La importancia de las cuentas en orden

Escribe ALEJANDRO PEGORARO, Director de Consultora Politikon Chaco – para ECONOMIS

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Tres noticias sacudieron a las provincias durante esta semana, aunque con diferentes grados de impacto. En primer lugar, los envíos por coparticipación federal de impuestos y otras transferencias automáticas tuvieron su segundo mes consecutivo de caídas reales, una situación que comienza a comprometer, aunque de manera aún muy liviana, a las arcas provincias en un año que se prevé una expansión del gasto, como históricamente sucede en los años electorales. En segundo lugar, los envíos de mayo por fuera de la copa, las llamadas transferencias no automáticas, también mostraron descensos reales: el octavo en los últimos nueve meses. Finalmente, el tercer punto tiene que ver con la nueva normativa dictada por el Banco Central sobre la disponibilidad de dólares para que las provincias paguen amortizaciones de capital de su deuda pública en moneda extranjera. Vayamos punto por punto y sus impactos en Misiones.

Los recursos por transferencias automáticas de recursos de origen nacional, entendida estas como la coparticipación federal de impuestos, leyes especiales y compensación de consenso fiscal, es la principal fuente de ingresos de la gran mayoría de las provincias del país: en 2022 representaron casi el 55% de los ingresos corrientes de las jurisdicciones subnacionales, con algunos picos como La Rioja y Santiago del Estero donde representó más del 80% de sus ingresos corrientes. En el mes de mayo, el total distribuido cayó 2,8% interanual en términos reales. Por supuesto, la inflación explica la mayor parte de esta caída. A nivel consolidado nacional, se trata de la segunda caída consecutivo y la tercera en cinco meses.

Naturalmente, esta situación produce una alerta significativa en las provincias, principalmente en las más
dependientes de estos recursos, preocupación aún más agravada por ser este año electoral uno donde históricamente el gasto se expande y se necesita de mayores recursos para afrontar los desafíos propios de un año electoral.

En Misiones, mayo cerró con un descenso del 2,4% interanual real, y solo tuvo una suba en los cinco meses que llega el 2023. El hecho de que los recursos en moneda constante muestran bajas compromete el presupuesto, pero el fondo de la cuestión (otra vez) pasa por el mecanismo redistributivo que tiene el esquema vigente. No solo se ubica entre las provincias que menos fondos reciben (mitad de tabla para abajo) sino que la composición de los ingresos genera que las caídas sean mayores.

Centremos el análisis al NEA: como lo hemos detallado muchísimas veces en estas columnas, Misiones tiene la mayor cantidad de habitantes de la región, un indicador que es fundamental para pensar la estrategia de redistribución de fondos, aunque no la única (pero si la verdaderamente objetiva). Pese a ello, los $ 34.531 millones que recibió la provincia en mayo son el valor más bajo en el NEA, ya que las otras provincias reciben (mucho) más recursos: Chaco, con un nivel demográfico algo similar al misionero, captó un 50% más de recursos ($ 51.512 millones). Formosa, con la mitad de la población que Misiones, recibió casi el 10% más de recursos. En el acumulado del año, el Chaco recibió $ 65.427 millones más que Misiones. Esa cifra representa, por ejemplo, un 127% de lo que Misiones destinó a Inversión Real Directa ¡en todo el 2022!. Si el esquema de reparto vigente achicaría brechas a por lo menos, la mitad, la expansión de la inversión misionera (por citar un ejemplo) podría ser fenomenal. Aún así, y con todo esto, es Misiones justamente una de las provincias que más dinero invierte en inversión pública.

Pero además de ello, el esquema de reparto que está vigente genera que no solo reciba menos fondos, sino que los descensos sean más fuertes: Formosa en mayo tuvo un retroceso del 1,7% y Chaco -1,8%; Corrientes cae 2,0% y Misiones 2,4%. El perjuicio para la provincia es doble: menos fondos en términos nominales y menos fondos en términos reales.

Todo esto se vuelve aún más gráfico cuando se analizan los envíos ajustados por población: Misiones se convierte en la provincia con el séptimo valor más bajo por habitante con apenas $ 26.957 por misionero en mayo, 56% que un formoseño, 40% por debajo de un chaqueño y 17% menos que un correntino. En el acumulado del año, un chaqueño recibió $ 70 mil más que un misionero en esta comparación.

El segundo problema, como detallamos antes, está en los otros fondos nacionales: los no automáticos. El cierre parcial de mayo (en los primeros días de la semana próxima se conocerá el dato definitivo) muestra que el consolido de estos envíos a las 24 jurisdicciones subnacionales cayeron en mayo 37,4%, el cuarto descenso en lo que va del año y el octavo en los últimos nueve meses, un período marcado por el Plan Tijera de Sergio Massa.

Misiones, en mayo, sufrió un descenso de estos fondos del 35% interanual real y acumula, en los cinco meses del año, una caída del 21,6%, superior a la de Corrientes (-1,1%) y Chaco (-3,7%). Sin embargo, nuevamente la distribución es altamente inequitativa. Chaco recibió en los cinco meses del año unos $ 23.996 millones por estos envíos, mientras que Misiones captó $ 10.293 millones, el 57% menos, profundizando así las asimetrías que ya están marcadas en el reparto automático. En términos per cápita, fueron $ 20.995 por chaqueño y apenas $ 8.035 por misionero.

La conclusión es clara: Misiones es la provincia del NEA más castigada por el sistema de redistribución vigente de recursos que existe en el país. Pero, así y todo, logró tener en los últimos años una economía con mayor grado de expansión, tal como lo marcamos la semana pasada en esta columna de Economis.

Vayamos al tercer problema: la nueva normativa del BCRA que afecta directamente a los pagos de deuda provincial en dólares. Esta norma afirma que las jurisdicciones subnacionales que deban afrontar pagos en moneda extranjera solamente accederán a divisas en el mercado oficial por un 40% de los vencimientos de capital. El resto tendrán que pagarlo con dólares propios, conseguir financiamiento extra o reestructurarlo (a un plazo promedio de dos años). Este es un problema por varios motivos: en primer lugar, porque compromete los depósitos en dólares de las provincias (que son muy variados según el distrito); en segundo lugar, pone en riesgo el propio cumplimiento de sus obligaciones en dólares; y, en tercer lugar, afecta directamente a los títulos que ya han sido reestructurados entre 2020 y 2021 y que podrían volver a tener la necesidad de reestructurar, con toda la carga negativa que ello trae.

Ahora bien, ¿afecta a todas por igual? No. En términos concretos, son algunas pocas las provincias que se verían afectadas en este 2023, aunque el número de distritos podía ser mayor si esta medida continua en 2024 (situación que no parece probable, pero tampoco es descartable). Los vencimientos de capital (no contempla intereses) que deben afrontar el conjunto de las provincias en lo que resta del año alcanza los USD 444,2 millones según los cálculos que realizamos desde Politikon Chaco. De ese total, se destaca que USD 258,7 millones corresponden a Córdoba, USD 44 millones a Chubut, USD 25,9 millones a Entre Ríos, USD 23,7 millones a Jujuy, USD 45,4 millones a Mendoza; USD 19,5 millones a Neuquén, USD 15,0 millones a Salta y USD 12 millones a Tierra del Fuego.

Por su parte, los depósitos en dólares que tiene el conjunto de las provincias (a marzo) es de USD 1.661,5 millones, pero como dijimos antes, no son todas las provincias las que enfrentan vencimientos de capital en moneda extranjera este año.

Córdoba tiene USD 166,3 millones en depósitos, que le alcanzan para cubrir el 64,3% de sus vencimientos, por lo cual tiene cierta holgura para afrontarnos considerando las nuevas limitaciones del Central. Lo mismo, con mayor margen incluso, pasa con Chubut (sus depósitos representan el 102% de sus vencimientos de capital), Mendoza (381,5%), Neuquén (127,8%), Salta (147,5%) y Tierra del Fuego (79,3%).

El problema, entonces, lo tienen Entre Ríos y Jujuy, donde sus depósitos cubren solo el 27,1% y 23,4% de sus vencimientos, respectivamente. ¿Misiones? No tiene compromisos en dólares que apliquen a esta normativa. La deuda emitida en dólares en Misiones representa apenas el 11,1% del total, pero ese total está comprendido bajo el grupo del Gobierno nacional, ya que se trata de financiamiento de organismos internacionales y convenios multilaterales. Por ende, la provincia no necesita hacerse de dólares para pagar esos créditos ya que el pago se realiza en pesos a través del gobierno nacional. Esto no es azaroso, se trata de un proceso de desendeudamiento fuerte del estado misionero que, además de reducir su stock en valores reales, tomó como política de Estado la no toma de deuda en dólares bajo el esquema de títulos públicos, pese a la fuerte oferta que tuvieron las provincias en el período 2016-2017 y que obligó a muchas de ellas que decidieron tomarla, a reestructurarlas en plena pandemia ante la crisis cambiaria y recesiva del 2018-2019 y la pandemia el 2020.

Los tres problemas detallados en estas líneas dejan una conclusión: Misiones es altamente perjudicada en el esquema de reparto de recursos de origen nacional, pero aun así es la economía más fortalecida del NEA. Misiones es la provincia más castigada en la distribución de fondos nacionales, pero aun así no tiene un problema de deuda pública. Pese a ser discriminada sistemáticamente por el estado nacional (sin importar el nombre de la administración de turno), pese a ubicarse en una zona geográfica que muchas veces le resta competitividad; pese a no contar con infraestructura suficiente para el pleno desarrollo de la industria (ejemplo: la falta de gas); pese a todo, es la economía de mayor expansión de todo el Norte Grande.

La pregunta de cierre es: ¿Qué pasaría si Misiones fuese respaldada por el Estado Nacional? Sin dudas, podría sentarse definitivamente en la mesa grande de toda la República Argentina.

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