El golpe donde más duele: el comercio misionero es motor del crecimiento local

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El comercio que se declaró en emergencia esta semana es un protagonista central de la economía nacional y misionera en particular. Históricamente en Misiones tuvo una participación muy importante en el producto bruto, con niveles que oscilan entre el 13% y 15%; del mismo modo, es un actor central en la generación de empleo local, concentrando históricamente más del 18% de los puestos de trabajo formales con picos de casi el 23%. 

El comercio está siempre ampliamente ligado a los niveles de actividad económica. En épocas de estancamiento y de recesión, es una actividad que sufre los efectos; en épocas de crecimiento, también sigue esa línea de conducta y en muchas ocasiones incluso en niveles ampliamente superiores al general. 

En estos últimos días, el comercio misionero expuso las complicaciones que atraviesa a partir del deterioro del escenario económico y la falta de acompañamiento por parte del Estado nacional para contener ese proceso. Detrás de una estadística de derrumbe de ventas, hay realidades tan amplias como contundentes: empleos que se pierden, salarios que se estancan, congelamiento de posibles inversiones, y atraso generalizado en el grado de desarrollo local. El comercio es mucho más que una operación de compra-venta: es un motor de progreso económico, principalmente en países como el nuestro. 

En este escenario, repasemos brevemente cómo se desempeñó el sector comercial de Misiones y cómo llegó a este escenario actual de crisis profundizada por el nuevo gobierno nacional. 

Entre 2008 y 2015, el sector vivió un proceso de altísima expansión en los puestos de trabajo: de 14.500 empleos de 2008 pasó a los 20.100 a finales de 2015, exhibiendo alzas sistemáticas en cada mes que compone ese período. Además, la actividad comercial global misionera, según el PBG provincial, creció 27% en 2015 contra 2008. Sin duda, hubo una combinación de políticas locales y nacionales que fortalecieron el papel del sector, aprovechando las épocas de alto fomento al consumo. 

El crecimiento del empleo se sostuvo hasta abril de 2016: el nuevo gobierno nacional de aquel entonces, a cargo de Mauricio Macri, inició la aplicación de una serie de medidas contractivas de la economía, bajo el argumento de reparar algunos indicadores macro que complican el sostenimiento del presente y mucho más, el desarrollo futuro. Así, en el quinto mes de ese año, el comercio misionero vió la primera contracción del empleo en 78 meses y, peor aún, ese camino de descenso se sostuvo durante un año entero. A la par, solo en 2016, la actividad comercial mostró una contracción del 4,8% según el desagregado del PBG provincial, una caída superior incluso al total de la economía provincial (-2,4%).

Recién en abril de 2017 el comercio volvió a presentar subas en los puestos de trabajo. Ese año puede considerarse, con el diario del lunes, el mejor año de la gestión Macri, y parecía que las recetas de fuerte ajuste aplicadas durante el año anterior empezaban a ver resultados, sobre todo por el alto nivel de confianza que mostraba el mercado en el rumbo tomado y en las correcciones realizadas. Poco duró el optimismo: en abril del 2018, tenedores extranjeros empezaron a desarmar sus posiciones en Lebac y se inició así una corrida cambiaria que marcaría el resto de la gestión macrista, explicada por muchos factores que generaron la quita de confianza del mercado al plan económico de esa administración. 

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Esto trajo consecuencias fuertísimas en la economía nacional que terminó luego con la recesión del 2019. El empleo comercial misionero en ese lapso logró sostener muchos meses de subas (16 específicamente), pero la fragilidad de la situación macro que se derramó luego en la micro generó que en septiembre de 2018, vuelva al sendero de baja, donde se mantuvo durante todo el 2019; en ese contexto, ese año mostró una contracción de la actividad comercial misionera del 4,8%.

En ese proceso altamente deprimido llegó el 2020 con el cambio de Gobierno pero también con la pandemia. Mucho se habló respecto a cómo Misiones “salió más rápido” de los efectos económicos de la crisis sanitaria y, de hecho, el sector comercial ayudó a eso. Así, a finales del 2022, mientras que en la gran mayoría de las provincias seguía con caídas, en Misiones el comercio comenzó a crear empleo: en noviembre de ese año comenzó el sendero alcista que no frenó. Los últimos datos disponibles, que corresponden a diciembre 2023, muestran que de manera ininterrumpida el empleo comercial misionero creció en ese período y alcanzó un pico histórico de puestos de trabajo formales en esa actividad, exhibiendo también el mayor nivel de participación sobre el total del empleo formal misionero (22,5%) desde por lo menos el año 2007.

El comercio, medido a través del PBG provincial, creció 5,5% en 2020; 7,4% en 2021 y 3,5% en 2022. Esto es el mejor indicador de la fuerte recuperación y expansión de la actividad en la provincia. De hecho, el crecimiento comercial misionero fue tan fuerte que le permitió liderar a nivel nacional en la generación de empleo: comparado con diciembre 2019, la suba es del 23,5%, la más alta entre las veinticuatro jurisdicciones subnacionales argentinas y muy por encima del total nacional (10,6%).

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En lo concerniente al producto geográfico, el crecimiento de Misiones contra 2019 es del 17,3%, uno de los más importantes del país. Pero además, en 2022 mostró el mayor valor de la serie histórica iniciada en 2004. 

Además de crecer en términos de producto bruto y en generación de empleo, el comercio misionero también generó más empleadores: en diciembre de 2023 mostraba un 12,9% más de estos respecto a diciembre de 2019.

En 2023, si bien mostraba crecimientos como los que ya marcamos, se empezó a observar sobre todo en el segundo semestre del año, cierto debilitamiento, lógico considerando el escenario de desmejora de la economía general. El ritmo comercial en términos de ventas ya no era el mismo y la generación de empleo seguía, pero con menos fuerza. 

Así llegamos al 2024. Si bien aún no hay datos oficiales que permitan analizar el escenario, las manifestaciones públicas de empresas, cámaras y federaciones de comerciantes y empresarios ya dicen abiertamente que “estamos en crisis”, debido a que asumió un nuevo Gobierno nacional que inició la aplicación de una serie de medidas contractivas de la economía, bajo el argumento de reparar algunos indicadores macro que complican el sostenimiento del presente y mucho más, el desarrollo futuro. No, no repetimos accidentalmente la misma oración del sexto párrafo de esta columna. Es lo que sucede, aún cuando varios elementos de la coyuntura son distintos a los de aquel 2016. 


El escenario presente no traerá buenas noticias durante varios meses, pero las acciones a realizar durante este tiempo serán claves para contener en el mayor nivel posible a la actividad comercial. Ya se vieron algunas, con la continuidad de los Ahora, anunciada esta semana por el gobernador Hugo Passalacqua, mostrando nuevamente una política local activa de protección al consumo por parte del gobierno provincial. Seguramente no será suficiente, pero es mejor que sólo lamerse las heridas y culpar al gobierno central.

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