Por el salto del dólar, el BCRA podría intervenir para evitar una nueva corrida financiera
La abrupta suba del dólar sobre el cierre de la semana, que exacerbó el movimiento alcista que traía en los días previos, volvió a generar preocupación en pasillos oficiales.
Lejos de creer en las bondades que otorga un contexto de “volatilidad” cambiaria, tal como rezaba la anterior gestión en el Banco Central con Federico Sturzenegger a la cabeza, el equipo de Luis Caputo y Gustavo Cañonero están convencidos de otra estrategia.
De hecho, enfocan sus políticas monetarias en la estabilidad del tipo de cambio. Léase: el dólar no es resultado de todo lo demás sino una prioridad para esta administración. Así las cosas, el salto del billete de $1,96 en la semana (explicado en gran medida con la devaluación del viernes) quebró esa paz que había logrado obtener Caputo.
La lectura oficial habla de que este movimiento es producto de un cambio de humor a nivel internacional que golpea a todas las monedas emergentes y, particularmente, al peso argentino. Pero esto no significa que Caputo vaya a quedarse con los brazos cruzados. Ni mucho menos.
En el Central están avisando que no tolerarán una corrida similar a la ocurrida en mayo y junio. Y deslizan que podrían intervenir en el mercado del dólar si se profundiza la corrida financiera la semana que viene.
“El banco puede intervenir ante disrupciones en el mercado. El acuerdo con el FMI no nos ata de ninguna manera en ese tema”, explican en la entidad. Esto quiere decir que el Central no necesita el permiso del Fondo para vender dólares en el mercado si así lo considera necesario, tal como se rumoreaba.
Sucede que de los u$s15.000 millones que aportó el organismo de crédito, la mitad es la que está vendiendo el Tesoro por sus necesidades fiscales mientras que el resto queda en manos del Central.
Obviamente que los u$s7.500 millones que están siendo administrados por Caputo no pueden “rifarse” en el mercado, pero el acuerdo sellado por la gestión de Sturzenegger contemplaba precisamente que pudiese utilizarse una parte en caso de una corrida financiera.
“El Fondo entiende que ante situaciones disruptivas, nosotros tenemos que intervenir”, relata una fuente oficial. La clave en ese caso pasará por el nivel de intervención que pueda hacer el banco.
Sucede que tienen que mantener un nivel de “Reservas Netas”, léase un piso de activos, que es una meta cualitativa con el FMI. Tiene que cumplirse sí o sí.
De ahí que si bien el banco puede tener las intenciones de soltar municiones en caso de una situación de stress financiero mayor, tampoco puede vender demasiado a lo sumo que renegocie ese piso de reservas netas con el organismo de crédito.
La pregunta en todo caso es si lo sucedido el viernes fue un hecho aislado o termina siendo decididamente un cambio de tendencia. En caso de que la semana que viene vuelva a reinar el pesimismo a tal punto, seguramente el Gobierno tomará cartas en el asunto.
¿Qué podría hacer? Por un lado, volverían a subastar el monto original en las licitaciones diarias que realiza el BCRA por cuenta del Tesoro. Esta semana pasaron de vender u$s100 millones por día a tan sólo u$s50 millones.
Esa decisión vino a cuento de la apreciación que había tenido el peso durante julio, un movimiento que no le gustó al Central ni al Gobierno. Caputo siempre dice que el tipo de cambio nominal debe acompañar a la inflación para no caer en el pecado original de Sturzenegger.
Pero, también cree que ese aggiornamiento del precio del dólar tiene que ser paulatino. Que suba por la escalera y no por el ascensor, es la premisa.
La otra alternativa es realizar algunas intervenciones puntuales vendiendo dólares “propios”. Pero esa sería una de las últimas cartas que utilizaría el Central en caso de ver que el mercado se queda ilíquido.
Para no depender de los dólares del Fondo, el Central podría cerrar nuevos desembolsos por parte de otros organismo como el Banco de Pagos de Basilea o ampliar un swap con el Banco de China. También había trascendido que estaban en negociaciones por un préstamo con un grupo de bancos privados (llamado Repo en la jerga financiera).
El combo de restarle liquidez a la plaza en pesos y operar más en los mercados de futuros podría volver a verse para completar el menú de opciones a disposición de Caputo.
No tienen ningún problema en el Central con las tasas altas. De hecho, en los últimos días venían diciendo que este nivel de tasas estará un largo rato más para poder afianzar la estabilidad cambiaria. Las tasas de las Lebac en el mercado secundario cerraron el viernes al 50% en los tramos más cortos.
Pero Caputo sabe que la dinámica de la crisis puede cambiar y necesita urgentemente un respaldo mayor para salir a defender la paz cambiaria que tanto trabajo se logró conseguir. Las próximas horas son claves para saber si esta nueva turbulencia financiera del exterior vino para quedarse o será una tormenta pasajera.