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IERAL advierte que las tasas municipales elevan el costo financiero; Posadas, por debajo del promedio nacional

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La presión tributaria municipal y su impacto en el crédito al sector privado. Un reciente estudio del IERAL determinó que la alícuota “efectiva promedio” de estas tasas, analizadas en 10 provincias, alcanza el 5,9% de los ingresos brutos bancarios.

Un estudio del IERAL de la Fundación Mediterránea reveló que las tasas municipales aplicadas a la actividad financiera generan distorsiones significativas en el sistema de crédito argentino. En promedio, la alícuota efectiva alcanza el 5,9% sobre los ingresos brutos de los bancos, operando en muchos casos como un impuesto encubierto que eleva los costos financieros y limita el acceso al crédito productivo.

Tasas municipales que funcionan como impuestos encubiertos

El informe Presión tributaria municipal y su impacto en el crédito al sector privado, elaborado por el Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) de la Fundación Mediterránea, analizó el efecto de las tasas locales sobre la intermediación financiera en 51 municipios de 10 provincias argentinas.

El estudio determinó que la alícuota efectiva promedio de estas tasas alcanza el 5,9% de los ingresos brutos bancarios, y en varias ciudades importantes ese valor supera el 7%, configurando una carga que “excede los límites legales de una tasa” y actúa, en la práctica, como un impuesto encubierto.

El impacto de esta presión local no es menor: según el IERAL, los impuestos municipales pueden incrementar en más de 7 puntos porcentuales el costo del crédito productivo, y en el caso de los créditos personales, combinados con el IVA, el aumento puede alcanzar casi un 50% sobre la tasa final.

El informe destaca que esta carga adicional se traslada directamente al costo de financiamiento que enfrentan las empresas y familias, afectando la rentabilidad del sistema bancario, la competitividad del sector productivo y la capacidad de inversión.

Posadas, con una presión efectiva inferior al promedio nacional

Dentro de la muestra relevada, la ciudad de Posadas registró una alícuota promedio del 4,8% sobre los ingresos brutos bancarios, un valor inferior al promedio nacional del 5,9%.

Si bien la capital misionera muestra un nivel de presión moderado en comparación con otros centros urbanos, el informe del IERAL advierte que las distorsiones persisten debido a la heterogeneidad normativa entre municipios y la escasa correspondencia entre las tasas y los servicios efectivamente prestados.

El documento subraya que más de 2.000 gobiernos locales en todo el país aplican tributos de esta naturaleza, con criterios dispares y, en muchos casos, con débil sustento legal. Esta fragmentación —advierte el IERAL— genera inseguridad jurídica y desincentiva la expansión de entidades bancarias físicas, que enfrentan una carga mayor respecto de las plataformas digitales, exentas de estas obligaciones.

“El crédito es imprescindible para el desarrollo”

El presidente del IERAL, Osvaldo Giordano, enfatizó en el estudio que la presión tributaria local “conspira contra el desarrollo del crédito”.
“El crédito es imprescindible para el desarrollo, tanto para las empresas como para las familias. El orden macroeconómico es una oportunidad para que éste se expanda, pero si no se resuelve el tema impositivo, y en particular el problema con los impuestos locales, este desarrollo no va a ser posible”, sostuvo.

El informe advierte que la persistencia de este esquema debilita el papel del crédito como motor del crecimiento económico, limitando la capacidad de recuperación del sector privado incluso en escenarios de estabilidad macroeconómica.

Reforma fiscal local: una condición para ampliar el crédito

Como conclusión, el estudio propone una revisión integral del esquema de tasas municipales, orientada a construir un sistema más simple, homogéneo y ajustado a los principios legales de una tasa, con una relación efectiva entre el cobro y la prestación de servicios.

De acuerdo con la Fundación Mediterránea, avanzar en esa dirección mejoraría la competitividad del sistema financiero, ampliaría el crédito al sector privado y fortalecería el desarrollo económico federal.

Impacto de las tasas municipales sobre el costo del crédito by CristianMilciades

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Un raro año electoral, sin el tractor del gasto público

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El gasto primario del sector público nacional cerró el 2024 en una cifra de 94,9 mil millones de dólares (tipo de cambio oficial), con un recorte de nada menos que el 28,0 % respecto de los 131,6 mil millones de 2023. Este indicador muestra una diferencia crucial con la transición gubernamental de 2015 a 2016, cuando el gasto público en dólares se ajustó un 14,5 %, para quedar en un nivel de 174,4 mil millones de dólares (moneda constante). La política fiscal de la actual gestión luce mucho más consistente con los equilibrios macro que aquellas experiencias, pero la tarea recién empieza.

No hay lugar para el conformismo. La medición en dólares del gasto público muestra la presión existente sobre el sector de la economía que produce bienes de exportación y compite con importados, y los datos de 2024 reflejan un lastre mucho menos pesado en relación a todo el período de la estanflación que se inició en 2011.

Sin embargo, para “alinear” los planetas hace falta:
Consolidar y dar continuidad a este nuevo escenario;
Asumir que el nacional es una fracción (el 52 %) del gasto público consolidado, siendo que el 48 % restante está en cabeza de provincias y municipios;
Que la presión tributaria elevada incide proporcionalmente mucho más sobre los sectores formales de la economía, y la actividad informal no produce bienes exportables;
Y también que, para atraer proyectos de inversión, se necesita alinear el set de precios locales a los internacionales, pero en este plano subsisten severas anomalías: el castigo tributario a una gama amplia de exportaciones, una protección efectiva elevada y anárquica sobre productos importables, y también la persistencia de otros impuestos distorsivos ( Ingresos Brutos, débitos bancarios y tasas municipales), que llegan a encarecer 15 puntos o más los precios de fábrica en Argentina comparado con Brasil y México, de acuerdo a estudios sectoriales recientes.

Medir la evolución del gasto público en dólares es un buen indicador, complementario de los índices de tipo de cambio real, útiles para auscultar la trayectoria de la llamada “competitividad cambiaria”. Sin embargo, por la “inflexibilidad a la baja” de ciertos precios nominales, la fuerza deflacionaria del ajuste del gasto público puede no trasladarse a los índices de precios minoristas. Además, también juegan los términos de intercambio y, muy relevante, por fuera del agro y la minería, el que tiene mayor poder explicativo sobre el comercio exterior de bienes y servicios es el tipo de cambio real multilateral (que se mide contra una canasta de monedas que incluye el real y el peso chileno, entre otros). Conviene retener el dato que la apreciación del peso contra la canasta de monedas es de 29,5 % contra el promedio de los últimos 28 años, una diferencia de 16 puntos porcentuales con la apreciación de 13,5 % de la medición bilateral (versus el dólar estadounidense).

Respecto de la sustentabilidad del gasto primario del sector público nacional, habiéndose definido una pauta cambiaria del 1,0 % mensual desde febrero, los números son exigentes. Para que las erogaciones en dólares constantes se mantengan en el andarivel descripto, en 2025 habría que hacer un ajuste adicional de 5,3 % en términos reales en las partidas no indexadas, utilizando cálculos del investigador jefe de IERAL, Marcelo Capello. Los ítems presupuestarios sujetos a esa restricción son los correspondientes a personal, subsidios económicos, inversión y transferencias discrecionales a provincias. Esto es así porque para las partidas indexadas, que incluyen jubilaciones, ese año habrá un incremento en
términos reales del 11,6 %, por la inercia de las fórmulas.

Alinear la pauta del gasto público con la del tipo de cambio oficial es una condición necesaria, no suficiente, para el aterrizaje de la economía en un escenario de estabilidad y sin desequilibrios macro significativos. Ocurre que, por la persistencia de las restricciones cambiarias, hay dos precios, y no uno, para el tipo de cambio, aun cuando la brecha se haya reducido a un andarivel del 15,0 %. Ya se subrayó más arriba que los precios relativos no necesariamente estarán en equilibrio aun con un gasto público estabilizado en dólares, y no puede ignorarse que con cepo hay menos propensión a ofertar dólares en el mercado oficial, al mismo tiempo que la demanda de divisas a ese precio tiene sesgo alcista. Esta es una de las razones por las que recuperar reservas del Banco Central es mucho más complejo con restricciones cambiarias que sin ellas (siempre que la política fiscal y monetaria estén alineadas).

Una prueba de la complejidad que surge de la interacción entre las distintas variables es lo ocurrido en 2024, cuando la pauta cambiaria del 2,0 % mensual no impidió que el gasto público se acomodara a la baja en la medición en dólares y, aun así, la cuenta corriente del balance cambiario entrara en terreno negativo en el segundo semestre. Este indicador clave del sector externo pasó a un déficit promedio mensual de 1,2 mil millones de dólares en el último trimestre en la medición base caja, un rojo que no tiene signos de reversión en el arranque de 2025.

El déficit de cuenta corriente está siendo financiado por la puesta en valor de los dólares depositados en el sistema bancario local (de fuerte incremento con el blanqueo), a través de préstamos en argendólares y la suscripción de obligaciones negociables de empresas líderes. Hay margen para que ese mecanismo continúe activo en la primera parte de 2025, con la ampliación de la diferencia entre la tasa de interés en pesos (2,4 % mensual) y el deslizamiento del tipo de cambio, ahora al 1,0 % mensual. En forma convergente opera la baja temporal de retenciones agrícolas destinada a acelerar la liquidación de estas exportaciones en el segundo trimestre.

No obstante, la dificultad para refinanciar la deuda externa en cabeza del Tesoro, que en 2025 suma vencimientos por 17,0 mil millones entre capital e intereses, junto con los efectos colaterales del cepo, se expresan en reservas netas del BCRA con signo negativo, en torno a los 6,0 mil millones de dólares desde setiembre pasado. Esto pese a que el Central acumula en el período un saldo positivo de 6,1 mil millones de dólares en sus intervenciones en el mercado oficial de cambios. Una forma de romper esa divergencia entre compras de dólares y evolución de las reservas es conseguir la refinanciación plena de los vencimientos de deuda. Y la otra es salir del cepo, reseteando la política cambiaria y la monetaria. Esta vez, el año electoral no parece condicionar la política fiscal, pero sí puede explicar la preferencia del gobierno por mantener bajo control tipo de cambio y tasas de interés. Lo que se discute es si el FMI estaría dispuesto a bancar una salida secuenciada del cepo, con un “plan gasolero” en 2025 (contribuyendo a financiar parte de los vencimientos), dejando para después de las elecciones el combo de plata fresca, reformas estructurales y eliminación de las restricciones cambiarias.

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Las jubilaciones perdieron contra la inflación en 7 de los últimos 10 años, según la IERAL

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Un informe del Instituto de Investigaciones Económicas para la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) plantea que durante la última década, en siete años las jubilaciones perdieron contra la inflación. Tan sólo en tres, los haberes lograron recuperar capacidad de compra.

“En los diez años que van de 2014 a 2023, en 7 ocasiones la inflación superó a la movilidad, y por ende el haber real cayó. Desde 2014, cada vez que la inflación aceleró y el PBI bajó, el haber jubilatorio cayó, salvo en 2022”, señala el IERAL en su último Informe de Coyuntura.

Durante ese período hubo dos maneras de ajustar los beneficios jubilatorios: uno fue por la combinación de aumentos salariales y recaudación pasados y la otra por combinación de inflación con aumentos salariales.

Expertos coinciden que el primero es procíclico ya que en momentos de crecimiento económico suben los salarios y sube la recaudación y genera supuestamente una mejora en los ingresos, siempre que vaya por encima de los precios. Por el contrario, en momentos de caída de la actividad profundiza las pérdidas de poder adquisitivo. La segunda, al tener en cuenta la inflación, tiende a matizar los picos y valles propios de la actividad económica.

“Se observa que a partir de 2018 los haberes jubilatorios reales tendieron a perder poder adquisitivo con mayor frecuencia, generalmente coincidiendo con caídas del PBI y aceleraciones de la inflación”, señala el estudio del IERAL

El mismo sostiene que “en este contexto recesivo e inflacionario (estanflación), resultó común que los incrementos en los haberes no lograran equiparar el alza de precios, provocando una merma en los ingresos reales de los jubilados”.

Los haberes previsionales sin compensación de bonos bajaron 5% real en 2014; 3%, en 2017; 13% en 2018; 2% en 2019; 1% en 2020; 11% en 2022 y 32% en 2023. En cambio, la ganaron a la inflación en 2015, con el 3% real; 2017, 3% y 2021, 1%.

El IERAL señala que los resultados negativos de la movilidad que se dieron en tales años se explican por dos motivos: en primer lugar, las variables utilizadas en la fórmula de movilidad, como salarios y recaudación, aumentaron menos que la inflación, provocando caídas reales en los haberes, pese a los ajustes.

Luego, los rezagos con que se aplica la movilidad, actualizando los haberes con datos de inflación, salarios o recaudación pasada y menores a los valores actuales, agravaron el deterioro.

Por el contrario, cuando la inflación se desacelera y mejora el PBI, las fórmulas de movilidad usadas en el pasado han tendido a generar mejoras en los haberes reales, porque en estos casos los salarios y la recaudación tienden a ganarle a la inflación.

En los primeros dos meses del año el gobierno licuó drásticamente las jubilaciones en casi un 40%. Con ello el peso del gasto en el PBI se ubicó por debajo del 5%. En la gestión de Alberto Fernandez concluyó en un nivel del 7%. El récord reciente fue en 2017 con un 9% del PBI.

Algunos analistas suponen que el gobierno de Javier Milei presente ubicar al gasto previsional en los niveles que tenía en los años 90’, que era del 5% del PBI. Pero el problema es que ahora hay el doble de personas cobrando.

Sergio Chouza, de Consultora Sarandí, estima que desde los 3,6 millones de jubilados y pensionados (contributivos y no contributivos) entre 2001 y 2005 se sumaron casi 4 millones de prestaciones al año 2014 y casi 5 millones al momento actual, producto de las moratorias.

Chouza tiene una mirada positiva sobre la inclusión de beneficiarios sin aportes al reivindicar “la vocación redistributiva de los sucesivos gobiernos que, con sus más y con sus menos, sostuvieron las políticas de transferencia de ingresos para compensar mínimamente a quienes se caían del sistema”.

“Uno de los primeros mojones fue el fortalecimiento de la política previsional, a través de las sucesivas moratorias que implicaron un significativo salto en la cantidad de beneficiarios de la cobertura de seguridad social”, señala.

Más de un economista ha planteado dudas sobre esta afirmación. Ya que también se puede concluir que ante la evidente licuación de los haberes, las moratorias habrían servido más para extender la pobreza a los 3,6 millones de jubilados con aportes, antes que haber sacado de la misma a los que entraron por mecanismos alternativos.

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Fundación Mediterránea anunció la desvinculación del economista Carlos Melconian

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La Fundación Mediterránea anunció hoy la desvinculación de su equipo de trabajo de Carlos Melconian, principal asesor económico de la ex candidata presidencial de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, al considerar que el programa que le encomendaron finalizó luego del reciente resultado electoral.

“Los señores miembros del Consejo de Administración de Fundación Mediterránea reunidos, consideraron y debatieron sobre la continuidad del plan económico que se encargó al señor Carlos Melconian”, explicó el comunicado que esta tarde dio a conocer la fundación.

En ese sentido, consideraron que el programa “fue concluido el mes de octubre de 2023” a la luz del resultado electoral en el que la fórmula presidencial que encabezaba Bullrich quedó al margen del balotaje del 19 de noviembre.

En consecuencia, la Fundación decidió “dar por finalizado el programa y el vínculo con el señor Carlos Melconian, agradeciendo profundamente la colaboración que ha brindado al equipo y a la institución en general”, completó.

Desde la entidad informaron que evalúan los pasos a seguir para darle continuidad al grupo de investigadores que son parte de la fundación.

En agosto, la candidata presidencial de Juntos por el Cambio (JxC) había presentado formalmente al economista de la Fundación Mediterránea como su eventual ministro de Economía si se consagraba electa en las elecciones presidenciales.

Melconian durante la campaña electoral hizo varias presentaciones de su programa económico en el que se destacaba la vocación por avanzar en una transformación integral de la macroeconomía que incluya, reformas en lo fiscal, lo impositivo, lo laboral y en la coparticipación.

El trabajo también abordaba la reducción de la brecha cambiaria, eliminación progresiva de las retenciones, desintermediar los planes sociales y elevar la edad jubilatoria, entre otras políticas.

Tras la derrota de Bullrich, la Fundación se había manifestado a favor de poner a disposición del próximo Presidente el “ambicioso proyecto, en el que se reunieron los mejores especialistas en economía y reforma del Estado”, lo que destacó como “un logro significativo en la contribución hacia un futuro más próspero para el país”.

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Carlos Melconian advierte que Nación “patea” problemas

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Un informe del IERAL conducido por Carlos Melconian señala que el Gobierno está “posponiendo” y no resolviendo. Apuntan al dólar soja.

Carlos Melconian, el economista ex presidente del Banco Nación, se ha convertido en uno de los principales actores de opinión económica de los últimos tiempos. Y en ese orden, su rol como director del IERAL de la Fundación Mediterránea (Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana) lo ha catapultado a una imagen que lo posiciona como una especie de consultor externo de todo un país.

Precisamente, bajo ese marco institucional, Carlos Melconian ha venido realizando diferentes análisis de la realidad argentina y la crisis económica que el Gobierno nacional quiere surfear. Lo último al respecto fue la celebración de la decisión de ajuste que el ministro de Economía, Sergio Massa, dispuso en su asunción.

Pero desde entonces, Carlos Melconian considera que se ha avanzado muy poco para reducir el gasto. A tal punto que IERAL señaló en su último informe un ingreso a un periodo de “parches” que el Gobierno nacional ha decidido encarar.

En su último informe de coyuntura, el IERAL de Carlos Melconian señaló que “medidas puntuales sólo pueden posponer los problemas”, en referencia al dólar soja anunciado el pasado lunes por Sergio Massa. El análisis estuvo a cargo del economista Jorge Vasconcelos, quien dejó entrever la postura del empresariado que se nuclea en la Fundación Mediterránea.

“El saldo de las turbulencias financieras que se iniciaron a principios de junio no ha sido neutro. El sector público ha quedado más endeudado, las reservas del Banco Central más flaca s y las expectativas de los agentes económicos más sensibles a cualquier contratiempo”, señala el trabajo. La turbulencia vivida a mediados de junio y julio sin dudas tendrá efectos a largo plazo para la administración del Frente de Todos.

Por otra parte, el instituto dirigido por Carlos Melconian señaló que las medidas deberían ser contundentes para no entrar en tensión con el FMI, en un marco macroeconómico incluso más vulnera ble que en tiempos anteriores. “El gobierno presume que tendrá que sobreactuar el frente fiscal para acceder a algún tipo de dispensa, en caso que no se acumulen suficientes reservas para la revisión de las metas de fin de septiembre. Hasta ahora, la mirada de Washington ha sido contemplativa, pero no conviene perforar ciertos límites. De aquí a fin de año se acumulan vencimientos con el FMI por 8,2 mil millones de dólares y, para no caer en default, la Argentina necesita asegurarse los desembolsos del segundo semestre”, destaca.

Respecto al dólar soja, el IERAL planteó una “injusticia” implícita en el sistema con las demás industrias. “Con un “dólar especial” hay riesgo de interferencia en múltiples contratos, dada la importancia que tiene la soja como unidad de cuenta y medio de pago. El resto de los cultivos y actividades quedaría con un tipo de cambio más atrasado, por lo que habría un notable impacto a favor de la “sojización” del campo, compli cando actividades ganaderas que utilizan el maíz como insumo”, aseguró el informe.

A raíz de ello, la entidad conducida por Carlos Melconian consideró que las medidas no son lo suficientemente contundentes como para generar un equilibrio macroeconómico que permita proyectar un crecimiento que empuje a la economía. “Se trata de medidas puntuales que no alcanzan a despejar la incertidumbre de la larga transición hasta el traspaso presidencial de diciembre de 2023. Fracciones relevantes del oficialismo parecen suponer que esta transición puede ser manejada del mismo modo que la de 2014/15, pero hoy la situación es mucho más compleja y frágil”, vaticinó el trabajo.

Así las cosas, el semblante optimista duró pocos días para Carlos Melconian, quien dijo “estar contento por Sergio Massa”. Para el economista, es momento de acelerar en la reducción del gasto de manera definitiva, y tras ello evaluar las opciones electorales.

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