Política, soja y mala práxis económica
El dólar sube por múltiples factores. Hay un contexto externo muy picante, volátil y hay que mirar inevitablemente al norte: Estados Unidos, ya en una posición económica muy estable con casi pleno empleo, y sus números muy favorables, decidió subir la tasa de interés, para que si en algún momento vuelven a tener una crisis, puedan tener la herramienta para bajar la tasa de interés e inyectar dinero en la calle.
Básicamente si tenés dinero, podés invertir en Estados Unidos al 3 por ciento anual en dólares. Se dice que un bono a 10 años no tiene riesgos, cuando antes el plazo era de uno o dos años.
Antes había países donde las tasas eran negativas directamente. Eso hacía que haya una liquidez mundial y por ende se pagaba mucho a los mercados emergentes y, entre esos mercados todo el año pasado Brasil y Argentina, fueron las reinas de la emisión y generaban muchas expectativas.
Ahora subió la tasa de interés en Estados Unidos y eso hace que todo el mundo vuelva a invertir y se salga de los mercados emergentes.
El otro factor es que es época de cosecha, de venta fuerte de soja que debiera estar generando divisas y esos dólares ingresando al país. Como este Gobierno decidió quitar las retenciones al campo, supuestamente el 5 por ciento por año, y no lo hizo el año pasado, este año está bajando 0,5% por mes. Por eso, el sojero no vende porque la soja tiene precios en dólares y suma 0,5% por mes. Es una renta del 6% por año.
Como consecuencia, los dólares que se venden son del Banco Central y no de los ingresos por exportaciones genuinas.
La desconfianza en el sistema financiero argentino también obedece a que el 31 de diciembre el ala política del Gobierno decidió meterse en las decisiones económicas y bajar las tasas de interés, por las presiones que había con el atraso cambiario y las supuestas bicicletas financieras.
Con una tasa de Lebacs del 27 u 28 por ciento, con la inflación en un 25 por ciento, estábamos hablando de 3 o 4% por encima de la inflación. Sin embargo todo el mundo se quejaba por la supuesta bicicleta financiera, lo que empujó al Gobierno a bajar un poco las tasas y para mí, ese fue el comienzo de la debacle, porque empezaron a bajar la tasa de las Lebacs cuando apenas empataba a la inflación.
Obviamente todos los fondos que vinieron a invertir sumado a la suba de tasas en Estados Unidos, empezaron a salir y hasta ahora están saliendo en bloques, en masa a su país.
Algunos habrán ganado vendiendo dólares e invirtiendo en Lebacs, otros habrán perdido porque vendés dólares a 18, invertís en Lebacs y ahora tenés al dólar en 22, 23 y es muy difícil empatar eso.
Cuando hablo de política no me refiero solo al Gobierno, sino a todo el peronismo, a Lilita Carrió y al radicalismo. Básicamente tenemos una clase política que no acepta hablar a largo plazo, es como que tiene un rumbo y si no va bien enseguida cambia de destino y eso es nuestro problema desde que tenemos uso de razón.
Es difícil saber qué puede pasar. El Gobierno tiene que, de alguna manera, reconstruir la confianza, que es lo único que tenía en estos dos primeros años, la confianza del mercado.
Hay números que siguen dando crecimiento, tanto en el PBI como en las exportaciones, donde los movimientos son lentos, ya que los cambios que está imponiendo este Gobierno son graduales pero con ciertos momentos difíciles.
Estamos avanzando ahora sin confianza del mercado, me parece que en algunos hilos el Gobierno tiene que mandar alguna señal de confianza al mercado de asumir la responsabilidad –que también le cabe a la oposición-.
Deberían entender que la mayoría votó a este Gobierno y tenemos que darle tiempo a que por lo menos intente armar su plan, para ver si le damos otra chance o volvemos a lo que teníamos antes.
Pero poner trabas y piedras en el camino es antidemocrático y pone en riesgo la economía del país.
En cuanto al techo del dólar, eso nunca se sabe, porque el mercado es una masa de gente que se mueve y no tiene control, porque nadie puede controlar al mercado, nadie puede regular al mercado, el mercado es simplemente lo más democrático que existe, porque es mucha gente tomando decisiones a la vez. Cuando el mercado entra en pánico es capaz de vender a cualquier precio, cualquier cosa, lo mismo pasa cuando el mercado entra en euforia, es capaz de comprar carísimo cualquier cosa pensando que las cosas van a seguir subiendo.En este momento es cuando más hay que mantenerse tranquilo y tener en claro que todas las inversiones tienen su riesgo. Comprar acciones en dólares tiene su riesgo, ir a tasa en pesos tiene su riesgo, comprarse un departamento tiene su riesgo, lo más importante es que cada uno se informe, aprenda, se instruya en cómo invertir, crezcamos como país en capacidad financiera, en educación financiera y, sobre todas las cosas invierta para el mediano y largo plazo e intente hacer inversiones que le permitan dormir tranquilo.
Si como país no tenés inversión y no una moneda estable, es imposible crecer, primero tenés que pensar alguna manera de estabilizar tu moneda para que volvamos a pensar en pesos y para que una persona que quiera ahorrar en pesos pueda tener una ganancia y que ese ahorro genere inversión, y las empresas puedan crecer y producir, porque si no siempre vamos a estar limitándonos a pedir devaluaciones para poder tapar nuestros agujeros y nos manejamos de una manera muy irresponsable, y nunca sanamos de fondo un problema que venimos trayendo de hace muchísimos años. Si mirás la historia del uno a uno, pasó exactamente lo mismo.