Cerca del 60% de los precios sigue (aun) al dólar oficial
Un informe de la consultora Analytica hace foco en la “agenda Massa” donde figura como meta final reducir la inflación y, de este modo, hacer que el peronismo cuente con alguna chance concreta de pelear las elecciones de 2023. Pero para ello, junto con el ajuste fiscal que esta semana empieza a visibilizarse, es crítico que se reduzca la brecha cambiaria.
Un informe de la consultora Analytica hace foco en la “agenda Massa” donde figura como meta final reducir la inflación y, de este modo, hacer que el peronismo cuente con alguna chance concreta de pelear las elecciones de 2023.
• En la “agenda Massa” figura como meta final reducir la inflación y, de este modo, hacer que el peronismo cuente con alguna chance concreta de pelear las elecciones de 2023. Pero para ello, junto con el ajuste fiscal que esta semana empieza a visibilizarse, es crítico que se reduzca la brecha cambiaria. Consolidarse en una meseta del 100%, como se observa desde su asunción, es una misión imposible. Ninguna consolidación fiscal o monetaria sustentable, y menos aún una baja de la inflación, pueden ocurrir en este escenario.
• Los riesgos son claros. Por un lado, con estos niveles de brecha se están incubando las condiciones para un nuevo rebote inflacionario ya que los precios de los bienes siguen rezagados respecto a la evolución del dólar bursátil. Por otro, si crece la percepción de cambio de signo político para fines de 2023 aumentan las probabilidades de una unificación cambiaria (con devaluación incluida) y así, se podrían anticipar estas dinámicas de ajuste de los precios a la evolución de los dólares financieros de los próximos meses. Este fenómeno de “descontar el futuro” ya ocurrió en 2015, cuando los precios de los bienes crecieron 30% por encima del tipo de cambio oficial y la inflación importada, ante la convicción de final de ciclo del cristinismo en el poder.
• ¿Qué está sucediendo con las decisiones de precio? ¿Las empresas y comercios ya están incorporando al dólar bursátil en sus estructuras de costos, anticipando la devaluación? En este Mirada descubrimos que sí, pero aún no en forma masiva. El análisis exhaustivo de la dinámica de los precios por sector, considerando además los impactos del tipo de cambio oficial y la inflación importada, muestra resultados
significativos.
• En promedio, los precios de los bienes, corregidos por la inflación de los Estados Unidos, evolucionan en línea con el tipo de cambio oficial, y están estables desde enero de 2020. Esto es sorprendente, ya que la economía fue afectada por tres grandes shocks: la pandemia; el fortísimo aumento de los términos del intercambio y el salto de la brecha cambiaria. Esta evolución resulta muy diferente a la observada entre 2012 y 2015, la anterior referencia de cepo cambiario. Por entonces, en apenas 14 meses (octubre 2014-noviembre 2015) los precios de los bienes subieron 30% por encima de la devaluación oficial y del crecimiento de los precios importados, anticipando una corrección del tipo de cambio en línea con los niveles de brecha observados en ese entonces, del orden de 65%.
• Por el lado de los servicios no regulados, desde mediados del 2021 subieron por encima de la variación del dólar oficial. El impulso fue muy influenciado por el rubro “restaurantes y hoteles”, a partir de la apertura pospandemia. En tanto, los servicios regulados ajustan naturalmente por debajo, dado el retraso tarifario.
• En los siguientes gráficos se detalla la evolución de los precios para estas tres categorías mencionadas: bienes, servicios no regulados o libres (hoteles y restaurantes, esparcimiento, etc.) y servicios regulados (electricidad, gas y agua, transporte, etc.). En cada caso se ajustó por tres deflactores (tipo de cambio oficial -línea roja-, tipo de cambio oficial + inflación de Estados Unidos -línea amarilla- y tipo de cambio paralelo (CCL) + inflación de Estados Unidos -línea gris-). Cada gráfico muestra así el precio relativo entre los precios nominales y los tres deflactores detallados Si la línea baja significa que los precios locales ajustan por debajo de la variación del deflactor seleccionado.
• Tanto en los bienes como en los servicios no regulados se verifica la influencia del arbitraje internacional sobre los bienes transables. Aunque la economía argentina es relativamente cerrada respecto a países comparables de la región y existen restricciones a las importaciones de bienes finales, los gráficos muestran que el principal determinante de los precios de los bienes locales en promedio sigue siendo la inflación internacional expresada en moneda doméstica y el tipo de cambio oficial. Esto se puede deber a las estrategias de fijación de precios a nivel internacional en las empresas trasnacionales y el traslado del aumento de costos de las importaciones a los precios. A su vez, lo interesante es que producto de la dolarización de las ganancias en un contexto de alta inflación, este comportamiento es compartido también por empresas cuyos costos no dependen de la cotización del dólar o los precios internacionales.
• Ahora bien, la dinámica sectorial revela una importante heterogeneidad en la dinámica de ajuste de los precios. El 57% de los bienes y servicios del índice de precios al consumidor (IPC) sigue la variación del tipo de cambio oficial y la inflación norteamericana, principalmente porque así lo hacen las alimenticias y los productores de bebidas no alcohólicas, que representan el 27% del total. Del mismo modo responde el rubro de equipamiento del hogar, dentro de los cuales figuran electrodomésticos, bienes no durables y el servicio doméstico con peso mayoritario.
• En tanto, el sector de indumentaria, los textiles y el calzado, cuya participación en la canasta de consumo es de 9,9%, siguen las variaciones de los dólares financieros. Algo similar sucede con el sector automotriz y los productores de combustibles.
• A continuación, se muestran dos gráficos que permiten ver cuáles son los sectores cuyos precios ajustan según el dólar paralelo (CCL) -gráfico izquierdoy cuales lo hacen al dólar oficial -gráfico derecho-. A su vez, en ambos casos el eje Y indica en que proporción los precios del sector aumentan según la variación del dólar que corresponda. Por ejemplo, en el caso de los sectores que ajusta según el dólar paralelo, textiles y calzado son los precios que más siguen su cotización mientras restaurantes y hoteles lo hacen relativamente en menor proporción. Finalmente, el tamaño de cada circulo se corresponde con su participación porcentual dentro del índice de precios al consumidor.
• A su vez, es interesante analizar si existe algún comportamiento anticipatorio de devaluaciones en los precios de los bienes que los hagan seguir la evolución de los dólares financieros. Para ello, en el siguiente gráfico de la izquierda podemos ver la dinámica en el ajuste del precio de los bienes para los dos tipos de cambio en los últimos años del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, periodo en el cual también había cepo cambiario. Y en el gráfico de la derecha la correspondiente desde la asunción de Alberto Fernández.
• Estos índices confirman que aún no existe un masivo comportamiento anticipatorio de devaluaciones en los precios minoristas. Los precios ajustados se mantuvieron estables a pesar de la suba de los salarios registrados en dólares oficiales (superior al 10% este año 20221), los efectos de la pandemia y la suba de los precios internacionales. Esto permite inferir que, en ausencia de grandes variaciones en el crédito al sector privado, los márgenes empresariales medidos en dólares están siendo la variable de ajuste. Esta tendencia podría cambiar en 2023, al igual que como se observa en el gráfico sucedió en 2015. Mayores expectativas de saltos devaluatorios a partir del cambio de gobierno podrían impulsar un adelantamiento generalizado en las posiciones de cobertura y un aumento de las ganancias medidas en dólares que signifiquen una tasa de inflación más elevada.