Recomponer salarios: voluntad política
Escribe Alejandro Pegoraro
Los meses de febrero y marzo son muy sensibles en las administraciones provinciales. Los inicios de discusiones paritarias plantean altos desafíos a las cajas provinciales, en un contexto donde, desde hace años, el poder adquisitivo del trabajador público (como del trabajo en general) viene en picada ante un proceso inflacionario que no da respiro.
En este sentido, el entendimiento logrado entre el gobierno de Misiones y el sector docente descomprime notablemente un histórico foco de conflicto, que se da en la gran mayoría de provincias a estas alturas del año. Pero también, ratifica un camino que se inició ya en 2020 y profundizó en 2021 en relación al salario de agentes públicos.
Días atrás, a través de un informe que realizamos desde Politikon Chaco, replica en Economis, evaluamos el desempeño presupuestario de las provincias argentinas, en relación a ingresos y gastos. En este escenario, se destaca que Misiones fue la provincia con el mayor incremento del gasto del todo el país, pero dicha suba no fue explicada por erogaciones superfluas, sino que se sustentó en una muy fuerte recomposición salarial.
En números, el ítem denominado Gasto en Personal, en Misiones, tuvo un incremento real (es decir, tras descontar la inflación) del 28,3% entre enero y septiembre 2021, contra igual período de 2020. Si bien resta conocer los datos definitivos del último trimestre, las proyecciones indican un escenario similar.
A simple vista, es de por sí un incremento altamente significativo, pero cobra mayor dimensión al ponerlo en contexto de la situación de los otros distritos: en este punto, Misiones no solo es la provincia de mayor crecimiento del Gasto en Personal de todo el país, sino que además es la única en hacerlo por encima de los veinte puntos, y es una de las únicas seis provincias que exhibieron crecimientos.
Dicho de otro modo: ninguna provincia en todo el país recompuso salarios públicos de la misma manera que lo hizo Misiones.
Cabe aclarar una cuestión conceptual: la suba del 28,3% real en el ítem salarial del gobierno provincial no significa necesariamente que el salario de bolsillo de cada trabajador se haya incrementado en ese nivel. En algunos casos pudo ser algo más alto, o algo más bajo. Sin embargo, es importante destacar que la provincia mantuvo relativamente estable la planta de personal, por lo cual el incremento global señalado no puede atribuirse a mayor volumen de trabajadores y su consecuente suba de la masa salarial, sino que se trata, como ya se dijo, de una recomposición.
¿Estamos entonces ante una situación inmejorable? Para nada, ya que hay aún mucho por mejorar. La discusión del salario exhibe dos vertientes: la variación relativa y el valor absoluto. Es decir, cuanto crece, y de cuanto es en pesos. El salario puede mostrar altos crecimientos, (que es en sí una gran noticia) pero seguir siendo bajo en relación al costo de vida.
En el norte argentino, en particular, la situación de salarios bajos es un verdadero problema. Pero al medir su evolución, en algunos casos se transforma entonces en un problema doble. Por caso, los salarios públicos en el Chaco, en igual período que el analizado para Misiones, cayeron 11,2%; en Corrientes descendieron 4,7%; y en Formosa, un 5,5%.
Esa comparación dimensiona aún más el logro que tuvo Misiones, que tuvo un comportamiento fiscal destacable y casi inédito: volcó todo su incremento de recursos (que fue el segundo más alto de todo el país) al gasto esencial del estado, como los salarios y la inversión.
En la gran mayoría de las provincias, y particularmente en el NEA, el fenomenal crecimiento de los recursos durante los primeros nueve meses del 2021 se volcó principalmente a generar colchones de ahorro importantes en desmedro de dar respuestas demandas sociales. Nuevamente, en perspectiva comparada, el Chaco generó un ahorro financiero por $12.750 millones de pesos con un fuerte recorte
salarial que llegó a los $8.400 millones. Si el gobierno provincial hubiese tenido la voluntad, no de recomponer, sino de por lo menos equilibrar salarios, le bastaba con usar apenas un 66% de su superávit financiero para que no existe recorte salarial.
La decisión es política. Más allá de que la disponibilidad de recursos y la inflación pueden ser un obstáculo, no lo fueron para la gran mayoría de las provincias durante 2021, año donde los ingresos de las provincias tuvieron subas de gran magnitud, no solo en relación a un 2020 afectado por pandemia, sino también contra años anteriores.
Administrar es poner prioridades. Si bien aun falta mucho y el camino es largo (y muchas veces, incierto), la conducta fiscal mostrada por la administración misionera es digno de destacar, aún más al ponerlo en perspectiva comparada con el resto de los distritos.
Gobernar no es ahorrar, pero tampoco es dilapidar. Es poner los recursos donde se necesita para lograr un desarrollo sostenible y estable y para mejorar la calidad de vida. Para ello, el salario es fundamental e imprescindible.