La canasta de crianza subió 101,1% en 2024 y quedó debajo del IPC

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La canasta de crianza aumentó por debajo de la inflación en diciembre, pero duplicó su costo en 2024

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) informó que la canasta de crianza alcanzó los $488.469 en diciembre para cubrir los gastos de manutención de niñas y niños de 6 a 12 años, incluyendo bienes, servicios y el costo del cuidado, calculado a partir del tiempo requerido para esta actividad.

El informe detalla que la canasta de crianza subió un 1,1% respecto al mes anterior, quedando por debajo de la inflación mensual del 2,7%. No obstante, a lo largo del 2024, el costo de mantener a menores en este rango etario se incrementó un 101,1%, mientras que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) avanzó un 117,8% interanual.

Canasta de crianza: aumentos por rango etario

El relevamiento del INDEC detalla los costos promedio para diferentes rangos etarios:

  • Menores de 1 año: $392.471
  • Niñas y niños de 1 a 3 años: $465.756
  • Niñas y niños de 4 a 5 años: $388.280
  • Niñas y niños de 6 a 12 años: $488.469

En promedio, la canasta de crianza aumentó un 0,9% durante diciembre y acumuló un alza del 100,2% en 2024, manteniéndose por debajo de la inflación mensual e interanual (2,7% y 117,8%, respectivamente).

¿Cómo se calcula la canasta de crianza?

El INDEC determina estos valores a partir de una evaluación integral que incluye tanto los bienes y servicios esenciales para el desarrollo infantil (como alimentación, vestimenta, vivienda y transporte) como el costo del cuidado, calculado en función del tiempo dedicado a estas tareas.

Este indicador se utiliza como referencia en procesos judiciales de separación de parejas para determinar el cálculo de la cuota alimentaria, ya que establece un valor promedio de los gastos necesarios para el sostenimiento de niños, niñas y adolescentes.

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Sandra Pettovello anunció que el Gobierno prepara un “Índice de Capital Humano” que medirá la pobreza

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Coexistirá con la medición que hace el INDEC. A su vez, admitió que no esperaba que la pobreza “bajara tanto”.

La ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, adelantó que prepara el “índice de Capital Humano”, que servirá para medir la pobreza y se elaborará utilizando otras variables más allá de los ingresos y coexistirá con la medición que hace el INDEC.

La funcionaria destacó la caída de la pobreza al 38% de la población, que se conoció la semana pasada: “Esta baja fue bastante sorpresiva, no pensábamos que iba a bajar tanto”, reconoció en una charla con un grupo de periodistas acreditados en Casa Rosada durante el brindis que realizaron integrantes del Gobierno con los cronistas que se desempeñan allí.

“El Consejo (Nacional de Coordinación de Políticas Sociales) va a analizar esos números, tenemos que ver por qué bajo tanto la pobreza. Nuestro objetivo es que la gente pueda autoabastecerse y tenga dignidad, con un empleo de calidad“, remarcó Pettovello.

A pesar de los datos favorables que trajo la última medición del INDEC al respecto, Pettovello adelantó igualmente buscará introducir una nueva manera de medir la pobreza.

En ese marco, anticipó: “Estamos trabajando con el Consejo para medir la pobreza no por ingresos, estamos haciendo un Índice de Capital Humano. No te puedo especificar cuáles son las variables (que empleará) porque todavía me tienen que presentar el trabajo”, detalló.

“No podemos cambiar el índice del INDEC, lo va a seguir midiendo a su manera cada seis meses. Éste va a ser el Índice de Capital Humano específicamente. Lo queremos tener listo lo antes posible pero no sabemos el mes en que va a ser”, agregó.

Y finalizó remarcando que el Gobierno buscará “seguir invirtiendo en Capital Humano mientras vaya mejorando la economía, en todo lo que tiene que ver con terminar con el analfabetismo, que las personas coman en las mesas familiares y no en comedores y que tengan trabajo de calidad“.

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Las buenas señales que dejó el tercer trimestre

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El país está todavía, ya cerrando el año, lidiando con los efectos de una feroz recesión inducida de inicios de año, inflación que se fue moderando aunque todavía en niveles muy superiores a cualquier país de referencia, salarios que intentan sacar la cabeza del pozo y actividad que se mueve de manera heterogénea. 

Aún con eso, el tercer trimestre y los primeros datos que corresponden al cuarto muestran que podríamos estar frente a las instancias finales del padecimiento para pasar a un proceso de recuperación. 

Se puede pensar en la analogía de las inundaciones: primero hay que rogar que deje de llover y una vez que eso ocurre, hay que comenzar a sacar el agua de adentro de la casa e intentar recuperar lo perdido. El escenario actual muestra que dejó de llover. 

El primer dato alentador lo conocimos a inicios de semana: el PIB, si bien aún por debajo de los niveles del año pasado, se incrementó 3,9% en el tercer trimestre contra el trimestre anterior. Se trata de la suba trimestral más fuerte desde la salida de la pandemia. Naturalmente, ante períodos de fuerte crisis y caída, la normalización (o el intento dé) produce rebotes importantes. No por ello hay que esperar niveles similares de suba para los trimestres venideros, pero es un excelente punto de partida para alentar el crecimiento. 

De la mano de eso, este viernes conocimos el dato del Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE), que corresponde a octubre. Este es un indicador adelantado que permite anticipar la forma en que se está moviendo el PIB y la actividad económica, pero a diferencia del dato definitivo del PIB, se lo mide a nivel mensual. El EMAE en el tercer trimestre había mostrado una suba del 3,9% contra el trimestre anterior, por lo que anticipó de manera precisa el alza del producto. Ahora conocimos el dato de octubre, que mostró un crecimiento mensual del 0,6% y si bien sigue debajo de igual mes del año anterior, recortó mucho la caída (estaba en -8,4% en marzo y quedó -0,7% en octubre). 

Pero lo más importante que dejó el EMAE de octubre es que el nivel de actividad en ese mes ya superó el de noviembre de 2023, es decir, previo al cambio de gobierno. En otras palabras: la actividad económica ya recuperó todo lo perdido durante la actual gestión de gobierno

Dato alentador, desde ya, aunque hay que ser prudentes en este caso: la suba de la actividad es altamente heterogénea: lideran sectores como la minera y el agro, mientras que la industria, comercio y construcción siguen atrasados

Esto genera el desafío de continuar expandiendo la actividad para abarcar a los sectores más sensibles al mundo económico nacional (y los que generan más empleo). 

Por otro lado, conocimos los datos del mercado de trabajo también del tercer trimestre: la desocupación sigue en niveles superiores a igual período del año anterior (6,9% vs. 5,7%) aunque desaceleró bastante en relación con el trimestre anterior (era 7,6%), mientras que la tasa de empleo está 0,5 puntos debajo del 2023 pero +0,2 respecto al segundo trimestre del corriente. Podemos inferir que la mejora en la actividad redundó en el mercado de trabajo, aunque en una intensidad mucho más leve. 

En este caso, vale la pena profundizar el desempeño de Posadas. En términos generales, hay sentimientos encontrados: si miramos las tres principales tasas del mercado de trabajo, Posadas mostró una baja en la tasa de desocupación (de 6,3% del segundo trimestre al 3,4% en el tercero). Eso se celebra, pero se prenden ciertas alertas cuando ahondamos en las razones de esa baja: concluimos que se debió no a un aumento del empleo (que se mantuvo constante) sino un aumento en la inactividad. Dicho de manera simple: hubo seis mil personas que dejaron de ser desocupadas no por haber pasado a ser ocupadas, sino porque se retiraron del mercado de trabajo (es decir, dejaron de buscar trabajo) pasando a ser inactivos. Es difícil distinguir razones concretas de ese movimiento y solo podremos saberlo con mayor precisión cuando el INDEC abra los datos crudos de la Encuesta Permanente de Hogares para el período analizado (lo que sucederá recién a principios de febrero de 2025). 

En resumen: el empleo se mantuvo estable, que podría ser algo destacado si miramos el vaso medio lleno desde una perspectiva de la estabilidad, aunque el deseo naturalmente era lograr la expansión. La desocupación bajó, lo cual es positivo en el sentido de no agrandar la población desocupada, pero no lo es tanto si miramos las razones de la baja. En el contexto en que se produjo este resultado, no es para nada malo; por el contrario, permite sentar mejores condiciones para lograr mejoras genuinas hacia adelante.

Pero ahondemos un poco más y se van a observar ciertos indicadores que resultan de interés. En primer lugar, la tasa de ocupados demandantes de empleo en Posadas (es decir, aquellos que tienen una ocupación pero están buscando otra) cayó del 14,2% al 11,9%. A su vez, la tasa de subocupación (ocupados que trabajan menos de 35 horas semanales por causas involuntarias) bajó del 15,1% al 12,8% y la tasa de subocupación demandante de empleo (es decir, las personas subocupadas que están buscando una segunda ocupación) cayó del 11,6% al 10,5%. 

¿Por qué esto es relevante de analizar? Vayamos punto por punto. Cuando la tasa de ocupados demandantes crece, normalmente ocurre porque esas personas, teniendo un trabajo de tiempo completo, buscan cambiar ese trabajo para tener mayores ingresos. El hecho de que la tasa haya caído podría indicar cierta mejora en la situación de ingresos de esos trabajadores, lo que ahondaremos un poco más adelante.

Sigamos con la situación de la subocupación: considerando que la tasa de empleo se mantuvo estable, la caída en la subocupación podría inferir que hubo personas que eran subocupadas y pasaron a ser ocupados plenos: es decir, pasaron a trabajar en puestos de tiempo completo. Esto, naturalmente, implica una mejora en las condiciones de empleabilidad. Por ende, podemos pensar que la baja en la tasa de desocupación redundó en una mayor calidad en la tasa de empleo. 

En tercer lugar, vayamos a los subocupados demandantes. En línea con lo que se explicó para el caso de los ocupados demandantes, en este caso el trabajador, que trabaja a medio tiempo (recordamos, menos de 35 horas semanales por razones involuntarias) busca una segunda ocupación (ya que tiene el tiempo para ello) que le genere mayores ingresos. Cuando crece la tasa de subocupación demandante de empleo, se lo asocia a un escenario de crisis de ingresos por lo que más personas buscan tener más horas de trabajo para poder gozar de mayores ingresos. En el caso de Posadas durante el tercer trimestre, esa tasa cayó, por lo que podría vincularse al hecho de que los ingresos mostraron cierta estabilidad tendiente a la mejora, provocando que existan menos personas que se vuelquen a buscar un segundo empleo. 

Entonces, en resumen: hay menos ocupados buscando cambiar su trabajo; y hay menos subocupados porque mejoraron las condiciones de empleo y, dentro de estos, hay menos que están buscando un segundo empleo. Detrás de esto, se puede inferir una mejora en los ingresos. 

¿Cómo podemos respaldar esas conclusiones? Básicamente, en dos indicadores. Uno aplicado a la cuestión local y uno a nivel nacional (y no aún en lo local por falta de datos). El primero hace referencia a la evolución del salario en el sector privado formal, algo de lo que hablamos acá la semana pasada: durante el tercer trimestre, en este segmento el salario misionero mostró fuerte mejora contra el trimestre anterior: +4,8% en julio, +0,3% en agosto y +0,8% en septiembre, cerrando el trimestre acumulado con una mejora del 7,3%. Si bien el sector privado es solo una parte del mercado de trabajo global, podría ser un buen indicador para ver la evolución de los ingresos. 

El segundo indicador no tiene todavía alcance local pero sí marca una situación generalizada a nivel nacional. Según datos del INDEC, el Ingreso medio per cápita familiar del tercer trimestre creció, respecto al anterior, un 27%, con mayor fuerza en el decil de menores ingresos (+32%) y algo más moderado en los deciles medios (23%). ¿Esto significa que los salarios crecieron a esos niveles? No necesariamente, ya que el ingreso per cápita familiar contempla la totalidad de ingresos tanto laborales como no laborales. Aun con eso, podemos ver una clara mejora. No es preciso afirmar que esa misma mejora se aplica para Posadas, pero considerando una mejora en el escenario nacional, es factible que la misma, aunque en otras intensidades, también alcance al aglomerado misionero.

Esto nos lleva al otro tema relevante de la semana vinculado a las novedades destacadas del tercer trimestre. Conocidos los datos de la distribución del ingreso de ese período, difundidos por el INDEC, comenzamos a ver diferentes estimaciones de niveles de pobreza. Si bien no se trata de datos oficiales (que son semestrales y que recién los conoceremos en marzo del año que viene) son estimaciones con dos virtudes: están basados en datos oficiales y son realizados por profesionales de reconocidísima trayectoria y prestigio en el campo de los indicadores socioeconómicos. El que fue más difundido fue el de Leopoldo Tornarolli, reconocido economista del Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (CEDLAS) de la Universidad Nacional de La Plata. Tiene una amplia espalda que avala su trabajo: fue una de las personas que reconstruyó las estadísticas del INDEC de todo el período en el que el organismo estuvo intervenido políticamente y cuando se rompieron muchas series de medición. Tornarolli tomó los datos de ingresos, cruzó con los de canasta básica y así estimó que, en el tercer trimestre, la pobreza se ubicó en torno al 38,5%, cayendo muy fuerte desde el 54,8% del primer trimestre del año. Recordemos que estamos hablando de trimestres y no de semestres, que es como lo publica el INDEC. 

Otro economista que estimó los niveles de pobreza según los mismos datos oficiales fue Martín Rozada, especialista en econometría de la Universidad Torcuato Di Tella. Todos los meses, en base a datos de inflación, canastas básicas e ingresos, realiza su nowcast de pobreza. Rozada habitualmente difunde sus datos no por trimestres, sino por semestres móviles; de ese modo es más fácil comparar los resultados respecto a los publicados con INDEC dos veces por año. Para este profesional, el semestre junio-noviembre 2024 registró una tasa de pobreza del 40,5%, reduciéndose en más de diez puntos respecto al 52,9% del semestre enero-junio, que fue el dato oficial de INDEC. 

Puntos más, puntos menos, incluyendo los márgenes de error estimados para cada caso, las conclusiones muestran de manera casi unánime que hay una importante reducción de la pobreza respecto a períodos previos. Este proceso puede trasladarse a Posadas según lo que indicábamos antes: dada su contundencia, es inevitable que el aglomerado siga la misma tendencia, que podría ser de manera más intensa o menor.

Es claro que todavía vemos dos Argentinas: una que muestra una importante recuperación en diversos indicadores con ineludible derrame y otra que todavía exhibe signos de importante retraso sin horizonte claro. Pero se empiezan a ver con más fuerzas las primeras, generando que las señales para el 2025 sean mucho más positivas que hace un año atrás.

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Salarios acumularon séptimo mes de suba real en octubre

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El índice de salarios se incrementó 4,6% mensual. El índice de salarios se incrementó 4,6% mensual en octubre y 172,1% interanual, de acuerdo con un informe difundido hoy por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

El indicador acumula una suba de 129,2% respecto de diciembre previo. 

Tras la difusión de los datos, el ministro de Economía, Luis Caputo, dijo en la red social X que octubre fue el “séptimo mes consecutivo de suba real” y que “ya (está) en los niveles de noviembre 2023”.

El crecimiento mensual se debe a subas de 4% en el sector privado registrado, 4,3% en el sector público y 7,7% en el sector privado no registrado.

Para octubre de 2024 el índice de salarios acumula una suba de 129,2% respecto de diciembre del año previo, debido a subas de 133,1% en el sector privado registrado, 109,9% en el sector público y 156,8% en el sector privado no registrado.

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Dato Indec: la actividad económica en Argentina cayó 0,7% interanual en octubre

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El Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) de octubre de 2024 mostró una contracción del 0,7% en comparación con el mismo mes del año anterior, informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). A pesar de este retroceso, el índice desestacionalizado registró un crecimiento mensual del 0,6%.

El informe destacó que, entre los sectores con mayor incidencia positiva, se encontraron Explotación de minas y canteras, con un aumento del 7,4% interanual, y Agricultura, ganadería, caza y silvicultura, que creció un 2,3%. Por el contrario, la Pesca, con una caída del 49,9%, y la Construcción, que descendió un 14,5%, lideraron las contracciones sectoriales.

En términos de aportes al índice general, la minería y la agricultura compensaron parcialmente las disminuciones observadas en la Industria manufacturera (-2,3%) y el Comercio mayorista y minorista (-2,1%), sectores que juntos restaron 1,2 puntos porcentuales al indicador global.

Los datos preliminares reflejan un contexto económico desafiante, marcado por la debilidad en sectores clave y un desempeño irregular en otros ámbitos. El INDEC anunciará los resultados de noviembre el próximo 23 de enero de 2025.

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