Según Ecolatina la economía se estancó en el primer bimestre
Tras 4 meses en caída, la actividad económica se estancó en el primer bimestre
En febrero, el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) se mantuvo sin cambios respecto a enero (+0,0% m/m desestacionalizado), acumulando en el año un modesto avance (+0,5% respecto a diciembre). De esta manera, tras acumular 4 meses en caída al cierre de 2022, la actividad se estancó en un nivel 2,1% inferior al de agosto del año pasado, afectada por las restricciones a las importaciones, el deterioro de los ingresos reales, un impacto parcial de la sequía (trigo) y una política fiscal-monetaria con mayor sesgo contractivo.
A su vez, la economía creció apenas 0,2% i.a. en febrero (+1,6% i.a. en el primer bimestre), con cinco de los quince sectores de la economía cayendo en febrero, cuando en enero sólo el agro había mostrado una merma en esta comparación.
El sector con mayor incidencia negativa fue la Industria manufacturera (-1,3% i.a.), afectada por las trabas a importar, cierto impacto de la sequía y la pérdida de dinamismo del consumo. Luego le siguió una caída en Intermediación financiera (-2,7% i.a.), que ya acumula siete meses en terreno negativo, afectado por el alza en las tasas de interés; mientras que Comercio mayorista y minorista (-0,5% i.a.) mostró una desmejora en su desempeño en un contexto de menor demanda interna y complicaciones en el abastecimiento de bienes extranjeros. Por último, tanto Transporte y comunicaciones (-0,3% i.a.) como el sector agropecuario (-0,2% i.a.) tuvieron una leve caída.
Por otro lado, la mayor incidencia positiva se la llevó la Petróleo y gas (+11,1% i.a.), impulsado por el desarrollo de Vaca Muerta. Le siguió Otras actividades de servicios vinculadas al esparcimiento (+2,9% i.a.) y Hoteles y restaurantes (+8,6% i.a). Estos dos sectores son los que siguen operando en niveles más bajos en contraste a la pre-pandemia (por caso, el primero se ubicó un -4,1% por debajo del mismo mes de 2019, mientras que el segundo un -6,7%), por lo que tienen cierto margen para seguir recuperándose. Además, también existió un buen desempeño de Electricidad, gas y agua (+6,7% i.a.).
Nuevo ajuste en la estimación de PIB de 2023
Los ajustes en las proyecciones de la cosecha gruesa han seguido su curso recientemente. En el último mes, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires ajustó por sexta oportunidad su estimación para la soja, de 25 a 22,5 M/Ton, mientras que para maíz la mantiene en 36 M/Ton, tras los cuatro ajustes que arrastra desde la primera estimación de septiembre 2022 (50 M/Ton).
Junto a una aceleración inflacionaria que esperamos tenga un mayor impacto sobre los ingresos reales y, por ende, sobre el consumo privado, ajustamos la estimación del PIB nuevamente a la baja para 2023, previendo una caída que tendría un piso en torno al 3% i.a. en el promedio anual.
Detrás de esta recesión se encuentran varios factores: (i) el arrastre negativo que deja febrero para el resto del año; (ii) el impacto directo que tendrá la sequía sobre la actividad agrícola primaria; (iii) el impacto indirecto sobre el resto de los sectores económicos asociados; y, por último, (iv) el desempeño que tendrán el resto de los bienes y servicios.
(i) El arrastre estadístico que deja febrero es de -0,7% para el resto del año. Esto significa que, si el nivel de actividad se mantuviese constante en términos mensuales en el resto del año, la economía caería 0,7% en el promedio de 2023.
(ii) Sobre esta base, estimamos que el impacto directo de la sequía será en torno a una merma de 2,3 p.p., que se contabilizaría en una caída del sector de cultivos agrícolas próximo al 40% i.a.
(iii) Además de este impacto directo, habrá un impacto indirecto sobre las actividades económicas asociadas. Dentro de este grupo se encuentran las ramas industriales asociadas al sector agropecuario (como la mayor parte de alimentos y bebidas, producción de agroquímicos y maquinaria agropecuaria), transporte y determinadas ramas del comercio.
(iv) Además, hay que tener en cuenta que, dentro del resto de la producción de Bienes, muchas ramas industriales se verán afectadas por la escasez de dólares para importar insumos necesarios para la producción, en conjunto a un desempeño acotado de la construcción, en un marco de fuerte incertidumbre para realizar inversiones productivas y mayores restricciones a la importación de maquinaria y equipo. A contramano actuará el buen desempeño de Petróleo y gas, que, gracias al desarrollo de Vaca Muerta, permitirá que el deterioro de la producción de bienes no sea aún mayor.
Por último, dentro del resto de los Servicios existirán ramas que mantendrán un desempeño positivo, como Hoteles y restaurantes, Otras actividades de servicios sociales y personales y Actividades inmobiliarias y empresariales. Además, existen otras actividades de servicios que, pese al contexto recesivo, suelen mantener cierta estabilidad (como enseñanza, servicios sociales y de salud y administración pública y defensa). A contramano actuará la caída en intermediación financiera -en línea a lo que se viene observando en los últimos meses- y un retroceso del resto del comercio minorista, afectado por una menor demanda interna y límites en el abastecimiento de bienes finales importados. En conjunto, esto se traduciría en una oferta del resto de los servicios que se mantendría relativamente estable respecto al año anterior.
Conclusiones
Teniendo en cuenta todos estos factores, cabe destacar que la contabilización del impacto directo e indirecto de la sequía ya está mayormente contemplada en la caída del PIB de 2023, pero el desempeño que terminen teniendo el resto de los bienes y servicios podría ser ajustado nuevamente a la baja en un contexto macroeconómico más adverso.
En este sentido, el desempeño de estos bienes y servicios dependerá esencialmente de cómo continúen evolucionando las restricciones a las importaciones y el desempeño de los ingresos reales en un contexto de aceleración inflacionaria. Asimismo, cuántos más dólares y/o crédito comercial consiga el Gobierno para morigerar los impactos del derrumbe en las exportaciones agrícolas (OFIs, Fondo Saudí, activación de swaps, negociación con el FMI, etc.) menor será el impacto sobre la actividad de las restricciones a las importaciones. Por otro lado, la reciente disparada de los dólares paralelos reciente posiblemente se traslade a precios, complicando aún más las perspectivas de la demanda interna.
Tras 4 meses en caída, la actividad económica se estancó en el primer bimestre
En febrero, el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) se mantuvo sin cambios respecto a enero (+0,0% m/m desestacionalizado), acumulando en el año un modesto avance (+0,5% respecto a diciembre). De esta manera, tras acumular 4 meses en caída al cierre de 2022, la actividad se estancó en un nivel 2,1% inferior al de agosto del año pasado, afectada por las restricciones a las importaciones, el deterioro de los ingresos reales, un impacto parcial de la sequía (trigo) y una política fiscal-monetaria con mayor sesgo contractivo.
A su vez, la economía creció apenas 0,2% i.a. en febrero (+1,6% i.a. en el primer bimestre), con cinco de los quince sectores de la economía cayendo en febrero, cuando en enero sólo el agro había mostrado una merma en esta comparación.
El sector con mayor incidencia negativa fue la Industria manufacturera (-1,3% i.a.), afectada por las trabas a importar, cierto impacto de la sequía y la pérdida de dinamismo del consumo. Luego le siguió una caída en Intermediación financiera (-2,7% i.a.), que ya acumula siete meses en terreno negativo, afectado por el alza en las tasas de interés; mientras que Comercio mayorista y minorista (-0,5% i.a.) mostró una desmejora en su desempeño en un contexto de menor demanda interna y complicaciones en el abastecimiento de bienes extranjeros. Por último, tanto Transporte y comunicaciones (-0,3% i.a.) como el sector agropecuario (-0,2% i.a.) tuvieron una leve caída.
Por otro lado, la mayor incidencia positiva se la llevó la Petróleo y gas (+11,1% i.a.), impulsado por el desarrollo de Vaca Muerta. Le siguió Otras actividades de servicios vinculadas al esparcimiento (+2,9% i.a.) y Hoteles y restaurantes (+8,6% i.a). Estos dos sectores son los que siguen operando en niveles más bajos en contraste a la pre-pandemia (por caso, el primero se ubicó un -4,1% por debajo del mismo mes de 2019, mientras que el segundo un -6,7%), por lo que tienen cierto margen para seguir recuperándose. Además, también existió un buen desempeño de Electricidad, gas y agua (+6,7% i.a.).
Nuevo ajuste en la estimación de PIB de 2023
Los ajustes en las proyecciones de la cosecha gruesa han seguido su curso recientemente. En el último mes, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires ajustó por sexta oportunidad su estimación para la soja, de 25 a 22,5 M/Ton, mientras que para maíz la mantiene en 36 M/Ton, tras los cuatro ajustes que arrastra desde la primera estimación de septiembre 2022 (50 M/Ton).
Junto a una aceleración inflacionaria que esperamos tenga un mayor impacto sobre los ingresos reales y, por ende, sobre el consumo privado, ajustamos la estimación del PIB nuevamente a la baja para 2023, previendo una caída que tendría un piso en torno al 3% i.a. en el promedio anual.
Detrás de esta recesión se encuentran varios factores: (i) el arrastre negativo que deja febrero para el resto del año; (ii) el impacto directo que tendrá la sequía sobre la actividad agrícola primaria; (iii) el impacto indirecto sobre el resto de los sectores económicos asociados; y, por último, (iv) el desempeño que tendrán el resto de los bienes y servicios.
(i) El arrastre estadístico que deja febrero es de -0,7% para el resto del año. Esto significa que, si el nivel de actividad se mantuviese constante en términos mensuales en el resto del año, la economía caería 0,7% en el promedio de 2023.
(ii) Sobre esta base, estimamos que el impacto directo de la sequía será en torno a una merma de 2,3 p.p., que se contabilizaría en una caída del sector de cultivos agrícolas próximo al 40% i.a.
(iii) Además de este impacto directo, habrá un impacto indirecto sobre las actividades económicas asociadas. Dentro de este grupo se encuentran las ramas industriales asociadas al sector agropecuario (como la mayor parte de alimentos y bebidas, producción de agroquímicos y maquinaria agropecuaria), transporte y determinadas ramas del comercio.
(iv) Además, hay que tener en cuenta que, dentro del resto de la producción de Bienes, muchas ramas industriales se verán afectadas por la escasez de dólares para importar insumos necesarios para la producción, en conjunto a un desempeño acotado de la construcción, en un marco de fuerte incertidumbre para realizar inversiones productivas y mayores restricciones a la importación de maquinaria y equipo. A contramano actuará el buen desempeño de Petróleo y gas, que, gracias al desarrollo de Vaca Muerta, permitirá que el deterioro de la producción de bienes no sea aún mayor.
Por último, dentro del resto de los Servicios existirán ramas que mantendrán un desempeño positivo, como Hoteles y restaurantes, Otras actividades de servicios sociales y personales y Actividades inmobiliarias y empresariales. Además, existen otras actividades de servicios que, pese al contexto recesivo, suelen mantener cierta estabilidad (como enseñanza, servicios sociales y de salud y administración pública y defensa). A contramano actuará la caída en intermediación financiera -en línea a lo que se viene observando en los últimos meses- y un retroceso del resto del comercio minorista, afectado por una menor demanda interna y límites en el abastecimiento de bienes finales importados. En conjunto, esto se traduciría en una oferta del resto de los servicios que se mantendría relativamente estable respecto al año anterior.
Conclusiones
Teniendo en cuenta todos estos factores, cabe destacar que la contabilización del impacto directo e indirecto de la sequía ya está mayormente contemplada en la caída del PIB de 2023, pero el desempeño que terminen teniendo el resto de los bienes y servicios podría ser ajustado nuevamente a la baja en un contexto macroeconómico más adverso.
En este sentido, el desempeño de estos bienes y servicios dependerá esencialmente de cómo continúen evolucionando las restricciones a las importaciones y el desempeño de los ingresos reales en un contexto de aceleración inflacionaria. Asimismo, cuántos más dólares y/o crédito comercial consiga el Gobierno para morigerar los impactos del derrumbe en las exportaciones agrícolas (OFIs, Fondo Saudí, activación de swaps, negociación con el FMI, etc.) menor será el impacto sobre la actividad de las restricciones a las importaciones. Por otro lado, la reciente disparada de los dólares paralelos reciente posiblemente se traslade a precios, complicando aún más las perspectivas de la demanda interna.