La Ciudad de Buenos Aires fue escenario de un reordenamiento político de gran magnitud. Con el 90,21% de las mesas escrutadas, Manuel Adorni, el vocero presidencial, se impuso en las elecciones legislativas porteñas con el 30,02% de los votos.

En segundo lugar, como un ave fénix inesperado, se ubicó el peronismo, con la lista encabezada por Leandro Santoro, que cosechó el 27,46%, lo que revitaliza al espacio en una ciudad siempre renuente: el dato político es que Santoro ganó incluso en Recoleta, otrora bastión de Mauricio Macri. 

Muy relegado, el PRO, que lideró la Ciudad durante casi dos décadas, quedó tercero con apenas el 15,89%, con Silvia Lospennato como figura principal, apadrinada directamente por el ex presidente.

El resultado no solo representa una fractura evidente en el bloque opositor que históricamente dominó el escenario porteño. La participación fue llamativamente baja: apenas votó el 53,61% del padrón, según los datos oficiales.

Fin de ciclo para el PRO

Los comicios marcaron el fin de un ciclo político que había comenzado en 2005, cuando Marcos Peña obtuvo la primera victoria legislativa para el PRO en la ciudad “colgado” de la boleta que encabezaba Mauricio Macri como candidato a diputado nacional. Dos años después, Macri ganó la jefatura de Gobierno y el partido retuvo el poder en el distrito de forma ininterrumpida desde entonces.

Esta elección fue un duro golpe para el macrismo. No solo perdió frente a La Libertad Avanza y al peronismo, sino que no logró imponerse en ninguna de las 15 comunas de la Capital Federal. Una señal inequívoca de retroceso en el bastión que el PRO consideraba inexpugnable. Incluso la estrategia del actual jefe de Gobierno, Jorge Macri, de desdoblar los comicios para municipalizar la discusión, fracasó rotundamente.

Lospennato reconoció rápidamente la derrota. “Los resultados no son los esperados”, admitió, y lanzó un mensaje de advertencia: “Estén atentos”, en referencia a eventuales hechos de corrupción en el oficialismo.

Horacio Rodríguez Larreta, ex jefe de Gobierno, también participó con lista propia, aunque terminó cuarto, con un magro 8,08% de los votos. De todos modos, logró asegurarse una banca junto a Guadalupe Tagliaferri. El radicalismo, que fue en soledad representado por Evolución, el espacio que lidera Martín Losteau, referente de la UCR Misiones, no llegó al piso necesario para acceder a una banca. 

Adorni, Santoro y la reconfiguración porteña

Manuel Adorni se convirtió en la cara visible del triunfo libertario. Su candidatura fue impulsada directamente por Karina Milei, secretaria general de la Presidencia y principal estratega de LLA. 

Leandro Santoro, por su parte, ofreció un discurso enfático a las 19:49. “Hoy se cerró el ciclo del abandono. El PRO dejó de representar a la mayoría de los porteños”, afirmó. “Si la crueldad se puso de moda, no cuenten con nosotros”, agregó, en referencia al discurso libertario.

La jornada electoral evidenció la tensión máxima entre Javier Milei y Mauricio Macri. El cruce entre ambos fue directo y público. Macri acusó a los libertarios de haber difundido videos falsos durante la campaña. La respuesta de Milei fue lapidaria: lo calificó de “llorón”. Esta confrontación deja una pregunta clave para el futuro inmediato: ¿es posible una recomposición de cara a la provincia de Buenos Aires, o la ruptura ya es definitiva?

Para el oficialismo libertario, en cambio, el interrogante gira en torno a la necesidad de pactar con el PRO: ¿por qué buscar una alianza con un socio debilitado, si lograron imponerse en el territorio más emblemático del macrismo sin su apoyo?

A partir del quinto lugar, las demás fuerzas no lograron superar el 3% de los votos. Se destacan:

• Ramiro Marra (LLA disidente): 2,63%
  
• Paula Oliveto (Coalición Cívica): 2,48%
  
• Lula Levy (Evolución): 2,31%
  
• Alejandro Kim (Confianza Pública): 2,05%
  
• Ricardo Caruso Lombardi (Frente Popular): 1,68%
  

Siete candidatos más quedaron por debajo del 1% y no accederán a bancas.

El Instituto de Gestión Electoral confirmó que la participación fue de apenas 52,30%, en un padrón compuesto por 3.040.212 electores habilitados. Un dato que también interpela a toda la dirigencia política.}