Presupuesto 2018: la proyección económica en versión oficial
Escriben Guillermo Knass y Martín Leiva Varela, ECONEA, especial para Economis. El viernes el Gobierno nacional presentó como todos los años el presupuesto nacional para el año 2018 cumpliendo con la ley de administración financiera del Estado nacional Nº 24.156 (para los que les interese el aspecto formal de la norma).
En el presupuesto público se autorizan los gastos y se estiman los recursos que tendrá el Estado nacional para el año en cuestión.
La estimación de los recursos está directamente ligada a la visión de la realidad que tenga el gobierno del 2018, ya que casi la totalidad de los recursos provienen de los impuestos, y la cuantía de estos va a depender de la marcha de la economía que es fuente de los recursos tributarios que alimentaran el presupuesto.
Por el lado de los egresos, el presupuesto va a mostrar cual es la filosofía que va a tener el Gobierno con respecto a subsidios, inversión pública, tarifas etc.
Veamos que podemos interpretar de la presentación del Presupuesto 2018 del ejecutivo nacional:
- Contexto general: la primera parte del mensaje de presupuesto da un Estado de la situación económica general que se espera para el país, analicemos las principales afirmaciones:
- El estado de la inversión encabeza el análisis del mensaje del presupuesto, mostrando un cuadro comparativo de la inversión en los países de la región:El mensaje correlaciona el bajo crecimiento argentino con la baja tasa de inversión en comparación a otros países de América. Propone que la tasa de inversión llegue como mínimo al 20,8% para que el país crezca un 3,5 %. Quizás la meta sea un poco optimista ya que con una tasa cercana Brasil no crece.
- Gasto público:
El mensaje dice textualmente:
“El gasto público subió 16 pp en términos del PBI entre 2006 y 2015 pasando de 26% a 42%.Es posible identificar tres grandes ítems que motorizaron el crecimiento del gasto público entre 2006 y 2015: la masa de salarios públicos (creció 4,8 pp –impulsada principalmente por incrementos en las Provincias y Municipios), el gasto previsional (4,6 pp) y las transferencias al sector privado (4,0 pp, impulsadas por los subsidios indiscriminados a los servicios públicos). La presión tributaria también creció en esos años, pero solo un tercio de lo que creció el gasto, ascendiendo a 32% del PBI en 2015.”
Continúa haciendo un análisis de la calidad del gasto público para concluir en la necesidad de achicarlo fijando una meta de déficit fiscal del 4,2% del PBI en este año y al 3, 2 % en el 2017.
Para ubicarnos… el déficit fiscal terminó encima del 7 % del PBI en el año 2016, con lo que bajarlo al 4,2 % sería un éxito descomunal y daría un shock de confianza importantísimo al Gobierno. Pero para lograr esto, el esfuerzo también debería ser descomunal. El tema es donde ajustar porque para cumplir con el punto a) (incrementar la inversión) el déficit debe achicarse por el lado del gasto y no por la suba de impuestos, que está previsto incluso bajarlos para favorecer la inversión.
Algunas opciones del gobierno (cabe aclarar que no son sugerencias, simplemente queremos mostrar a los lectores lo que representan algunos gastos en porcentaje del PBI y abrir el debate sobre cual hay que modificar o no):
Los datos están basados en el ejercicio cerrado 2016
- Las remuneraciones a la administración pública nacional fueron de 220.000 millones, esto equivale a 2, 75 % del PBI
- Los planes: los tan polémicos y a veces despectivamente llamados planes como la AUH, PROGRESAR, etc. Para sorpresa de muchos no llegan a ser el 1 % del PBI, con lo que quitar todos los subsidios a los sectores más vulnerables de la población no ayudaría mucho en nuestra opinión.
- En cambio los subsidios otorgados a la energía y el transporte que sabemos que están distribuidos muy inequitativamente en el país (Buenos Aires recibe el 70 % de los mismos) y además dentro de la población benefician a quien más electrodomésticos tienen o usan más aviones, representan el 3 % del PBI.
El escenario es complejo, pero no en vano se advierten los incrementos de la tarifa eléctrica para después de octubre.
El tema es que este año el blanqueo de capitales aporto más de un 1,5 % del PBI al fisco, o sea que el año que viene el crecimiento económico debería ser tan grande que permita seguir bajando el déficit con impuestos más bajos y sin blanqueo.
- Inflación: el gobierno espera llegar a un 15,7 % de inflación en el 2018, para lo cual es crucial cumplir la meta fiscal del punto b), ya que si el déficit no se achica obligará al Banco Central a seguir emitiendo y esto seguirá generando inflación por más Lebacs que se emitan.
- Dólar: el Gobierno proyecta un dólar promedio de $ 19,30 para el año 2018, lo cual lo dejaría igual que ahora, si le descontamos la inflación. La misma falta de competitividad (traducido en colas a Paraguay), por lo que esta situación actual en Misiones no tiene tendencia de revertirse. Hace unos días Carlos Melconian primer presidente del Banco Nación de la era Macri declaro que el dólar debería estar a $ 23,10. Valor al que según la proyección de Nación no se va a llegar ni en el año 2019.
Síntesis:
Más inversión, menos impuestos, menos inflación, crecimiento del 3,5 %, etc. El mensaje es muy optimista y por el bien de todos, la meta fiscal es clave, el tema da para mucho y es importante que lo conozca la población porque en el presupuesto está el plan de acción del gobierno.