Las Lucías: un legado de amor por las cosas ricas
La pasión por la cocina se convirtió en una empresa gastronómica emblemática en la ciudad. Las Lucías se llama la casa en la que ya compraron varias generaciones y que ahora apuesta al futuro. ¿El nombre? Simple. Una idea que se le ocurrió de un chispazo al esposo: Lucía y Lucía, madre e hija, le dieron vida al sueño.
Desde hace 32 años los posadeños se pueden deleitar con las delicias de Las Lucías, un proyecto que surgió como el cierre de una etapa y el inicio de un gran sueño que fue creciendo en el transcurrir de los años. Madre e hija marcaron el camino que hoy sigue uno de los hijos, Adrián, quien abrió una “franquicia familiar” bajo el mismo nombre, pero con una identidad propia.
Lucía Gercke vivió toda su vida en Posadas. Estudió y se recibió de psicopedagoga. La docencia parecía ser su vocación y ejerció durante un tiempo, pero en su interior sentía que eso no era lo que ella quería estar haciendo el resto de sus días. Su intuición, que siempre fue su empuje para arriesgarse, le decía que su vida era más que encerrarse en un aula a dar clases.
En entrevista con Economis, Lucía nos traslada en el tiempo, para compartir cómo pudo abocarse a su pasión y arriesgarse por ello. “Es hermoso poder recordar todo lo que he transitado hasta el día de hoy, caminar por el local y ver todo lo que he logrado me llena de nostalgia. Yo viví toda mi vida en Posadas, pero mis padres eran de Apóstoles y Bernardo de Irigoyen, siempre fueron personas muy trabajadoras, algo que siempre admiré y que me inspiró a llevar adelante este proyecto, que incluso fue algo que logramos plasmar con mi madre, ella se jubiló joven, era grande pero no tan grande y tenía muchas ganas de seguir trabajando”.
¿Cómo surgió la idea de este proyecto?
“La aventura comenzó cuando yo tenía tan solo 30 años, era joven cerré un ciclo, y era ver para donde partir, la cocina era algo que me atrajo siempre, así que le propuse a mi mamá empezar con algo referido a la gastronomía, así inició el proyecto. Sacamos un préstamo del banco y decidimos poner un local de rotisería y algo de repostería, nuestros únicos instrumentos fueron dos ollas, una heladera y un horno pizzero, menos de lo necesario, el lugarcito original era un garaje, y un jardincito, lo que ves hoy lo fui construyendo de a poco con mucho esfuerzo e incluso ahora tenemos preparado una habitación por si necesitamos otro espacio”, cuenta sobre el local ubicado en calle Alvear casi Junín.
“Comenzamos a hacer cursos anuales de repostería y de cocina en general, lo que mas me gusto fue todo lo que era decoración de tortas, tartas de cocina, y hacerlo todo artesanalmente, como lo hacemos en casa, sin tanto químicos, que es algo que lo mantengo hasta hoy, trato de que mi producción sea de lo más casera. Me fui guiando por mi intuición y por observar qué era aquello por lo que la gente se acercaba al local, viendo para donde apuntar y qué cosas no había en el medio, cuáles eran los nichos que no estaban explotados, porque emprender en los años 90 no era lo mismo que ahora, no había publicidad, redes sociales, Youtube, no existía la difusión más que la palabra, fue un trabajo muy a pulmón. Siempre agradezco a Dios y al esfuerzo nuestro, porque sin trabajo no se logra nada”, relata.
Hablar de invertir en un proyecto gastronómico hoy es más usual ¿Cómo era en los años 90?
“Un proyecto así era innovador hace 32 años, y nosotros empezamos haciendo de todo, incluso peceto relleno con salsa, ensalada rusa, arrollado de pollo y todo este tipo de cosas. Los vecinos me decían que no iba a funcionar, que me ponga hacer hamburguesas, papas fritas, pizza esas cosas era lo que más llamaba la atención, pero a mi no me gustaba nada de eso, no me veía friendo papas para nada, mi pasión era cocinar algo rico y casero, que tenga esa elaboración rica. Las tartas fueron un éxito, e incluso venían clientes que nos tiraban alguna receta familiar como para que la implementáramos en la cocina, tanto fue el éxito que al poco tiempo pude pagar la primera cuota del préstamo y fuimos comprando lentamente más materiales de trabajo, y construyendo un lindo lugar”.
¿Cuál fue ese motor que las motivó a arriesgarse a abrir el local?
“Creo que la necesidad y las ganas son el mejor motor para encarar la vida. En ese momento no tuve el capital para arrancar con todo como yo hubiese querido, pero lo importante es que empecé y ver la evolución es increíble, al año ya terminé la habitación de arriba que había comenzado, los chicos fueron a nuestra habitación, nosotros fuimos a la habitación de arriba, al año siguiente mi living iba siendo invadido por productos, mercaderías, heladeras. En el transcurso de los 30 años la fui construyendo de a poco, todo en partes hasta que termine. Este living era mi patio abajo y un día sentada dije: ¿Dónde pongo más heladeras? ¿Dónde pongo más hornos? No tengo espacio, porque como iba aumentando la venta, yo necesitaba más volumen de todo y ocupé hasta el patio y acá arriba este espacio que es mi lugarcito de trabajo, mientras miro televisión, para hacer la parte administrativa. Siento una gran gratificación de decir que fue a pulmón, con mucho sacrificio porque la gastronomía no es fácil y hoy día hay mucha más competencia”.
Mencionaste la competencia, ¿Cuál es el secreto para permanecer en el tiempo, aún hoy con la competencia que hay?
“Siempre cuidé la calidad del producto, la manteca es manteca, no hay negociación, porque si haces un pan dulce con manteca, y después lo haces con margarina, es otro el resultado. La harina tiene que ser tal harina para mantener la calidad, cuidar el producto, no se pueden alterar. También hay cosas que se fueron innovando, fue aprendiendo, estudiando y preguntando, buscando brindar un buen producto a un precio que sea accesible. También una buena atención, que es fundamental en el rubro, me intereso por el cliente y trato de asesorar en su compra, cuido la amabilidad y cortesía del personal, no solo por marketing o lo comercial sino por una cuestión de educación y respeto”.
Un proyecto familiar que fue creciendo, ¿Hoy es generador de empleo?
“Esa es otra de las grandes satisfacciones que me ha dado este proyecto, poder dar trabajo a las familias, a los jóvenes, hoy tengo una persona a punto de jubilarse. Mi filosofía con el personal quizás no coincide con el de las nuevas generaciones en el que no quieren casi contratar mujeres por las posibles licencias de embarazo u otras cuestiones. Yo sé lo importante que es el trabajo para una mujer, porque yo siempre trabaje y así saque adelante a mi familia, antes de ser propietaria tuve varios trabajos, y fui mamá trabajando. Con el tiempo fui incorporando varones, no fue fácil pero hoy estoy chocha, soy de decisiones tranquilas, pero seguras. Puedo decir que en el local somos una gran familia, que trabaja arduamente todos los días, y no es un trabajo sencillo esa es la realidad, pero cuando te gusta algo, te levantás todos los días y le ponés el lomo. Tengo gente trabajando hace muchos años, y otros que eligieron irse para seguir creciendo y está perfecto, también hubo gente que no aguantó, porque hay que estar preparado para aguantar ocho horas cerca de un horno o para levantarse un domingo y venir a trabajar. Nosotros estamos de martes a domingo, y cada uno tiene su vida, los fin de semana se que no son fáciles pero hay que estar, te puede encantar la gastronomía pero también tienes que estar dispuesto.
Hoy Las Lucías original emplea a diez personas. La franquicia, “por ahora”, a otras seis.
Son muchos años en el rubro y en los que el país ha pasado por diferentes crisis, la más reciente, la pandemia que marcó un antes y un después en los locales de comidas y comercios especialmente ¿Cómo fue ese trayecto en una época de aislamiento obligatorio?
“Sinceramente me dio mucho miedo cuando fue la pandemia, más que cualquier otra crisis. Pero mi criterio siempre fue timonear el barco con mucha prudencia. Armamos como una ingeniería en las compras, saber comprar y tener el tiempo de hacerlo, nosotros estábamos declarados como parte del sector imprescindible, no teníamos prohibido trabajar, lo que yo hacía para cuidar a mi personal era asignarles turnos, de 10 venían 4, para no estar todos y cuidarnos mutuamente. Aparte de los cuidados se había frenado todo, las fiestas, los cumpleaños, los eventos en las instituciones, gracias a Dios se activó la venta por delivery, las ventas online, tengo la gracia de decir que siempre pude llegar a fin de mes, siempre cuidando la salud de los clientes, por supuesto también tuvo sus beneficios y aprendizajes, como dice el dicho no hay mal que por bien no venga, ahora cuidamos más la comida, somos más consciente de lo que consumimos, no malgastamos tanto comprando en gran cantidad innecesariamente.
¿Cómo te sientes con la decisión que tomaste a tus 30 años?
“Hoy se que no me equivoqué con la decisión que tomé, porque la docencia está complicada, yo soy muy idealista y siento que no hubiese encajado en el sistema, cuando di el paso, era consciente que quería ser la dueña de mi proyecto, poder criar a mis dos hijos conmigo, porque yo me crié muy sola con mis hermanos, mis padres vinieron del interior en el año 59, mi papá viajaba y mi mamá trabajaba todo el día. No teníamos abuelos, entonces ver que esto me permitía trabajar desde casa y estar más presente para ellos fue lo fundamental, estuve firme para ellos desde el jardín hasta que recibieron, ambos tienen sus títulos universitarios, ellos siempre me ayudaron y lo siguen haciendo, son mi mayor orgullo. Me puedo poner nostálgica, porque ir viendo el progreso desde abajo, creo que ni mis hijos podrían entender el sacrificio que hice, también fueron muy pacientes porque siempre fue una casa inundada de olor a comida, la intimidad también un poco invadida por los ruidos, ellos nunca se quejaron, también tuvo su parte linda por supuesto que era las reuniones con los amigos y primos, todos los chicos se criaron en la vereda esperando la merienda que siempre eran muy ricas.
¿Cuál es tu visión a futuro?
“Ya tramité mi jubilación, la idea era jubilarme, y retirarme un poco, pero uno de mis hijos inauguró una nueva sucursal de Las Lucias, entonces quiero estar presente para poder ayudarlo, mientras tenga salud y tenga ganas que es lo más importante. Yo me mantengo entusiasmada, ahora con la expansión de la franquicia quiero seguir innovando, aprendiendo cosas nuevas, poder encontrar el tamaño para hacer la marques de chocolates que ese es mi sueño, desde ese punto seguir impulsando al crecimiento, hacer algunos cambios que sumen, y ver que mis hijos puedan mantener cada uno su local y que mi retiro se vaya dando como algo natural, dedicarme a disfrutar, viajar junto con mi esposo, que es algo que siempre quise y aprovechar que ahora se dan las condiciones. Aunque todavía tengo un sueño más por cumplir que si se da la posibilidad de abrir otro local sería para los celíacos, que es muy necesario, es un nicho que todavía no está explotado, y es una idea que también lo voy a ir implementando de a poco”.
¿Qué sientes al ver todo lo que lograste estos 32 años?
“Uno va aprendiendo a lo largo de la vida, el otro día baje al local había mucho silencio y me puse a pensar cuantas historias pasaron por ahí, cuántos millones de pasos di, recordé a mis padres, a una amiga que me enseñó tanto, me emocione y me puse a llorar, pero un llanto de alegría y satisfacción. Mi vida pasó en ese lugar, como una película, no es solo un trabajo es mucho más. A veces vienen señoras y me dicen palabras lindas que son un mimo al alma, resaltando mis productos por su elaboración que siempre son sencillas pero de calidad, esas palabras son las que realmente valen, y ahí de tas cuenta que no se trata de ser extravagante sino de simpleza y de calidad. Me siento agradecida, orgullosa. Puedo decir que cada esfuerzo valió la pena, logré salir adelante, pude brindarles a mis hijos todo lo necesario, les inculque valores de amor, trabajo y respeto. Estoy muy feliz y agradecida con lo que veo hoy”.
La historia de Las Lucias se expande después de 32 años de tradición, con un traspaso generacional: hace un mes se inauguró de Las Lucias Deli, una versión actualizada de Las Delicias Tradicional pero con la misma calidad y calidez, esta vez en manos de Adrián Amarilla, licenciado en Psicología, quien también decidió apostar por la empresa familiar e instalarse en el mercado gastronómico junto a su esposa.
Adrián ¿Qué te llevó a apostar a una nueva sucursal?
Esta nueva sucursal es un proyecto de mi esposa y mío, en base de que fuimos viendo que el local de Alvear ya quedaba chico para la demanda que tenía, en fechas claves y también en el día a día, en el que a veces no se llegaba a cubrir con todos los pedidos porque por suerte hay mucho movimiento, por lo que vimos la posibilidad de ampliar la línea y buscar un lugar en el centro pero un poco alejado de las Lucias Tradicional, por lo que nos instalamos en Córdoba esquina General Paz con Las Lucias Deli, para que la gente tenga otra opción en cuanto a la ubicación y por supuesto en cuanto al servicio que siempre se busca sea el mejor para los clientes y amigos.
Es la continuidad de Las Lucias Tradicional, pero actualizada a la era moderna ¿Qué es lo nuevo e innovador que ofrecen en esta nueva sucursal?
Es un versión mejorada, en la buscamos ofrecer un servicio completo, por lo que contamos con delivery, también abrimos un catálogo en el número de WhatsApp donde pueden ver todos los productos con los precios, y atendemos los lunes a deferencia del otro local que el lunes es históricamente el día específico de descanso, nosotros decidimos tener otra dinámica que se dió por escuchar a nuestros clientes que sería un aspecto positivo porque los lunes hay movimiento y a veces también eventos en los que precisan nuestros servicios.
Un momento particular a nivel país ¿No te pareció arriesgada la inversión?
Este fue un proyecto que siempre estuvo en los temas de conversación con mi esposa, siempre quisimos poner un emprendimiento, y el rubro de la gastronomía era algo que conocíamos ya hace varios años, y como comentaba escuchando a los clientes siempre pedían una nueva sucursal y tomamos como referencia ese aspecto. La verdad es que en Argentina creo que nunca es el momento de invertir, de proyectar algo, sea por la economía y otras cuestiones, siempre uno espera que esté todo más estable, política, social, y económicamente pero ¿cuándo será el momento? Decidimos dar este gran paso porque la forma de progresar no es esperar sino arriesgarse, trabajando y haciendo las cosas de la mejor manera para crecer y proyectar un futuro que dé frutos.
¿Un nuevo proyecto que apuesta al crecimiento de la región y también a brindar nuevos puestos de trabajo?
Totalmente, en el nuevo local hay gente trabajando que se capacitó anteriormente en el local de mi mamá, se fueron capacitando durante un mes en los sectores en los cuales se abocan actualmente, para poder sacar exactamente el mismo producto con la misma receta, y los mismos procedimientos. Es un equipo de trabajo que creamos haciendo una selección de personal y después haciendo la capacitación para lograr un producto con la misma calidad de Las Lucías Tradicional. También tenemos pensado a futuro, dependiendo por supuesto de la demanda y el movimiento del local posiblemente seguir incorporando más gente. Por el momento el objetivo es seguir brindando los mejores productos con la mejor atención”.
Se puede decir que Las Lucias Deli empezó a escribir su historia, ¿Qué recuerdos tenés de los inicios de tu mamá en el rubro?
Si, nosotros cumplimos un mes de la inauguración de esta nueva sucursal, siempre agradecidos por el apoyo de nuestras familias, tanto la mía como la de mi esposa que nos acompañaron en todas las etapas del proyecto.
Mi hermano y yo nos criamos en casa donde actualmente está el primer local, a medida que iba creciendo el negocio, creciendo la demanda, se iba modificando la casa, un montón de gente que trabajó con nosotros y creció con nosotros, también cambiando la dinámica laboral y por supuesto la familiar.
Iba todo cambiando constantemente, recuerdo que siempre veía a mis abuelos, (a los papás de mi mamá) y a mi mamá trabajar mucho cada uno en su área en un rol específico, pero especialmente mi abuela con mi mamá hacían varias cosas. Nosotros obviamente también ayudábamos, siempre presentes en todo el desarrollo del negocio. Recuerdo que teníamos un festejo de cumpleaños muy particular, un año podíamos festejar en un living que al año siguiente ese living ya formaba parte del negocio, viendo todo el crecimiento paulatino del lugar. Fuimos creciendo también nosotros, siempre estudiamos, nos formamos profesionalmente, cada uno tiene su título universitario. Intentamos estar siempre para mamá como ella estuvo siempre para nosotros. Es nuestro ejemplo de amor, esfuerzo, perseverancia y trabajo, sin lugar a duda.
¿Qué podemos encontrar en Las Lucias Deli?
Ofrecemos un servicio inmediato, por ejemplo si piden un producto temprano por la mañana, para el mediodía el pedido está listo. Tenemos producción tradicional de la línea Las Lucías y también nuevos productos y presentaciones, implementamos productos en pequeñas presentaciones, como la tarta de fruta, chocotortas, choco oreo, tiramisú, algunas tortas en porciones que también es algo que la gente pide mucho, al mismo tiempo están en sus presentaciones clásicas, como así también los budines clásicos, de vainilla con semillas de amapola, de chocolate con nueces, milhojas en tres variedad que son con crema pastelera, frutos rojos y chocolate blanco, la nueva opción de brownie con frutos rojos, dulce de leche, merengue y el famoso lemon pie. Estamos muy entusiasmados y trabajando a la par juntos para lograr ir creciendo de a poco siempre ofreciendo un servicio y productos de calidad. Tenemos nuestro Instagram tanto de nuestro local que es @lasluciasdeli y está el Instagram del otro local que es @lasluciastradicional. Nosotros en Las Lucías Deli atendemos de lunes a sábado de 7:30 a 13:30 horas y de 16:30 a 20:30.