
Para la UNESCO los teléfonos constituyen una distracción en las aulas y habría que prohibirlos
La agencia de la ONU en su informe GEM 2023, señala que el solo hecho de estar cerca de un smartphone puede convertirse en una distracción para los estudiantes, lo que provoca un peor rendimiento académico.

En su informe GEM2023, la UNESCO establece que el uso excesivo de tecnología en la educación trae un impacto negativo, más aún si este uso no tiene la orientación de un profesor. En algunos casos profundiza las brechas de desigualdad y aleja de los objetivos ODS4.
“Los datos de evaluaciones internacionales a gran escala, como los que ofrece el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos, sugieren una relación negativa entre un uso excesivo de las TIC y los resultados académicos del estudiantado. En 14 países, se ha concluido que el mero hecho de estar cerca de un dispositivo móvil distrae al alumnado y tiene un efecto negativo en el aprendizaje. Sin embargo, menos de una cuarta parte ha prohibido el uso de teléfonos inteligentes en las escuelas”, cita el informe con respecto al uso excesivo de la tecnología.

Entre los que los han prohibido se encuentran Francia, que introdujo la medida en 2018, Italia, donde los profesores recogen los smartphones de los alumnos al comienzo de la jornada, Finlandia y los Países Bajos, que van a introducir la prohibición en 2024.
A raíz de sus conclusiones, la UNESCO recomienda una prohibición mundial de los teléfonos inteligentes en las aulas.
Por otra parte, este estudio señala que una tecnología, sin la pedagogía apropiada no produce buenos resultados, o los esperados, que en ese sentido es mejor una buena inversión con respecto a los fondos para lograr alcanzar los ODS 4. “En el Perú, se distribuyeron más de un millón de portátiles sin incorporarse en la pedagogía, por lo que el aprendizaje no mejoró. En los Estados Unidos, un análisis de más de dos millones de estudiantes concluyó que las brechas de aprendizaje se ampliaban cuando la enseñanza se impartía exclusivamente a distancia”.
Señalando además que la falta de conectividad y acceso a tecnologías, por una buena parte de la población, produciría que se profundicen aún más las diferencias y privilegios, ante aquellos que tienen mejores accesos y disponibilidades, frente a los que no. Por esto, una de las sugerencias es repensar lo realizado en la pandemia y planificar concientemente lo que se necesita para llegar a los objetivos.

Un punto clave del informe, más allá del uso de una tecnología, es la necesidad del resguardo de datos personales, aclarando que muchos países no tienen regulaciones claras sobre este tema que es imprescindible a la hora de garantizar los derechos de las niñas, niños y adolescentes. “Aunque los datos de la niñez están expuestos, solo el 16% de los países garantizan por ley la privacidad de los datos en el sector educativo. Según un análisis, el 89% de los 163 productos de tecnología educativa recomendados durante la pandemia podían vigilar a los niños. Asimismo, 39 de los 42 gobiernos que ofrecieron educación en línea durante la pandemia fomentaron usos que ponían en riesgo o infringían sus derechos”, explica el informe.

“Tenemos que aprender de nuestros errores pasados al utilizar la tecnología en la educación para no repetirlos en el futuro”, afirma Manos Antoninis, director del Informe.
Además de enfatizar que: “Tenemos que enseñar a los niños a vivir tanto con la tecnología como sin ella”, continúa, “a tomar lo que necesitan de la abundancia de información, pero a ignorar lo que no es necesario; a dejar que la tecnología apoye, pero nunca suplante las interacciones humanas en la enseñanza y el aprendizaje” cierra.