Importaciones récord: representaron el 32% del PBI en el primer trimestre
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Las importaciones alcanzan su mayor peso sobre el PBI en 135 años. En el primer trimestre de 2025, representaron el 32% del Producto Bruto Interno. El récord responde a la apertura comercial, atraso cambiario y una recuperación del consumo
Las importaciones representaron el 32% del Producto Bruto Interno (PBI) argentino en el primer trimestre de 2025, el valor más alto desde 1890. Así lo reveló el Informe de avance del nivel de actividad publicado por el INDEC, que detalló un crecimiento interanual del 42,8% en las compras al exterior y una suba del 17,7% respecto al último trimestre de 2024, ya ajustadas por estacionalidad.
Este fenómeno se da en el marco de un contexto económico marcado por la liberalización del comercio exterior, un tipo de cambio apreciado y una reactivación del consumo, configurando una situación sin precedentes en más de un siglo.
Las tres causas clave del récord importador
De acuerdo con Daniel Schteingart, director de Planificación Productiva de Fundar, el salto en las importaciones se explica por tres factores fundamentales:
- Desregulación del comercio exterior y baja de aranceles, que facilitaron el ingreso de bienes importados.
- Atraso cambiario, que abarató productos del exterior y disparó el turismo internacional —que estadísticamente también computa como importación—.
- Crecimiento económico, que históricamente impulsa aún más las importaciones: por cada punto que crece el PBI, las importaciones lo hacen casi tres veces más.
El resultado fue una explosión del consumo per cápita, que alcanzó niveles récord en la última década.

El rol del consumo y la inversión en el crecimiento del PBI
El PBI creció 5,8% interanual en el primer trimestre, según datos preliminares del INDEC. Si bien la serie desestacionalizada mostró una suba de solo 0,8% respecto al trimestre anterior, inferior al EMAE, se observaron aportes positivos tanto del consumo privado como de la inversión, aunque con cambios estructurales en su composición.
“Se mide el consumo de residentes. Si un argentino se va de viaje o compra por Amazon, eso suma al consumo, pero no mueve la actividad interna”, explicó el economista Martín Carro, aludiendo al fuerte impacto de las compras externas en las estadísticas nacionales.
En paralelo, la inversión en maquinaria creció 9% interanual, aunque impulsada por un alza del 27% en maquinaria importada, mientras que la fabricación nacional cayó 20%, según apuntó el analista Juan Nieve. También advirtió sobre la caída de la obra pública, lo que comprometería la productividad de largo plazo: “De poco sirven camiones Volvo si las rutas están intransitables”, señaló.
El fenómeno importador, aunque expansivo en el corto plazo, genera tensiones estructurales en una economía con reservas aún restringidas. El tipo de cambio atrasado, que estimula la compra de bienes y servicios en el exterior, podría comprometer la competitividad local y acelerar la presión sobre el frente externo si no es acompañado por un crecimiento sostenido de exportaciones.
Además, el impacto asimétrico en la industria nacional —con maquinaria extranjera en alza y producción local en baja— deja al descubierto problemas de sustitución de importaciones y resiliencia productiva.
El dato del INDEC confirma que la recuperación económica en la era Milei se sostiene en un esquema de apertura acelerada y fuerte dependencia del exterior. Aunque el consumo y la inversión muestran signos positivos, la estructura subyacente plantea interrogantes sobre la sostenibilidad del modelo actual, especialmente si el tipo de cambio no se ajusta o si no se activa un nuevo ciclo exportador.
El desafío será consolidar el crecimiento sin erosionar los equilibrios externos, en un contexto donde el modelo de apertura total convive con fragilidades estructurales en la balanza comercial y cambiaria.
