo que hay que hacer”, acotaba una fuente cercana a un referente amarillo de Balcarce 50, días pasados. Por supuesto, como lo venimos haciendo, agarramos ese discurso de la actriz devenida en política de ocasión para hacer circular su postura provida sobre el aborto, como nuestro líder del ocio, otra manera de decir “también ganamos acá”.
Por otros lares, Sergio Massa confirmó que encabezará la lista de diputados nacionales del “Frente de Todos” en la provincia de Buenos Aires. Si gana la fórmula F&F tendrá un lugar de privilegio en la cámara baja nacional. Si pierde, también será diputado nacional. O sea… todos manoseaus.
Entre tantas malas noticias siempre hay una buena, el Indec anunció que en los primeros cinco meses del año, la canasta básica aumentó 2,9%, dejando un claro mensaje de que “nos vamos para arriba”.
El ingreso mínimo necesario para que un matrimonio con dos hijos en edad escolar pudiera superar la línea de pobreza se ubicó en $30.337,84. Estos datos son para gente con una pobreza “digna” u “okupas”, pues esta canasta, por cuestiones metodológicas, exceptúa el costo de la vivienda en su medición, ya sea de un alquiler o una hipoteca. Dibujo sobre el dibujo que hacen un collage.
Como en el reciente acto de la Fábrica Argentina de Aviones (Fadea), donde Macri ratificó el rumbo económico. Y como estamos en lo cierto, Scaloni también siguió nuestro rumbo, como para estar en sintonía, y se subió a nuestra bandera del “perderemos hasta el final, pero siempre seremos superiores”. Seguí así pibe, porque al fin y al cabo todos somos un seleccionado, de inútiles.
La otra gran noticia es que la inflación de mayo fue sólo del 4,9% y no 5% o 6% o más, lo que denota que estamos peor que antes, pero “estamos por el camino correcto”, como muy bien lo expresara el líder de nuestro espacio y poeta del descanso, el Mauricio. Es el peligro de reducir el ejercicio del poder a una simple novela.
La fuerte recesión económica –finalmente- logró el récord que todos esperaban, después de 13 años el desempleo alcanzó los dos dígitos y llegó al 10,1%.
Gente, a no perder la fe en sí mismo. Si uno se queda sin futuro es porque han logrado desconectarnos de la relación, de lo que puede suceder con lo que podemos hacer para que suceda.
A propósito de estas fechas “¡Salve! Oh, noble Señora de un pueblo que vive en tu historia las honras de un tiempo que fue. De un pueblo que lucha en tu gloria en pos de un destino y tras una fe…”. Y no me acuerdo más, pero tome en cuenta esta frese de la oración a la Bandera, si es que le puede servir de alivio. Queda aún tela para cortar.
Amigos, amigas y amigues, nobleza obliga: “del otro lado de la reja está la realidad, de este también está la realidad y lo único irreal es la reja”.