¿En qué invierten los que invierten hoy?

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La situación actual de los mercados, evidencian el nacimiento de un nuevo tiempo, donde las cuestiones referidas a tu seguridad financiera son tu responsabilidad, ya no de tu empleador o del Estado.  Pero para invertir, primero tenes que ahorrar. Ese flujo de fondos excedente, los ricos lo transforman en inversiones diversificadas.

En primer lugar, diversificar, es para ganar, y no es la idea de no perder la que tiene que estar en tu mente. Así lo hacen los inversores de éxito, y por eso tenés enfocar tus esfuerzos en un plan financiero.  La diversificación significa invertir en varios instrumentos de diferentes tipos de activos. Considerá los siguientes tipos de activos para que tu plan financiero resulte:


Bienes Raíces

Es un activo real, que te genera un flujo de fondo positivo de ingresos por alquiles, o también comprar propiedades para revenderlas a un precio mayor. Hay muchas opciones de inversión cuando se trata de esta clase de activos: locales, galpones, viviendas  unifamiliares etc.


Negocios

Animate a poner un negocio. Para ello podés usar tu propio dinero, o pedir prestado a un banco. Lo podés iniciar solo o con socios. El destino del dinero que inviertas, será el que te genere un flujo de fondos positivo que supere los intereses de los préstamos por ejemplo.  Podes invertir en el negocio de otros. Para ello debes analizar quiénes son los socios, cuál es el proyecto, el  equipo de trabajo, y la permanencia en el mercado.

 
Activos en papel

Los tradicionales incluyen acciones, bonos o fondos mutuos. También podés invertir en opciones sobre acciones, futuros sobre acciones y divisas. Los activos de papel incluyen los fideicomisos de inversión inmobiliaria y los fondos cotizados en bolsa. Estos activos pueden generar ganancias de capital o dividendos que generan un flujo de fondo positivo.


Commodities

Los metales como el oro, la plata y el cobre; alimentos como cereales, maíz, café y azúcar; y materias primas como petróleo, gas y algodón. Su precio depende de la oferta y de la demanda. Por ejemplo, si la soja es atacada por una sequía y las condiciones climáticas desfavorables, entonces su precio será alto.

Criptomonedas

Se trata de monedas digitales descentralizadas que podés comprar, vender o intercambiar directamente, y no están respaldadas por el gobierno ni por ninguna institución emisora. Existen más de 5.000 criptomonedas en la actualidad. Con fluctuaciones masivas en el valor y ganancias a corto plazo en el rango del 1.000%, es algo muy emocionante y atractivo. Como inversión alternativa. La única forma de obtener ganancias es el momento de la venta. Entonces serán un activo en tu cartera.

En resumen, comenzá generando ahorros, educate y educa a los que te rodean en finanzas personales. Y si otros pudieron, vos también podes.

Escribe, Perla Dieminger, contadora, magíster en políticas públicas.

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Decisiones estratégicas para recuperar el manejo nacional de la Economía

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La Economía Nacional la maneja el Estado, buscando el bienestar general y la defensa de los Intereses Estratégicos Nacionales; o la manejan los privados, para maximizar sus ganancias sin importar (o sin tener en cuenta) el costo socio económico ni los perjuicios estratégicos para el país.
Lo precedente más aun en un país con fuerte presencia de empresas extranjeras y empresarios locales que priorizan la evasión de divisas y la evasión impositiva a escales groseras.

Que la maneje el Estado, teniendo los resortes para hacerlo, no implica anular la actividad privada, ni el “socialismo” que algunos temen, sin saber bien que es, o mezclando las cosas.

Claro está que cuando el Estado lo manejan sectores oligárquicos y apátridas (como sucedió con el medio siglo mitrista, la década infame, los fusiladores del ’55 y sus continuadores, el infame “proceso” y sus prolongaciones del noventismo, y recientemente con el macrismo), en esos casos el Estado es usado para viles negociados y para profundizar esquemas de dependencia; estos últimos en los que los sectores apátridas se sienten muy a gusto, pues desprecian al patriotismo.

Los sucesivos gobiernos liberales y desde 1976 neoliberales, se ocuparon en forma sistemática en desguazar el Estado y desarmar todo el andamiaje estructural y legal, que permitía al Estado manejar las variables principales de la Economía Argentina y definir las prioridades con criterio estratégico de fortalecimiento y desarrollo nacional.

Esas acciones estuvieron en línea o directamente orientadas por los mega poderes transnacionales que buscan el debilitamiento o incluso la desaparición fáctica de los Estados Nacionales, y en muchos casos alentando o promoviendo procesos de balcanización, para desguazar a Estados “molestos” o a otros puestos en la mira por diversos motivos estratégicos, tendiente todo ello a imponer el sistema de geopolítica mundial llamado la globalización salvaje.

Una breve e incompleta síntesis, de los sectores estratégicos que deben volver a ser manejados o recuperados y fortalecidos por el Estado, es el siguiente.

 Las grandes centrales hidroeléctricas, fueron concesionadas durante la orgía privatista del menemato. Esas concesiones terminan en 2023, y de ningún modo se deben prorrogar o pasar a otras manos privadas. Se hicieron con fondos nacionales, y literalmente, a los sectores privados (varios de ellos extranjeros), se les están pagando fortunas solo para mover los interruptores, transfiriéndose cuantiosos recursos que deben volver a ser puestos a disposición del Estado, el que representa al pueblo y a los Intereses Nacionales.

 Toda la navegación fluvial, en la Cuenca Del Plata, estratégica vía de comunicación por la que se manejan grandes cargas, y su sistema de puertos privados, deben imperiosamente volver al manejo excluyente del Estado Nacional. Con eso se evitarán maniobras de sub y sobre facturación del comercio exterior, así como las ahora puestas en descubierto, grandes operaciones de contrabando de soja y otros alimenticios, con los que eluden impuestos y fugan divisas diversos operadores nacionales y extranjeros.

 Es imperativo y urgente, rehacer e incluso mejorar los trazados de vías férreas, también destruidos en la orgía neoliberal de los años ’90, que nos condenó a depender de los muy onerosos fletes de camiones; un verdadero ataque a las provincias más alejadas de los puertos y grandes centros de producción y consumo de Argentina. Hay ofrecimientos concretos de China y Rusia, para rehacer los trazados ferroviarios, y proveer el material fijo y rodante necesario. Parte de eso puede ser fabricado en Argentina.

 Las grandes generadoras de electricidad, privatizadas durante la orgía neoliberal de 1976-2001, así como las centrales vendidas a precios expuestos como muy bajos, a sectores del macrismo, deben volver a manos del Estado. Para los ajustes tarifarios, se deben conocer las estructuras de costos. Eventuales subsidios a las tarifas, para evitar la pobreza energética y favorecer a la industria, no deben ser demonizados, como los presentan los “libreeempresistas”, quienes apoyaron el desguace nacional; y a los que no les hace asco recibir subsidios u otras prebendas.

 Los combustibles deben volver a tener precio único en todo el territorio nacional, como lo era hasta comienzos de los años ’70. Esa es una medida claramente federal, opuesta al unitarismo portuario.

 Los precios de los combustibles deben definirse según sus costos, dejándose de lado el criterio impuesto por los liberales, de alinearlos con valores internacionales, metodología que se usa para maximizar desmesuradamente los beneficios de petroleras y gasíferas.

 Es urgente redefinir las pautas contractuales que otorgan leoninas preferencias a las energías eólica y solar, con ventajas prebendarias, como prioridad para el despacho (venta) sin importar precios; con tarifas dolarizadas e indexadas. Todo se conformó para asegurar a los especuladores, altas rentas sin riesgo empresario alguno. En ese contexto se perpetró un negociado escandaloso del macrismo, que tomó estado público.

 Debemos volver a tener nuestra flota marítima, para poder manejar nuestro comercio exterior y evitar que se pierdan divisas usando bodegas extranjeras. La medida debe completarse dando fuerte actividad a los astilleros argentinos.

 Los sectores tecnológicos e industriales de importancia estratégica, como la industria aeronáutica y la aeroespacial, es urgente que se recompongan y apoyen fuertemente.

 Se deben denunciar y dejar si efecto los numerosos acuerdos diplomáticos que nos subordinan a Gran Bretaña y a otros poderes transnacionales.

 Es necesario recomponer nuestra capacidad de defensa, sin subordinarnos expresamente a ningún sector del Poder Mundial, en especial las limitaciones que nos imponen las Potencias Atlantistas; pero las inversiones que puedan hacerse, tendrán escasos efectos si no se cambia la mentalidad del grueso de los uniformados, con explícita subordinación al neoliberalismo y a los sectores del Poder Mundial vinculados con dicha doctrina político – económica, que fue inculcada a lo largo de décadas, como el supuesto “único pensamiento políticamente correcto”, y el desprecio a todo lo Nacional y popular.

El tema no se agota.

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Macri, el escritor

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En el año 2018, la Editorial Espacio de Buenos Aires publicó mi libro “NO al macrismo desde el Trabajo Social”, prologado por Federico Schuster.

Los contenidos de dicho texto concitaron un sugestivo interés especialmente en el campo del Trabajo Social, aunque también en el ámbito de las ciencias sociales en general.

Ello habilitó la presentación del libro, entre el 2018 y el 2019, en 21 ocasiones:  12 en universidades nacionales (Comahue, La Rioja, Arturo Jauretche, Moreno, Jujuy, Tilcara, Lomas de Zamora, José C. Paz, Tandil, Mar del Plata, Miramar y Santa Fe) y 9 en asociaciones, colegios, consejos, institutos (Ciudad de Buenos Aires, San Bernardo, Resistencia, Corrientes, Catamarca, Formosa, Morón, La Matanza y Lanús). Asimismo se realizaron entrevistas televisivas y radiales, como así también variadas notas en diversos medios de comunicación escritos.

Tal impacto editorial y mediático, inmediatamente habría llegado a oídos de los asesores del endeudador serial y gran militante de las mentiras sistemáticas que encabezó una de las peores pandemias (políticas, económicas, sociales) que debió soportar la nación Argentina.

Entonces, Mauricio Macri, al parecer, suspendió momentáneamente su descanso en las clásicas reposeras y se abocó a leer detenidamente (aunque con cierto esfuerzo intelectual) los escritos de este trabajador social que estaba sumamente preocupado por la grave situación por la que atravesó el país desde diciembre de 2015.

Y es que el proyecto conservador y neoliberal del Partido PRO y la Alianza Cambiemos (hoy Juntos por el Cambio), superando lo que muchos habíamos previsto, había significado una verdadera catástrofe social, de alcance nacional, retrotrayendo al país a las épocas más oscuras y degradadas de su historia.

Para decirlo muy claramente y sin eufemismo alguno, se había tratado de un gobierno conducido por los ricos en defensa de los intereses más obscenos de los propios ricos, evidenciando desprecio y hasta odio hacia los sectores más vulnerados de la sociedad.

Ese proyecto, continuador objetivo de las políticas económicas y sociales impulsadas por la dictadura cívico-militar de 1976-1983 y luego por el menemismo de los años 90, encontró en Mauricio Macri al personaje ideal para representar y desplegar, con tenacidad cruel, las históricas aspiraciones de los sectores de mayor poder económico que no se resignan siquiera a ver limitados sus enormes privilegios.

El proyecto del macrismo y sus aliados, articulado e impulsado a nivel global por la lógica del más bárbaro capitalismo (el financiero), que atenta contra los derechos de las mayorías populares, colisiona indefectiblemente con los valores que sustenta una profesión como el Trabajo Social.

Después de la esforzada lectura del libro de este terco trabajador social, que le sonó a libelo (o a libélula según la cantidad de vocablos que cada uno es capaz de entender), Mauricio Macri se habría ofendido con el autor, decidió que tenía que confrontar con el mismo, desmentirlo y le encomendó para ello, a algunos escribas amigos, que bosquejaran un texto con la estricta condición de que la redacción principal estaría absolutamente a su cargo, habida cuenta de su reconocida capacidad literaria y aguda pluma.

Luego, Macri presentó “su” libro ante un grupo de seguidores y seguidoras del atraso. Faltó Elisa Carrió, que no asistió porque, según dijo, es “una persona de riesgo”. En esta ocasión, Carrió -que se hace y es extraviada- dijo una verdad incontrastable: “es una persona de riesgo”.

Ante esta situación, de rivalidad literaria, me veré en la obligación de escribir otro libro, sin ayuda alguna de mis amigos para redactarlo. Llevará por título “NO al macrismo desde el Trabajo Social II”. Seguramente recibiré muchas propuestas de editoriales para traducirlo, por lo menos, a 16 idiomas extranjeros.

Y por qué me propongo asumir este esfuerzo, con mis inminentes 76 años, mientras sigo esperando la vacunación contra el Covid en la ciudad de Buenos Aires. Porque, como consta en una de las 48 notas que integran mi libro original, “contra el macrismo todos podemos (y debemos) hacer algo”.

Mi convicción se fundamenta en que confrontar y denunciar los alcances nocivos del proyecto neoliberal que devastó a la Argentina, constituye un imperativo ético para contribuir a conducir al país hacia la consolidación de un nuevo proyecto que se proponga combatir la desigualdad, eliminar la pobreza extrema y las diversas formas de discriminación.

En suma, para fortalecer el propio funcionamiento democrático, a partir de la ampliación y defensa irrestricta de los derechos sociales, políticos y económicos que posibiliten una vida digna para todos los habitantes de la nación.

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Las múltiples jornadas laborales de las mujeres en pandemia

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Escribe Natalia Giménez, jefa de Gabinete del Ministerio de Trabajo de Misiones

Brechas salariales, techos de cristal, feminización de la pobreza. Más allá de las categorías conceptuales, podemos enumerar un sinfín de desigualdades cotidianas a las que las mujeres nos enfrentamos en el mundo laboral. Sin embargo, cuando la pandemia COVID-19 nos atravesó (atraviesa), vimos recrudecer las circunstancias de inequidad que históricamente viven las mujeres en la dimensión del trabajo. Si anteriormente nos encontrábamos con obstáculos en el desarrollo de nuestros oficios, profesiones, carreras y proyectos; la nueva organización social que prematuramente experimentamos en el mundo no hizo más que ampliar las brechas existentes.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) advirtió que el trabajo de las mujeres en pandemia tenía una desaceleración importante, que en datos estadísticos superó a la de nuestros pares varones. ¿Qué pasó? ¿Por qué este contexto nos afectó más fuertemente? Si todo el mundo se detuvo, con efectos en la economía global, ¿por qué las mujeres están al tope de los números más desalentadores?

Es probable que (algunas de) las respuestas podamos encontrarlas en la significancia  central que tienen los roles y los estereotipos de género en nuestra organización social como comunidad. Me refiero a las pautas de conductas, prácticas y características que la sociedad impone y espera de una persona ante situaciones, dimensiones y esferas determinadas; en relación al género con el que se identifica dicho individuo.

El trabajo doméstico, es decir las tareas de cuidado, crianza, educación, contención y limpieza que deben realizarse en los hogares; es una práctica históricamente asignada a las mujeres. De ninguna forma quiere decir que no existan varones avocados a dichas tareas, pero con avances, retrocesos y estancamientos, encargarnos de lo ligado a la casa es lo que se espera de nosotras.

Durante el contexto de pandemia, más aún en su etapa más dura, vivimos la ausencia total de los servicios que suelen “tercerizarse” (educación de las y los niños, limpieza del hogar, lavado de prendas, preparación de comida, etc.), lo que provocó que la mayoría de esas tareas debieran ser atendidas en el seno familiar, sobre todo por las mujeres. Ello, sumado a la carga adicional que significó en muchos casos una modalidad de trabajo virtual, generaron jornadas laborales nunca antes vistas. Doble, triple, cuádruple.

Si bien estas tareas que están asignadas a las mujeres forman parte de un sistema que -como dijimos- permite tercerizarlas; en la mayoría de las ocasiones son delegadas en otras mujeres en mayor situación de precarización laboral, quienes a su vez deben delegar el propio trabajo doméstico y de cuidado a otras mujeres, y así al infinito. La pandemia “develó” de forma más explícita algo que sabíamos hace tiempo: lo central de ese trabajo doméstico, que es invisibilizado, precarizado, e incluso no reconocido y no remunerado.

En un aporte fundamental a la temática, la Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género que conduce la Dra. Mercedes D’Alessandro, cuantificó en términos económicos y de mercado el valor del trabajo doméstico no remunerado. El mismo corresponde a un porcentaje del 15,9 del Producto Bruto Interno (PBI) argentino, representando alrededor de 4 billones de pesos. Se constituye así como el sector que mayor aporte hace a la Economía nacional, seguido por la Industria (13,2) y el Comercio (13,00). Con estos datos, podemos avanzar en análisis más certeros sobre las desigualdades en el trabajo vividas por las mujeres, avizorar de dónde surgen las brechas a las que nos enfrentamos, lo indispensable de las tareas por las que no somos reconocidas ni pagadas, y cómo todo influye enormemente en las trayectorias laborales.

Asimismo, es importante destacar que, durante el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio, las mujeres empresarias de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) advirtieron que alrededor del 70% de las propietarias vieron afectadas sus empresas por el esfuerzo que significaba (significa) el trabajo doméstico y las tareas de cuidado.

El futuro del trabajo de las mujeres – y el de una sociedad entera que busca proyectarse como más equitativa – plantea la necesidad de repensar y reconfigurar la distribución de las tareas domésticas y de cuidado. Es cierto que el impulso estará dado por pensar políticas públicas con perspectiva de género, pero también la “batalla” debe darse en el plano de las ideas que sostenemos como sociedad, poniendo la mirada en nuestras prácticas sociales, modificando los patrones culturales y embarcarnos -mujeres y varones- en el camino hacia la igualdad. Aunque sea una casa más equitativa a la vez.

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La adulación que duele

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La esperanza es un buen desayuno, pero una mala cena”

Sir Francis Bacon (1561 – 1626)

Todos somos conscientes de que necesitamos bienes para vivir, necesitamos del dinero, de las relaciones sociales, de proyectos que se realicen o que sirvan de horizonte; necesitamos del más allá, del mas acá, de la política, de nuestros amigos de la familia, en fin. Necesitamos de muchas cosas pero ¿Quién es aquel al que tantos son indiferentes pero que cumple una función socio-vital? ¿Quién es ese al que muchos aplauden pero valoran tan poco? ¿Quién es aquel que da igual si está presente o no pero mantiene el equilibrio en el caos y el silencio en la tormenta? Ese ser disperso en todo grupo social es el altruista. ¿Y por qué es tan necesario y a la vez tan ignorado? Porque su capital es la empatía, muchas veces la intelectualidad, pero por sobre todo algo que en sus adentros racionales sabe que es una corriente adversa pero que su sentimiento no la deja descartar: la esperanza.

Un altruista es alguien que ve la esperanza en la desazón, que siente la angustia existencial pero camina contra el viento porque su esperanza lo obliga a hacerlo. Su capital, su riqueza es la de no resignarse ante un mundo que le hace notar a cada paso que da, que no le importa si está o no, que todo puede funcionar sin él, ignorando que él es quien ve tierra a lo lejos del mar, que es él quien llora la indiferencia de pares que se deshacen en halagos pero no pagan un centavo a su labor. Él es quien entiende que “el mundo fue y será una porquería ya lo sé, en el 506 y en el 2000 también” (como reza el tango Cambalache) y sin embargo se brinda valientemente en una cruzada que lo lleva de la ilusión a la frustración en una pérgola constante.

Si hablamos de una mercancía inagotable para la sociedad, sin dudas que la esperanza es esa moneda. Utilizada de todas las maneras posibles: como piedra en medio de una corriente que nos sostiene o como modo de dominación que adormece a un individuo en su rebeldía naturalizando a su alrededor prácticas de disciplinamiento social, como una piedra que te salva pero coquetea con la tentación de la inacción y nada hay que nos acerque más a la muerte que la quietud.

Curiosa es la mirada que ya tenían los antiguos griegos como Hesíodo, quien relata en el famoso mito de Pandora que la esperanza ha nacido como un mal maquillado en bien. Repasemos la historia brevemente: Zeus, Dios padre envía a Pandora con una caja que no debía abrirse pero no le dice por qué. Ella llega y es quien se convierte en esposa de Epimeteo, hermano de Prometeo, quien había robado el secreto del fuego para dárselo a los hombres, he aquí el motivo de la venganza de Zeus. La curiosidad hizo que Pandora abra un día la caja y allí todos los males del mundo se liberaran. Desesperada corrió a taparla y uno quedo preso: la esperanza. No pasó al mundo como un mal porque quedo encerrada en la caja que iba a contenerla como tal y daría la posibilidad a los hombres de usarla como un bien. Un gran error. Porque es a través de ella que uno se consuela, se aferra a lo que no está, se manifiesta en su carencia porque se esperanza en que llegue lo que no está presente. ¿Interesante lectura no?

¿Por qué elegí hablar de esto en este portal de política y economía? Porque considero que una sociedad sin altruistas esperanzados, seria tonta, ignorante, hipócrita y falaz. Una sociedad que sigue considerando al portador de la esperanza como alguien que puede estar o no, se equivoca. El altruista tiene una esperanza que sabe que duele, que sabe de Pandora, que siente la carencia, pero entre todas las espinas del camino se sigue cortando porque con cada gota de sangre abona la tierra de una sociedad que se fertiliza con ella, se hace mejor, se hace más elevada, se hace rica en valores.

No sirve de nada aplaudir gratis sin convicción de valorarlo, eso es adulación, en la política demagogia y en las relaciones sociales, un accionar que llena la boca del altruista de sabor a muerte más que a vida, porque ve como la suya esta brindada a los demás y no pide nada a cambio o al menos no la indiferencia o el aplauso sin sentido. No es malo tener esperanza cuando es guía hacia adelante pero no cuando es cadena los sueños.

Valoremos al altruista como lo hacemos al dinero y evitemos la demagogia porque como decía Antístenes: “los cuervos devoran a los muertos pero la adulación carcome a los vivos”.

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