“El daño al sistema universitario ya está hecho”
Así lo afirmó el vicerrector de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM), Sergio Katogui. Quien encabezó una conferencia en la Facultad de Humanidades en defensa de la Universidad Pública tras el veto que el presidente Javier Milei expresó a la Ley de Financiamiento Universitario, sancionada por el Congreso en agosto pasado.
Más allá del plano sindical, donde la lucha está planteada en la defensa del salario del personal docente y no docente de las Universidades, Katogui, señaló que las carreras que requieren más recursos para actividades de laboratorio y salidas de campo son las más perjudicadas, y que la crisis económica afectó los servicios de contención social que brinda la universidad. Por ello remarcó varias veces que más allá del veto presidencial “el daño al sistema universitario ya está hecho”.
En Misiones, la situación es alarmante para la Universidad Nacional de Misiones (UNaM), que lucha por mantenerse a flote en medio de una inflación creciente y la falta de actualizaciones presupuestarias para gastos esenciales.
Katogui, describió con preocupación el impacto que esta situación está teniendo en la universidad. “El desfinanciamiento se vivencia en dos cuestiones fundamentales: el pago de los salarios y los gastos corrientes para el funcionamiento de la universidad”, explicó. Los salarios de docentes, no docentes y autoridades universitarias representan el 90% del presupuesto asignado, mientras que el restante 10% está destinado a cubrir gastos básicos como electricidad, agua, internet, seguridad, y otros servicios.
El salario de los trabajadores ha sufrido una depreciación del 63,7% en el último año según un estudio de las organizaciones y asociaciones sindicales. Por ello el incremento del 5,8% que se hizo efectivo este martes les parece insuficiente a los representantes de la UNaM que estuvieron en la conferencia. Además, plantean que el debate también deberá enfocarse al presupuesto 2025, por en el transcurso de este año el ajuste al presupuesto universitario ha sido del 19% y el previsto para el año entrante es del 25%, lo que agravaría la situación del sistema universitario.
En lo académico, el impacto no es uniforme en toda la universidad. Katogui señaló que las carreras que requieren más recursos para actividades de laboratorio y salidas de campo son las más perjudicadas. “Las carreras de ciencias exactas, ingeniería y aquellas que implican el uso de reactivos, instrumentos y visitas a fábricas o congresos se ven muy afectadas por la falta de presupuesto”, explicó.
“Estas actividades no solo son esenciales para la formación académica de los estudiantes, sino que muchas veces representan la única oportunidad para que los estudiantes puedan adquirir competencias prácticas en sus campos de estudio”, añadió.
Además del impacto académico, la crisis económica afectó los servicios de contención social que brinda la universidad. Los comedores universitarios, que son vitales para muchos estudiantes, tuvieron que reducir la cantidad de bandejas que sirven diariamente.
“En Posadas tenemos dos comedores que han visto reducidas sus operaciones. Esta situación es un reflejo del desfinanciamiento y de la imposibilidad de sostener los costos de los insumos”, sostuvo el Vicerrector.
Por otro lado, los albergues universitarios, que alojan a más de mil estudiantes, también están pasando por dificultades. Aunque la mayoría son propiedad de la universidad, lo que evita desalojos, el mantenimiento de las instalaciones está siendo perjudicado.
“El mantenimiento de las unidades habitacionales está en riesgo, lo que podría afectar a los estudiantes que dependen de estos espacios para continuar sus estudios”, admitió.
La falta de recursos también tuvo un impacto directo en la continuidad de los estudiantes. Katogui advirtió sobre un aumento en las tasas de deserción, particularmente entre aquellos que dependen de los sistemas de asistencia social que brinda la universidad. “En un contexto donde las familias misioneras han visto reducirse sus ingresos, la universidad no puede responder adecuadamente a las necesidades de los estudiantes, lo que incrementa el riesgo de abandono”, lamentó el Vicerrector.
Aunque aún no se cuenta con cifras exactas, Katogui aseguró que la tendencia es preocupante: “Hemos notado una leve disminución en la matrícula y esperamos que el impacto se refleje con más claridad al finalizar el año”, concluyó. El Vicerrector explicó que por más que mejore la situación económica, es difícil que el estudiante que haya abandonado su carrera regrese.
Hay “una clara decisión política de estrangular al sistema universitario”
Hernán Cazzaniga, referente de la Unión de Docentes Universitarios de Misiones (UDUM) Intersindical Universitaria. Al respecto, destacó que el objetivo principal es manifestar preocupación por el rechazo que el presidente Javier Milei expresó a la Ley de Financiamiento Universitario, sancionada por el Congreso en agosto pasado.
“Los diputados tienen en sus manos el presente y futuro de muchos estudiantes misioneros, que no solo estudian en la Universidad Nacional de Misiones, sino también en otras universidades públicas del país. Este sistema educativo ofrece carreras de calidad de forma gratuita, algo que sería imposible para muchas familias”, indicó.
El referente sindical subrayó que es esencial que los diputados asuman un compromiso con la educación pública. Algunos han manifestado su apoyo, como el diputado Arrúa, pero otros han mantenido un “silencio preocupante” respecto a este tema. “Este silencio es alarmante, sobre todo considerando los antecedentes de la Ley de Movilidad Jubilatoria”, agregó.
Respecto a las posibles consecuencias si el Gobierno persiste en su postura, advirtió que el sistema universitario se vería gravemente afectado. “Si no se aprueba la ley, el sistema corre un gran riesgo, sobre todo con el presupuesto 2025 que prevé una reducción del 25 al 30% en términos reales para el sector. Esto marca una decisión política clara de estrangular y eliminar el sistema universitario”, enfatizó.
El referente también se refirió a las movilizaciones que se llevaron a cabo, como las marchas del 23 de abril y del 2 de octubre, que evidencian el apoyo social al sistema universitario. Sin embargo, lamentó que el Gobierno decidió ignorar estas manifestaciones.
Cazzaniga expresó su preocupación y remarcó que “abstenerse no es suficiente; necesitamos un voto afirmativo. Hay una enorme expectativa en torno a las decisiones que se tomen”, afirmó y agregó que en algunas universidades, como en la UBA, se han tomado facultades en respuesta a la situación.
En relación al anuncio del Gobierno sobre un aumento salarial del 6,8%, lo calificó de “insuficiente” ante el deterioro del poder adquisitivo que sufrieron los trabajadores universitarios, que ha sido de más del 60% en comparación con la inflación. “Este aumento es un paliativo que no repara lo dañado. Hemos perdido más del 34% de nuestro poder adquisitivo real”, resaltó.
También mencionó que hay preocupación en las familias de Misiones por el costo de la educación. Muchos estudiantes se han visto obligados a dejar sus estudios debido a los altos alquileres y otras dificultades económicas, lo que afecta su derecho a la educación.
Finalmente, Cazzaniga expresó su expectativa sobre la actuación de los diputados nacionales. “Es preocupante el oscurantismo con que se está tratando este tema. Los diputados de Misiones deberían ser más claros en sus posturas, evitando toda sospecha de negociaciones como ya ha ocurrido con otras leyes”, concluyó.