Pablo Naya es un empresario de concesionarios que hace 11 años produce autos eléctricos en la localidad de Castelar, Buenos Aires. Imposibilitado para exportar, ante el contexto que pasa el país, mueve el foco de la producción a Brasil.  

Sero Electric, es una de las primeras fábricas de automóviles eléctricos que fue creada hace 11 años, Pablo Naya su fundador desanimado por el contexto, afirmó que está cansado de tratar de lidiar con las regulaciones para importaciones, los impuestos, la inflación, las dificultades macroeconómicas y las leyes laborales de la Argentina. Aunque no piensa cerrar definitivamente su planta en el partido de Morón, decidió mover la producción a Brasil. “Es muy difícil trabajar en este país”, señaló en una entrevista radial.

El emprendedor contó que su fábrica, fue una de las primeras en ensamblar autos homologados para su uso en las calles. Son pequeños vehículos económicos, orientados al tránsito urbano. Su principal mercado se encuentra en Brasil, al que envía parte de su producción, pero a más de un año que los costos locales impiden que cierre cuentas para hacer envíos, decidió cambiar el eje del negocio y trasladarse.

“Estamos en el desarrollo de lo que es la movilidad eléctrica y cada día que pasa, año a año, es más difícil. Vos pensá que ya ahora con esto de las importaciones, con este nuevo SIRA (Sistema de Importaciones de la República Argentina), no sabés para dónde salir. Te van desanimando día a día. A Nosotros los emprendedores, las pymes, cada día se nos complica más trabajar. Y la verdad estamos cansados, porque no es sólo este gobierno, Macri, Cristina, Alfonsín, todos nos fueron haciendo puré”, afirmó en una entrevista con radio Mitre.

“Nosotros ya hace más de un año que venimos trabajando con la gente de Brasil para mandar vehículos. Lo que pasa es que en este último año no le pudimos mandar porque con el dólar que nos pagaban a ciento y pico de pesos era imposible enviar los vehículos a Brasil, no nos daban los costos como para poder enviar. Entonces la idea es que la gente que está allá en nuestra filial empiecen a ensamblar allá, porque tienen todo el Know How como para poder producirlo en Brasil. Esta es la realidad. Pero no es que nos vamos a ir de Argentina, sino que la idea es implantarnos en Brasil y ser fuertes en Brasil. El mercado brasileño es muy grande y queremos ir para adelante”, explicó el emprendedor.

La empresa produce cuatro modelos de vehículos, un sedán para transporte individual y cuatro modelos de trabajo con distintas capacidades de carga que llegan hasta el pequeño furgón. Los autos eléctricos, son un rubro que promete en todo el mundo, en búsqueda de una movilidad sostenible, pero según Naya, en Argentina el empresario no para de tener que “renegar”.

“Renegar significa que las presiones que tenés. No sólo impositivas: los sindicatos, no tenés crédito, la inflación, los precios que te cambian día a día los proveedores porque los mismos problemas que nosotros -son pymes que tratan de salir adelante como nosotros-, entonces todo es complejo, es un país muy complicado para poder trabajar. No te dejan avanzar. La verdad es que a mí me encanta estar con la gente con la que trabajo, los empleados, enseñarles, capacitarlos, es algo que es una pasión para mí. Vos imagínate que hace 11 años que estoy, lo único que estamos haciendo es invirtiendo porque no estamos ganando plata”, sostiene el empresario, que tiene 65 empleados en total.

Naya cuestionó la labor de los sindicatos y la relación con las empresas. “No entienden nada, todo lo que buscan es conflicto. Vos hablas con todas las empresas que son proveedores nuestros y si mañana no tuviéramos los riesgos laborales que tenemos estaríamos tomando más gente. Vos tomás una persona y capaz que ya a los 3 meses te está haciendo juicio porque se pinchó el dedo”.

Además de esto, el empresario señala que otro de los obstáculos son los costos para importar insumos

“Cuando vos importás una pieza de algún lugar, pensá que nosotros teníamos 700 piezas en el auto que construimos, y solo 10 las importamos. Cuando vos importás algo de un país que te sale U$S 100, cuando llega a la Argentina te termina saliendo U$S 200, por todo lo que pagás. Y vos calculá que esa pieza la tenés inmovilizada durante bastante tiempo porque vos no importás para un solo mes, importás para tres meses de producción, cuatro meses. La tenés frenada ahí y tuviste que invertir en lugar de U$S100, U$S 200”, afirmó.

Para el empresario, en Brasil todo es diferente. “En Brasil es completamente distinto, vos importás una pieza solo pagas 20%”. Y agregó que su decisión no tiene que ver con una cuestión impositiva: “Los impuestos pueden ser algo similar a aquí, es una tasa bastante similar a la Argentina. No es que no pagás. Pero tenés otras cosas, si querés ir a pedir plata al banco no pagás el 100%, allá pagás tasas casi internaciones. Infinidad de cosas que te atraen”, relató.

“Creemos que es un mercado más tentador. Hace más de un año estamos trabajando con un socio desarrollando una filial con ensamble. La planta estará en Toledo, en el estado de Paraná. Nos dan el espacio terminado y crédito a tasas muy competitivas por tratarse de movilidad sustentable. A cambio te piden que incorpores personal en función de los metros cuadrados de la fábrica. Allá sabemos que lo que prometen lo cumplen”, sostuvo el empresario con esperanza.

About The Author