Las razones que explican la robustez del mercado laboral de Misiones
Esta semana, el INDEC publicó su reporte de Mercado de Trabajo en los aglomerados urbanos del país correspondiente al segundo trimestre del 2023. Del mismo surgió el dato de que la tasa de desocupación a nivel nacional marcó un piso histórico con 6,2% aunque lo que se dijo menos (o directamente se omitió) es que la tasa de actividad y de empleo cayó; por ende, la desocupación bajó pero no por crecimiento del empleo, sino por alza en la población inactiva.
Esto solo muestra la necesidad de ahondar en cuestiones metodológicas propias de la muestra del INDEC, que la realiza a través de la EPH, para no caer en falsas conclusiones. El piso histórico de la desocupación no se explicó por mejoras del empleo y a partir de allí debe iniciarse el análisis.
A nivel país, la tasa de actividad fue del 47,6%, cayendo 0,7 puntos porcentuales contra el trimestre anterior y la de empleo cae 0,4 p.p. trimestral; esto generó que la tasa de desocupación descendiera en 0,7 p.p. trimestral. Veamos en números absolutos.
Según el reporte del INDEC, el total de la población abarcada en la medición es de 29,4 millones de personas, unas 64 mil más que en el trimestre anterior. La población económicamente activa es de 13,9 millones de personas, unas 185 mil menos que en el primer trimestre (un primer dato relevante). La población ocupada es de 13,1 millones, 83 mil personas menos que el trimestre anterior. A su vez, la población desocupada es de 872 mil personas, 102 mil menos que el trimestre anterior.
Sobre esa base, podemos decir que hay ochenta y tres mil “ocupados menos” pero al mismo tiempo, hay ciento dos mil “desocupados menos”. ¿Cómo entender esto? En la actividad: hay ciento ochenta y cinco mil “nuevos inactivos”. Aquí está la clave fundamental del análisis de los indicadores del mercado de trabajo. En otras palabras: no hay mejoras destacables sino, por el contrario, un proceso de retracción que hay que estar muy atentos.
Hasta ahora, detallamos lo inherente al total de los aglomerados urbanos medidos. Vemos específicamente qué ocurrió en el aglomerado misionero de Posadas. En el segundo trimestre del 2023, la tasa de actividad fue del 49,2%, la tercera más alta registrada de la serie histórica para este aglomerado. Contra el trimestre anterior, este indicador creció en 0,9 puntos porcentuales, siendo el único aglomerado de todo el NEA en mostrar expansión. A su vez, la tasa de Empleo marcó 47,3%, también el tercer mayor registro de la serie histórica para Posadas. Este indicador creció 1,3 p.p. contra el primer trimestre del año.
Por su lado, la tasa de desocupación marcó 4,0%, ubicándose en línea con el promedio histórico del aglomerado (4,1% de promedio trimestral entre 2016 y 2023) y descendiendo en 0,7 p.p. respecto al trimestre anterior.
Analizando en valores absolutos, la población total del aglomerado de Posadas es de 385 mil personas y creció en mil personas en los últimos tres meses. La Población Económicamente Activa (PEA) abarca a 189 mil personas y sumó cuatro mil personas trimestralmente; la población ocupada comprende a 182 mil personas, cinco mil más que un trimestre atrás; mientras que la población desocupada es de 7 mil personas, dos mil menos que en el primer trimestre.
La comparación entre las tasas, la población y las variaciones entre Posadas y el total país muestra una amplísima ventaja en favor de la capital misionera, que puede resumirse en el hecho de que la desocupación posadeña cayó en base al crecimiento del empleo, a diferencia del total país donde la desocupación cae producto del alza de la inactividad.
El desempeño de Posadas en relación con los otros aglomerados del NEA también exhibe una fuerte superioridad. En primer lugar, y en línea con un comportamiento histórico posadeño, tiene la mayor tasa de actividad de la región superando ampliamente a los otros aglomerados, al promedio regional y al promedio nacional, ubicándose además en el top diez de aglomerados con mayor nivel de actividad. A eso, se le suma el hecho de que fue el único en el NEA con mejoras en la tasa de actividad contra el trimestre previo: +0,9 p.p. contra caídas de Corrientes (-0,3), Formosa (-3,6) y Gran Resistencia (-0,7). A su vez, el total NEA cae -0,6 p.p. Por ende, se observa cómo Posadas fue a contramano de toda la región exhibiendo expansiones de su población económicamente activa.
En relación con la tasa de Empleo, Posadas sigue dominando en la región con el más alto valor: 47,3%, muy por encima del resto de los aglomerados del NEA, al promedio regional (42,4%) y al nacional (44,6%), logrando colocarse entre los seis distritos del país con mayor tasa de empleo. Además, y en línea con lo observado en la actividad, Posadas no solo tiene la mayor tasa sino también la mejor performance: este indicador crece 1,3 p.p. trimestralmente; en el resto del NEA, la tasa de empleo también crece en Corrientes aunque en menor nivel (0,4) y cae en Formosa (-3,7) y Gran Resistencia (-1,2), como también en el promedio regional (0,6). Nuevamente, Posadas se diferencia fuerte y positivamente del resto de la región en términos de resultados.
Respecto a la tasa de Desocupación, el 4,0% que marcó en Posadas está por debajo del promedio regional (4,3%) como también del nacional (6,2%). Esto es fundamental e imprescindible entenderlo en el contexto señalado previamente, vinculado a la actividad. Mayores niveles de actividad pueden tender a generar mayores niveles de desocupación por la existencia de una importante población que demanda empleo sin conseguirlo; menores niveles de actividad generan a su vez menores tasas de desocupación por tener a una mayoría de la población en modo inactiva y no demandantes de empleo. Por ello, tener altos niveles de actividad con baja desocupación, como lo tiene Posadas, equivale a tener un mercado de trabajo con fuerte robustez.
En este entramado de datos, el hecho de que Posadas haya logrado descender su tasa de desocupación a la par que aumentó la actividad y el empleo es el dato verdaderamente relevante de este reporte. Esto equivale, ni más ni menos, a decir que hay más gente buscando insertarse en el mercado de trabajo y que esa demanda estuvo contenida por oferta de empleo, mientras en paralelo el empleo también contuvo a los que ya estaban, desde antes, pidiendo por uno. Win-win.
Pese a esta muy buena performance mostrada por Posadas, no es la mejor que se recuerde. También en un segundo trimestre, pero del 2022, este aglomerado tuvo los mejores indicadores de su historia en un escenario realmente inédito para Posadas. La tasa de actividad superó el 50% (50,9%), la de empleo lo rozó (49,6%) y la desocupación fue muy baja (2,6%). En los tres indicadores sus variaciones fueron fenomenales en aquel momento: +2,2 p.p. la actividad, +2,8 p.p. el empleo y -1,4 p.p. la desocupación. Eso generó que, en aquel momento, el aglomerado muestre los niveles más altos de actividad y empleo de todo el interior del empleo, ubicándose en el ranking nacional únicamente por debajo de CABA, líder histórico en estos listados.
Por ende, teniendo identificado el pico histórico para Posadas, que se dio apenas un año atrás, y considerando la fuerte mejora que se observa en este segundo trimestre de 2023 contra el anterior, el desafío posadeño y misionero está puesto en volver a ese pico, de mínima. La evolución que señalamos es el punto de partida para ello.
Ahora bien, la otra cara de la moneda tiene que ver con la satisfacción alcanzada con el empleo obtenido. En Posadas, la tasa de personas ocupadas pero que demandan empleo, motivados posiblemente por el factor ingresos o bien por la calidad del empleo, es del 12,3%, inferior al promedio nacional (16,2%) pero superior al del NEA (10%). A su vez, la subocupación posadeña está en torno al 11,6%, superior a las medias nacionales y regionales, al tiempo que los subocupados demandantes (es decir, que buscan trabajar más horas) es del 9,3%, también por encima del nivel país y NEA. Esto supone otro desafío para Posadas ya que dichas tasas también mostraron alzas, aunque está en línea con lo que pasa en el país, lo cual puede pensarse que la búsqueda de otra ocupación o de más horas de trabajo está fuertemente vinculada a los ingresos en un contexto de super inflación.