Días atrás, algunas de las más importantes compañías petroleras que operan en el país –a excepción de YPF- anunciaron la modificación de los precios de los combustibles para el segmento mayorista.
La variación, del 4.5 promedio por ciento, tiene su origen en “los últimos movimientos del mercado”, según informaron desde las empresas. Y si bien la suba aun no impactó en los surtidores de las Estaciones de Servicio, se espera que la réplica ocurra en breve tal como sucedió en ocasiones anteriores.
De acuerdo a fuentes del sector, la decisión de las compañías tiene directa relación con el incremento del dólar, de más de un peso desde el último cambio de precios. No obstante, otro de los componentes que influyen en la conformación del costo, el crudo, bajó su cotización 5 por ciento durante este período.
El último aumento al público se registró durante los primeros días del mes de febrero. Fue del 3.5 por ciento para las naftas y gasoil, tras un 5 por ciento que se había aplicado días atrás. Se trató del cuarto ajuste desde que el gobierno dispuso la liberación de precios en octubre del año pasado.
Para el Gobierno, no obstante, la medida no resulta una preocupación. En declaraciones periodísticas recientes, el Ministro de Energía, Juan José Aranguren manifestó no sentirse intranquilo por las alzas de la nafta ya que, según él, el hecho de reflejar los precios del mundo va a permitir que no haya posiciones de abuso en el mercado, “porque cualquiera podría importar y ser competitivo”.

Actualmente Argentina ocupa el cuarto puesto entre los países más caros de la región tras Uruguay, Chile y Brasil. El precio medio de la nafta en todo el mundo es de 1.15 dólar, 0.15 por debajo de lo que se cobra el litro localmente.