DESREGULACIÓN

El PAyS también se opone a la desregulación yerbatera y exige mejorar representación en el INyM

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“Esta es la oportunidad que tenemos los misioneros de presionar para que se reforme el Estatuto y los productores y tareferos  tengan representación legítima en el Directorio” señaló el legislador del Partido Agrario y Social Isaac Lenguaza, en referencia a  dos proyectos que tomarán estado parlamentario en la primera sesión ordinaria de este año, referidos a la crisis yerbatera.

El primero plantea el rechazo formal de la Legislatura al avance en la desregulación del precio de la materia prima que propugna el presidente Mauricio Macri; el segundo, en tanto, solicita al Poder Ejecutivo que instruya a su representante en el directorio del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INyM) a impulsar la reforma del Estatuto que rige el funcionamiento de la institución.

“Todas las decisiones que tomó el organismo en los últimos años favorecieron a los intereses de la industria y la molinería, a la concentración del mercado y el debilitamiento de la capacidad de negociación de los pequeños productores, con claro perjuicio también para los tareferos. Ni unos ni otros se sienten representados por sus directores” refirió el legislador, que explicó que “esto pasa porque  para la integración del Directorio, el INyM pone requisitos que no posibilitan la participación de las  asociaciones más representativas, que con suerte llegan a un lugar como suplentes. Es momento de corregir al INyM si no queremos que las políticas neoliberales se lleven puestos a 13 mil pequeños productores”, señaló Lenguaza, que defenderá la iniciativa del bloque en el recinto.

Desde el Pays, advierten que “la desregulación es inviable  en este escenario que por un lado, tiene al 75% de los productores con menos de 10 hectáreas y en la otra punta, cuatro firmas dominantes en la industrialización que concentran el 80% del mercado. Si el Estado no interviene para proteger a los débiles de la cadena, estos cuatro se van a sentar a tomar un café y a decidir cuánto se paga por el producto primario, y es casi un hecho que los chicos no sobrevivirán a un embate así”.

 

Una mesa inclinada

La propuesta contempla la reforma del Artículo 13 del Estatuto para que los tres representantes de los productores primarios sean electos por las asociaciones en asambleas o en elecciones democráticas. También,  que las asociaciones que puedan inscribirse en el Registro de Entidades del INyM para poner directores en la mesa, sean las que tengan más socios productores yerbateros y no las más antiguas, como pasa en la actualidad.

Finalmente, se solicita que el INyM haga un cruzamiento para verificar que los socios de una asociación que quiera poner un director, realmente sean productores inscriptos en el Registro Obligatorio de Operadores.

“Esto no es imposible y de hecho se da con el tabaco, que tiene registros totalmente blanqueados y cada productor está inscripto como tal. Ninguna asociación que no acredite tener como socios a productores tabacaleros inscriptos, puede definir ni participar de las políticas públicas relacionadas al sector y la recaudación del Fondo Especial del Tabaco. En la yerba, en cambio, el INyM no termina nunca el registro obligatorio de productores, y recién ahora empiezan a contabilizar las hectáreas de los que no son propietarios. Esto siempre favoreció la venta en negro, además de restarle legitimidad a los que llegan al Directorio y luego votan a favor de Corrientes y la industria”, agregó Lenguaza. Finalmente, aseguró que “la mesa del INYM tiene las herramientas legales para planificar, controlar, y tomar las decisiones que sean necesarias para anticiparse a una superproducción y asegurar el precio, pero su composición siempre desfavorece a los chicos”.

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Cuándo el mercado, cuándo el Estado (a propósito del precio de la yerba mate )

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Hace unos días se conoció el interés del presidente Macri en desregular el precio de la yerba mate. Revisando los medios periodísticos encontramos a funcionarios nacionales vinculados a la agricultura refiriéndose al tema sobre las bondades del libre mercado para con todos los integrantes de la cadena.
La problemática de la producción de la yerba mate es un tema muy complejo y muy presente en cualquier persona interesada en el agro misionero, con lo cual es el objetivo de esta columna hacer un aporte a la discusión desde la información oficial para visualizar el impacto sobre los precios de una virtual desregulación del precio de la misma.
No voy a ahondar en la descripción del producto, su historia y leyenda ( muy apasionante y recomendable para el que no la conoce ) para centrarnos en la información cuantitativa disponible:
1 dato: Factor de la producción
Para realizar cualquier actividad agropecuaria necesitamos el factor tierra, que combinado con el trabajo y el capital disponible nos permiten obtener el producto primario. Son 15000 productores
Los productores misioneros destinan al cultivo de la yerba 144.118,220 hectáreas. Según datos de coninagro el 76 % de los productores tiene menos de 10 hectáreas (son 15000 productores yerbateros en total ). O sea que estamos hablando de pequeños productores en su mayoría. O al menos pequeños productores de yerba mate. Al cultivo de tabaco se destinan aproximadamente 25.000 hectáreas, en este cultivo mas del 90 % son pequeños productores. El te en cambio posee en nuestra provincia 43.000 hectáreas plantadas por 6.200 productores inscriptos.
O sea en un sentido restrictivo, partiendo de que yerba, tabaco y té son los tres cultivos principales de los Misioneros podemos decir que: el 68% del total de superficie afectada a los tres cultivos es dedicada a la yerba. O que un productor promedio que posea las tres actividades le destina 9,6 hectáreas a la yerba, 6,9 hectáreas al te y 1,6 hectáreas al tabaco. También que tiene aproximadamente la misma cantidad de productores que el tabaco. Si bien estamos hablando de cultivos perennes (yerba y té ) o sea que no decido todos los años si los planto o no, esta proporción se mantiene estable por largo tiempo, o sea que siempre el productor misionero destino de su factor tierra la mayor parte al cultivo de yerba mate.

2 dato: Oferta y demanda
La yerba mate es un producto que se vende en los comercios por ende su precio en principio esta regido por la ley del mercado: esta ley dice que si hay mas demanda que oferta el precio tendería a subir y si hay mas oferta que demanda tendería a bajar. Como el estado interviene en el caso de la yerba para sostener el precio se supone que estaría sobrando yerba, veamos que dicen los datos:
Oferta: Según datos del Inym el promedio de los últimos años obtención de hoja verde es de 750 millones de kilos. La conversión de hoja verde en canchada me da 250.000.000 de kilos ( 3 de hoja verde por 1 de elaborada) .
Contrastando con los datos del Inym para el año 2017 las salidas al mercado interno fueron aproximadamente de 260.000.000 Kilogramos. Por ende si los datos publicados por los organismos públicos correspondientes son correctos podemos concluir que toda la yerba que se cosecha se coloca en el mercado interno.
Si a esto le sumamos las exportaciones cuyos volúmenes rondan los 30.500.000 kilos estaríamos hablando de un faltante importante de 40.500.000 de kilos en lo que fue del 2017. Claro que también debemos considerar que la cosecha en los dos años anteriores fue superior, con lo que se estaría usando stock almacenado.
Entonces, como no existe sobrante aparente de yerba mate el precio debería ser justo y proveer beneficios normales (lo razonable para incentivar a los productores a seguir en la actividad).
Además al haber varias marcas que compiten, sobre las cuales el consumidor puede elegir, en principio se dan condiciones para que la libre oferta y demanda fijen el precio. Pero…..
Analizando un informe de defensa de la competencia encontramos que mas del 80 % de la producción (por ende de la compra de materia prima) esta concentrada en cuatro empresas. Bajando en la cadena a la etapa de comercialización de la hoja encontramos a 15.000 pequeños productores en la oferta, que dadas sus características necesitan colocar la hoja para subsistir. Y en la demanda a 4 empresas que controlan el 80 % de la compra.
En mi opinión esta desigualdad importa una falla de mercado; falla donde si no interviene el Estado el precio se caerá, y si el mercado falla es el estado el que tiene que garantizar precios justos, sobre todo dada la importancia que tiene la yerba en los ingresos de los pequeños productores ya que con poca tierra es a la actividad que más le destinan la misma.

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Alfredo Schiavoni ratificó que insistirán con la desregulación en la Mesa Yerbatera

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El Presidente del PRO Misiones, Alfredo Schiavoni habló sobre la idea de la desregulación del mercado yerbatero y afirmó que “el Estado no puede meterse indefinidamente en el mercado, pero no puede retirarse de la fijación de precios”. Como propuestas afirmó que desde Cambiemos hablan de “equilibrar oferta y demanda”, regular “cupos y plantaciones”y reconvertir yerbales improductivos.
En dialogo con Radio República el referente de cambiemos explicó que “si el Estado tiene que intervenir en un mercado es porque un problema hay”. Recordó cuales fueron los motivos para la creación de la CRYM en 1936, por los desajustes cíclicos de la producción yerbatera entre la oferta y la demanda y funcionó hasta la década del ´90.
Recordó que “en 1992 se liberó, se  desrregulo totalmente la actividad y en el año 2002 se creo el INYM prácticamente con el mismo fin que tuvo la CRYM para regular la relación entre la oferta y la demanda para equilibrar el precio”.
Schiavoni remarcó que “la yerba es un producto muy particular, no es un commoditie tiene un mercado limitado. Somos pocos países los que la consumimos y es muy sensible la producción a cualquier desequilibrio que exista entre la oferta y la demanda”
“Nosotros entendemos que no puede el Estado intervenir permanentemente en el Mercado, pero también entendemos que el tejido social de Misiones está muy vinculado a la actividad yerbatera, no así en Corrientes. Cualquier medida en el sentido de alejar al Estado del control de la actividad implica dejar equilibrado el mercado, por mucho tiempo porque de otra manera tendría un costo social muy alto para los misioneros”, indicó.
Comentó que “en esa linea estamos trabajando, queremos que el marco de esa discusión es la mesa de competitividad de la yerba y tenemos una serie de ideas o medidas para debatir”.
El referente de Cambiemos explicó que “en primer termino hay que trabajar para equilibrar la oferta y demanda, a partir de la producción. Si nosotros seguimos plantando yerba indiscriminadamente cuando el mercado a abastecer siempre es el mismo, obviamente va a sobrar yerba y los precios se vienen para abajo. Los productores no tienen la rentabilidad que pretende”.
Como medidas a plantear en el debate, Schiavoni indicó que “no descarto que en las medidas que estamos barajando se hable de limitar nuevas plantaciones de yerba mate. También no descarto la posibilidad de substituir yerbales de baja productividad, si tengo un yerbal que produce 4000 kilos por hectárea por año no puede pretender vivir de ese yerbal, porque es una producción marginal”.
“Hay mucho por trabajar, hay muchas expectativas en la provincia en la producción de cítricos como el pomelo, porque en el mundo va a faltar pomelo (para jugo) por los próximos 20 años”. Explicó que vienen trabajando con la cooperativa citrícola de Alem (CTM) en nuevas plantaciones de pomelo para satisfacer la demanda creciente en el mundo.
Otro de los puntos analizados por Schiavoni es que “la yerba se seca en su totalidad de leña de bosques implantados, y ahí tenemos una posibilidad de producir no yerba sino combustible” para el mercado yerbatero. Otra propuesta que estudian es la realizada por APAM de “remplazar yerbales improductivos por plantaciones de palta, que tiene un mercado en el mundo”.
Estas propuestas buscan equilibrar la oferta y la demanda y además se trabaja en abrir nuevos mercados para la yerba, pero reconoció que “es difícil en los términos que nosotros consumimos la yerba, por ahí con otros caminos como la yerba en saquitos puede ser, pero los volúmenes en que se puede comercializar son realmente poco significativos para la producción”.
Schiavoni también habló sobre las tarifas y reconoció que “toda la sociedad sufre el ajuste o el sinceramiento de las tarifas, el poner blanco sobre negro que las tarifas deben atender a un costo de generación, esto es racional. Y de la manera como veníamos antes regalando la energía, el gas y el agua no podíamos seguir. No hubo inversiones en esos sectores porque se estaba subsidiando las tarifas”.
Aclaró que “el sistema esta planteado con tarifas sociales para aquellas familias que no pueden afrontar los aumentos y se están barajando varias alternativas para que las tarifas sean más accesibles a las familias de bajos recursos. Esto está vigente desde el primer momento del siceramiento”.
Consideró que “la reacción es como con cualquier medida que implique un aumento de lo que se venía pagando. A nadie le gusta, sobretodo cuando están acostumbrados por más de 10 años a que las tarifas no respondían a los costos sino a una cuestión política, pero eso no se puede sostener en el tiempo”.

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Contundente rechazo de los productores a la desregulación impulsada por Macri

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Los productores forzaron una declaración de rechazo a la desregulación del mercado yerbatero que impulsa el presidente Mauricio Macri.
Los productores decidieron hacer una demostración de fuerza y se sumaron incluso los de Corrientes, que le venden a Las Marías, una de las interesadas en una eventual desregulación.
El documento consensuado “defiende” al INYM como organismo regulador del mercado yerbatero y demanda al Gobierno nacional que recuerde las consecuencias de la idéntica decisión tomada en 1991 por Domingo Cavallo, durante el menemismo.
“En esa época, el precio de venta de la hoja verde no alcanzaba para comer, ni hablar de mandar los chicos a la escuela y enfermarse era estar condenado a muerte, porque un remedio era incomprable, por eso le pedimos al Gobierno que no tropiece con la misma piedra, ni crea en los cuentos de hadas de algunos celebres molineros por todos conocidos, que tratan de “salvarse” condenando a muerte a los pequeños productores yerbateros”, plantearon.
“Cobrábamos con una bolsa de harina y un litro de aceite”, recordó uno de los productores en medio de la reunión.
El INYM nos pertenece, porque lo parimos, con gran sufrimiento, con dolor y lo vamos a defender como una madre defiende un hijo”, resalta el documento, como una advertencia a la ola de protestas que se levantará si Macri decide finalmente ponerle la firma a su proyecto.

Además de defender los mecanismos de fijación de precios, los productores redoblaron la apuesta y reclaman ahora que el INYM también fije el precio a salida de molino, para establecer una competencia “leal” y garantizar que la industria también reciba un precio acorde. Hoy ese precio está fuera de regulación y los hipermercados compran el producto al valor que ellos mismos fijan, pero con una rentabilidad elevada. Pagan a 28 pesos el kilo, pero en góndola se consigue por el doble. O, a la inversa, venden yerba a precios por debajo de los costos.
El documento elaborado por los productores y cooperativistas realiza una reseña histórica de la distribución de la renta yerbatera.
Reseña histórica:

  1. Hasta el año 1935 la producción de la yerba mate estaba muy influenciada por los pactos entre los Industriales Molineros y el Gobierno Nacional que permitía el ingreso de yerba brasilera subsidiada a la Argentina a muy bajo precio a cambio de enviar trigo y maíz a Brasil.

El Gobierno Nacional beneficiando a los sectores más ricos de la Argentina, la pampa húmeda, sometió a la miseria y a la pobreza extrema a los productores yerbateros de Misiones, lo que derivó en innumerables protestas, como por ejemplo la  Matanza de Oberá”,  del 15 de marzo de 1936, en la que marchaban niños, mujeres, que fueron abusadas, y productores que murieron, pidiendo un precio justo por sus productos, solo recordarlo nos llena de congoja y tristeza.
 

  1. En 1935 se crea la Comisión Reguladora de la Producción y  Comercio de la Yerba Mate (CRYM), a través de la ley 12.236. Consiguió un equilibrio entre producción y demanda, establecía un precio sostén y atacaba las prácticas del oligopsonio (es decir, los pocos compradores que imponían condiciones y bajos precios).

Los observadores y los yerbateros que fueron testigos de la existencia de la CRYM afirman que este sistema funcionó con ciertos desajustes, pero básicamente permitió la supervivencia productiva de gran parte de los pequeños productores.
 

  1. La CRYM desapareció a instancias de Domingo Cavallo a inicios de los ’90, la instauración por parte del gobierno Nacional del sistema económico neoliberal nos trae a todos recuerdos difíciles de olvidar, no solo nuestro sector, toda la Argentina recuerda la tremenda crisis económica de fines de los años 90.

Entre los año 1990 y 2000 la situación económica de los pequeños productores se fue deteriorando de tal manera, que a fines de esa década, la situación era insostenible, ver a los hijos de los colonos mendigando por las ciudades era una imagen cotidiana, las chacras abandonadas y vendidas a los grandes industriales era una situación de todos los días. Pero tales injusticias produjeron el recordado Tractorazo del año 2001 y 2002.
También presentaron un gráfico con la evolución del precio de la yerba mate durante la “década maldita”, hasta la eclosión de la crisis en 2000.

Los productores argumentaron en contra de las palabras del Presidente en Iguazú: en la vista del 6 de abril, Macri dijo que “ningún mercado funciona regulado. 
Por el contrario, el documento firmado por las asociaciones sostiene que “para entender el mercado yerbatero debemos decir que es muy acotado, la demanda es  casi exclusivamente del mercado interno, de unos 250.000 millones de kilos, es un mercado maduro,  la yerba se encuentra en el 98% de los hogares, y resulta muy difícil crecer, lo que crece un marca es a costas de lo que pierde otra y de unos pocos países a los que se exporta, unos 30 millones de kilos, crecer en el exterior es muy difícil ya que el consumo en forma tradicional, mate y bombilla, no tiene aceptación masiva en los consumidores de otras países, y el mercado de las especialidades, saborizantes, bebidas, etc., no consume un volumen considerable”.
“Al estar acotada la demanda de materia prima a unos 280.000 millones de kilos, todo kilo que se produce de más, no encuentra comprador, no hay a quien vender, los stock se acumulan, los bajos precios derrumban la actividad y empujan a la miseria y al abandono de las chacras a las productores y como dijimos, solo subsisten los más fuertes, que compran las chacras a precios “regalados”, se concentra cada vez más la actividad transformándola en un monopolio u oligopolio, mercados no deseados por ningún plan económico que busque una distribución equitativa de la riqueza”, afirman.
 

  1. Concentración del mercado:

Cuando existe exceso de oferta de materia prima los compradores, en el caso de la yerba, los  10 grandes industriales molineros que representan aproximadamente el 80 % del mercado, se ven abrumados por la ofertas de yerba que realizan aproximadamente 15.000 pequeños productores desesperados por poder vender su producción, porque como dijimos, cunado sobra un kilo, no hay a quien vender.
 Cuando el primer industrial, con el afán de ganar mercado compra ese excedente de yerba a un precio bajo y lo traslada al precio de venta, se desata una  guerra de precios que derrumba toda la actividad, por eso es tan necesario un control de precios que garantice un ingreso mínimo a los productores y le de racionalidad al mercados.
Un precio, que cubra los costos y fije un margen de ganancia  fijado por ley, es la única alternativa que tienen los productores para vender su hoja verde a un precio justo y los industriales honestos de estar protegidos  de  aquellos molineros que lo único que quieren es liberar los precios para cubrir su ineficiencias, ya que durante años, en el mejor de los casos,  invirtieron las ganancias que le daba la yerba en cualquier otra actividad. Ver sus balances es una prueba más que suficiente.
Estamos convencidos que cualquier plan económico busca en definitiva el bienestar de la sociedad, de los que producen con su esfuerzo cotidiano luchando contra el frio, el calor o la lluvia y que cuando llega a fin de mes no cobran ni un sueldo ni un subsidio, lo único que quieren es vender el fruto de su esfuerzo a un precio justo.

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¿Qué pasaría si mañana se libera el mercado de la yerba mate?

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La pertinaz insistencia del presidente Mauricio Macri en avanzar en la desregulación del mercado de la yerba mate, obligó a todos en el sector a hacerse la pregunta ¿qué pasaría mañana si hay mercado y precios libres? Las respuestas, claro, están teñidas por sus propias realidades o por cuestiones políticas. Pero hay coincidencias en el diagnóstico: productores e industriales, más algunos funcionarios del Gobierno provincial, coinciden en que en lo inmediato el precio puede mantenerse estable o incluso aumentar, porque este año puede haber un faltante de yerba mate, ya que se cosecharían unos 720 millones de kilos de hoja verde, insuficientes para reponer el stock.
Si el pronóstico se extiende un poco más en el tiempo, ya nadie tiene tantas certezas. Algunos advierten que se irá hacia una nueva concentración económica y a una “migración” hacia la miseria de pequeños productores por la venta de chacras que perderán su valor.
Los representantes de la industria sostienen que si mañana Macri decretara la desregulación, la yerba subiría de precio por faltante de materia prima. Pero admiten que “hay que trabajar mucho” para que no haya consecuencias sociales de mediano plazo. “Se debe proteger al pequeño productor que es el corazón de la actividad, cada uno de nosotros primero fue un productor. Pero primero hay que definir hoy qué es un pequeño productor. Porque si no, estamos defendiendo precios que terminan premiando la ineficiencia”, sostienen en el sector industrial.
Pero insisten en que una libre competencia favorecerá al sector. “Los radicales fracasaron con la idea de que el Estado podía manejar el mercado. (La última vez que fue Gobierno, en 1986, Ricardo Barrios Arrechea impulsó la estatización de toda la cadena para promover un mayor consumo y acudir en socorro de pequeños molineros que no podían competir en el mercado por falta de capacidad empresaria y financiación. Con la Ñande Yerba el Estado se había convertido en comprador, contratista, adjudicador, publicitario y vendedor de yerba mate). En los últimos años poco se hizo por proteger a los más pequeños”, recordó un representante industrial.
En el sector hacen hincapié en que toda la cadena está en problemas y por eso cuestionan a los representantes de Cambiemos por haber llevado a la reunión con el Presidente al representante de una cooperativa correntina y al titular del INYM, que pintaron una realidad positiva que no es la de todo el sector. El sector industrial apunta especialmente a Playadito, por el modelo de negocios y la competencia con Misiones, donde es distinta la política impositiva. La marca correntina es la que más crece en el mercado, junto a Molinos, asociada a Ramón Puerta
Por eso, consideran, hay que premiar la “eficiencia”, ya que los costos están fijados de acuerdo a parámetros perimidos. “Hoy  casi nadie cosecha menos de 7.500 kilos por hectárea y un secadero chico procesa 3.500 kilos por hora y los costos se definen en función del que solo cosecha 4.500 kilos”, explican.
Los que cosechan por debajo de esos valores deberían ser protegidos, pero con planes de diversificación que incluyan, por ejemplo, la plantación de madera o producción silvopastoril. Nada que no se haya intentado.
Otros actores defienden la grilla de costos estimada en base a 4.500 kilos, ya que si hay una producción de 720 millones de kilos en 166 mil hectáreas, da una producción de 4.337 kilos por hectárea. La trampa es que muchos no cosechan su yerba, sino que la compran más barata.
En el Gobierno provincial ratificaron su postura en contra a la desregulación y sostienen que solo favorecerá la concentración y mayores beneficios para quienes tienen toda la cadena integrada.
La posición política es idéntica entre productores, Gobierno y la UATRE. En la mesa de competitividad que sesionó en Buenos Aires, el representante de los trabajadores rurales le dijo al ministro de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere: “Ni lo sueñe. Los tareferos pasamos los peores momentos de la historia con la desregulación”. Etchevehere, quien tenía a la firma el decreto en diciembre pasado, captó la indirecta. En las últimas horas se comunicó con el Gobierno provincial para calmar las aguas, a sabiendas de que el rumbo ya fue marcado por el Presidente, como admitió el secretario de Agricultura Familiar de la Nación, Santiago Hardie.  
En la industria, en cambio, avalan la desregulación, pero no sin antes diseñar una red de contención que proteja al pequeño productor –diferenciar entre quienes tienen cinco hectáreas con quien tiene cien- y tareferos. Y advierten que no solo el pequeño productor está hoy en dificultades, sino varios eslabones más de la cadena.
Curiosamente, en Cambiemos Misiones hay posiciones encontradas en cuanto al camino a seguir e incluso Alberto Re, presidente del INYM, se pronunció en contra de la desregulación. El radicalismo anticipó su rechazo y en el PRO no quieren saber nada con una pronunciación pública que pueda afectar el camino hacia 2019. Saben que la medida será resistida por los productores que tienen frescas en la mente las consecuencias de la desregulación yerbatera decretada el 31 de octubre de 1991, días antes de que asuma la Gobernación Ramón Puerta –hoy embajador de Cambiemos-.
El menemismo de entonces estaba decidido a romper las cadenas del Estado que podían restringir la competencia mediante el control de plantaciones y fijar cupos de producción, para “contribuir” de esta manera al aumento de la competitividad del sector. El texto de aquel decreto de Carlos Saúl Menem no puede ser más idéntico con los argumentos del Presidente actual a favor de la desregulación. “Ningún mercado funciona regulado”, sorprendió Macri durante la cumbre de Iguazú.
Después de la firma del decreto de desregulación y tras unos meses de bonanza, con precios relativamente estables, la crisis yerbatera estalló con la caída de precios y una enorme concentración económica.
La liberalización de la producción permitía plantar cuantas hectáreas de yerba se quisiera. Se eleva a partir de entonces tanto la superficie implantada como el volumen de la producción total y a partir de 1996 caen abruptamente los precios de la materia prima: el kilogramo de hoja verde que en 1990 se pagaba a un promedio de 0,19 centavos, se paga todavía en 1995 a 0,17 pero experimenta a partir de este punto una caída libre hasta los 0,06 centavos de 1999. En cambio, según un trabajo del doctor en Ciencias Sociales Víctor Rau, durante el mismo período, la evolución de precios de la yerba mate elaborada para el consumo registra un saldo positivo, con el consecuente incremento en los márgenes de ganancia de las industrias molineras y las empresas comercializadoras.
Hugo Sand recuerda que a fines de 1998 ya había productores en la quiebra y dispuestos a dar la lucha. Dos años después se sumó él, quien sería uno de los protagonistas del primer tractorazo que “sitió” la capital misionera desde el 12 de junio de 2001 y por 17 días. La protesta se repitió con mucho más potencia y por 53 días desde el 29 de mayo de 2002, meses después de haberse aprobado la ley de creación del Instituto Nacional de la Yerba Mate que, desde entonces ha tenido menos éxitos que fracasos en la resolución de los problemas yerbateros.
Sand tiene la barba más blanca que entonces, pero el mismo dejo de desazón que lo convirtió en líder de la protesta: “Lo que va a pasar es una enorme migración desde las chacras a las villas miserias de la ciudad porque habrá más pobreza y las chacras se van a malvender. Vamos a volver a 2001”, dice de un tirón cuando se le pregunta sobre la temida desregulación.
“Si sucede, lo veo muy mal. Los grandes ganadores serán Las Marías y un grupo de grandes terratenientes. Esto va en contra de las economías regionales”, explica.
Sand traza un paralelismo entre la actualidad y la germinación de aquel tractorazo fundacional. “Empezamos a pelear por los bajos precios, cobrábamos en vales de comida, en vales de combustible. Íbamos a Brasil a canjear los vales por comida. Yo comencé en 2000, pero antes estaban Pico Zadorozne, Pedro Angeloni. La crisis se inició cuando se liquidó la Crym (Comisión Reguladora de la Yerba Mate) y explotó con los bajos precios. Cobrábamos menos de cuatro centavos y pedíamos 17 y nos dieron 13,5 por kilo de hoja verde”, rememora.
Sand no cree que la desregulación provoque una suba de precios como aseguran los especialistas técnicos. “No falta yerba y ni siquiera pagan el precio oficial. Lo hacen figurar, pero no se cumple”, se lamenta.
Mucho más joven, pero líder agrario actual, Cristian Klingbeil sostiene que la industria siempre tira la pelota afuera. “Con el té dicen que son los de afuera los que marcan el precio. Con la yerba, que son los supermercados e hipermercados. El problema es que teniendo un precio de referencia, te pagan por debajo porque las cadenas tiran para abajo. Pero si no existe precio mínimo, la yerba en góndola va a estar 30 pesos porque los supermercados dicen que debe valer eso y de ahí para abajo, desparramar lo que sobra. Insistimos en que debe haber un tercer precio, que es a salida de molino no que nos saquen los dos precios que tenemos. Va a ser complicado si se desregula, porque no queremos repetir lo vivido en los 90, cuando destruyeron el mercado. Ya pasamos por eso, dejar la yerba en planta porque cosechar era más caro. No queremos repetir la historia”, indicó el joven productor de 33 años.  
Por su parte, Julio Peterson, presidente de la Asociación Civil de Productores Yerbateros de la zona Norte, afirmó que la desregulación del mercado yerbatero provocará una guerra campal entre pobres. “Va a afectar al productor, el sector más vulnerable de la cadena, no va a haber forma de sostener esa realidad. Hay 50 mil familias que viven del sector. No es la economía de la Pampa húmeda, las primeras que se van a fundir van a ser las cooperativas, y por ende nos van a arrastrar a nosotros. Va a traer más pobreza”.
Peterson reflexionó que el Inym “tiene sus errores, pero por lo menos garantiza un precio que cubre los costos. Si así estamos fijando precios imagínense como vamos a estar si se desregula el mercado”.
Insistió en que una medida de esas características “traerá miseria, pobreza. Esto es inaceptable, no podemos dejar que en gobierno central del presidente Macri tome una decisión así”.
La movilización parece estar a la vuelta de la esquina. Este miércoles habrá una reunión en Posadas con todas las asociaciones para analizar el escenario. Paradójicamente, Sand insiste en que la herramienta que hay que defender es el INYM.
Los socios menores de Cambiemos también se expresaron en contra de la desregulación. El radicalismo, antes de que el Presidente anunciara públicamente su deseo, sostuvo en un documento que quienes insisten con la idea “son los mismos de siempre, que con la crisis y a pérdida de la mayoría de los productores hicieron pingües negocios en un mercado desregulado”. El documento lleva la firma de Raúl Solmoirago, la actual diputada provincial Anita Minder, el ex diputado provincial Germán Bordón, el presidente de la Convención Provincial, Lic. Ruben ‘Pili’ Bravo, y Angel Darío Grespani, miembro de la mesa del Comité Central Provincial de la UCR.
El ex diputado de Vanguardia Radical, Hugo Escalada también está en contra de la desregulación, pero tiene otros argumentos. “El escenario no cambiaría mucho porque los molinos pagan hoy lo que quieren y como quieren. Pese a que existe la ley NO se cumple y si no se cumple es cómo que esté liberado el negocio. Primero hay que modificar la ley del INYM o derogarla y necesitan mayoría. Fue una trampa para los productores, pero tienen que entender que hay que cooperativizar a los pequeños como lo es Playadito. No hay otra solución. El Estado si quiere proteger al pequeño debe ayudarlo a asociarse y apoyarlo técnica y financieramente. No entienden que tienen que asociarse para sobrevivir a los elefantes”, opinó.

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