Lavagna anunció que votará por Massa y dijo que “hay que buscar Gobiernos de unidad nacional”

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El exministro de Economía y excandidato presidencial Roberto Lavagna anunció hoy que votará al postulante de Unión por la Patria (UxP), Sergio Massa, en el balotaje del domingo próximo, tras advertir que hay que “buscar Gobiernos de unidad nacional para un conjunto de temas clave”.

En un hilo de tuits, Lavagna manifestó la necesidad “esencial” de “cerrar la grieta extremista de izquierda y de derecha y juntarse en un centro progresista” que “atraiga e incorpore a parte de quienes se dejaron ganar por la idea de concebir a la política como conflicto permanente”.

“Es bueno explicitar la opción de voto entre las únicas dos que la ley habilita, y en mi caso, aunque no sea novedad, siguiendo la línea de Consenso Federal, votaré por Sergio Massa”, expresó el exministro de Economía.

No obstante, advirtió que “gobernar no es sentarse en un sillón y blandir la lapicera como si fuera un instrumento cortante”, ni “creer que todo empieza de cero como si la sociedad fuera masilla a la que uno le da la forma que quiere las veces que se le ocurre”.

“Gobernar no es tampoco creerse puro, limpio e iluminado por un saber indiscutible”, remarcó Lavagna, y llamó a ser “prudentemente decidido y cuidadoso de la compleja y frágil trama social preexistente”.

También gobernar implica, dijo, “cambiar aquello que no funciona, que no cumple con las aspiraciones de la sociedad, juntando la mayor cantidad de voluntades posibles” y “saber qué, cómo y cuándo crear nuevas y mejores realidades sin un ir y venir constante, donde lo que queremos y decimos hoy es diferente de ayer, de antes de ayer y de mañana”.

Para Lavagna, “gobernar es crear con conocimiento y coraje, sin improvisaciones ni fantasías”.

El exfuncionario justificó su apoyo a Massa en que la “sociedad necesita, urgente, trabajar en los consensos y buscar Gobiernos de unidad nacional”, como propone el candidato de UxP, para un “conjunto de temas claves”.

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Massa adelantó que Roberto Lavagna tendrá un lugar en su Gobierno

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En una participación en un programa de televisión Eltrece, el ministro de Economía y candidato presidencial de Unión Por la Patria, Sergio Massa señaló que si bien dijo que no revelará a los integrantes de su eventual gabinete, “desde el 10 de diciembre, Roberto Lavagna va a tener mucho que ver en lo que viene”. Massa agregó: “Hay un montón de ministros de este gobierno que conmigo no serían ministros, no tengo ninguna duda”.

El jefe del Palacio de Hacienda indicó que “independientemente de quien sea presidente, el año que viene va a ser mejor para la Argentina y solo hay que rediscutir el programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI)”.

Massa puso en relieve que “la Argentina ahorró por el gasoducto este año, unos 500 millones de dólares. El año que viene la Argentina va a exportar gas y petróleo y el año que viene la cuenta energética va a pasar de tener un saldo negativo de 7.000 millones de dólares a 7.000 millones de dólares positiva”.

Al mismo tiempo, el responsable de la cartera económica subrayó que “esperamos más de 18.000 millones de dólares por agroexportaciones y 15.000 millones de dólares por exportaciones de minería, lo que totaliza unos 40.000 millones de dólares más de divisas”.

Massa remarcó que “hay que producir y vender más de lo que importamos. La mejor forma de pagar la deuda es vender más de lo que compramos”.

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La pesada herencia

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Poco después de las 9 de la mañana del lunes, el teléfono de Oscar Herrera Ahuad recibió la llamada. Era Alberto Fernández, felicitando al mandatario misionero por el aporte de votos de Misiones al Frente de Todos y ratificar que después del 10 de diciembre, se iniciará un Gobierno con decisiones tomadas en estrecho vínculo con los gobernadores.

El detalle de Alberto es un contraste con el final del gobierno de Mauricio Macri, que lo encuentra en una dura disputa con más de la mitad de los gobernadores por un manotazo a los recursos federales para financiar su campaña electoral desde las PASO. El gobernador Hugo Passalacqua firmó el viernes una nueva intimación para que el saliente cumpla con una orden de la Corte. 

A decir verdad, nadie confía en que haya una solución al conflicto: las provincias reclaman más de 45 mil millones de pesos. La Nación sólo reconoció 2.500 millones por la eliminación del IVA y los cambios en Ganancias y Monotributo, que rigieron por casi un mes, desde la derrota hasta el fallo de la Corte.

El llamado de Alberto, sin embargo, augura nuevos vientos en la relación federal. Y para Misiones, eso es una buena noticia. Ya decía Passalacqua: “Alberto tiene la oportunidad de ser uno de los grandes presidentes federales de la historia”. 

Y Alberto está ante esa oportunidad. Venció, como se esperaba, de forma contundente y en primera vuelta, con el flujo de votos de las primarias, intacto. Pero la elección del domingo también marcó un sorpresivo crecimiento de Macri, que culminó con un porcentaje cercano al 40 por ciento.

¿Qué pasó en el medio? ¿Cómo es que un Gobierno con una imagen negativa cercana al 70 por ciento se despide con 40 por ciento de los votos? Ahí estará una de las claves del nuevo tiempo. 

La sociedad decidió sin ambages cambiar al Gobierno del cambio y convertir a Macri en el primer presidente argentino que no puede lograr su reelección. Pero al mismo tiempo, marcó un límite al triunfalismo. 

No parece ser un antiperonismo del siglo XXI, sino desconfianza con lo que representa el regreso triunfal de Fernández, Cristina, la flamante vicepresidenta y gestora intelectual de la victoria opositora. 

Fue ella la que en la mañana de un sábado de mayo declinó su propia candidatura en manos de Alberto, hasta entonces el gran componedor de los fragmentos del peronismo dividido. Fue ella la que impulsó a Axel Kicillof a la candidatura a gobernador de Buenos Aires, para enfrentar a la cándida María Eugenia Vidal. El resultado confirma que acertó en pleno. 

Pero en paralelo, abroqueló a quienes la rechazan por su estilo confrontativo demonizado por todos los medios de comunicación afines al Gobierno y que genera simpatías y, en igual medida, rechazos. 

De todos modos, parece haberse suavizado. Ya no es aquella que protagonizaba largos monólogos en cadena nacional, sino que se muestra mesurada y con un protagonismo secundario más dedicado a la construcción necesaria en el Senado.

Los votos que recuperó Macri fueron los que perdió Roberto Lavagna -medio millón- y el resto de los candidatos opositores, que en las primarias habían tenido escaso protagonismo, pero que, sumados, le dieron aire al jefe de Estado para frenar el aluvión kirchnerista.

Es decir, el Gobierno electo tiene un núcleo duro, cercano al cincuenta por ciento, Macri tiene un respaldo cercano al 30 por ciento (su promedio histórico) y el resto, se reparte entre otras expresiones políticas. 

No hay espacio para un regreso del viejo kirchnerismo, sino que el Frente de Todos debe ser de todos y superarlo para solidificar la nueva construcción. Y he aquí una diferencia sustancial con Cambiemos, aglutinado únicamente en función de estar en contra del kirchnerismo. Si el futuro Gobierno logra amalgamar intereses, desarmará uno de los pilares de la alianza opositora. 

En ese escenario deberá gobernar Alberto, sabiendo que una buena parte de la sociedad, debe ser reconquistada. 

La paridad en el Congreso también marca un nuevo escenario. El poder de las urnas no será suficiente para surfear los coletazos de la profunda crisis que recibirá como herencia el nuevo Presidente. 

Habrá que tener paciencia y saber negociar con los espacios más pequeños, pero no menos representativos. El bloque misionerista, ahí tiene otro punto a favor en el Senado, donde siguen Maurice Closs y Maggie Solari, y en Diputados, pese a que en la práctica, las urnas marcaron una disminución en el número de representaciones.

En Misiones la fórmula de Alberto y Cristina Fernández obtuvo 417.164 votos, contra 244.583 de Mauricio Macri y Miguel Pichetto.

Curiosamente, el frente ganador, en la categoría diputados, fue el que menos votos sumó desde las PASO: 5510. La alianza Cambiemos aumentó su caudal en 57.680, mientras que la Renovación mejoró en 42.695.

En cambio, en la categoría presidente, Alberto Fernández sumó 56.896 votos desde agosto, mientras que Macri, con su plaza del #SíSePuede en Posadas, aumentó 75.793 votos desde las Primarias.

El Frente de Todos se llevó dos bancas que se integrarán al bloque mayoritario, la alianza Cambiemos retuvo una y el Frente Renovador la última. Así, el bloque misionerista quedará conformado en Diputados por Ricardo Wellbach, Flavia Morales y Diego Sartori, Cristina Britez seguirá en el Frente de Todos, junto a Héctor “Cacho” Bárbaro y Alfredo Schiavoni se sumará a la ahora oposición de Cambiemos, donde lo espera el radical Luis Pastori.  

¿Cuál será la actitud de los futuros diputados opositores para con Misiones? Pastori sostiene una retórica beligerante para con el Gobierno provincial, potenciado por la bilis de la derrota. Schiavoni es más conciliador, pero dependerá de lo que le ordene su conducción política. Britez y Bárbaro aparecen más cercanos y con ideas afines al Gobierno provincial, aunque mantienen diferencias. 

Ahora bien, con esa paridad parlamentaria, ¿de cuánto será el poder de fuego de Fernández? ¿qué tipo de oposición hará la alianza Cambiemos? 

Los primeros movimientos muestran a Fernández sólido en la idea de reactivar la economía como primera medida para salir de la parálisis que combina caída con inflación. La renegociación de la deuda es una prioridad, pero no parece estar al tope del ránking, aunque será una condición necesaria para redirigir los recursos hacia las áreas con más necesidades: la educación, la salud y la creación de empleo. 

Del otro lado, Macri logró fortalecerse derechizando su mensaje y sus aliados. Hubo un voto de clase entre sus apoyos y el todavía Presidente parece moverse cómodo en ese espacio. ¿Pero será el líder pos diciembre? ¿Le disputarán la conducción la derrotada Vidal, Horacio Rodríguez Larreta? ¿Qué rol ocupará el radicalismo en el tiempo nuevo de la alianza? Todos cuestionan la conducción de Macri y especialmente de su alter ego, Marcos Peña. Pero una cosa el sometimiento al poder, otra ser condescendiente desde el llano. 

Por más que en Cambiemos festejen (¿?) la derrota por el crecimiento desde las PASO, lo cierto es que los que hace celebraban el “no vuelven más”, cayeron en el primer desafío serio, después de haber ganado con amplitud las elecciones legislativas de medio término. 

¿A qué atribuir la derrota? Sin dudas, la economía ha sido el talón de Aquiles de una gestión que empeoró todos los índices dejados por Cristina y generó problemas que no estaban entre los centrales, como el sobreendeudamiento, la pobreza y el desempleo. La inflación, que iba a ser fácil de domar, termina siendo la misma que la acumulada por Cristina… en ocho años. “La inflación es la demostración de tu incapacidad para gobernar”, canchereaba Macri cuando todavía no había asumido. Los números no lo desmienten. La promesa de pobreza cero terminó en un doloroso 40 por ciento de pobres. Los números, en este caso, demuestran la magnitud de su fracaso: “Por la meta que quiero que se me juzgue es si pude o no reducir la pobreza”, sugería en 2017. Hoy hay más de 16 millones de pobres y uno de cada 2 chicos menores de 14 años viven en la pobreza.  

El 40 por ciento que respaldó a Macri lo hizo más por rechazo a lo otro que por conformidad con el presente. No hay sector de la economía, salvo la agricultura, que tenga indicadores positivos. Y el mapa de sus respaldos lo ratifica: la franja media del país, donde la soja y los granos son la principal actividad y un bastión propio, como Capital Federal. En el resto del país, perdió por bastante margen. 

Conquistar esa franja media será un desafío para Fernández. En el resto del país, los indicadores son un drama, pero al mismo tiempo, un punto a favor: cualquier cambio para arriba, será un enorme triunfo en este contexto depresivo. 

Macri abandona el poder con todos los problemas que cuestionaba cuando estaba en la oposición: superinflación, suba de precios descontrolada y hasta un megacepo para frenar la compra de dólares que deja en ridículo al que dejó Axel Kicillof. En 2015 se podían comprar hasta 2000 dólares por mes y era un escándalo. Ahora es de apenas 200 dólares y de US$50 el adelanto con tarjeta de crédito en el exterior. 

El control cambiario no es, en sí mismo, un problema, sino una herramienta necesaria para proteger a la economía. Pero el propio Presidente cuando llegó al poder se encargó de desmantelar todas las barreras para la fuga de divisas. “El cepo es un invento nefasto de este Gobierno“, cuestionaba Macri antes de asumir. 

El dólar estaba 9,84 y el blue, 14,55 pesos por dólar. Hoy está 65 y el blue, diez pesos más caro. La suba del dólar fue de, 560%, bastante más que la propia inflación, que también es récord, con un acumulado de 290 por ciento y dos años seguidos por encima del 50 por ciento.

Ahora bien ¿le preocupa al Presidente su propia pesada herencia? Parece no estar muy molesto por el resultado económico que lo expulsó del poder. 

Insiste, aún el domingo de la derrota, en que el camino que transitó es el correcto. Y antes de despedirse, deja nuevos tarifazos, como el 5 por ciento de las naftas aplicado el viernes, las prepagas, el pan y los alimentos. 

La inflación de los últimos tres meses llegará a un altísimo quince por ciento en medio de un llamativo descontrol y una economía que no da señales de vida. El Presidente, mientras tanto, por estas horas descansa en Chapadmalal. 

Fernández, en cambio, no tuvo un minuto de relax después de las elecciones. Reuniones varias para comenzar a definir la transición y el nuevo gabinete, viaje a Tucumán para la asunción de Juan Manzur y encuentros varios con empresarios para comenzar a dar señales de reactivación. Ya hubo un par de anuncios de inversiones y de empresas que prometieron volver a producir con la esperanza de que el mercado interno sea nuevamente el motor de la recuperación. 

Fernández también marcó territorio en los vínculos regionales. Reunión con Mujica, felicitaciones al Evo reelecto en Bolivia y diplomacia dura con otros presidentes.

El desplante de Jair Bolsonaro quedó minimizado ante el llamado de Donald Trump, quien lo felicitó y le confirmó una recepción en la Casa Blanca, con “orden estricta” al FMI de ponerse a disposición del nuevo Gobierno. 

Pero Fernández primero viajó a México, a reunirse con Andrés Manuel López Obrador, el socialdemócrata quien, ante un Mercosur fracturado por la extrema derechización de Bolsonaro, puede ser un socio vital para las necesidades de la Argentina. Del Mercosur no habrá que esperar demasiado, aunque seguramente las bravuconadas de Bolsonaro no pasarán de eso.

Hará bien el nuevo Presidente en enfocarse en el problema interno antes que intentar acercar posiciones irreconciliables. Las urgencias son muchas y la pesada herencia, difícil de resolver.

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Passalacqua: “Fernández tiene la oportunidad de ser uno de los grandes presidentes federales de la Argentina”

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En la Residencia Oficial, la televisión devuelve en silencio las imágenes de la revuelta popular en Chile y es el primer disparador para hablar de las convulsiones en el barrio, que sacuden el lejano oeste americano, pero que al mismo tiempo están tan cerca como la movilizada Cataluña en su pelea por la autodeterminación. 

El gobernador Hugo Passalacqua sostiene que en Ecuador hubo un estallido similar al de la Argentina del 1 a 1, en el no tan distante 2001, pero sorprende cuando revela que la crisis de Chile no lo sorprendió. 

“Como decía Umberto Eco: “La forma más inteligente de mentir es con la estadística”. Si yo me adjudico 30 mil dólares por año, y vos ganas uno, da un promedio de 15 mil, pero yo gano 30 y vos 1, así los promedios de muchas cosas en Chile eran muy buenos, pero a la hora de la realidad, el reparto era inequitativo, te daba mal. El uno por ciento, concentra el 50 por ciento de las riquezas, el resultado siempre va a ser el mismo. Tenés indicadores macroeconómicos muy solventes, pero con sectores populares, que seguían muy postergados. Hace unos años la joven Camila Vallejo sorprendió cuando pedía educación pública porque el cien por ciento de la educación superior es paga y muy cara. De ahí en más tenés muchos cortes sociales, se privatizó todo, así que no, no me sorprende. No estoy diciendo que Chile es un desastre, digo solo que socialmente está muy fragmentado y con una inequidad que en algún momento iba a estallar. El 4% de suba de subte armó un lío bárbaro. Chile es muy lindo, pero si tocás por debajo la pobreza se siente”, explica en diálogo con Economis.

Pero es un modelo que ofrecían como espejo en el que mirarse…

Hay algunas tentaciones, de algunos sectores de verse reflejados, yo nunca lo hice por ningún modelo. El copiar modelos, el imitar modelos de izquierda o de derecha a mí no me mueve, el seguir los pasos de otro no me parece porque ningún país se parece al otro. Nada se parece a nada, en realidad.

Tomando estos dos casos, incluso yendo más lejos Cataluña, que defiende su autodeterminación… Por ahí la parte más baja de la sociedad, se está cansando del tema de ajustes, de recortes.

Eso es bastante universal, no es nuevo, desde los faraones, el Imperio Romano, el Medioevo, siempre los sectores dominantes generan los sectores populares inmensos. Por fortuna en el siglo XX, sobre todo después de la segunda guerra, un poco se fueron achicando las desigualdades, aunque aún son muy grandes, pero no es lo que era, porque hubo un mejoramiento social, lento, pero existe. Pero hay lugares donde la presión sistémica, la presión de los sectores dominantes, de todo tipo, político, financiero, lo que fuere, mete mucha presión sobre la gente, y eso en algún momento pone a la gente muy mal, por eso siempre hay que estar al lado de la gente. No dar dádivas, sino crear políticas proactivas.

¿De contención?

Es más que la contención, es generar políticas proactivas, la contención es más para emergencias, pero no podés vivir en emergencia. También tenés que tener políticas de proacción, de estímulo, de inversión. Haciendo una abstracción de lo que hay acá, muy modesta muy chiquita con los “Ahora”, a nuestra escala.

Que no hay que minimizar, porque para una familia el ahorro es importante.

Es una inversión grande para el Estado, pero para una familia cambia mucho, si te metés en todos los “Ahora” que podés, el sueldo se te duplica bastante. Hay un esfuerzo del Estado proactivo para el sostenimiento de empleo, que circule más rápido el dinero, que se vaya afuera lo menos posible. Es lo que llamamos un modelo misionerista, tratamos de hacerlo. Hay cosas que nos cuesta vencer, el sistema impositivo es muy perverso. Escuchaba a un candidato en el debate presidencial, no importa quién sea (N de la R: fue José Luis Espert), que decía: “Si no cobramos IVA no tenemos porqué hacer coparticipación en las provincias”.  Y yo: ¡¡Hola!!!! Como que en las provincias no somos personas, hay cosas que resultan un escándalo y pasan, yo apagué la tele en el debate. Después volví a prender, pero me enfurecí porque no hay lugar para tanta barbaridad. Es una visión muy del país central, del puerto, donde las provincias somos un accidente geográfico, no somos personas, y somos una carga, para ellos es un esfuerzo enorme soportarnos a nosotros, cuando la realidad es inversa porque somos nosotros los que lo sostenemos. Es una visión muy metida esa del país central, hay que hacer un esfuerzo para romper con eso.

Mauricio Macri empieza su gestión con una foto con todos los gobernadores el 12 de diciembre de 2015, y termina ahora prácticamente con todos enfrentados en la Corte Suprema justamente por este tema, cuando el Presidente anunció el plan de eliminación del IVA en algunos alimentos y los cambios en Ganancias después de la derrota electoral...

Sí. A la Corte fuimos dos veces, una para que no nos quiten lo que nos corresponde al pueblo… En el escrito yo le agregué la palabra pueblo, como para que se entienda que la coparticipación es para el pueblo de la provincia de Misiones.

Para que sea menos abstracto.

Sí, para encarnar, para porque no es de la Provincia, o de los gobernadores, como si fuéramos señores feudales. Por eso fuimos dos veces a la Corte a defender la coparticipación: Cuando nos la quitaron y después cuando la Corte ordena devolver, no lo hicieron, entonces volvimos a litigar, nos volvieron a dar la razón y acá estamos, en lo mismo.

No hay novedades.

No. Considero que los montos acumulados nos tendrán que devolver. No es fácil hacer cálculos del pasado, desde septiembre, pero la orden fue deja de quitar la coparticipación y darla entera, pero eso sin embargo no pasó. Pero en medio del desbarajuste de las elecciones, más no podemos hacer, porque parece que estamos en rebelión.

¿Cree que el respeto al federalismo está en juego en estos días?

Hay una cosa que a mí me da mucha fe en Alberto, que es su visión del país federal, viste que a él no se le escapa ni en un reportaje. Aunque hablen de petróleo, hablen de educación, siempre lo tiene metido, tiene metido en su visión que el país es uno, que el que nació en Atacama tiene que tener las mismas opciones que el que nació en Palermo, que el que nació en Tobuna. Las mismas opciones, y las mismas oportunidades que hoy le son negadas, pero no desde ahora, sino desde 1810. Su visión federal cuando lo dice, y yo le creo, es que va a gobernar con 24 gobernadores, no es un dato chico, sobre todo para las provincias del norte que somos las más postergadas. Es música para el oído de todos. Él tiene la oportunidad de ser uno de los grandes presidentes federales del país. Más allá de salvar la grieta, a mí me interesa lo federal, porque si la patria somos todos, nosotros tenemos la visión que creo correcta, histórica, que las provincias son preexistentes a la Nación. 

El presidente más federal…

Quiero creer. No lo va a hacer en un rato. Vendrán varios presidentes, pero lo creo, eso de trazar un rumbo y volver a la fuente, que es quien quiera presidente de este país, tenga que hilvanar las voluntades, los deseos y esperanzas de todas las provincias de la Argentina, que son las mandantes, son las dueñas del país, en el sentido histórico. Ahora resulta que para el país central somos una carga, pero yo le creo a Alberto cuando dice que él está en camino de recuperar los sueños de las provincias, hacia un papel protagónico, darles protagonismo de las provincias.

¿Cómo se construyó tan rápido una relación con Fernández, cuando tiene sus propios candidatos en Misiones?

La relación con Carlos (Rovira) es de hace tiempo. Personalmente, con Fernández nos conocemos hace poco, con la Renovación sí se conocen hace bastante, pero es una persona muy afable, que escucha mucho, tiene ideas sólidas y al mismo tiempo flexibles, no es tozudo, no es caprichoso. Si hay algo que modificar, la modifica, si hay que trabajar lo hace. No es perezoso. Le toca a Oscar (Herrera Ahuad), ser su colega no, y enseguida se entendieron, forjaron una amistad, eso vale oro en una relación de alguien que está gobernando una provincia con el presidente. A lo que hay que agregarle el tema de los diputados, hay cosas que se lo dijimos a él: “Nosotros somos la Renovación, no somos el Frente de Todos, lo acompañamos, como acompañamos en su momento a Néstor, a Scioli, a Cristina, cien por ciento desde nuestro lugar, desde los Renovadores”. Por eso pedimos la boleta corta con corta, desde Nación a Fernández y en la provincia a la nuestra, con el misionerismo, la gente que está con la gente. Es una suma de energía muy fuerte lo nacional con lo provincial. Un poco toda esta cuestión histórica se traduce en el voto, aunque es la primera experiencia.

Usted decía que quería que se instale esto de la boleta corta provincial…

Es mi visión, muy a título personal. Como ciudadano, por los siglos de los siglos, quisiera que los diputados nacionales vayan junto con las elecciones provinciales. Porque es una trampa semántica, porque los diputados nacionales, son de la provincia ante la Nación, no son de la Nación. Es un error tremendo creer que son de Nación. Para que en la Nación se discutan nuestros intereses, tienen que estar nuestros diputados que nos defiendan allá, junto con los gobernadores, vicegobernador, tiene que estar en el mismo paquete. Después se elige el presidente, por supuesto que se pueden desdoblar las fechas, eso es secundario. Después está lo nacional, que pasa por el Poder Ejecutivo, por la fórmula de presidente y vice, donde sí hay un distrito único donde tu voto se junta con el de Zapala y el de Zapala con el de Pozo Azul.

¿Qué le preocupa más de este momento económico, de pobreza, educación?

Todo, es una situación muy dura, porque hasta el que tiene empleo, hablamos con Cristina cuando vino, de las estadísticas, de los índices de empleo, de desempleo. Hay un 60% de la gente empleada, pero abrís ese bloque y de ese 60% la inmensa mayoría está con miedo de perder el trabajo. Es decir, tener trabajo no es tener seguridad. Cuando estás en incertidumbre, el pequeño empresario, el medio, el bolichero, el que levanta la basura, el periodista tiene inseguridad, eso produce una angustia muy grande. El que tiene empleo está con incertidumbre, no sabe si gasta en la moto, si pone la parrilla, si festeja un cumpleaños, si va de vacaciones, se pone tenso el ambiente.

¿Qué análisis hace del Gobierno de Cambiemos? 

Nosotros no hicimos juicios de valor al principio de la gestión y mantuvimos la gobernabilidad y a relación institucional. Era la primera vez que la Renovación gobernaba con un signo político nacional distinto, por eso había que cambiar los parámetros comportamentales porque éramos otro espacio político, entonces tuvimos esa frase: “Gobernabilidad, con gobernabilidad se paga”, que en términos institucionales, tomamos una posición correcta, porque en democracia así debe ser. Las veces que nos sentamos a hablar con el señor Presidente casi nunca coincidimos, pero le dije las cosas en la cara, él también lo hacía, diferíamos mucho en sus visiones de roles del Estado, su visión impositiva.

Recuerdo el cruce que no salió mucho a la luz, pero fue en Iguazú, sobre la yerba mate.

En Iguazú sí, tuvimos nuestros altercados, pero nunca quitándole gobernabilidad, porque la gente lo había votado, no había que entorpecerlo, como no nos gustaría que nos quieran entorpecer, pero con una diferencia muy grande en el medio, tan grande que es casi insalvable. Porque tener una visión distinta del Estado, te hace pretender cosas distintas. Si vos sos un Estado que cobra los impuestos y sos eficiente, hacés caminos, hacés escuelas, entonces es bienvenido, pero si no, la realidad marca que no sirve.

Ese pacto fiscal firmado hace menos de dos años, no sirvió.

El simple hecho que nos haya quitado el Fondo Federal de la Soja, fue un golpazo para los municipios que nos obligó a salir a asistir. Después hubo unas devoluciones, que eran derechos de la provincias. Pero veo un momento bisagra que fue ir al Fondo Monetario, cuando llegó lo del Fondo, hubo una urgencia del déficit cero y empieza a pasar el rastrillo a las provincias, la quita de subsidios, las tarifas de la luz.

Me dijo que no le sorprendió lo de Chile, ¿Lo sorprendieron estos resultados?

¿Los de las PASO? No. Pensaba que iba a ser menor, porque uno ve las encuestas, que decían una cosa, pero la realidad dijo otra. Pero viendo el diario del lunes, no era algo que sorprenda, por la falta de empleo, con los sectores populares que se hunden, la clase media que se hunde, no era una sorpresa.

¿Y para Misiones, cuál es el pálpito suyo para el domingo?

Creo que vamos a hacer una elección muy buena, estoy seguro de eso, lo importante es tratar de meter una gran cantidad de diputados, vemos que estamos en el camino correcto de juntar lo nacional con lo misionerista. No digo que los otros diputados sean malos, no personalizo, cualquier ciudadano que pone su nombre en una boleta, ya hace mucho, porque pones en juego tu historia, tus ganas, tenés que hablar al público, lo hacés porque tenés ganas, el simple hecho de estar en cualquier espacio, es significativo. Yo jamás fui irrespetuoso, suficiente tiene la gente con las dificultades cotidianas, como para encima ver a los políticos a los tortazos en la televisión.

El misionerismo en las raíces

Passalacqua cambia el semblante cuando recuerda los días que pasó junto a los deportistas misioneros en los Juegos Evita de Mar del Plata. Los acompañó desde su primer año de gestión y asegura que hay una “diferencia enorme” entre 2016 y este año. “En defender los colores, corear a la provincia, ir por la calle todos juntos, que van a  defender al equipo de su provincia, hinchando juntos por la camiseta, sean de vóley, de fútbol, o de lo que sea, yo estuve con ellos en el almuerzo del hotel, es hermoso ver como corean, cantan, el ver al misionerismo”.

¿Lo refresca un poco ver eso, porque eso también es política?

Esto está fuera de la política partidaria, es una política más alta, de fortalecer la sociedad, de unirla, porque para mí las sociedades que progresan son las que tienen el tejido social más sólido, donde son más solidarios, donde hay hermandad, donde uno está en problemas y lo estás vos, porque sos mi hermano, por eso yo suelo hablar de la gran familia misionera. Esta gurisada, que eran 815, con un comportamiento ejemplar, son buenísimos, con algo histórico como traer 73 medallas, que antes estaban concentradas en un puñado de municipios. Y eso también tiene que ver con una política de Estado, las medallas antes se concentraban en Posadas, Oberá, Eldorado, ahora tenés de todos lados, de Andresito, de Ruiz de Montoya, de donde mires, eso tiene que ver con expandir el deporte, proteger al tejido social. De estar al lado de la gente, a través de la educación, del deporte, de un discurso amigable, presente. No se puede hacer una sociedad sin valores, no existe, las sociedades exitosas tienen valores. Uno ve los modelos soñados, el danés, el finlandés, ellos tienen un sentido de valores muy fuerte, en la escuela los machacan mucho en ser solidarios, en ser trabajadores.

Y el Estado no está ausente…

Está recontra presente. La sociedad tiene instalado que da mucho, porque sabe que el Estado también da mucho. Cuando hablamos con los que se llaman liberales, hablamos de los impuestos y les decimos ¿3% es mucho, o es poco? Dicen es mucho, pero en realidad, depende del servicio que te da el Estado. Si el Estado no te da nada, 0,1 es mucho. Depende de lo que te dan, si te dan caminos, o viviendas, lo que puedan con los recursos que tienen, sin endeudarse, de a poco, sin dejar en banda a las 50 mil familias que viven de obra pública, además de los amigos albañiles que viven de eso. Nosotros, a la nuestra, lo fuimos haciendo.

Misiones se destaca además porque es una de las pocas que no ha tomado y tiene escasa deuda pública…Hacele un reportaje a los otros gobernadores para ver cómo están. Nosotros tenemos la certeza que podemos pagar todos los salarios por mes, esa certeza genera la segunda fase económica, que se denomina de confianza, porque el policía va al verdulero y le dice fíame un kilo de papa, un día antes de fin de mes, el verdulero le va a fiar porque sabe que al otro día cobra, el verdulero va al kioskero le dice que le fíe otra cosa, le fían. Esa es la economía de confianza que aparece, porque saben que la plata va a estar, eso pasa por la vida del empleado público, del policía, el enfermero, la maestra, pero inyecta en la economía privada, real, todos los días. Eso hace que Misiones se fortalezca, porque es una de las poquísimas provincias donde se sabe que se puede pagar todos los sueldos a fin de mes. Encima si combinas, una provincia que paga en el mes, con una que no, que vive endeudada… Pero la sociedad nos empuja a eso, y no nos permitiría que nos endeudemos, porque no les gusta la idea. Porque es lo mismo que ir al prestamista para llenar la heladera y al mes no tengo la comida y no tengo la heladera. Entonces en esa los misioneros nos medimos, somos muy rigurosos, somos austeros, tratamos de ser inteligentes con los gastos, hicimos inversión muy productiva, y sobre todo no hicimos del Estado una bolsa de trabajo. En comparación de las provincias más grandes, Santa Fe, Córdoba, Buenos Aires, el empleo privado es enorme, donde el Estado es un actor de tercer o cuarto lugar, acá lejos es el primero, pero sin embargo no nos llenamos de deudas. Misiones crece el 1,5% mensual a nivel demográfico, mientras me tocó gobernar a mí, la población de Misiones creció un 6%, que es una cifra gigantesca, donde el Estado tiene que acompañar con escuelas y policías. Pero nosotros crecimos en planta permanente, en contratados con relación, el 0,6, son 500 y pico de personas en toda la provincia. Básicamente la mayoría son policías, no convertimos al Estado en una bolsa de empleo. No lo hicimos. Eso lo digo con orgullo, no echamos, no hicimos una bolsa de trabajo, no paramos la obra pública, no nos dejamos endeudar, generamos los Ahora.

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Lavagna consideró que para salir de la crisis “hace falta empujar hacia arriba el consumo”

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Lavagna, su compañero de fórmula, Juan Manuel Urubey, y el candidato a gobernador bonaerense, Eduardo “Bali” Bucca, mantuvieron una reunión en el Arzobispado platense junto a monseñor Victor Fernández.

El candidato presidencial de Consenso Federal, Roberto Lavagna, afirmó hoy que para salir de la crisis económica hace falta “empujar hacia arriba el consumo y ayudar a las pymes a que vuelvan a producir y a generar empleo”.

Lavagna, su compañero de fórmula, Juan Manuel Urubey, y el candidato a gobernador bonaerense, Eduardo “Bali” Bucca, mantuvieron una reunión en el Arzobispado platense junto a monseñor Victor Fernández.

Tras el encuentro, el ex ministro de Economía precisó que con el arzobispo se habló de la situación social de la Argentina, recordó que la Ley de Emergencia Alimentaria fue una propuesta de su partido y le pidió al Gobierno “que cumpla” con esa norma.

Lavagna expuso que “en su momento salimos entre todos, no hay magia ni una persona que arregla individualmente las cosas; hay que convocar a toda la sociedad, generar un diálogo”.

Destacó también el “importante rol de la Iglesia durante 2002 con el Diálogo Argentino, en cabeza del entonces cardenal Jorge Bergoglio” y pidió “reconstruir una situación de ese tipo”.

“Hay una tercera vía, que es la de Consenso Federal: en lo político con la idea de juntar voluntades y no encerrarse; y con una visión distinta en la economía”, describió.

Recordó que en el coloquio de IDEA “algunos empresarios plantearon la idea conservadora de que primero se estabiliza (la economía) y luego se crece, pero no es así: primero se pone en marcha la economía y después se produce la estabilización”.

Luego rechazó formar parte de un eventual gobierno de Alberto Fernández en caso de no ganar las elecciones, pero reconoció estar “abierto al diálogo”, y apuntó que “como espacio político vamos a dialogar si hay invitación”.

Además, Lavagna dijo que “en un país que no crece, nadie se salva y hoy vemos la ‘teoría de la frazada corta’ en la que cada uno tira de una punta cuando lo que hay que hacer es agrandar la producción y generar empleo”.

Urtubey expresó que el cierre de la campaña se llevará a cabo en la provincia que gobierna, Salta, con el objetivo de “plantear la visibiliad de otra Argentina diferente a la que se vive en la ciudad de Buenos Aires, porque el país es más grande que esa ciudad aunque las políticas públicas no lo determinen así” y añadió que “queremos mostrarle a la Argentina que queremos una real integración”.

Opinó que la grieta no se pudo cerrar “porque la atracción de los dos polos sigue siendo fuerte, hay una tácita sociedad entre el macrismo y el kirchnerismo, ambos se necesitan y se retroalimentan”.


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