El gran desafío de la empresaria yerbatera Victoria Szychowski: “Ordenar la empresa familiar para la próxima generación”
Son las tres de la tarde de un día lluvioso y frío en Posadas, esas jornadas donde nadie que pueda elegir estaría en otro lugar que no sea la calidez del hogar. Victoria Szychowski sí puede optar. Es presidente de La Cachuera S.A., empresa centenaria fundada por su abuelo, hoy cuarta yerbatera del país por ventas en mercado interno (Amanda) y líder en exportaciones.
Pero cuando llegamos, Victoria ya hace rato está “al pie del cañón” en su despacho ubicado en Av. Rademacher y Mitre de Posadas. Cuando saluda e invita a pasar muestra unos modos suaves, lo que nos lleva a pensar cómo hará para moverse en un negocio dominado en su gran mayoría por hombres.
Pero Victoria tiene un propósito muy firme. A medida que avanza la charla con Economis,vemos aparecer el brillo en la mirada que denota la profundidad de sus convicciones y rumbos, a partir de los cuales está guiando a esta admirable empresa misionera.
Hay que empezar aclarando que La Cachuera o Amanda, no es cualquier empresa. Ni en Misiones ni en la Argentina. Tiene más de 100 años y sigue siendo familiar. Esto quiere decir: la familia la controla y también dirige el día a día de las operaciones. Es la segunda yerbatera más grande de Misiones detrás de Rosamonte, ambas de Apóstoles (Ahí nomás, pero del otro lado del arroyo Chimiray, Las Marías y Playadito son las líderes a nivel país).
Szychowski tiene en claro que un alto porcentaje de las empresas familiares desaparecen entre la segunda y tercera generación. Es por eso que el directorio que encabeza, está encarando el reordenamiento estructural de la compañía.
Es el mismo desafío que enfrentan otras yerbateras y tealerasde Misiones y Corrientes que nacieron entre los años 40 y 60 y que siguen siendo netamente familiares.¿Puede manejar el negocio la siguiente generación? ¿Están capacitados? ¿Tienen la vocación de trabajo que se necesita? ¿Conviene vender la empresa o incorporar socios externos ante la ausencia de sucesores del mismo apellido?
Algunas ya picaron en punta con esta transición, como Las Marías (Navajas Artaza). Otras están encarando ese proceso de distintas formas, planificadamente o en forma abrupta por la desaparición o retiro de alguna de sus figuras claves. En esto están firmas comoRosamonte (Hreñuk), CBSé (Orquera), Casa Fuentes (Fernández Espinoza le vendió a la multinacional inglesa Finlays), Don Basilio (Okulovich) o Yerbatera Misiones (Puerta), sólo por citar las más reconocidas.
“Toia” como le dicen algunas personas de mucha confianza, es la menor de cinco hermanos e hija de “Pancho” Szychowski, reconocido empresario misionero queestuvo al frente de la compañía desde 1966 hasta su retiroen el 2013. Victoria es tercera generación de la familia Szychowski.
-¿Cómo está el negocio yerbatero?
– A lo largo de su historia, la yerba mate pasó por etapas de sobreoferta y escasez de materia prima. Actualmente podemos decir que la oferta y la demanda están equilibradas, pero si uno desea crecer en participación, ya sea en mercado interno como externo, debe proyectar una compra superior a la que comercializa. Para quienes no conocen nuestro negocio, la etapa de zafra o cosecha se realiza durante los meses de marzo a septiembre, por lo cual las industrias debemos comprar en 7 meses lo que estimamos vender el próximo año. Es aquí donde comienza una fuerte puja de precios para acopiar el producto. Actualmente siento que nuestra economía va a contramano de la del resto del país. En marzo se fijaron nuevos valores para la hoja verde y canchada, y hoy la industria está pagando de contado esos valores, y en algunos casos valores por encima de los acordados, a pagar en cortos plazos. Y por qué digo que va a contramano, porque en el área comercial, los plazos de pago se alargan, no es fácil trasladar esos aumentos al comercio que se encuentra un poco recesivo, o acudir a las entidades financieras por las altas tasas.Hay que ir con cautela y ser muy prolijos en la planificación financiera.
-Pero el 2019 está siendo un buen año en ventas en el mercado interno, a pesar de la crisis…
Es verdad; históricamente, en épocas de crisis, el consumo de yerba mate aumenta. No podemos olvidar que el 95% de los hogares argentinos consume yerba a diario, y debemos agradecer al público consumidor que continúa eligiéndonos.
-¿Cómo ve los precios en góndola de la yerba? ¿Se recompusieron respecto a otros años?
-Siempre digo quequien no conoce el trabajo y la cantidad de gente que hay detrás de un paquete de yerba, se queja por el valor. Pocos saben que detrás de un paquete de 1 Kg., hay 3 Kg. de hoja verde + costos de secanza + transporte a la industria + meses de estacionamiento en depósitos + costos de envasado y transporte a centros de distribución. Pero yendo a tu pregunta, los precios en góndola se recomponen, tal vez no con la celeridad que la industria quisiera; motivo por el cual muchas industrias conviven con una alta deuda financiera.
-¿Y las exportaciones?
La yerba mate es un producto que de a poco está ganando adeptos en el mundo por sus propiedades antioxidantes. Son pocos los mercados que la consumen de manera tradicional (con mate y bombilla). Entre esos mercados se encuentra Siria, el principal mercado externo argentino, al cual La Cachuera exporta un volumen importante. También exportamos a Líbano, Chile, países de la Unión Europea, EEUU, Australia y otros más con nuestra marca Amanda.
-¿Desarrollan otros productos?
-Sí, nuestra empresa ha sido pionera en el desarrollo de extracto y soluble de yerba mate. Habiendo exportado a Rusia una bebida finamente gasificada, después de la crisis del 2001.
Como industriales entendemos que la materia pendiente de nuestro sector es desarrollar otras maneras de consumo y trabajamos en ello. Es un desafío que entiendo tenemos en mente todas las industrias yerbateras. Nos gustaría poder destinar un mayor presupuesto en I + D, pero los vaivenes económicos de nuestro país demoran estas inversiones.
-¿Es difícil abrir nuevos mercados?
-No es fácil, pero nada es imposible.
-Dígame algo de su abuelo, a quien Ud. no llegó a conocer.
-Mi abuelo llegó de Polonia con sus padres siendo un niño. Se radicaron en el lote 280 de la localidad de Apóstoles, el mismo lugar donde actualmente está nuestra planta industrial yerbatera. En los comienzos sembraban porotos, maíz y arroz y recién en 1917 plantan las primeras hectáreas de yerba mate. Algunas plantas aún se conservan y forman parte del jardín del predio. Por lo que cuenta mi padre y por las piezas que podemos ver en el Museo que lleva su nombre, fue un hombre muy inteligente, tenaz, perseverante y trabajador. También cuentan que era exigente y muy solidario.
-¿Cuál es la clave para que una empresa perdure y crezca?
-No sé si hay una norma que rija a todas, pero sí puedo enumerar algunas normas y principios de la nuestra. En primer lugar, cuidar la calidad de los productos que elaboramos para que quienes nos elijan se sientan satisfechos. También ser una empresa confiable para nuestros clientes, proveedores y empleados. Es la única manera de crear lazos confiables y a largo plazo. También hay una cuota importante de compromiso y dedicación, el trabajo en equipo es fundamental, sin importar el lugar o puesto que te toque desempeñar. Todos los eslabones son importantes.
-¿Cuál es el desafío de ser la continuadora de un legado de más de 100 años?
-Realmente es un gran desafío, no te voy a mentir. La Cachuera S.A. es una empresa ya consolidada a nivel nacional e internacional. El gran desafío del directorio que me toca presidir, es profesionalizar la empresa y dar ese salto que toda empresa de familia en algún momento debe dar para no quedar en el olvido.Vuelvo a recordar que el 80% de las empresas familiares desaparecen en la tercera generación,y dos de los principales motivos por lo cual ocurre esto son: no hacer correctamente el traspaso de una generación a otra, y pretender continuar en la dirigencia de la compañía no por capacidad sino por portación de apellido. Y la verdad es que es fácil decirlo, pero no tanto llevarlo a la práctica.
-¿Por qué?
-No es fácil porque entran en juego los afectos; también de una generación a otra la familia crece, el abanico de socios también y no todos comparten la misma visión o tienen los mismos intereses.
-¿Vienen trabajando con profesionales externos para este proceso?
-Así es. Tuvimos un primer acercamiento en el año 2012 con profesionales de la Universidad Austral, trabajamos un año y luego lo discontinuamos por disparidad de opiniones internas. Volvimos a retomar el acompañamiento hace dos años.
-¿Estar siempre en la empresa y trabajar a la par de cualquiera es una clave?
-El compromiso es un legado que recibí de mi padre, y él lo recibió del suyo. Los hijos aprendemos más de lo que vemos hacer a nuestros padres, que de lo que dicen nuestros padres. Muchas veces hablamos con mis hermanos, y sentimos que papá no nos dedicó el tiempo que hubiésemos querido como familia, pero no podemos olvidar, que cuando se hizo cargo de la empresa en el año 1.966, la misma se encontraba es un estado de crisis y con muchas dificultades económicas, razón por la cual debió dedicar todas sus energías a revertir esa situación. Fue un hombre sumamente visionario que supo elegir sus colaboradores y formaron un equipo que trabajó con esfuerzo y entrega desmedida; gracias a ellos hoy los socios disfrutamos de éste presente.
Para mí es muy importante estar, trabajar, saber escuchar y acompañar.
-¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo?
-Los desafíos que presenta. Ni un día es igual al otro. Si bien hay momentos en los que me siento agobiada, soy consciente que elijo estar donde estoy.
Los momentos que más disfruto, son las visitas a las plantaciones de yerba, a los secaderos o la planta industrial. Me relaja el contacto con la naturaleza, disfruto y me sorprenden las innovaciones tecnológicas en el área de la industria.
-¿Cuánta gente trabaja con ustedes?
-En planta permanente somos unas 450 personas; en época de zafra incorporamos unas 150 o 160 persona más.
-¿Qué debe tener una persona para formar parte de su empresa?
En primer lugar, contar con las capacidades que requiere el puesto a ocupar y, en segundo lugar, pero no por ello menos importante, compartir los valores que cimientan nuestra empresa: Integridad en la forma de relacionarnos diariamente con todas las personas, actuando siempre con respeto, honestidad y transparencia. Que sea proactivo al trabajo en equipo y actúe con responsabilidad social.