“Sí se puede, sí se puede…”, ¡dos años de Naranja!!!
La realidad es múltiple y compleja para todos nosotros. Frente a esto, los medios de comunicación hegemónicos se ponen como intermediarios para “bajarnos, mostrarnos y reducirnos” una realidad de segunda mano. Que es aquella que escapa a nuestro círculo inmediato, familiar, laboral o vecinal.
Ejemplo de lo antedicho: el foco del alumbrado público enfrente de su casa esta quemado hace meses, para Ud. es una realidad de primera e inmodificable. Ahora bien, para saber que esto que le ocurre a su cuadra es generalizado, debe haber alguien que le cuente a la sociedad -con testimonios e indicios- de infinidad casos y generalización.
La colocación de unos temas y la omisión de otros en la actualidad diaria son los mecanismos que utilizan las instituciones comunicacionales masivas para imponer la agenda. La precedencia y transmisión de “cuestiones de interés general” orienta a la opinión pública a tener que centrar obligatoriamente su atención, razonamiento y discusión hacia tales temas, obviando otros.
Está instalado en toda la sociedad argentina que los “K” son unos chorros. Cada tanto y para que los “argentos” no se nos olvidemos, aparece un Juez que mete en cana a uno o procesa a otro con gran -gran- cobertura mediática, por cierto. Pero repito, está instalado que son todos chorros y por ello ninguno tiene, aunque sea honesto, derecho a señalar las sociedades y suciedades que tiene, por ejemplo Luis Caputo. Conozco un montón de gente que simpatizaba con las políticas del Gobierno anterior y son personas honestas. Y aunque no simpatizaran, tampoco tienen derecho a decir nada, porque -por las dudas- seguro son señalados como “K”.
Esta afirmación “todos los K son chorros” es similar a la afirmación que “los judíos mataron a nuestro Señor Jesucristo”. Estoy seguro de que el Rabino Bergman -ni sus antepasados- en esto tuvieron algo que ver. Además, fueron los Romano los que aniquilaron a Jesús y tampoco creo que el delantero de la Roma, Francesco Totti, haya tenido algo que ver con ello. Que quiero decir, no todos los del gobierno anterior son chorros y estar en desacuerdo con algo de este gobierno, no nos convierte en “K” chorro.
No soy “K” y Uds. saben que no simpatizo con sus pasadas políticas; pero lo cierto es que Luis Caputo, ministro de Finanzas de la Argentina, aún no ha explicado a la Justicia porqué ocultó en sus declaraciones juradas que tenía acciones en dos compañías offshore en las Islas Caimán y que era dueño de una gerenciadora de fondos de inversión en Miami. También está imputado por la compra de dólares a futuro a través del fondo Axis.
Entonces, si queremos vender “cambio” y limpidez, pues demostremos transparencia, sino seguimos vendiendo humo.
Según declaraciones del jefe de Gabinete Marcos Peña ante diputados, “Luis Caputo es una excelente persona y un patriota que dejó todo para venir a servir a su país”. Qué ironía del destino ¿No? Los patriotas de antes se morían indigentes. El actual ministro de hacienda sería -al decir de Peña- un Manuel Belgrano del siglo XXI pero en el ranking de Forbes, o algo así. Los principios y valores suelen acomodarse a las circunstancias.
El tema se suma a las críticas que todavía sigue recibiendo el ministro de Trabajo Jorge Triaca, muy activo en su ámbito laboral pero fuera de los medios. Ni hablar del ahora renunciado subsecretario General de la Presidencia, Valentín Díaz Gilligan. O del caso de Lorena Triaca que ha sido imputada por la justicia. Pues parece que, siendo funcionaria de la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio, habría beneficiado a una empresa con la que aparentemente estuvo vinculada. Si siguen los etc etc…pregunto: ¿Cambiamos? Naranja Fan.
Les cuento la realidad de cada día, la cercana: la inflación de Enero 1,8%, Febrero 2,4%, proyectado anual sobre real resulta un 24,6%. En Banco Central de la República Argentina, vendió en el año más de U$S 500 millones y no logra sostener el dólar. La economía despega menos que ruedas de “Fly Bondi”.
En Misiones, las asimetrías con Paraguay reaparecieron a raíz de la reforma tributaria impulsada por el Gobierno nacional de Cambiemos, que ahora eliminó el ITC diferenciado. Cargar combustible en “Encarnayork” sale muchísimo más barato que en Posadas y, lógicamente, la gente se va para allá.
El problema del grupo empresarial Cambiemos es que no gobierna, siguen en campaña. Se habla con Durán Barba y salen a los medios a decir obviedades como “queremos un país mejor”, “tenemos que estar todos los argentinos juntos” o bien, expresiones de deseo propias de una campaña electoral. Ni les digo con el “sí se puede”, “sí se puede”, que me tiene los huevos al plato.
Gobernar es administrar y tener un plan o varios planes. Acá pareciera que plan económico no hay, tampoco un ministro que lo explique. Escuche y analice los discursos amigo lector, son sustancialmente vacíos de todo contenido.
Por ello, como decía al principio, las instituciones masivas de comunicación nacional influyen en cómo las personas piensan, debaten y se comportan, dirigiéndola hacia sus propios fines electorales, sin que los consumidores siquiera se den cuenta. Esto -en el tiempo- tiene consecuencias adversas de largo alcance.
En el terreno de la psicología, se llama clivaje a un mecanismo de defensa que se vincula a una disociación emocional e implica separar las propiedades contradictorias que se atribuyen a un objeto. Es por ello que los “cerebros” de la Casa Rosada operan intentando evitar que el clivaje macrismo-antimacrismo se imponga sobre el kirchnerismo-antikirchnerismo y, simultáneamente, desean mantener la grieta lo más espaciosa posible. Todo ello, además, para que se siga vendiendo “si se puede”, “Cambiemos” y todo ese bla bla bla de hace dos años.
Pues, pasaron dos años de gestión y pocos logros pueden mostrar. Haga un ejercicio mi amigo y recuerde al menos “cinco logros” del macrismo…. ¿Vio? Naranja, naninja y… nothing.
¿Qué papel juega la economía en este escenario? Toooodoooo.
El peso de la reducción de subsidios, que tiene como contrapunto el aumento de las tarifas de los servicios públicos, la liberación del precio de los combustibles y las subas de los servicios privados por el impacto de la inflación en sus costos, recae sobre el bolsillo de las familias de clase media y afecta el consumo de las familias de clase baja, fracciones sociales que votaron a “Cambiemos” en 2015 y 2017. Para mucho que apoyaron, está pasando el tren de la esperanza de que el Gobierno buscaría alternativas. Pero gente, a cambio -y de consuelo- le digo: ¡¡Sí se puede!!! ¡¡Sí se puede…!!!
Como siempre, mi amigo, “del otro lado de la reja está la realidad, de este lado de la reja también está la realidad; la única irreal es la reja”, escribía invitando a pensar el gran Francisco “Paco” Urondo. La única verdad es la realidad.