El plan de Misiones para iniciar la transición hacia una chacra más verde

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Iniciar la transición hacia una chacra sustentable. Sebastián Oriozabala piensa en una chacra verde, a tono con las demandas globales que impone el cambio climático y advierte que no se trata únicamente de cuidar la casa chica, sino de la posibilidad de seguir siendo competitivos y ganar mercados mundiales. “Va a ser una exigencia”, explica el ministro del Agro, en línea con la decisión de Misiones de comercializar bonos de carbono y erigirse como la capital de la biodiversidad de la Argentina. No se trata solo de una enunciación: en 2022 se pondrá en marcha un paquete de inversiones de más de mil millones de pesos para preparar las chacras hacia un modelo que evite la degradación de suelos, cuide el agua y aumente la productividad. 

Fue uno de los temas analizados en el flamante Consejo Agroindustrial de Misiones, una mesa en la que están sentados los principales actores de la producción misionera, desde las grandes industrias hasta el pequeño productor asociado. Oriozabala diseñó esa mesa de la que deberán salir las decisiones que rijan la producción en coordinación con el Estado. 

“Nosotros venimos trabajando con todas las cámaras, junto con la mesa lechera, con los forestales haciendo articulación. Nos dimos cuenta que hay pedidos comunes, que hay falta de comunicación, entre gestiones que se hacen, que se terminan superponiendo. Tenemos esto de no entender el objetivo de lo que estamos haciendo, pero no Sebastián Oriozabala, no tal sector, sino qué modelo de Provincia queremos. Salir de lo cotidiano y decir a dónde queremos llegar y cuál es el objetivo que queremos lograr, queremos forjar una industria, queremos producir yerba por un millón de hectáreas, discutamoslo ¿Qué es lo que queremos como proyecto de Provincia? Escuchar al sector privado, sobre qué quiere el sector privado y como provincia ir estableciendo lineamientos globales”, define Oriozabala sobre los primeros pasos del CAM.

¿Cómo se equilibran estos intereses contrapuestos? Porque hay yerbateros que quieren plantar miles de hectáreas de yerba y otros que quieren cuidar el monte…

Ahí es donde nos tenemos que entender, dar parámetros de diagnósticos reales que nos permitan tomar decisiones. Misiones ha logrado tener una política ambiental clara, de cuidado de sus recursos, pero también tiene una política muy clara en términos de producción e industrialización. En términos de emisión y captura de dióxido, tenemos nivel cero, somos una de las pocas provincias del país, a pesar de ser un país con muy poco nivel de emisión, el más bajo del mundo, Misiones tiene 0. Sabemos que Misiones tiene muchas más capturas de lo que emite, pero al mismo tiempo somos la provincia con mayor cantidad de industrias del norte argentino. ¿Qué quiere decir? Que no es que para poder tener producción, industrialización y empleo tenemos que desmontar y descuidar nuestros recursos. Se puede encontrar un sistema mixto, un sistema binario entre producción y medioambiente que haga que cada vez más el modelo productivo sea sustentable, ahí es hacia dónde vamos. Tenemos cuestiones globales que no podemos perder de vista que son tanto cuestiones ambientales, como estrategias comerciales. En Glasgow lo que se discutió, no fue solo lo medioambiental, fue que el mundo tiene que ir a una producción sustentable, la certificación va a ser un mecanismo de exclusión. Va a ser un mecanismo de exclusión para arancelario, sobre todo para las economías poco desarrolladas, con menos peso político a nivel internacional. Hay una discusión política detrás. Me decís: “Yo quiero producir yerba”. Bueno, podés hacer yerba bajo monte, te ponés una certificación verde donde sos productivo, pero tenés un enorme nivel de captura, sosteniendo un modelo de producción con forestación exótica, o también puede ser forestación nativa. Cualquiera de las dos suma, ponés Kiri o Lapacho, Guayubira, dentro de tu yerbal. Hay una cuestión de costos, además de una cuestión ambiental. Productiva porque te sostiene toda la materia orgánica, tenés menos erosión. Tenés menos uso de agroquímicos, porque tenés menos desarrollo de maleza, porque tenés menos sol. Tenés por otro lado, más sombra para el trabajador, en diciembre en tiempo de zafra el tarefero tiene sombra porque está cosechando debajo de árboles, o sea, hasta las condiciones laborales son mejores. Entonces, vos terminás en un esquema, económicamente sostenible porque tenés producciones tranquilamente entre 8 y 12 mil kilos, un promedio de 10 mil kilos, en ese sistema. Pero, a la vez, estás haciendo una apertura de mercado sustentable.

¿Y cómo competís con otras provincias, que plantan soja, o maíz transgénico?

Se agrega valor en la industrialización, que si tenés que ir a un proceso de certificación verde, a un proceso de certificación agroecológica, una certificación orgánica, el que tenga una certificación va a irse a un nuevo posicionamiento. Un ejemplo, una empresa multinacional, tiene sedes en nueve países y en Misiones. Ellos mandan té a Alemania, en Alemania hay una planta que elabora el té líquido concentrado. Ese té líquido concentrado va a un universo de venta, va como segunda etapa a té soluble, de ahí sacan dos productos. Nosotros ahora invertimos y una cooperativa puede hacer té líquido concentrado y yerba líquida concentrada. Debemos empezar a innovar para que aquellos productos que se hacen en Alemania, se hagan en Misiones, en Argentina.

Y empezar a exportar eso…

Claro y empezar a generar innovación del proceso productivo. Acá vos exportas un producto, directo para el consumo masivo, donde ya no tenés que exportar materia prima.

¿Eso está en marcha?

Se está haciendo una inversión en equipamiento, es uno solo. Lo estamos haciendo en conjunto con un consorcio de empresas y la cooperativa citrícola. La cooperativa citrícola hace concentrado de jugos, que es lo que vende, líquido, pero tendría una parte de la maquinaria y con esto se terminaría de completar lo necesario. Va a hacer un nivel de concentración mayor del cítrico, hoy queda como una pasta espesa sublíquida, ahí es hacia dónde vamos. 

Para Oriozabala, la producción sustentable forma parte de un proceso como el de la economía del conocimiento. A mediano plazo, inevitable. “Es la primera vez en la historia de Misiones que se empieza a contemplar la producción sustentable con una inversión. El año que viene hacemos una inversión de mil millones de pesos, con el programa de Gestión de Riesgos Agropecuarios, (GIRSAR) que promueve el desarrollo de consorcios de trabajo en Misiones y la inversión va a en equipamientos, todo lo necesario para dar servicios rurales. ¿Con qué objetivo? No es solo para sembrar, para sistematizar los suelos, para nivelar los suelos, hacer curvas a nivel y manejo, sistematización de los caminos. El agua que no se maneja, es agua que erosiona el suelo y termina en un arroyo, con tierra. La erosión hace que baje la productividad con cualquier producción: Donde vos hacías 10 mil kilos de yerba, haces cinco. Ahí tenés que tener un doble manejo, por un lado, la sistematización de suelos, por otro hacer coberturas verdes o arborización si al lugar lo tenés forestado. Al hacer un filtrado de agua, las vertientes siguen existiendo para que haya agua en la napa y no se sequen los pozos perforados. Es empezar a entender que no es solo cuidar la selva, sino manejar lo que vos producís ¿Cómo voy a producir y de qué manera?

¿Este dinero es del Estado misionero?

Sí, son 9 millones de dólares que la Provincia tomará como deuda a través del Banco Interamericano de Reconversión y Fomento. Es una deuda a 30 años, a tasas del 1,2 por ciento, un crédito súper conveniente para la provincia, justamente para comprar equipamiento. Otro de los puntos de compra, es la generación de las instancias de los servicios de manejo del fuego, autobombas, motobombas que puedan atender los incendios rurales. 

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La pregunta es, inversión pública al servicio del sector privado..

Claro, los consorcios van a estar integrados por el Estado provincial, municipal y el sector privado: Es para el sector privado. Con un marco de planificación, además también tenemos un costo, nos es que van a ser gratuitos, pero será al costo, no hay una rentabilidad. El Estado va a poner recursos, técnicos y humanos, para hacer la sistematización de suelos. Si vos decís que querés plantar, antes de plantar hacemos la sistematización de suelos. Para toda la provincia.

O sea, tienen que haber varios núcleos.

Son 60 consorcios, con núcleos centrales por regiones. Se inicia un sistema de inversión que no termina acá, esto va con un proyecto de ley. La ley de consorcio rural, la creación de la figura de consorcio, la operatividad del consorcio, la operatividad del consorcio, las políticas públicas, el tipo de suelo, con todas estas características. Detrás de esto está el ministerio del Agro, con el Instituto de Suelo, obviamente con todas sus subsecretarías, que diagraman todo esto. Por eso, te digo que es la primera vez que empezamos a generar adaptación al cambio climático, de manejo de suelo, de manejo del agua, en ese proceso de considerar y plantear producciones sustentables, hacia un proceso de certificación verde de la economía misionera.

Pensar la producción desde todos los ángulos…

Desde todos los ángulos, siempre con el eje medioambiental, atravesando la adaptación al cambio climático.

¿En qué porcentaje te cambia tener una producción verde, qué te cambia, es más cara, más barata?

Cambia la metodología, te conviene económicamente. Lo que se viene discutiendo es que el que no tenga certificación, no podrá exportar, en el comercio internacional se va a dar un proceso de certificaciones verdes, todo tendrá certificación y garantía de una producción sustentable. Esto se va a ir profundizando. Así como en un momento, se certificó que no haya trabajo infantil en lo que se exporta, es lo mismo. Nosotros en Misiones en el tránsito sobre todo tealero, convirtió su producción de cosecha manual a cosecha mecánica, casi no existe hoy cosecha manual en el té, eso hace que seamos uno de los pocos países que podamos certificar condiciones laborales en el té. China no lo puede hacer, la India no lo puede hacer. Son incompatibles los modelos de producción.

Pero esa tecnificación te puede dejar fuera a mano de obra, como se discute en la yerba mate…

De hecho, hoy la discusión es que no hay mano de obra, que no se consiguen tareferos.

O sea, que hay que hacer un mix…

El crecimiento de la demanda es creciente, la demanda de alimentos es constante, así que vos necesitas sí o sí, ir hacia un proceso de tecnificación. Y la tecnificación de la yerba, por lo menos hasta ahora, no hay ninguna tecnología que excluya al tarefero, incluso detrás de la máquina tiene que ir el tarefero obligadamente. Porque no es lo mismo que el té que se corta el brote, sino que hace una cosecha medio masiva, se queda mucha hoja, mucho gajo que hay que cortar. Hay una participación del tarefero con la cosecha.

¿Estás de acuerdo con la resolución 170 de INYM que limita las plantaciones?

Tenemos que ir a un proceso de transparentar al sector. El principal beneficio de la 170, fue transparentar al sector, todos fueron a declarar qué tienen, cuánto tienen, qué iban a hacer. Entonces, permitió generar un corte, esto permitió decir: “Hasta acá estamos así, esta es la situación real en la que estamos”. Es una resolución que va a tener que discutir su continuidad, de hecho, por eso se armó una comisión permanente de trabajo. ¿Por qué? Porque hay que ir evaluando el mercado, nacional, local, interno y de materia prima. En base a eso replantear si es necesaria esa limitación, u otra, si más chica, más grande, en qué contexto. Por eso, es una resolución que coyunturalmente era necesaria, para transparentar, organizar, parar la pelota y desde ahí pensar el sector, porque es muy importante repensar los sectores. El INYM tiene un plan estratégico, que se hizo hace muchos años, pero los planes estratégicos no deben ser fijos y permanentes, porque socialmente todo es dinámico, la economía es dinámica. Por eso es necesario, muchas veces volver a rediscutir instancias y, volver a rediscutir espacios. Por eso, volvemos, el Consejo Agroindustrial. Va de la mano con eso, con la discusión de las estrategias generales, del hacia dónde vamos, con poner en valor el esfuerzo privado, como el esfuerzo del Estado. De que justamente estamos en una alianza, a veces más tácita, a veces más explícita, pero hubo un avance que hizo que la Provincia se desarrolle a las circunstancias que hoy está. Entonces, muchas veces hay que parar la pelota, evaluar las necesidades tanto de la provincia, como locales, como individuales.

Si uno piensa en modelos sustentables  ¿hay espacios para más forestaciones?

Hay espacios para producción todavía. Hay varias zonas verdes, zonas verdes me refiero a la distribución territorial, espacios que permiten un cambio del uso de suelos. Estamos hablando que hay hoy en esas condiciones, cerca de 400 mil hectáreas, que están con la posibilidad de hacer cambio de uso de suelo, que están en manos privadas y el privado sabrá qué quiere hacer. Pero también hay cambios de uso de suelo de estas actividades que hoy son productivas, hacia otras actividades, nosotros tenemos que atender los dos. Por ejemplo, en el sector tealero teníamos 36 mil hectáreas, hoy tenemos 30, un 20% por ciento menos. 

¿Por la yerba?

Claro, hubo un cambio hacia el sector yerbatero. Tenemos que discutir eso, no podemos dejar solo en manos del privado la decisión, yo creo que no hay que imponer, pero para eso hay que discutirlo previamente.

El productor Cristian Klingbeil dijo hace unos días que estaba a favor de limitar las plantaciones del té, para que no caiga el precio del producto, ¿Estás de acuerdo? 

No, pero es cierto que el té requiere una discusión mucho más profunda, que también la requiere la yerba. Pero no es solo hablar de cantidad de producción. Hay que empezar a hablar de los problemas de producción por hectárea, porque si no, nos encontramos con que no puede ser que, por ejemplo, los yerbales de la provincia dan cuatro toneladas de yerba, cuando con mucha tranquilidad y poco manejo podemos llegar a 8, 9. Podemos duplicar la cantidad sin la necesidad de hacer más hectáreas. El té pasa lo mismo, tenemos 6, 7 toneladas por hectárea y tenemos que pensar en ir a 14, porque el costo de hacer una hectárea es exactamente el mismo. El costo de la mano de obra para desmalezar es el mismo, lo que tenemos que lograr es mejorar la productividad. Lo que queremos es mejorar las condiciones de rentabilidad del sector. Esa es una de las tareas, otra de las tareas es discutir la constitución y conformación de los precios, los costos. Otra de las tareas puede ser la de limitar las plantaciones de té, pero por ahí no lo necesitamos porque no hay nuevos desarrollos de plantaciones. Por ahí, no hay una nueva medida que realmente se necesite. Y requiere un gran cambio integral. También ha habido un gran cambio, que es el desarrollo del té gourmet, que es otro desarrollo, que se vende a un precio distinto. Hay una política, con un sector privado que quiere potenciar el té gourmet, que ha tenido mucho desarrollo y muchas oportunidades, pero tenemos que migrar. Los márgenes de rentabilidad de ese sector, son muy buenos.

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El sector forestal dice que está bien, pero que Misiones no trae nuevas inversiones. Que no hay nuevos aserraderos, nuevos desembolsos, ¿por qué?

Hay un aserradero que se está terminando, que está próximo a inaugurarse en Colonia Victoria, que va a tener 150 puestos de trabajo. Estamos siempre buscando inversiones. Hace unos días me reuní con el director nacional de Desarrollo Forestal para que aumenten la compra de energía a partir de Biomasa. De este modo, se puede atraer inversiones a Misiones. Eso tiene dos objetivos muy positivos, disponer de energía en lugares que las conexiones estén demandadas, o colapsadas, por otro lado, generar empleo y generar consumo de madera. Es cierto que en los últimos tres años hubo un amesetamiento del nivel de forestación que veníamos teniendo, sí. Pasamos del 2000, al 2020 de 200 a 400 mil hectáreas. Teníamos a razón 10 mil nuevas hectáreas por año. Eso se amesetó y comenzó a caer. Tenemos una sobreproducción, una subdemanda de madera. Esto pasó en el 2016, se recuperó en 2020 y empezó a tener de vuelta una recuperación en el consumo de madera, pero como hay una sobreoferta, eso no se representa en el precio. Para eso buscamos nuevas inversiones y pedimos al gobierno Nacional que nos dé el marco de nuevas inversiones. Eso nos va a permitir generaciones, como la de Cerro Azul, que está andando muy bien. Poder tener 4, 5, 6 de esas plantas a lo largo de la ruta 14, de pequeña envergadura. Pueden ser un poco más grandes de seis megavatios, que provea a la red local, genere empleo y consumo de la madera. Eso es lo que venimos trabajando para proponer al Gobierno nacional. Lo mismo venimos llevando con las cámaras, a incorporar nuevamente, con mayor fuerza la madera en la construcción, es fundamental. No solo para hacer las casas, sino en la estructura, en las cabreadas. De la mano con eso estamos haciendo un laboratorio físico químico y mecánico, para quesi hay algún reclamo si la madera que está viniendo no está en condiciones, pueda evaluarse en ese laboratorio. Ese laboratorio nos está costando 200 mil dólares, que estamos hablando con la APICOFOM y la Facultad de Forestales, para que cada una tenga una parte, del laboratorio químico va a estar en la APICOFOM y el físico y mecánico en la Facultad de Forestales del Eldorado. Bueno, justamente para que puedan darle la garantía al IPRODHA sino al mismo tiempo si hay un reclamo, vas a pasar por ahí a hacer el reclamo y ese industrial tendrá sus consecuencias. Es generar un marco, para que lo que se plantee tenga sentido.

Lo que me estás diciendo es que sin el Estado no se puede…

No, por eso el Consejo es una propuesta de articulación pública privada. Hay cuestiones que las mismas empresas te dicen que “nosotros no invertimos en investigación, desarrollo e innovación, pero el Estado sí”. ¿Quién pone 30 millones para sacar yerba o té líquido, para poder exportar? No lo hacen, nosotros lo ponemos, pero trabajamos juntos. Pero queremos respuestas con un efecto concreto.

Tu caballito de batalla antes de asumir era el tema de la carne, ya cumplió un año y piquito, del Misiones Carne ¿qué evaluación hacés?

Creo que hay una respuesta muy positiva. Creo que hay un esfuerzo del Estado para sostener los precios, el programa se lanzó en mayo y hoy seguimos con el mismo precio. En mayo era muy bueno y ahora con 52% de inflación, es mucho mejor y estamos con mucha demanda. Creo que tenemos que profundizarlo, que es un programa que puede darle movilidad y movimiento a las economías, a las cadenas industriales y lo vamos a repensar. Es un programa de promoción en la comercialización de los alimentos misioneros, de los alimentos en su conjunto. Empezamos con Misiones Pescado, fue una prueba, que tuvimos que acotarla por cuestiones productivas que nos permitió pensar y rediagramar el sector, con Misiones Carne tenemos disponibilidad, pero debemos pensar en otros productos.

¿La intervención del Estado en los remates mejoró precios?

Mejoró considerablemente los precios, el dar continuidad a los remates, haber podido negociar que en los remates estén las consignatarias serias. Eso fue fundamental.  Porque hubo experiencias que no fueron positivas. En estos dos años, creo que recuperamos la confianza del productor. Eso ha sido un poco lo que hemos ido logrando. Por eso no tenemos reclamos del sector tabacalero, volvimos a reconstituir los gremios de los productores de la provincia, logramos reconstruir la confianza de productores ganaderos. Por eso, fue un año de romper récord tras récord, en cantidad de volúmenes de animales, pasamos de los 800 a los 900, a los 1100 y así cada remate fuimos creciendo, creo que fue parte de esto que el productor volvió a confiar en estos proyectos público-privados, como son los remates, como son el sector tabacalero, que lo que se dice, se cumple. Hay un gran valor en la palabra empeñada, que es una palabra cumplida.

Vos habías dicho que Misiones compraba carne por 120 millones de dólares.

Entre 100 y 120 millones dólares.

¿Logramos reducir eso?

Sí, los números nos muestran cómo bajó la compra afuera y aumentó el nivel de industrialización de carne en la provincia. Seguimos con el mismo nivel de stock ganadero, que no es malo, pero el objetivo es ir ampliando el volumen. Sí pudimos hacerlo en el sector ovino caprino, que pasamos de 16 mil cabezas a 22 mil cabezas, eso es una gran muestra. En el sector bovino tenemos todavía desafíos por profundizar en los niveles de producción, en la integración con otras economías, como la siembra pastoril, el modelo rotativo. Ahí tenemos la pata flaca, que la tenemos por una cuestión lógica, porque no podíamos hacer un sistema de incorporación de ganado, cuando tenemos un nivel de contrabando de cabezas de ganado a Brasil, que lo que se trae acá se va a ir a otro lado. No es el momento adecuado para decir que ampliamos el nivel de cabezas de ganando, ahora lo estamos rediseñando encontrando líneas de crédito, estuvimos negociando con el Gobierno nacional. Durante 2022 vamos a lograr un plan de desarrollo productivo, que vamos a arrancar por la inversión en la infraestructura. Mientras tanto, lo que hicimos fue fortalecer las inversiones productivas, las asociaciones ganaderas y plantas de alimentos balanceados o de acopio de granos, justamente para que haya disponibilidad para los productores locales en San Antonio, Alba Pose, 25 de Mayo, Andresito. Ahora nos vamos a ir para la ruta 12. Inversiones colectivas sí, hemos hecho bastante vamos a seguir en ese plan, vamos a ir entrando al sector bovino, pero con infraestructura, con alambrado, con líneas que vamos a ir siguiendo a lo largo del 2022, pero mejoramos la vacunación antiaftosa, duplicamos el volumen de producción, pero bueno en término de inversión privada no hemos entrado. Hemos estado siempre en la inversión colectiva.

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