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La mesa, larga, estaba repleta. Después de dos décadas, un Presidente recibía a la cadena forestal, un sector que viene castigado por la pérdida de competitividad que no se alivió con el cambio de gobierno. La expectativa era alta por lo que se podía conseguir y por cómo se gestó un encuentro inesperado apenas unas horas antes de que abra sus puertas la Feria Forestal Argentina, en Posadas, donde se suelen escuchar mensajes empresarios  hacia las políticas públicas.

El presidente Mauricio Macri ofició de anfitrión en la reunión del martes en la Casa Rosada. Se empapó de la situación del sector de la mano de un amigo enviado personalmente a seducir a los empresarios. Luis Miguel Etchevehere, el presidente de la Sociedad Rural, cumplió a la perfección el papel de enlace. Vino a Misiones, se reunió con los principales empresarios y asociaciones y llevó una serie de planteos a la reunión. Etchevehere irrumpió en el escenario como un nuevo actor político y se desliza que puede el reemplazante del inocuo Ricardo Buryaile, que se enteró del encuentro a última hora.

Hubo un compromiso saliente. El Presidente prometió que el diez por ciento de las viviendas que construya el Estado, tendrán madera como material. La promesa es una inyección de alivio a las empresas forestales y aserraderos de Misiones, cuya sufre por partida doble: el mercado interno se ha desplomado y se abrió la compuerta de las importaciones.  El acuerdo definitivo se firmaría este martes y si la Nación cumple con la pauta de 80 mil viviendas en todo el país durante 2018, ocho mil serían de madera.  

En la práctica, fue el único acuerdo real firmado por el Presidente. Después, hubo una agenda que priorizó al sector empresario más potente y dejó en segundo plano las demandas del pequeño productor forestal. Se habló de la instalación de nuevas pasteras en la Mesopotamia –un anhelo del propio Macri- y de mejorar las condiciones de negocios para el sector más poderoso de la cadena, representado en la Asociación Forestal Argentina, donde el grupo Arauco, ex Alto Paraná, es uno de los más relevantes.

En la mesa, sin preludio, los empresarios le reclamaron a Macri que interceda para derogar la ley de insalubridad laboral en la industria celulósica que protege a los trabajadores y que Misiones elimine el cobro de Ingresos Brutos a las exportaciones. El presidente, solícito, trasladó el planteo al gobernador Hugo Passalacqua, que integraba la mesa junto a su par de Corrientes, Ricardo Colombi.

Ninguno de los dos temas son problemas de fondo del sector forestal. Pero si son inquietantes políticas que mejor evitar que sirvan como ejemplo. La ley de insalubridad laboral protege a los trabajadores de la contaminación generada por los químicos para el blanqueo de la pasta. Y obliga a la incorporación de un nuevo turno de trabajo para reducir la pesada carga laboral. Como su nombre lo indica, sólo alcanza a las empresas de celulosa. La celulosa no es el sector que más empleo demanda. Su producción se vende en dólares, pero paga en pesos.

El reintegro a las exportaciones tampoco significa un problema real para buena parte de las empresas. En la práctica, sólo Lipsia en Misiones es la que tributa en pleno. El resto paga, pero recibe un reintegro a cambio de no despedir empleados. Es decir, el efecto es neutro y se mantiene al personal ocupado. Es una intervención del Estado en función del bien común. Para Arauco, en cambio, el efecto de ese impuesto debe ser desterrado. El impuesto comenzó a aplicarse en 2006. Las exportaciones de pasta celulósica no variaron demasiado desde entonces y, en cambio, tuvieron un pico en 2010 de 179.551.000 dólares. Los muebles de madera, que no tienen un peso relevante en las exportaciones, tampoco parecen depender de un impuesto para alcanzar mercados.  

Las ventas al exterior del sector forestal están representadas en el peso de la pasta celulósica, por lo que el planteo en la mesa presidencial no representa un beneficio para los productores y pequeños empresarios, sino casi exclusivamente para el grupo de capitales chilenos.

Lo que cobra relevancia, entonces, es el rumbo que tome la política forestal nacional. Etchevehere no es un interlocutor cualquiera. La Sociedad Rural está identificada con los intereses de la Pampa Húmeda y las grandes extensiones del campo. Por ósmosis, Etchehevere representa los mismos intereses en la cadena forestal.

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Macri también sugirió al gobernador de Entre Ríos la derogación de la Ley 9.759, Ley de la madera y de la ley 9.644, contraria a la industria de la celulosa. En el caso de Corrientes, cuestionó a su socio COlombi por las restricciones al acceso a la tierra que se establecen en el artículo 61 de la Constitución provincial, ya que no dan “previsibilidad” y suponen una traba para la inversión forestal.

Por otra parte, también señalaron que en el encuentro Macri se habría expresado sobre la Ley de Tierras y se comprometió a trabajar para que “la industria forestal quede exenta” del alcance de esta normativa.

Tan relevante como los temas tratados, adquieren significado los que no fueron parte de la agenda. Por arriba se habló de la prórroga de la ley de incentivos a los bosques implantados -25080- y quedó en promesa una remesa extra de cien millones de pesos para cumplir con los planes planificados para 2017. En 2018 habrá, prometió el ministro de Economía, Nicolás Dujovne, una remesa de 395 millones de pesos.

Se soslayó, en cambio, la ley de Presupuestos Mínimos para la protección de Bosques nativos. Además de la deuda que mantiene la Nación, Misiones es una de las provincias menos beneficiadas por el reparto de los escasos recursos. No está entre las prioridades y quedó la promesa de una reunión con el showman rabino Sergio Bergman, ministro de Medioambiente.  

Casi al mismo tiempo en que se desarrollaba la “Mesa Forestal”, la fundación Vida Silvestre daba a conocer un duro documento en contra del ajuste en el presupuesto para protección ambiental:  para 2018 se asignan 550 millones de pesos para la protección de todos los bosques de la Argentina, apenas el 6.5% de lo estipulado por la Ley de Bosques. La Ley Nº 26.331 (la comúnmente conocida como Ley de Bosques) es clara. En su artículo 31 estipula que el Fondo Nacional para el Enriquecimiento y la Conservación de los Bosques Nativos estará integrado por las partidas presupuestarias que no podrán ser inferiores al 0.3% del presupuesto nacional. Ese 0.3% para 2018 debiera ser de 8.700 millones de pesos, una cifra muy superior a los 560 millones estipulados en este proyecto. El Fondo también debiera recibir el 2% del total de las retenciones a las exportaciones de productos primarios y secundarios provenientes de la agricultura, ganadería y sector forestal, correspondientes al año anterior del ejercicio en consideración. No es exclusividad del macrismo: desde su implementación, la Ley de Bosques nunca pudo contar con su presupuesto completo, y recibió menos del 10 por ciento de lo que se esperaba.

 

Lo que se dijo y lo que no, entonces, cobran relevancia. No se habló demasiado de los bosques nativos. Pero quedó en carpeta la posibilidad, impulsada por el propio Macri, de impulsar la radicación de nuevas industrias celulósicas en la región. Corrientes quiere y Misiones tiene masa forestal. ¿Habrá acuerdos o se repetirá un escenario como el de Entre Ríos? Los socios radicales del Presidente tienen sentimientos encontrados.

El eslogan de ríos libres fue adoptado por todas las organizaciones ecologistas que se oponen a la construcción de represas con la idea de proteger a los cursos de agua de un impacto ambiental difícil de calcular. Lo mismo cabe para la industria celulósica. Difícilmente una megapastera como las que quiere Macri para la Mesopotamia, supere un estudio de impacto ambiental y de contaminación de los “ríos libres”. La industria contamina. Poco o mucho. Contamina.

¿Qué dirá ahora el radicalismo? El socio menor de la alianza gobernante puso en papeles su rechazo a cualquier emprendimiento que ponga en riesgo la calidad ambiental de los ríos. Lo hizo en una convención en 2011, pese a que el tema nunca fue debatido en profundidad. En ese entonces el fantasma de Garabí se agitaba como inminente. Hoy las represas vuelven a estar en el tapete y el interés de Argentina y Brasil sobrevivió a los cambios políticos.  En 1996 el radicalismo ya se había opuesto a la construcción de Corpus, jugando fuerte en el plebiscito que rechazó la represa.

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Los voceros del rechazo radical a las represas en los últimos años fueron el diputado nacional Luis Pastori y los provinciales Germán Bordón y Gustavo González. El año pasado éste último había salido a replicar al ministro del Interior, Rogelio Frigerio, quien reveló en Misiones la intención de Macri de reimpulsar las represas para el aprovechamiento hidroeléctrico. Dijo entonces que además de la ley de “Soberanía Energética”, la Constitución Provincial es contundente cuando en su artículo 58 establece que la Provincia tiene la plenitud del dominio, imprescriptible e inalienable, sobre las fuentes naturales de energía existentes en el territorio”.

¿Será tema de la campaña electoral o se le echará un manto de piedad para no desnudar las contradicciones?

La mirada nacional sobre los temas provinciales suele ser suavizada por Cambiemos. Sus dirigentes prefieren no hablar de la crisis ni de las asimetrías y se enfocan en la abstracción de un futuro mejor.

En un foro cerrado al que asistieron varios integrantes del gabinete de Macri y el presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, además de periodistas y dirigentes de otros espacios, el ministro de Economía, Nicolás Dujovne se vio obligado a responder sobre una inquietud que excede a los partidos políticos. “¿Quiero saber qué respuesta tiene para las asimetrías en Misiones? y me adelanto a su respuesta, creo que no es un problema coyuntural que se solucione con una baja de Ingresos Brutos”, le consultó uno de los jóvenes asistentes, que…no es opositor. El ex panelista de TN titubeó antes de reconocer que sabía que las decisiones que tomó el Gobierno estaban dañando la actividad comercial en Misiones. Pero en su respuesta dejó claro que la prioridad “es la macroeconomía”. El artículo 10 de la ley Pymes no figuró en su respuesta. El conductor lo sacó del apuro. La macroeconomía tampoco está resultando del todo bien, aunque el endeudamiento mantenga las cosas calmas. Pero puede ser un problema a corto plazo. La política de desendeudamiento implementada hasta 2015 permitió la reducción progresiva del peso de los intereses de deuda. Desde 2009 no se destinó más de 10 por ciento del presupuesto de gastos a atender los intereses de la deuda, incluso llegando en 2016 (en el presupuesto realizado en 2015) a sólo el 6,6%. Sin embargo, en 2017 el presupuesto aprobado superó el 10%, cambiando la dinámica de la curva. La propuesta realizada por el Gobierno Nacional para 2018 lleva ese guarismo al 14% del total de presupuesto general de gastos.

En Cambiemos se esfuerzan en no hablar de los problemas presentes y prometen soluciones después de las elecciones del próximo mes.

En la Renovación no tienen tanto tiempo ocioso. La gestión es la principal bandera para hacer política y por eso en el Gobierno se esfuerzan en diferenciar las políticas de inclusión de los recortes que bajan de la Nación. Algunos sutiles, otros no tanto. Pero comienzan a hacer mella en las políticas iniciadas en 2003.

El gobernador Hugo Passalacqua está al frente de la campaña electoral, en contacto directo con los vecinos y reuniones permanentes con los candidatos, sobre todo para apuntalar el escenario en Posadas, donde los candidatos a concejales están realizando un barrido de la ciudad en busca de recuperar cada voto. El viernes hubo encuentro multitudinario en la Costanera en la presentación del sublema liderado por Anahí Repetto. El Gobernador destacó la estrategia que derivó en la aparición de jóvenes candidatos que son el presente y futuro de la Renovación. “Léannos los ojos que es más importante que la palabra. No se puede hacer política lejos de la gente”, afirmó. El candidato a diputado nacional, Ricardo Wellbach fue duro con la oposición. “Tenemos enfrente a adversarios invisibles, a los que se creen impolutos, a los que saben todo, pero que todavía no hicieron nada”.

 

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