Patrioteros de bandera y otros cipayos confusos o asumidos
Escribe MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ, analista de Temas Económicos y Geopolíticos
El muy respetado Dr. Julio Carlos González, llama “patriotismo cromático y musical”, al patrioterismo hueco de contenidos y de fundamentos coherentes, que es el que se inculca y machaca en los institutos de (de)formación militar y similares, desde 1955 en adelante, en nuestra querida República Argentina.
Similar es el concepto de “patrioteros de bandera”, que utilizo para el caso.
Ese patrioterismo meramente formal y hueco de contenidos concretos, se inculca -tal vez salvo pocas y honrosas excepciones- en los institutos militares y de fuerzas de seguridad, con fuerte carga emotiva y nulos contenidos formativos en asignaturas imprescindibles para entender la realidad, como Historia Argentina, Historia Mundial, Economía y Geopolítica, a lo que se adosa un antiperonismo visceral, cargado de prejuicios y dogmatismos cerrados, completándose el combo de cipayismo concentrado con la absoluta prioridad dada a la “defensa del sistema”, la cual desplaza a un rol no solo secundario sino subordinado, a la Defensa Nacional, lo cual con toda lógica era lo básico cuando se formaba a Señores Militares de Mentalidad Nacional.
Esa anulación de todo contenido de real patriotismo, y de excluyente instalación de prejuicios con fuerte carga de odios irracionales que impiden todo razonamiento coherente y bien fundamentado, no solo fue un accionar ininterrumpido, sino que tuvo dos instancias en las que se acentuó, en 1962, cuando se recibieron instructores franceses expertos en torturas (aplicadas en Argelia), y años después, en el infame y destructivo “proceso” eclosionado en 1976. Todo fue profusamente salpimentándolo con el prejuicioso desprecio a lo que pudiera cuestionar el “pensamiento militarmente correcto”, instalándose un supuesto aire de “superioridad” de los uniformados, con sutiles desprecios a “los civilachos”; adosándole un total alineamiento subordinado al “mundo libre, occidental y cristiano”, el cual no es ni libre, ni occidental, ni menos aun cristiano…pero esto no lo entienden y ni lo razonan.
Evidentemente, no se estimuló e incluso se anuló toda capacidad de pensamiento crítico, con lo cual las distorsiones y aberraciones conceptuales inculcadas, no pueden ser cuestionadas, so pena de la inmediata acusación de “traidor a la patria” o de “subversivo traidor marxista”, si algún uniformado objetara tan siquiera algo del cerrado “pensamiento militarmente correcto” instalado como compendio de verdades absolutas y no discutibles.
Además, es evidente que funciona activamente entre los uniformados, un sistema de “mensajitos”, de muy simples contenidos, coincidentes con los prejuicios ya instalados, que se difunden por vía electrónica, con lo cual mantienen “alineada a la tropa” y refuerzan el grado total de colonización cultural, evitando cualquier razonamiento lógico y bien fundamentado.
Por caso, exultantes indicaron que se frenó la intervención a Vicentín, y nunca les preocupó la gigantesca estafa que perjudicó a pequeños agricultores y al Banco de la Nación, y tampoco mostraron que les interese defender a Nuestro Banco, pues como colonizados mentales en grado superlativo, son ultra privatistas…como si ellos no fueran “empleados estatales de uniforme”.
Por supuesto, tampoco deslizaron ninguna crítica al macrismo, que perpetró la estafa de Vicentín, entre muchos otros hechos impresentables cuando no de tinte mafioso; sector político al cual votaron en tropel, por puro odio antiperonista.
¿Acaso la Inteligencia Militar desconocía los impresentables antecedentes de Macri y sus acólitos, y su brutal desprecio a la soberanía nacional?
Seguramente, los civiles que expresamos opiniones discordantes -y más aun si son bien fundamentadas- respecto a esos dogmatismos patrioteros (de cipayismo brutal pero revestidos de declamado “patriotismo” hueco), tampoco pasamos a ser bien vistos por cultores y adherentes al patrioterismo de bandera. Y la reacción inmediata o primera “acusación” es tildarnos de “troskos”, “marxistas” o “filos subversivos”, sin importar que la realidad demuestre que esas acusaciones son disparates propios de mentes de psicópatas nulamente pensantes. Como no entienden el significado del Pensamiento Nacional, lo confunden (adrede o de puro confusos en grados profundos), con ideologías nada coincidentes con Lo Nacional ni con el genuino amor a nuestro pueblo.
Es muy preocupante que a cuatro décadas de desastrosa eclosión del infame “proceso”, en los Institutos Militares y similares de Seguridad, parecería que siguen inculcando los mismos nocivos prejuicios y las mismas profundas falencias formativas, que no solo hacen desconocer la realidad, sino que los mantienen en la ignorancia y las distorsiones conceptuales, sumergidos en anacronismos y falsedades groseras, que los convierten en potenciales agentes al servicio de la antipatria. En esas profundas confusiones, ignoran que los uniformados fueron los que, a fuerza de bayonetas, permitieron la instalación del nocivo neoliberalismo, doctrina tan apátrida como las irracionales violencias “de izquierdas”, en cuyo contexto nos sumergieron en un mar de odios y destrucciones, casi una guerra civil, que el historiador británico Harry S. Ferns predijo que era la única forma de destruir los notables avances de Argentina, alcanzados por el peronismo.
En mérito a la brevedad, en otro artículo se expondrán algunas de las más recurrentes incoherencias, con las que se fomenta y profundiza el patrioterismo de bandera; el mismo que a puro himno y bandera, apoya políticas activas de destrucción nacional, como el neoliberalismo, el libertarismo y otras doctrinas y acciones apátridas.