La alternancia como recurrente engañifa política
Escribe MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ, Analista de Temas Económicos y Geopolíticos
Las confusiones y las tergiversaciones conceptuales, así como la imposición de supuestos conceptos “superadores” o de “democracia republicana”, que en verdad llevan a engaños groseros, o medias verdades (que suelen ser las peores falsedades, pues están recubiertas por una pátina de falsa “contundente credibilidad”), son herramientas de uso no solo frecuente, sino constante, por parte de sectores político – económicos que, si operaran en forma descarnada, serían repudiados y carecerían de credibilidad.
Es lo que sucede con el edulcorado concepto pseudo “republicano” de la alternancia, sobre el cual se machaca cuando hay gobiernos de tipo nacional con vocación popular, pero que “se olvida” cuando gobiernan sectores oligárquicos y neoliberales.
Es muy frecuente que se use el concepto como sinónimo de democracia o de recomendables pautas de acciones para alcanzar supuestos superiores niveles de ejercicio del gobierno. Es una técnica comunicativa recurrente, la de imposición de conceptos supuestamente “necesarios” o “imprescindibles” para “el republicanismo” o “la democracia”, lo cual se logra mediante la repetición masiva, así como con las divulgación de opinadores envueltos en un pretendido halo de “pureza intelectual”, y comunicadores supuestamente “independientes” pero que operan al unísono a favor del establishment neoliberal, que se ocupan de martillar conceptos para instalarlos, con lo cual dichas ideas o definiciones “deberían” ser aceptados sin discusión posible alguna. La supuesta “recomendación” imperiosa de la alternancia, expuesta como “necesaria y superadora”, o como pretendida garantía de mayor calidad “republicana”, se machaca para instalarla como pretendida verdad absoluta y no sujeta a crítica posible alguna, pero por cierto no se muestran datos históricos ni contemporáneos que avalen las supuestas “grandes ventajas” de la alternancia, como tampoco se profundiza en análisis bien fundamentados que sustenten esas agresivas y huecas campañas.
Se omite y oculta bajo montañas de palabreríos, huecos y/o rimbombantes a favor de la “alternancia”, que los grandes procesos de transformaciones exitosas, demandan mucho tiempo, excediendo el exiguo plazo de un período presidencial.
Así lo concretaron muchos países de distintos sistemas de gobierno y diferentes contextos políticos, pero de similares orientaciones de defensa y priorización de sus Intereses Nacionales.
Se citan algunos de esos casos.
• EEUU superó la severa crisis socio económica de 1929/30, con las medidas fuertemente intervencionistas de tipo keynesiano, impuestas coercitivamente por Franklin Delano Roosevelt, en su extenso período presidencial de 1933 – 1945.
• El “milagro económico alemán” de fuerte resurgimiento luego del cuadro de tierra arrasada que dejó la Segunda Guerra Mundial, tuvo su gran conductor en el Premier Konrad Adenauer, que con patriotismo y sapiencia gobernó entre 1949 y 1963, además de ser uno de los artífices de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), ente franco germano del cual derivó finalmente la actual Unión Europea.
• Mucho más reciente es el prolongado gobierno de Angela Merkel, en Alemania, sin que ningún “bienpensante democrático” se escandalizara u objetara en nada.
• De Gaulle, el Gran Charles, fue un referente indiscutido de la política francesa, desde que liberó París liderando el escuadrón blindado que tomó posesión de esa ciudad, ante la retirada de las tropas alemanas, en 1944. Fue presidente entre 1959 y 1969, ininterrumpidamente.
• Recientemente Macron fue reelegido presidente en Francia, sin crítica alguna de los “bienpensantes” voceros del establishment neoliberal, ni de las “izquierdas” de “viudos del marxismo”, que les sirven de claques a aquellos.
• China salió de la pobreza, las grandes hambrunas, y el subdesarrollo crónico, con políticas de Estado que la desarrollaron, integrando a su vasta población, y hoy va en camino a ser la primera potencia mundial. Hoy practica su propia versión de capitalismo de Estado, y logró esa formidable transformación bajo sucesivos liderazgos muy perdurables, como lo es hoy el de Xi Jinping.
• India, al salir del humillante colonialismo británico, logró notables transformaciones positivas, que posicionan a ese país de milenarias culturas, trabajosamente amalgamadas, en una potencia mundial que se desarrolla en forma constante y que con claroscuros logra mejorar el nivel de vida de su enorme población, habiendo eliminado las terribles hambrunas que antes la asolaban recurrentemente. Fue gobernada por sucesivos líderes que permanecieron largamente en sus cargos, siendo el poder ostentado por el Partido Del Congreso en forma constante. Es dudoso que con seriedad se plantee allá, la idea de “alternancia”.
• Rusia estaba en claro rumbo de disolución nacional, envuelta en una orgía de negociados, con fortunas enormes apoderadas por empresarios de dudosos escrúpulos y nulo patriotismo, que genéricamente fueron llamados “los oligarcas”, algunos de los cuales se instalaron en Londres u otros centros financieros del Bloque Atlantista. En ese contexto de caos generalizado en el gigante bicontinental, circularon con relativa facilidad ciertas opiniones de voceros y referentes caracterizados del núcleo del poder de EEUU, que sin tapujos expresaron que es un objetivo estratégico prioritario para los intereses de la mega potencia anglosajona, que el gigantesco territorio soberano ruso (el mayor del mundo), se divida en al menos cuatro naciones diferentes, y en lo posible enfrentadas entre sí.
Esa es una metodología recurrente, que la emplearon para hacer implosionar naciones “molestas” o con “viejas cuentas pendientes”, como la ex Yugoeslavia, Libia, Sudán, etc.
Pero ese contexto de caos se revirtió y apelando al patriotismo y a la Fe Ortodoxa, Rusia renació, con los resortes del Poder Nacional manejados por Vladimir Putin, quien lleva más de dos décadas (con un interregno breve de su alfil Medvedev) como gobernante de la mega potencia multi étnica de cultura y mayoría eslava. Y salvo una minoría “occidentalizada”, el grueso de la población rusa apoya al estadista que la lidera. No tienen cabida alguna allí, los cantos de sirena de la alternancia.
• El Reino Unido, aunque cambie con cierta o mucha frecuencia a los Primeros Ministros, el Poder Real Detrás del Trono, parece seguir incólume, pues las grandes líneas de acciones tienen una llamativa continuidad y no parecen ser objetadas en lo esencial. Y si surge algún líder que pueda ser algo revulsivo o que esté dispuesto a implementar algunos cambios esenciales, con sutileza o sin ella, pasa a ser dejado de lado, como parece suceder con Jeremy Corbyn, quien evidencia haber sido llevado a un cono de sombra posiblemente permanente. Recordemos que Corbyn se expresó favorable a dejar de lado el anacrónico colonialismo que tozudamente perdura, siendo el tema Malvinas el caso emblemático al respecto, como también lo es el de Belice, territorio usurpado a Guatemala.
• En EEUU, en lo esencial, demócratas y republicanos no muestran diferencias significativas, siendo ambos partidos continuadores de las grandes líneas de acciones que, bajo cuerda, parece dictar el “Estado profundo”, en el cual los Señores de la Guerra y de las Finanzas marcarían las pautas centrales, aunque haya algunas discrepancias, como seguir o no determinadas intervenciones militares u otros temas con fuertes connotaciones geopolíticas o económicas. Y si algunos líderes pueden llegar a ser “incómodos” o adoptar políticas ”molestas” (como parecieron ser otorgar derechos igualitarios a la población no caucásica, u otros temas no admitidos por el establishment), pueden implementarse “soluciones drásticas”, como los asesinatos de Martin Luther King, John Kennedy y su hermano Robert.
• Sin duda hay muchos otros casos de “transgresiones a la sacrosanta alternancia”, que pueden citarse a escala mundial.
• En Íbero América, en algunos países como Perú y Ecuador la inestabilidad política adopta el formato de presidencialismo nominal, jaqueado por las facultades intervencionistas del Poder Legislativo, y las presiones de la “gran prensa” alineada con el neoliberalismo, practicantes de la “alternancia forzosa”. Y siempre parece estar latente la existencia de uniformados, dispuestos a usurpar el poder -como en Bolivia-, con anacrónicas excusas de anticomunismo o argumentos contra “populismos”, para defender “el orden” de la preeminencia de poderosos intereses geopolíticos transnacionales. El tema no se agota.
En Argentina, los que instalan la supuesta “necesidad” de alternancia, son los voceros del establishment reaccionariamente conservador y afín a políticas económicas liberales, neoliberales o similares…cuando ellos no detentan el Poder Formal. Pero cuando se instalan en la Casa Rosada, la alternancia pasa al olvido.
Ante el aquelarre de confusiones muy profundas instaladas por el constante proceso de colonización cultural, nunca faltan entusiastas adherentes a la alternancia…para desalojar del poder formal a gobiernos con mucho o algún tinte nacional, o incluso para hacerlos desaparecer o transmutar en dóciles partícipes de la partidocracia cleptocrática liberal, endeudadora y destructiva, como hemos padecido muchas veces a lo largo de nuestra complicada Historia Nacional.