Madre e hijos obereños lideran la producción de girgolas en la Capital del Monte

Compartí esta noticia !

En los últimos tiempos, los hongos comestibles fueron ganando protagonismo en la gastronomía misionera. Desde hongos silvestres, hasta el cultivo de girgolas para el consumo doméstico, cada vez hay más adeptos a este ingrediente que surge del reino fungi.

En la ciudad de Oberá, una mujer llamada Mirta Argüello juntó a sus hijos, Pablo y David Gómez, con la idea de emprender en algo que les sirviera para generar un ingreso extra a la economía doméstica. Los tres tenían intenciones de iniciar algún proyecto productivo, pero no tenían del todo seguro el rumbo a tomar. Hasta que fue la inclinación David por la agricultura hidropónica y el cultivo de hortalizas y frutas, la que les indicó el camino a seguir.

“Mi hermano David había tomado varios cursos de agro ecología y fue quien encontró la alternativa de la producción de hongos comestibles”, explicó Pablo. A partir de esto, empezaron a desarrollar la actividad, enfocados en la producción de girgolas. “Nos capacitamos con el fomento que hizo el Instituto Misionero de Biodiversidad (IMiBio), quienes brindaron talleres, trajeron productores de todo el país y bueno, a partir de eso empezamos a experimentar”, recordó.

Esto fue el inicio de María Bárbara, quien fuera la abuela paterna de los chicos y propietaria de la casa que utilizaron para iniciar el cultivo y donde actualmente funciona la empresa familiar. “Mi abuela era un inmigrante paraguaya que vino a la Argentina en busca de un mejor futuro para ella y sus dos hijos, a través del trabajo, es por eso que la honramos con este emprendimiento, usando su nombre”, explicó.

Al principio no fue fácil, Mirta era ama de casa, David estudiante avanzado de Ingeniería Electrónica y Pablo estudiante de Ingeniería Industrial con una pasantía vigente en la empresa Papel Misionero. No obstante, una vez que surgió la posibilidad de emprender, cada uno no dudó en poner en pausa sus actividades para dedicarse de lleno al proyecto que los unía.

Sin embargo, se tomaron el objetivo con determinación y paciencia. Paso a paso, semana tras semana, hasta que luego de cinco meses sintieron que le agarraron la mano al cultivo y en marzo del 2020, justo antes de empezar la pandemia, lanzaron al mercado los primeros productos: girgolas frescas.

A partir de este lanzamiento, la producción fue en aumento, acondicionaron de mejor manera las instalaciones, para optimizar la producción y ampliaron la propuesta, con un agregado de valor. Generaron a granel, también incorporaron a la propuesta girgolas deshidratadas, conservas, al escabeche, en vinagre y especias gourmet con base de los hongos comestibles para condimentar y dar sabor a las comidas.

La propuesta no tardó en rendir sus frutos, en la actualidad están presentes todos los sábados en la Feria Franca de Oberá, con su propuesta, a la que suman milanesas y sorrentinos de su producto estrella. También, cada dos semanas, hacen reparto a domicilio en Posadas y, también cada dos semanas, acercan sus produccionesa Campo Grande, Aristóbulo del Valle, Ruiz de Montoya, Jardín América y Puerto Rico. Además, lograron instalarse en algunas fruterías, verdulerías y supermercados locales.

Capacitaciones

Ya establecidos en el mercado, vieron que existía la posibilidad de divulgar y fomentar la producción de hongos comestibles en la zona. “Brindamos capacitaciones y asesoramientos a emprendedores y productores de la chacra que quieren diversificar su actividad productiva. Nosotros estamos abiertos a trabajar en conjunto, a que le sea más ameno ese desafío de comenzar con una nueva producción”, explicó Pablo.

En la última semana, brindaron un taller en sus instalaciones que duró tres jornadas. Los primeros dos días fueron capacitaciones teóricas, además de una mesa de diálogo con productores de la zona y el tercer día recibieron a los asistentes del curso a su unidad productiva, para que vean las instalaciones, como producen y, de paso, realizaron una práctica de preparación de sustrato y de siembra.

El evento contó con participación de productores de Asunción, Paraguay, Rosario, Resistencia, Ituzaingó, Candelaria e Iguazú. “Fue una actividad enriquecedora, donde hablamos de cómo cultivar, como producir y también generando alianzas para cumplir todos nuestros objetivos”, culminó Pablo.

Compartí esta noticia !

Hongos comestibles: un mercado próspero para la gastronomía misionera

Compartí esta noticia !

Escribe Eugenia Galarza – La Provincia de Misiones es conocida por su riqueza natural y biodiversidad. Suelo fértil, próspero para el crecimiento de cualquier vida silvestre.

Esta riqueza alberga a los seres mas temidos pero también a los mas nobles y bondadosos frutos. Los hongos. Poco se conoce aún, de sus características, bondades y beneficios. Los hongos silvestres crecen en nuestro territorio en grandes cantidades y están al alcance de quienes quieran obtenerlos. No obstante, hay que saber que dentro de estos frutos, no todos son comestibles.

Misiones cuenta hoy con alrededor de 2000 especies hongos comestibles silvestres; y son hoy el boom en platos artesanales, caseros y elaboraciones de alta cocina.

En la Localidad de Capioví, una productora de hongos silvestres comestibles nos cuenta como es el trabajo de conocer a estos seres tan particulares y como la actividad la llevo a poder tomar mas conocimiento de la actividad y de esta forma poder trasladarlo a la comunidad en general.

Luego de mucho trabajo de investigación, de leer de buscar, de andar, nace Urupe, un emprendimiento que surge de la producción de hongos.

“Se basa en un tipo de fungicultura agroecológica y sustentable, ya que se utiliza en un sistema de producción circular empleando residuos de las industrias forestales (viruta y aserrín de aserraderos y carpinterías de la zona). No empleamos agroquímicos. Los desechos producidos (sustrato) vuelven a la tierra en forma de compost luego de 3 meses. Minimizamos al máximo la generación de residuos. Utilizamos baldes de aceituna, helado y de pintura como soporte en donde cultivamos los hongos, que luego de cada ciclo se lava y vuelve a utilizar”, cuenta Gabriela Flach.

En ese sentido la productora sostiene que la utilización de los recursos es fundamental ya que casi el 100% del proceso productivo utiliza agua de lluvia almacenada en aljibe.

“Estamos en comunicación con el IMiBio que trabajan con proyectos de domesticación de cepas de hongos nativos. Anhelamos que en un futuro cercano podamos cultivar más alimentos utilizando recurso de la selva paranaense de forma sustentable”, manifestó. Si bien la producción de hongos en todo el territorio misionero es una actividad viable y mas fácil de realizarse, la de recolección no lo es de la misma manera.

Recolectar hongos es hoy, prácticamente un arte que requiere de mucho conocimiento previo y capacitación.
Conocer de hongos y saber cuales recolectar y cuales no, implica no sólo tener la iniciativa de buscar información al respecto, sino también de sentir ganas de buscar horizontes nuevos si de emprender se trata.

Saul Lencina, cocinero y recolector de hongos, entrevistado por Economis, contó como les llamó la atención la idea de poder hacer algo con los hongos. Poder ir mas allá de lo que se conocía. Buscar, saber, explorar, ver los diferentes tamaños y los diferentes colores, todo un trabajo en conjunto. ” tomamos conceptos para poder empezar a trabajar, eso nos costo pero era necesario para poder saber que estábamos haciendo”.

“Hace diez años comenzamos regalando hongos, hacíamos conservas y regalábamos, no teníamos marca propia. Para que la gente deguste, dábamos hongo frescos. Cuando comenzamos con los cursos cambio todo, generamos concientización sobre ésta materia prima”, destacó el Chef.

Los hongos crecen todo el año, el invierno es el momento en el que la chacra no tiene tanta diversidad de producción; y los hongos encajan perfectamente en esa diversidad productiva que puede ser aprovechada.

Lencina indico que para saber realmente como manejarlos y tener el conocimiento, hay que investigar, hay que conocer. Agregó además que misiones tiene un clima ideal para su crecimiento, marcando además que la provincia tiene hoy el potencial para la recolección y la comercialización cercana.

Esta familia trabaja hoy con 15 especies comestibles, se le da mucha importancia a la divulgación de la capacitación, dando cursos presenciales de recolección de hongos. “Recolectamos 400 kilos al año, lo que nos alcanza para las cuatro cartas, durante todo el año. No necesitamos comprar. Tenemos cuatro cinco platos que llevan hongos y en las cuatro cartas están disponibles”, dijo.

“No nos guiamos por la cantidad que tenemos sino por el plato que queremos elaborar. Tenemos hongos para hacer salsas, escabeches, polvos, fermentos; vamos seleccionando según el uso y la cantidad de cada hongo que juntamos”, explico el dueño del restaurante Poytava,

En comunidad se puede hacer mucho

“Misiones necesita mostrarse al mundo por lo que tiene y puede llegar a ser. Si yo conozco sobre hongos se que lo encuentro en el monte nativo, es un recurso no maderable, se le puede dar provecho y no se lo aprovecha. Ahí esta la perspicacia del recolector” remarcó Lencina.

Para el dueño de Poytava, esta actividad debe estar al alcance de todos y no lo esta. Saul sostiene que este trabajo de recolección y comercialización es un trabajo en familia, reafirmado además, que para que esto llegue a todos es necesario armar una red de recolectores.

“Los hongos no son malos, nada en la naturaleza es malo, no te hacen mal si los conoces. Para nosotros es un orgullo trabajar con esto”, finalizó.

Compartí esta noticia !

Recolección sustentable de hongos comestibles Misiones

Compartí esta noticia !

La Municipalidad de El Soberbio y el Director de Turismo Victor Motta participaron en una capacitación organizada por el Intituto Misionero de Biodiversidad y Don Enrique Lodge (Reserva Margay).

Con la intención de trabajar en nuevas experiencias, como ser el el turismo micológico o micoturismo, es una actividad recreativa en la que, a través de la observación, recolección y degustación, de los hongos comestibles silvestres sugiere un vínculo entre naturaleza y cultura, a través del concepto de patrimonio biocultural.

Un inicitaiva que apunta a la experiencia escuela, de seguir apostando por cadenas de valor y desarrollo local.

Compartí esta noticia !

Sembrar hongos para cosechar una empresa

Compartí esta noticia !

Como misioneros tenemos la posibilidad de acceder a una amplia variedad de ingredientes naturales, gracias a los factores climáticos que reinan en la región. Los hongos comestibles, aunque estén estigmatizados bajo una injusta reputación en el rubro gastronómico, son fuertemente favorecidos por el clima misionero y cuentan con una amplia variedad de especies comestibles y también, en ocasiones, medicinales.

Gabriela Flach es una estudiante de Ingeniería Química de Capioví que empezó a interesarse por el reino Fungi y, en sus lecturas, encontró la posibilidad de llevar adelante un emprendimiento que rompiera los mitos que rodean a los hongos comestibles y poder comercializarlos para el consumo particular. 

Tomar la decisión no fue sencillo, pues Gabriela era consciente de los cuidados que debía tener a la hora de llevar a cabo su proyecto. Los producción de hongos exigen cuidados especiales, la materia prima es delicada y el proceso de cultivo, aún mayor. “Me costó dar el paso inicial y empezar” señaló, a pesar de que se convencía cada vez más que debía realizarlo con el correr del tiempo. 

“Hace unos meses el IMiBio (Instituto Misionero de Biodiversidad) impartió unos talleres de cultivo de hongos comestibles y pensé que sería el momento perfecto de hacerlo”.

Con la capacitación recibida por el instituto, la joven estudiante decidió iniciar Urupe, un emprendimiento dedicado al cultivo, comercialización de hongos comestibles, además de concientizar sobre el consumo. Utilizando los materiales que ya tenía disponible en su casa de Capioví, inició con la primera tanda y pronto se armó una pequeña cartera de clientes en su localidad y en el resto de la provincia.

Los misioneros no están acostumbrados a comer hongos, en general lo ven como algo tóxico, venenoso, que no se come”, explicó Gabriela, quien ahora produce una variedad de hongos muy conocida, que además de tener un buen sabor, posee propiedades medicinales. “La variedad que me encuentro produciendo se llama Pleurotus Ostreatus o comúnmente llamada Girgola. Para marzo quiero traer más variedades, como la Eurotus Djamor (Girgola Rosa), la P. Citinopileatus (Ostra Dorada), la Shiitake y Reishi”.

Los calores intensos del verano hicieron que la producción no rinda en su totalidad, pero le alcanzó para reunir los fondos necesarios para seguir invirtiendo para escalar la producción, seguir capacitándose y posicionar su emprendimiento para cuando termine sus estudios universitarios. Uno de los objetivos a corto plazo, respecto a inversión, es el emplazamiento de un laboratorio para producir inóculo (micelio) que servirá para autoabastecerse y no tener que comprar a productores fuera de la provincia. “El costo del envío es elevado si hablamos de grandes cantidades, el traslado de materia viva es delicado, con los calores en el trayecto se puede estropear”, señaló Flach.

Un proceso delicado

El cultivo de especies fungi es un proceso delicado, donde el factor climático favorece al crecimiento de los hongos comestibles, pero también de otras bacterias que pueden arruinar la producción. “La primera producción que intenté realizar se contaminó, fue una frustración pero sirvió de experiencia”, comentó Gabriela.

Para cultivar sus hongos debe empezar por esterilizar el sustrato, compuesto por viruta de eucalipto abundante en Misiones y que será donde cultive el micelio del hongo. Esto evitará que la superficie contenga esporas de otras especies que puedan afectar el cultivo compitiendo. El mismo proceso de esterilización debe realizarse sobre el suelo y las herramientas que utilice. Cada etapa (inoculación, incubación y fructificación) amerita cuidados especiales, para garantizar que el producto no resulte contaminado y pueda ser comercializado. Este proceso, aunque varía dependiendo de la época del año, el clima y la especie del hongo, dura entre 30 a 60 días.

Aunque el negocio se encuentra en sus primeros meses en el mercado, Gabriela estuvo alrededor de cinco años realizando investigaciones, cálculos de producción, costos, realización de plan de negocios y todo aquello que requería para comercializar su producto. Por este motivo, entiende que todavía debe posicionarse en el mercado más fuertemente, por lo que no apura ninguna etapa. Mientras atiende a sus clientes, sigue formándose en la universidad, pero también en mejorar su empresa, ya sea con ampliar las variedades de sus productos o de optimizar el packaging, utilizando recipientes ecofriendlys.

Uno de los circuitos de comercialización que utiliza Gabriela, es el de las redes sociales. Por Instagram, a través de su cuenta Hongos Urupe, publica sus productos, además de recomendaciones sobre el uso y consumo de hongos comestibles. Gabriela Flach es, como ella misma lo dice, una apasionada de los hongos y predica su devoción, a partir de la información.

Compartí esta noticia !

Categorías

Solverwp- WordPress Theme and Plugin