Movimiento ascendente
Los números revelan la magnitud del movimiento ascendente que está experimentando la economía de Misiones. En agosto Misiones llegó a los 110 mil empleos registrados, con casi mil empleos creados en un sólo mes. Para tomar dimensión: en el mismo mes, en toda la Argentina se crearon 6.535 puestos de trabajo. Los 948 empleos generados en la tierra colorada representan el 15 por ciento de todo el empleo creado en la Argentina en el mismo mes.
Esos 948 empleos creados en Misiones son más que el acumulado de todo el NOA, que sumó 905 entre Catamarca, Jujuy, Santiago del Estero y La Rioja, mientras que hubo un retroceso en Salta y Tucumán. Así, Misiones se posiciona como tercera principal empleadora del Norte Grande, justamente detrás de Salta y Tucumán.
Esos 948 empleos creados en el último mes en Misiones también duplican al trabajo registrado creado en el resto de las provincias del NEA, más que triplica a Corrientes y le saca diez cabezas a Formosa. En total, en agosto Misiones creó el 70,3 por ciento del empleo del NEA, que como contrapartida, registró una caída en Chaco. Siete de cada diez empleos creados en el NEA, fueron de Misiones.
La obsesión del Gobierno está puesta en sostener esos números y mejorarlos. Por eso no sorprendió el énfasis con el que el gobernador Oscar Herrera Ahuad advirtió que no dudará en apostarse en Plaza de Mayo para reclamar por la Zona Aduanera Especial, incluida en el Presupuesto que está listo para ser aprobado por el Senado.
Pero la ejecución exige la voluntad presidencial y, sobre todo, la de Sergio Massa, el ministro de Economía de cuya alquimia depende la continuidad política del Gobierno nacional. La experiencia con el artículo 10 de la ley Pymes basta para desconfiar de esas voluntades. Durante el gobierno de Mauricio Macri fueron permanentes las promesas. Nunca se cumplieron.
En un elegante restaurante a orillas del río Paraná, Herrera Ahuad sostuvo ante un selecto grupo de empresarios nucleados en la Fundación Mediterránea que la Zona Aduanera Especial será una herramienta para bajar costos logísticos y fiscales, que asegure la competitividad ante la economía fronteriza de Paraguay y Brasil, pero también interna, afectada por costos logísticos altos, combustible más caro y ausencia de gas natural. “Pero estamos en la Argentina”, advirtió. “En un contexto de crisis”. Una forma diplomática de advertir que las negociaciones no serán sencillas y que habrá que disputar cada “concesión”. “Un reconocimiento que Misiones merece”, insistió Herrera Ahuad ante el sector empresario, que es también protagonista de la generación de empleo exhibe Misiones. Podrían ser incluso más, pero la complejidad de la economía nacional posterga algunas decisiones o complica el funcionamiento de áreas sensibles que dependen de la importación y el acceso a dólares para poder operar. El dólar soja o el dólar Coldplay no alcanzan a todas las economías regionales. Casualmente las más postergadas siguen siendo las del Norte Grande.
Los números del empleo privado de Misiones se explican en la recuperación del turismo, la gastronomía, el crecimiento de la construcción, la expansión de la forestoindustria, que celebra su fiesta en San Vicente y también en la ruralidad. La ministra de Trabajo, Silvana Giménez reveló que mil trabajadores temporarios de la yerba mate dejarán de cobrar el subsidio interzafra porque pasaron a tener empleos permanentes. Misiones sistematizó la base de datos de los trabajadores rurales y eso permite tener trazabilidad para determinar políticas y focalizar atención. Fundamental en momentos en que se discute qué hacer para compatibilizar planes sociales con empleo genuino.
La trazabilidad evita el descontrol que evidencia el Gobierno nacional en el manejo de los planes sociales en momentos en los que la sociedad discute qué hacer con la ayuda social. La propia AFIP reveló que un 20% de los beneficiarios del plan Potenciar Trabajo había declarado bienes personales y había comprado dólar ahorro, algo que está prohibido.
Al menos “2.800 personas fallecidas siguen cobrando el plan asistencial” a través de familiares o terceras personas. El entrecruzamiento de datos también determinó que otros beneficiarios “tienen dos o más propiedades”, según las declaraciones de Bienes Personales presentadas. El Estado bobo. El Estado elefante en un bazar frágil que está siempre a punto de colapsar. Los añicos son miles de argentinos a los que la política no les llega. Un pequeño ejemplo basta para dimensionar el impacto de la ausencia del Estado. Después de que la vicepresidenta Cristina Fernández despotricara en redes sociales por el nuevo aumento de las prepagas. autorizado por el Gobierno -que ella co-comanda-, al ministro de Economía, Sergio Massa, se le ocurrió un simple mecanismo para limitar los aumentos: el incremento de las cuotas tendrá como tope máximo el 90% de la evolución salarial. No parece una fórmula muy compleja. Simple y sencilla. Bastaba tomar una decisión. De todos modos, con un aumento del 13,8% en diciembre, cerrarán 2022 con una suba acumulada del 113,8% en los doce meses, un número que supera la inflación proyectada, en torno al ciento por ciento a nivel general. Pero hasta aquí no se había tomado ninguna decisión. El Gobierno de Alberto Fernández padece esa anomia. Las acciones contradicen el discurso. Al mismo tiempo que se promete una lucha encarnizada contra la inflación, YPF aumenta los combustibles o alguien del Gobierno autoriza un nuevo aumento de las prepagas. Cosas que pasan. El presidente que vino a ser el más federal, repite los patrones del centralismo y encuentra en los propios aliados que lo llevaron al poder, a sus más duros detractores.
El internismo permanente desconcierta a la sociedad. Es difícil gobernar en ese estado. Es difícil encarrilar el descalabro en el que se encuentra al país asfixiado por la deuda eterna heredada del macrismo si ni el Gobierno se tiene confianza.
El reflejo no es mejor. La oposición se está desgarrando por ver quien lidera la alianza de Cambiemos. Tanto que hubo que juntar a la tropa para intentar frenar las amenazas de “romperse la cara”. En ese cónclave del macrismo, el propio Mauricio Macri dejó señales de autoexclusión para que la interna la diriman de forma “civilizada” Patricia Bullrich -con Humberto Schiavoni como referente misionero-, Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal. Nadie está del todo convencido de que Macri no será finalmente candidato, pero se acordaron algunas pautas de convivencia forzada para evitar los ataques públicos.
Mientras tanto, el radicalismo espera ser tenido en cuenta con Gerardo Morales como primera figura. El jujeño es el más crítico de Macri, a quien identifica como responsable del fracaso de Cambiemos. En su paso por Misiones, Morales aseguró que ahora no es tiempo de peleas por candidaturas, sino de generar un plan de Gobierno, algo que “no teníamos con Mauricio Macri”, reconoció. Sin embargo, en el radicalismo admiten que la candidatura del gobernador norteño es más bien un modo de negociar espacios que servirán para fortalecer el “músculo” del partido. En el radicalismo misionero aceptan sin reparos el rol que les toca y admiten que las candidaturas se definirán en función de lo que haga el macrismo. Apuestan como mucho a las fórmulas cruzadas. Pero temen ir a una interna que desnude pocos votos.
Horas antes de la llegada de Morales, estuvo en Posadas el ex ministro de Economía, Alfonso Prat Gay, quien se ufana de haber estado solo “11 minutos” del primer tiempo de Macri, pero no duda en defender el modelo Cambiemos. “Después se cometieron errores, pero no había suficiente apoyo en el Congreso”, defendió. El economista radical prometió que de volver al Gobierno, “hay muchas cosas que las haríamos del mismo modo”.
“Hay que recuperar la cultura del trabajo. El populismo le ha hecho creer a la gente que se puede vivir sin trabajar, y se puede comer sin trabajar”, detalló en una frase muy parecida a la de Javier González Fraga.
El paso de Cambiemos por el Gobierno dejó más desocupación y pobreza que la recibida, al mismo tiempo que comprometió el futuro del país con una deuda impagable.
Pese al entusiasmo de Prat Gay por volver a hacer lo mismo, cuando se ponía el traje de ministro de Economía de Macri en 2015, comenzaba a gestarse un descontento dentro del propio radicalismo que se expresa ahora en múltiples fugas de dirigentes descontentos con el rol de sumiso socio menor. “Esto comenzó en 2015, con el acuerdo con la derecha”, contó Germán Ferber, ex presidente de la Juventud Radical que pegó el portazo y se sumó a la Renovación junto a más de 60 jóvenes del partido centenario. “La verdad es que nos sentimos decepcionados de muchas decisiones que tomó el partido, además de un hartazgo por el estancamiento. Esto comenzó ya en 2015 con el armado de Cambiemos, en la cual la Juventud Radical no estaba muy de acuerdo con esas decisiones, lo demostraron en Gualeguaychú, cuando estaban afuera protestando por el acuerdo con la derecha. Y sinceramente eso no nos identificaba, tampoco los acuerdos provinciales que estaba haciendo el radicalismo”, explicó en una entrevista con Economis. Hoy muchos radicales son protagonistas de una segunda oleada de mudanza hacia la Renovación, como el propio hijo de Luis Pastori, el ferviente ex diputado nacional de Cambiemos. “Nos gustó mucho la idea del misionerismo, porque tiene una filosofía que piensa en los problemas de nuestra provincia, en los problemas que están pasando nuestros vecinos y no se involucra tanto en las grietas nacionales, como el Kirchnerismo, con Cambiemos y toda la política que pasa a nivel nacional.Estamos dispuestos a grandes desafíos, lo que se nos ponga por delante lo vamos a poner al hombro y a salir adelante”, grafica Ferber.