¿En qué sector de la economía de Misiones los salarios lograron recuperarse?

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El gobierno nacional, a través del Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial (OEDE) difundió recientemente la base de datos de la evolución de los salarios promedios de los trabajadores del sector privado formal en las provincias. Esta herramienta nos permite, fundamentalmente, ver dos cosas: que dejó el 2024 en el saldo global, y como viene la tendencia para el inicio de este 2025. 

Comencemos con lo primero. El año cerró en Misiones con una baja acumulada del salario promedio del sector privado formal del 5,2%, un resultado esperable dado que el golpe de la primera mitad de año, sumado al arrastre de finales del 2023, nos hacía prever un resultado negativo global. ¿Cómo se llegó a este resultado? Veamos cronológicamente: sobre el final del 2023, la situación era volátil, en parte explicada por la inestabilidad inflacionaria de aquel momento, con predominio de la suba de precios. En noviembre, previo al cambio de gobierno, el salario cayó 3,3% real interanual pero en diciembre, con devaluación en el medio, lo hizo en -18,7%, una de las mayores caídas para un mes de la historia reciente para la provincia, algo que se dio también en el resto del territorio nacional. 

El efecto de la devaluación y su consecuente golpe inflacionario dejó el salario debilitado: a la baja de diciembre se le sumó otra de enorme magnitud en enero 2024 (-14,2%), otra similar en febrero (-13,5%) y la profundidad de recesión en ese primer trimestre dio el golpe de knock out en marzo con una baja del -17,3%. Tener cuatro meses consecutivos con bajas de doble dígito (tres de ellos en el primer trimestre del año) ya permitía avizorar que el año cerraría en caída, por el arrastre estadístico que eso traía. 

Pero se complicó aún más entre abril y mayo con bajas de -13,3% y -10,2%. Es decir, seis meses seguidos de bajas interanuales en términos reales de doble dígito

Sin embargo, allí comenzó el proceso primero de moderación y luego de recuperación: el salario continuó cayendo entre junio y septiembre pero a una velocidad muy menor (de -6,5% de junio a -2,1% en septiembre). En octubre, dejó de caer (0,0%) y comenzó a crecer en noviembre (+1,6%) y diciembre (+20,1%)

La magnitud del crecimiento de diciembre no debe sorprender: se dio, con mayor o menor intensidad, en todas las provincias, a partir del efecto de la base comparativa; es decir, del desplome del mes con el que se lo comparaba. 

Aun con ello, podemos identificar entonces tres períodos claros en el año: fuerte derrumbe entre enero y mayo, caída pero más moderada entre junio y septiembre, y comienzo de recuperación con subas entre octubre y diciembre. Por supuesto, como se dijo antes, la mejora sobre finales de año no pudo contener la fuerte caída de principios de año y, por ello, el salario acumulado cerró el año con bajas. 

Todo esto que recién se detalló corresponde a las variaciones interanuales. ¿Pero qué pasa cuando observamos las variaciones mensuales? Para esto, primero realizamos una desestacionalización de los datos para quitar todo efecto estacional (entre otras, el medio aguinaldo). Aquí comienza lo interesante: en diciembre de 2023, el salario cayó contra el mes previo un 14,3%, en línea con el resultado interanual (producido por el mismo fenómeno devaluatorio). Ya en 2024, el primer trimestre tuvo bajas: -0,5% en enero, -1,5% en febrero y -5,2% en marzo. Estas caídas generaron que en marzo 2024, el salario se ubique 20% por debajo del nivel de noviembre de 2023, es decir, previo al cambio de Gobierno y previo a devaluación. Perder 20% de salario en solo cuatro meses es un golpe casi mortal y así lo vivió la economía provincial.

Afortunadamente, fue marzo justamente donde el salario tocó un piso y, a partir de allí, comenzó a recuperar lento, pero sostenido. En abril tuvo un alza del 1,5% mensual seguida de +6,3% en mayo y 3,7% en junio. Es decir, en tres meses logró ubicarse 12% por encima del piso de marzo, pero todavía no era suficiente para recuperar todo lo perdido porque, aun con ello, seguía estando 11% por debajo de noviembre de 2023. La recuperación siguió: 3,9% en julio, 1,9% en agosto y 1% en septiembre. En ese mes, ya estaba 20% por encima de marzo, pero todavía 5% debajo de noviembre de 2023. Octubre fue el mes de alivio: con una suba del 6,2% mensual, finalmente logró superar los niveles de noviembre del 2023 en un 1,2%. Es decir, para octubre de 2024, el salario misionero logró recuperar todo lo que perdió tras la devaluación

Este proceso se consolidó luego en noviembre con +1,1% y en diciembre, con +0,4%. En el último mes del 2024, entonces el salario misionero ya se ubicaba casi 3% por encima del nivel previo al cambio de gobierno nacional.

Repasemos brevemente: si se miden las comparaciones interanuales, Misiones recién logró tener mejoras del salario en noviembre y la profundizó en diciembre; pero si miramos las comparaciones mensuales (que son clave en los procesos de fuerte caída por devaluación para prever la velocidad eventual de recuperación) Misiones ya comenzó a mostrar mejoras en abril y logró profundizarlas de tal forma que ya para octubre logró recuperar lo perdido por la devaluación y salto inflacionario de finales del 2023. 

Si bien el salario hay está por encima de noviembre 2023, lógicamente queda un camino por recorrer para volver a niveles de período de expansión: el pico del salario misionero se ubica en noviembre de 2017 y actualmente, se está todavía 16% debajo de ese nivel. Por ende, si bien se logró dejar atrás la devaluación y el mileiázo, la búsqueda de recomponer el salario tiene todavía un trayecto largo a recorrer. 

Ahora bien, hemos hablado del salario promedio general provincial, pero ¿qué pasa hacia adentro de los sectores de actividad?

Primero veamos la situación en el análisis acumulado anual. Allí hubo solo tres sectores (sobre un total de 13) que cerraron el 2024 con crecimiento: el más fuerte se vio en Hotelería y Restaurantes (+4,0%), un sector que tras un caer de manera sostenida entre enero y agosto (y en doble dígito entre enero y abril), comenzó un proceso de recuperación muy fuerte ya desde septiembre y aceleró la suba luego: en los últimos cuatro meses del año, este sector tuvo una suba promedio mensual del 30% interanual real

En segundo lugar se ubicó el sector de Finanzas (+3,0% en el año), sector que tuvo caídas menores al promedio en el primer tramo del año y ya había comenzado a recuperar desde agosto.

Cierra el sector de Electricidad, Gas y Agua con +2,2%, explicado también por descensos relativamente leves en el peor tramo del año y recuperación sostenida desde agosto. 

Los diez sectores restantes tuvieron bajas a diferentes ritmos: por ejemplo, el salario del Agro cayó 5,7% acumulado anual, la Industria -1,8% y el Comercio -2,8%; pero también está el caso de la Enseñanza (-19,9%), la Construcción (-14,4%) y la Explotación de Minas y Canteras (-24,1%) por citar los extremos. 

En este contexto, y tal como ya lo hicimos para el total general provincial, cabe preguntarnos si, a pesar de la previsible caída acumulada en el año, estos sectores ya lograron, o no, recuperar niveles de noviembre de 2023. 

De los trece sectores relevados, diez lograron recomponerse. El Agro, gracias a crecimientos mensuales sostenidos entre julio y noviembre 2024, se ubica ya 4,4% por encima del nivel previo a la devaluación; la Minería está +2,4%, la Industria Manufacturera +10,1% gracias al crecimiento mensual que tuvo en siete de los últimos nueve meses del año pasado; Electricidad, Gas y Agua está +13,3%; el Comercio +0,7% con alzas leves pero sostenidas desde mayo. 

Hotelería y Restaurantes, además de crecer en el acumulado anual, ya está 32,1% por encima de noviembre de 2023, entre otros. 

Los sectores que, por el contrario, no logran todavía recuperar lo perdido por devaluación, son la Construcción (-5,1%, pese a haber tenido un muy buen último trimestre), los servicios de Transporte, Almacenamiento y Comunicaciones (-6,9%) y Enseñanza (-4,8%). 

Con esto en consideración, se presupone que el salario misionero continúe con un proceso de expansión considerable, traccionado por la mejora en los niveles de actividad económica como también por cierto arrastre estadístico que dejó el 2024. Es cierto que todavía falta muchísimo para que hablemos de niveles de salarios altos (recordar que se está todavía 15% por debajo del pico de 2017) pero el hecho de haber podido dejar atrás los efectos de la devaluación y salto inflacionario de finales de 2023 e inicios de 2024 allana el camino para que el salario transite un sendero alcista de importante magnitud.

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El Gobierno de Misiones acordó un aumento salarial para el personal de salud

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Un día después del acuerdo con los docentes, el Gobierno de Misiones alcanzó un acuerdo con los gremios ATE y UPCN para un incremento salarial destinado a los agentes de salud. Además, se reafirmó el compromiso de mantener abierta la mesa de diálogo para continuar trabajando en mejoras para el sector.

La reunión se llevó a cabo en la sede del Ministerio de Salud Pública y contó con la participación de los ministros de Salud Pública, Héctor González; de Hacienda, Adolfo Safrán; y de Trabajo y Empleo, Silvana Giménez, junto con el director de Liquidaciones, Miguel Dos Santos.

También estuvieron presentes el subsecretario de Gestión Administrativa y Financiera, Alejandro Paczkovski; el subsecretario de Recursos Humanos y Planificación, Rodolfo Fernández Sosa; el subsecretario de Salud, Héctor Proeza; el director de Recursos Humanos, Javier Mattivi; y el director de Asuntos Jurídicos y jefe de despacho del ministro de Salud, Cristián Cabrera.

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La confianza, muy por delante del éxito pleno de las reformas

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El descenso de la tasa de inflación, ahora en un andarivel entre el 2,5% y el 3,0% mensual, ha sido clave para que la confianza en el gobierno se sostenga, tras doce meses de tribulaciones. Avanzar hacia un escenario de estabilidad es muy redituable en términos políticos, caso de Menem y la Convertibilidad, replicado en 1994 en Brasil, cuando el éxito del plan real catapultó al ministro Cardoso a la presidencia.

La paradoja está en que bajar la inflación descorre velos y nuevos desafíos quedan a la vista. Para las empresas urge ganar en competitividad; para la población, la estabilidad pasa a ser un “derecho adquirido” y afloran nuevas demandas: calidad de vida, servicios públicos, entre otros. Bajando la inflación, los cimientos son más firmes, pero la agenda oficial se amplía. Para no defraudar el crédito otorgado por la confianza, es crucial el empalme exitoso con el futuro, evitando que instrumentos útiles para la estabilidad sean perjudiciales para objetivos de largo plazo, vinculados con la inversión y la productividad.

Así, el sendero de transición está lejos de los 100 metros llanos; es más bien una carrera de obstáculos, con vallas que incluyen las fechas electorales. Y la coyuntura se inscribe en ese contexto, con un arranque de 2025 en el que los cambios de política impulsados por Trump tendrán impacto global. De hecho, el Banco Central de los Estados Unidos (FED) ya avisó que las tasas de interés pueden bajar más despacio, por el impacto inflacionario de políticas de comercio exterior y fiscal que eventualmente se apliquen desde el 20 de enero. Son riesgos amplificados por la desestabilización de la macro de Brasil y el real ultradevaluado. El gobierno argentino, por su parte, espera neutralizar parte de esos efectos adelantando un acuerdo con el FMI que inyecte fondos frescos al BCRA (al parecer, se gestionan más de 20 mil millones de dólares). El trámite es complejo, debido al elevado endeudamiento ya existente (44 mil millones) y las señales que trasciendan alimentarán conjeturas sobre la fecha de salida del cepo, y también sobre las características del nuevo régimen monetario-cambiario, un tema que debería estar en la agenda de negociaciones.

La recesión hizo su piso en el segundo trimestre de 2024, y el rebote fue fuerte en el tercero, habiendo pasado desde octubre a una especie de meseta. Cabe esperar para 2025 un trimestre a trimestre menos errático, dentro del andarivel del 4,0% al 5,0% anual. Comparando las últimas cuatro recesiones (excluida la pandemia), la única que pudo dibujar la V fue la de 2009/10, pero con condiciones muy diferentes. En contrapartida, la salida de esta recesión luce cualitativamente más firme, tanto por la trayectoria de la tasa de inflación como por la confianza en el gobierno y el valor bursátil récord de las empresas. Con esas bases, el desafío es abrir espacio a una recuperación sostenida de la tasa de inversión, la variable esquiva por décadas.

La profundidad de la recesión y la percepción de un rigor fiscal inédito corrigieron hacia abajo las expectativas de inflación, coordinadas por minidevaluaciones. Aunque inicialmente fuentes oficiales aseguraban que desde abril de 2024 el ritmo del “crawl” pasaría a un guarismo superior al 2,0% mensual, esto no ocurrió, e incluso ahora se deja trascender una meta del 1,0% mensual. Así, sin necesidad de tasas de interés elevadas en términos reales, la inflación se está pudiendo domesticar.

A diciembre de 2023, el uso del ancla fiscal y cambiaria parecía suficiente para desindexar la economía, tal como ocurrió con la Convertibilidad, sin necesidad de recurrir a mecanismos como el desagio (plan Austral). Pero la rapidez de esa dinámica no estaba garantizada.

La profundidad de la recesión aparece disimulada cuando se refiere a una caída del PIB del orden del 3,0% para el año. Pero este guarismo incluye una variación positiva del sector agropecuario cercana al 30,0%. En realidad, el PIB sin agro y el consumo privado han caído un 6,0% en 2024.

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Se frenó la recuperación de los salarios privados: según un informe oficial, en los últimos dos meses cayeron 3,2%

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La Secretaría de Trabajo aseguró que los ingresos de los trabajadores registrados en el sector privado se amesetaron luego de haber acumulado algunos meses de repunte. El Indec dará a conocer hoy sus propias cifras salariales

Un informe de la Secretaría de Trabajo mostró que los últimos dos meses volvieron a tener una caída del poder de compra los salarios de los trabajadores privados formales, que es el segmento mejor pago del mercado laboral. Luego de algunos meses de recuperación tras la fuerte contracción de fines de 2023 y principios de 2024, esa tendencia se interrumpió y en agosto y septiembre los salarios de ese sector cayeron 3,2 por ciento.

La cartera laboral que dirige Julio Cordero presentó los datos más actualizados del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), el informe principal de esa secretaría sobre el estado del mercado laboral. Con datos hasta agosto, observaron que comenzó una leve recuperación de los puestos de trabajo (0,1%) tras once meses de caída. Y el Estimador de Indicadores Laborales (EIL), un reporte menos abarcativo pero que tiene información a septiembre, registró un 0,2% de mejora. Este último indicador contempla solo empresas con más de 10 empleados en un grupo de centros urbanos de todo el país.

Pero en otro apartado del informe de panorama mensual laboral, Trabajo también reveló cuáles son los últimos números de la evolución de los salarios. La cartera laboral toma en consideración a los asalariados (es decir, descarta modalidades como el monotributo o autónomos), del sector privado y que además estén registrados. “El poder adquisitivo del salario medio del empleo asalariado registrado privado y del promedio de las remuneraciones acordadas en los convenios colectivos de trabajo presentan dinámicas moderadamente divergentes”, analizó el informe.

En ese sentido, lo que planteó fue que “cuando se analiza la evolución de los dos indicadores durante el período comprendido entre noviembre de 2023 y septiembre de 2024, se advierte una misma conclusión: la capacidad de compra del salario medio creció sensiblemente desde diciembre de 2023, a pesar de que aún se encuentra por debajo del nivel observado en noviembre del año pasado”, remarcaron.

Puesto en números, el relevamiento oficial da cuenta de que en septiembre los ingresos laborales de este segmento del mercado laboral cayeron 0,7% en términos reales -medido en comparación con la inflación-, por lo que al sumarle el retroceso que ya habían tenido en agosto, la pérdida de poder adquisitivo acumulada en ese bimestre fue de 3,2 puntos porcentuales. “Es importante apuntar que esta contracción se produce luego de cuatro meses de crecimiento consecutivos (entre abril y junio), antecedidos por dos meses de caída”, remarcó Trabajo. Con noviembre de 2023 como “base 100″, tras haber empardado ese nivel en julio pasado, en septiembre ese índice cayó a 97.

Otra forma de medir la variación salarial que tiene la cartera laboral es a través de las negociaciones salariales sectoriales. “La capacidad de compra del promedio de los salarios conformados pactados en los principales convenios colectivos de trabajo creció 0,6% en septiembre de 2024 con relación al mes anterior”, indicó Trabajo, en un muestreo que contempla los ingresos de 27 convenios colectivos de trabajo que representan a unos 3,1 millones de trabajadores. Aunque tuvieron velocidades distintas en los últimos meses, tanto el indicador general de salarios privados como el de convenios, están en el mismo punto.

Otro número salarial que fue publicado en las últimas horas es el Ripte (Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables en Argentina), que avanzó 4,1% en septiembre y que así fue por encima de la variación de la inflación, que había sido ese mes de 3,5 por ciento. Para los expertos es un índice menos representativo de entre todos los que realiza el sector público.

Esto sucede por que el Estado tiene distintas maneras para medir la evolución de los salarios en la economía. El Ripte contempla la remuneración promedio sujeta a aportes al Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) que reciben los trabajadores bajo relación de dependenciay declarados en forma continua durante los últimos 13 meses. Es decir, empleados privados asalariados.

Es, de todas formas, un muestreo menos amplio que el SIPA o que el índice de salarios del Indec, que se conocerá este martes. En ese informe el organismo estadístico desagrega al mercado laboral entre formal privado y público, por un lado, e informales por otro.

El Ministerio de Capital Humano, por medio de la Secretaría de Empleo, encargado de medir y publicar el índice Ripte, aclara en cada publicación mensual cuál es la representatividad de la cifra. “Este indicador fue elaborado como un insumo para determinar la movilidad jubilatoria (uno de los dos indicadores salariales que utiliza el índice de movilidad) pero no necesariamente refleja el comportamiento de los salarios correspondientes al empleo asalariado registrado del sector privado”, indicaron.

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Efecto Milei: el salario del sector privado formal en Misiones tuvo la mayor caída en 30 años

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La feroz recesión económica, la dinámica inflacionaria del primer trimestre y el corrimiento  del Estado en la economía real tuvo impactos muy duros para las pymes y para los  trabajadores de todo el país, y en especial en Misiones. Uno de los aspectos que puede  graficar en mayor medida esta situación son los salarios del sector privado formal en la  provincia: durante el primer semestre de 2024, la caída real fue la más alta en 30 años; es  decir, la mayor desde que se tiene registros de ese indicador. 

El Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial (OEDE) de la Secretaría de Trabajo,  Empleo y Seguridad Social de la Nación publica los salarios promedios de los trabajadores  registrados del sector privado desde el año 1995. Utilizando esa información, y midiendo  el desempeño en términos reales de los salarios promedio para los primeros semestres de cada año desde ese punto de inicio hasta el 2024, se observa que la situación actual es la peor en 30 años.  

En el primer semestre, la caída del salario real promedio del sector privado formal en Misiones fue del 12,1%, una caída que supera a todas las registradas desde 1995. 

Para poner en dimensión esta caída, es más fuerte que la que sufrió la provincia en el primer semestre 2002, un período atravesado por una fuerte crisis social y económica que explotó en diciembre 2001, y por la salida de la Convertibilidad en enero 2002 que derivó en una fuerte devaluación del peso. 

En ese momento, el salario del sector privado  había descendido 11,3% en términos reales y se mostraba como récord de caída para esa  variable.  

Otro punto comparativo es el primer semestre 2019, un período con fuerte recesión  económica, crisis cambiaria e incremento muy fuerte de la velocidad de crecimiento de la inflación. En ese momento, el salario misionero cayó 10,4% real, muy similar a la caída del 2002 pero ese año todavía conservaba el récord, hasta este 2024.

Entre 2020 y 2023, el salario misionero tuvo volatilidades: cayó 3% en 2020, -0,9% en 2021  pero recuperó 3,7% en 2022; en 2023, ya con un escenario económico deteriorado, tuvo una caída del 0,9% (siempre hablando del primer semestre). Entonces, si bien el panorama venía siendo complicado, las políticas aplicadas por el gobierno nacional que asumió el 10 de diciembre de 2023 dieron un enorme golpe superando a todos los shocks que vieron  antes.  

No hay dudas respecto a que el 2024 iba a ser complicado en términos de recuperación  salarial, pero lejos de contener la caída, el gobierno de Milei se dedicó a profundizarla. Fuerte devaluación, alza de precios en niveles récord desde la hiperinflación, contracción de la actividad económica, falta de apoyo a pymes y aceleración de la recesión fueron las consecuencias de las medidas económicas del actual gobierno que llevaron, entre otras cosas, a una caída salarial de fenomenal magnitud y generando así que el descenso del salario real en Misiones sea el más alto en 30 años, un récord absoluto en la materia. 

Si se analizan de más cerca las mayores caídas del salario en la historia de Misiones, hay  algunos puntos en común: tanto en 2002, en 2019 como en 2024 hubo devaluación y recesión. También, en esos tres períodos hubo aceleración inflacionaria (la del 2002  explicada por la salida del 1 a 1). Pero lo que diferencia la caída del 2024 respecto a las otras, es el total corrimiento del Estado de cualquier intento de contención. Con más deseo que acciones, en 2002 y 2019 había un Gobierno nacional que reconocía los problemas y decía buscar las medidas para paliarlos, pero en este 2024, hay una constante celebración de logros macro y un absoluto desentendimiento de lo que pasa en la economía de pie.  Aunque parezcan solo gestos, es mucho más que eso. No hay ninguna intención manifiesta del actual equipo económico de trabajar sobre esta problemática; por el contrario, ratifican su postura inicial: “El mercado lo va a arreglar”. 

En esa misma línea, si se analizan las evoluciones por sectores de actividad, en cinco sobre un total de trece se repite este mismo récord negativo. En la Construcción (-21,4%),  Agricultura, Ganadería, Caza y Silvicultura (-18,6%), Enseñanza (-32,6%), Servicios  Sociales y de Salud (-14,9%) y Servicios Comunitarios, Sociales y Personales (-21,2%) se  registran las mayores caídas de toda la serie histórica, marcando así nuevos récords de  descensos. 

En otros sectores, si bien no tienen las mayores bajas de los últimos treinta años, tampoco  la situación es muy favorable. En el Comercio (-5,5%), la Industria Manufacturera (-8,7%),  Electricidad, Gas y Agua (-3,2%), Servicios de Transporte, Almacenamiento y  Comunicaciones (-14,8%) y Servicios Inmobiliarios, Empresariales y de Alquiler (-8,1%), los descensos registrados son los más altos desde 2019.

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