Reflejos de la previsibilidad
No fue casualidad que Sergio Massa haya elegido Misiones para el lanzamiento del programa Insertar, una simbiosis para formalizar empleo tecnológico con el respaldo estatal. El ministro de Economía conoce de primera mano el esfuerzo hecho para consolidar un sector económico que hace algunos años no tenía presencia fuerte. Había visitado la Escuela de Robótica, a la que conoció en sus primeros pasos, estuvo en la inauguración de la Escuela de Innovación, en 2020. Todavía no conocía el Silicon Misiones, la estructura futurista que alberga a más de veinte empresas y que expresa la fortaleza de una industria que ahora sí tiene relevancia: Misiones estuvo en el top tres donde más creció el empleo en la industria del software y según los últimos reportes, el empleo misionero acumula ya 31 meses consecutivos de incrementos interanuales y 28 de esos son en doble dígito, registrando además en mayo el récord histórico para la provincia con 860 puestos de trabajo vigentes. El Silicon es un bullicio permanente de jóvenes concentrados cada uno en su pantalla, diseñando quién sabe qué.
Allí Massa habló de la posibilidad de que Misiones sea una plataforma de desarrollo regional en base a lo que consolidó la Provincia. Misiones es la provincia con más empleo privado del NEA, la industria más potente y la que más exporta. Tiene un desarrollo desde la base del conocimiento tecnológico y un puerto que atrae empresas de otras provincias para sacar desde aquí su producción. A ese hub logístico se le pueden sumar beneficios incluidos en la Zona Aduanera Especial que -ahora sí, prometió Massa-, saldrá en noviembre, después de que pase el ruido electoral e independientemente del resultado. “Hasta el 10 de diciembre somos gobierno. Pero además, la elección la voy a ganar yo”, confió sonriente el ministro de Economía.
El ministro de Economía también mantuvo una reunión con la cúpula empresarial misionera. En el encuentro, en Casa de Gobierno, se habló del impacto de la quita de retenciones para las exportaciones de madera y tabaco y explicó las consecuencias de una eventual dolarización: las economías regionales saldrían perdiendo largamente en la competencia global y el consumo interno se vería resentido, porque Misiones volvería a ser “cara” para los compradores vecinos. “Suena lindo, pero hay que mirar con lupa”, les dijo Massa a los empresarios. Algunos se sacaron fotos sonrientes. También le pidieron un dólar a 500 pesos y una compensación por el combustible caro. El ministro tomó nota. Les recordó que varios de los beneficios previstos en la Zona Aduanera, ya están en marcha: las economías regionales ya no pagan retenciones y se incentiva al consumo interno con el reintegro del IVA, que motorizará ventas y al mismo tiempo aumentará la recaudación provincial. Al aumentar el uso de la tarjeta de débito, se “blanquea” el consumo y eso hará que crezca la base tributaria.
Para la suba del piso de Ganancias, otro impuesto que se coparticipa, el interbloque federal que integra el misionero Diego Sartori, ya presentó un proyecto para que se reparta el 30 por ciento de la recaudación del impuesto al Cheque en modo compensación. Massa dio el visto bueno.
El dato es que en este interbloque Unidad Federal está Alejandro “Topo” Rodríguez, -un peronista disidente- quien adelantó que en caso de que el gobernador cordobés no llegue al balotaje presidencial, votará a favor de Massa. “Yo ya tengo tomada una decisión, si en un eventual balotaje, nosotros, que tenemos la mejor propuesta, no tenemos la posibilidad de participar, yo no voy a ser ni neutral ni indiferente. Yo no quiero el país que proponen ni Javier Milei ni Patricia Bullrich“, sostuvo Rodríguez en declaraciones radiales. Y agregó: “El peronismo tiene que leer cuál es esta tendencia. Por supuesto que eso va a significar que si nuestro candidato no llegara a un eventual balotaje, nosotros vamos a tener que decidirnos”.
Al respecto, señaló que “el nuevo rector ideológico de Juntos por el Cambio es Javier Milei, esto ya sucede desde el año pasado, cuando Milei marcó una posición ideológica”.
Durante sus largas horas en Posadas, Massa no perdió oportunidad para elogiar la conducción política y la previsibilidad de Misiones. La economía en alza y los números de las cuentas públicas dan cuenta de una sana administración. Misiones fue nuevamente la primera provincia en tener el presupuesto aprobado para el año que viene, con 1,2 billones de pesos y casi el 70 por ciento de los recursos destinados a las áreas sociales, con la Educación como prioridad, seguida por la Salud y el Desarrollo Social. El radicalismo se jactó de votar en contra.
“Misiones le muestra al país, con solvencia, cómo deben llevarse las cuentas con equilibrio y da una muestra cabal de una administración que pone al ciudadano como el centro de todas las decisiones, enfocando el norte en el crecimiento de la economía. El presupuesto familiar asegura salud y educación de calidad, principales bienes para presente y futuro, desarrollo de la economía del conocimiento y el Silicon Misiones como motor inductor del crecimiento sostenido de la provincia. Espejo donde se miran los argentinos para cambiar la realidad nacional”, tuiteó Rovira tras la aprobación de la ley.
Massa se tomó su tiempo en Misiones. Llegó el domingo y participó de una recepción reservada, encabezada por Carlos Rovira, el gobernador Oscar Herrera Ahuad, su sucesor, Hugo Passalacqua, los candidatos al Congreso, Carlos Arce y Sonia Rojas Decut y Daniel Vacsik y Yamila Ruiz, además del diputado Lucas Romero Spinelli. En esa reunión política se hizo un análisis del estado de situación y cómo encarar el último tramo de la campaña, en la confianza de que Massa entrará al balotaje. Fue la ratificación de respaldos mutuos, ante la amenaza que acecha a la política y sus instituciones. Javier Milei no sólo promete cerrar el Conicet y el Banco Central, sino pasar la motosierra por la coparticipación y otros fondos que llegan a las provincias, como los destinados a la obra pública, tan necesaria para reparar eternas asimetrías que padece el Norte Grande.
En esa línea, hubo un guiño de Massa a Misiones. Los recursos destinados a la tierra colorada en el presupuesto 2024 son los terceros que más crecen, en un contexto de poda generalizada. En Misiones aumentará 116 por ciento, con la inclusión de obras largamente buscadas, como la extensión de autovías, obras de agua potable y la confirmación de una segunda línea de 500 KV para abastecer de energía a la provincia y evitar crisis como la del año pasado, cuando los incendios en Corrientes provocaron un apagón de este lado del Chimiray.
Massa confía en que en este Norte estará la llave que le permita entrar a la segunda vuelta y confrontar al minarquista con una solidez mayor. Es una tarea titánica, con números de la economía -justamente-, que no ayudan demasiado. La inflación sigue siendo el problema central y el motivo del desencanto con la política, que alimenta las huestes de Milei.
Por eso la batería de anuncios de los últimos días. La suba del piso de Ganancias -y el proyecto de ley para que ningún trabajador vuelva a pagar el impuesto-, el reintegro del IVA en las compras de la canasta básica -inspirado en el Ahora Canasta de Misiones- y el alivio fiscal para monotributistas, autónomos, profesionales y Pymes, que soportan sobre sus espaldas buena parte del andamiaje recaudatorio. Nadie duda de que era lo que había que hacer. La incógnita pasa por saber si Massa tiene tiempo. Este mismo repertorio, unos meses atrás, hubiera cambiado el humor social.
La suba del piso de Ganancias, tributo que sólo pagarán quienes ganen más de 1,7 millones de pesos, fue una jugada audaz que apuró Massa y que acorraló a la oposición. Cambiemos votó en contra, aunque algunos radicales se desmarcaron.
De Misiones votaron a favor los dos renovadores, Diego Sartori y Carlos Fernández y los oficialistas Cristina Britez y Héctor “Cacho” Bárbaro. Quienes votaron en contra del bolsillo de los trabajadores fueron Martín Arjol, Alfredo Schiavoni y Florencia Klipauka. Es casi una tradición. Votaron en contra del Presupuesto con mayor cantidad de obras para Misiones e hicieron lo mismo con el presupuesto provincial.
Massa les recordó que desde 2015 sostenía que el salario no debía ser considerado “ganancia” y que el propio Macri ganó las elecciones con la promesa de suprimir el gravamen. No sólo no cumplió, sino que más trabajadores terminaron pagando. En diciembre de 2015 -último año del segundo mandato de Cristina Fernández de Kirchner- eran 1,2 millones quienes lo tributaban, mientras que en agosto de 2019, último dato disponible, la cifra era de 2,4 millones. Ahora eran un millón de trabajadores que seguían pagando. Quedarán solo 80 mil, los que más ganan.
De todos modos, las encuestas marcan que hoy habrá un mano a mano entre Milei y Massa, relegando a Patricia Bullrich a un tercer lugar que puede determinar el fin de la alianza Cambiemos, con un radicalismo entonado por algunos triunfos pírricos.
La encuesta de la Celag le da una intención de voto de 33,2 a Milei, apenas un punto arriba de Massa y a cinco de diferencia de Bullrich. Zuban&Córdoba aporta otro análisis: “El surgimiento de Milei rompió por completo la dinámica política con la que venía funcionando la Argentina: el anti kirchnerismo que estaba en el núcleo identitario de la principal fuerza de la oposición ya no es el principal clivaje que mueve el amperímetro electoral. La palabra clave aquí es “despersonalización”. Juntos por el Cambio y sus candidatos surfean en distintos ejes discursivos que solo confunden al electorado y los vacía de identidad política. La combinación de actores que dio surgimiento a Cambiemos en el 2015 se vuelve inestable cuando los resultados electorales no acompañan”.
Los boinas blancas no ocultan su desencanto en Cambiemos, sobre todo después de que Mauricio Macri revelara su preferencia por Milei, a quien sigue aconsejando públicamente, como si su candidata ya no tuviera chances. En ese escenario de desprecio, los radicales ya no quieren sostener la sumisa obediencia a la que se habían acostumbrado. Se avecina una ruptura inminente. El desafío radical se sostiene en cinco provincias en las que pueden gobernar -este domingo se define Mendoza- y vienen de un triunfo fulgurante en Chaco, donde Leandro Zdero destronó a Jorge Capitanich tras 16 años del peronismo en el poder.En la UCR entienden que una derrota de Bullrich los dejará demasiado lejos del poder y habrá que reconstruirse. Si fuera Milei el ganador, se recostará en el macrismo duro para llenar los casilleros que le falten -Macri le aconsejó cuatro mil funcionarios con experiencia-. La paradoja es que el libertario también está nutriendo su base política en “la casta” sindical liderada por Luis Barrionuevo, aquel que en el nacimiento del menemismo proponía como salida a la crisis “dejar de robar por dos años”. Después, en 2003, el gastronómico quemó las urnas en Catamarca para “frenar la dictadura” radical que le impidió ser candidato a gobernador. Lo que se dice, una línea de conducta.