La forestoindustria en su peor momento: baja del mercado interno y pérdida de competitividad, advierte la Apicofom
La crisis que golpea a la foresto industria de Misiones y el norte de Corrientes es la más grave de las últimas décadas, advirtió la Asociación de Productores, Industriales y Comerciantes Forestales de Misiones y Norte de Corrientes (APICOFOM), la entidad sectorial más antigua y representativa de la provincia, que nuclea a toda la cadena productiva desde 1947. En una dura editorial, la entidad cuestiona la política económica nacional y la indiferencia del presidente Javier Milei.
La situación ya no es solo económica, sino social y estructural. Patrimonios familiares que acumulan dos o tres generaciones de trabajo están al límite, miles de empleos directos e indirectos en peligro y un tejido productivo clave para la región atraviesa una crisis sin precedentes.
En promedio, las industrias madereras trabajan hoy al 40% de su capacidad instalada. Muchos aserraderos pequeños y medianos directamente cesaron sus actividades en enero y febrero, mientras que la mayoría de las empresas que siguen abiertas lo hacen sin rentabilidad, con turnos mínimos y solo para sostener sus estructuras y sus planteles de trabajadores, a pesar del riesgo que ello implica.
Sin ventas y sin competitividad
El mercado interno está paralizado, las ventas son casi inexistentes y los plazos de pago se alargan indefinidamente. A la vez, el mercado internacional se vuelve inaccesible por falta de competitividad, agravada por una guerra comercial entre las principales potencias que alimenta la incertidumbre y paraliza las decisiones de inversión y producción.
En este contexto, mientras las principales economías del mundo protegen a sus industrias, Argentina sostiene una paridad cambiaria que fomenta la importación masiva de productos a precios imposibles de igualar. En el sector maderero esto se traduce en el ingreso récord de viviendas prefabricadas, pallets y fenólicos que desplazan la producción nacional, atentando directamente contra la subsistencia de la industria local.
Otro factor clave es la ausencia total de obra pública. “La parálisis de la inversión estatal tiene un efecto directo e inmediato en la foresto industria”, advierte APICOFOM. La caída de la demanda de madera para estructuras, viviendas, aberturas y techos deja sin salida a buena parte de la producción, y golpea también a la cadena de valor de la construcción, al empleo y al poder adquisitivo de las familias, que hoy apenas logran cubrir sus necesidades básicas, postergando cualquier inversión en mejoras o ampliaciones de viviendas.
“La obra pública es clave para dinamizar la economía y sostener la actividad privada. Su paralización tiene efectos destructivos inmediatos y de largo plazo”, remarca la entidad.
Presión tributaria y crédito inaccesible
Lejos de atenuar la carga, la presión tributaria se agrava. Al mismo tiempo, el sistema financiero traslada al sector privado tasas de interés exorbitantes, comisiones elevadas y gastos financieros que tornan inviables los proyectos productivos.
“Estamos en un punto límite”, advierte APICOFOM. “El desmoronamiento de la actividad requiere de manera urgente espacios de diálogo y medidas inmediatas para recomponer mínimamente las condiciones de funcionamiento. Está en juego la continuidad de la foresto industria nacional y, con ella, el futuro de miles de familias, comunidades y economías regionales”.