El BCRA encara un segundo test para el Bopreal

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Ofrecerá otra vez u$s750 millones. La semana pasada, las empresas demandaron apenas el 9% de los bonos ofertados para empezar a despejar el stock de deuda comercial.

La delicada situación de la deuda comercial por importaciones representa uno de los principales temas a resolver por el Gobierno para lograr la eliminación del cepo cambiario. Ante las restricciones de acceso a dólares para pagar compras al exterior que comenzaron a fines de 2022 y se profundizaron a lo largo de 2023, la deuda de los importadores ascendió hasta los u$s62.000 millones, entre bienes y servicios. En ese marco, el Banco Central lanzó un bono destinado a saldar esos compromisos llamado Bopreal (bono para la reconstrucción de una Argentina Libre).

En su primera licitación, la semana pasada, el Bopreal no tuvo la demanda esperada por el equipo económico dado que se colocó únicamente el 9% de lo ofrecido. Este miércoles y jueves el BCRA encara una segunda licitación de estos títulos para la cual sumó incentivos para fomentar la demanda de los mismos ante el magro resultado inicial.

El pasado martes, el Central publicó en su página web una guía para importadores con datos para suscribir a los Bopreal. En la primera licitación de este bono, hubo escaso apetito: las empresas demandaron solo el 9% (u$S68 millones) de los u$s750 millones ofrecidos. Ahora, la entidad encara un segundo test por el mismo monto.

Entre los motivos de la baja demanda inicial, Andrés Reschini, analista en F2 Soluciones Financieras, destacó que “no lograron seducir al mercado en la primera licitación principalmente porque la brecha por esos días llegó al 8% y es posible que eso le haya quitado atractivo”.

Por su parte, Julio Roque Calcagnino, analista de research en TSA Bursátil, señaló otro factor: “La escasa demanda sería porque recién 24 horas antes de la licitación, la AFIP habilitó el padrón de deuda de importadores. Todavía es muy complejo el acceso, aunque a la larga va a funcionar, ya que no hay otra manera de pagar el stock de deuda vigente al 13 de diciembre. Asimismo, persisten dudas de interpretación de las normativas que regulan los mismos y opiniones contrapuestas entre los distintos actores de mercado, lo que naturalmente atenta contra la generación de demanda para estos títulos”.

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Bopreal: nuevos “endulzantes” del BCRA
Tras el flojo resultado de la semana pasada, el BCRA sumó dos incentivos a los bonos, por medio de la Comunicación “A” 7935: “La extensión hasta el 31 de enero de 2024 del beneficio de acceso al Mercado Libre de Cambios a partir del 1° de febrero de 2024 para cancelar deudas por importaciones pendientes al 12 de diciembre de 2023 por hasta un 5% del valor nominal de Bopreal Serie 1 adquirido en licitaciones primarias, en la medida que el agregado sea de al menos el 50% del total de deuda para dicho importador; y la posibilidad de acceder a divisas a partir del 1° de abril de 2024 por medio de la venta de títulos con liquidación en moneda extranjera por hasta el monto equivalente a la diferencia entre el valor nominal de Bopreal Serie 1 adquirido en licitación primaria y el valor obtenido por la liquidación de los mismos en moneda extranjera en el exterior”.

El BCRA busca volver más atractivo los Bopreal para apuntalar la demanda y empezar a despejar el stock de deuda comercial, que creció exponencialmente a mediados de 2023 cuando la sequía frenó el ingreso de dólares, y estirar en el tiempo los compromisos en dólares ante las escasas reservas en las arcas del organismo. Estos bonos se suscriben en pesos y son pagaderos en dólares, con plazos que van hasta 2027.

Maximiliano Suárez, analista financiero, señaló: “El BCRA fomenta estos bonos para ordenar y tener registro de cuánta demanda hay de dólares por parte de importadores. Si hay un apetito grande por Bopreal puede indicar que, en caso de no existir el instrumento, esa demanda se trasladaría directamente a los dólares. Además, el instrumento permite descomprimir la demanda porque el BCRA se compromete a entregarte las divisas, pero en un plazo que va hasta 2027, con lo cual el importador puede quedarse tranquilo de que va a regularizar su deuda sin quedar expuesto a las fluctuaciones del tipo de cambio, dado que ellos importan en dólares, pero venden en pesos. Por otro lado, el Bopreal pasa a ser un instrumento de cobertura que asegura el pago, pero a su vez le permite al BCRA diferir la entrega efectiva de divisas. Obviamente, al ser bonos se pueden vender en el mercado secundario y el importador puede hacerse de dólares. Si los cambios que hicieron fueron adecuados, son instrumentos que se volverán atractivos para el sector y ayudarán a tener noción de cuánta demanda de cobertura hay”.

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Por su parte, Calcagnino consideró que “el atractivo de los Bopreal es que vienen a brindar una alternativa de inversión dolarizada a los ‘pesos inmovilizados’ de importadores, de los cuales seguramente una porción nada despreciable se encuentra en depósitos bancarios a plazo”. Y agregó: “El eventual desarme de estos depósitos favorece el consecuente desarme de pasivos remunerados en pesos del BCRA, los cuales son uno de los impedimentos (según el Gobierno) para normalizar el mercado de cambios, a costa de que el Central asuma pasivos en moneda extranjera en su balance”.

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