El verdadero costo de vida

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Escriben Lawrence H. Summers, Marijn A. Bolhuis y Judd Cramer / F&D – El drástico aumento del costo de endeudamiento, especialmente para la compra de una vivienda, ha creado una desconexión entre los datos sobre inflación y la confianza de los consumidores

Los estadounidenses empiezan, por fin, a mostrarse más optimistas con la economía. La confianza de los consumidores, según el índice de confianza del consumidor de la Universidad de Míchigan, alcanzó en marzo el nivel más alto en casi tres años. La confianza ha bajado desde entonces, pero la mayoría de los consumidores parece pensar que su suerte está mejorando.  

Ya era hora. Desde la pandemia, los estadounidenses han vivido abatidos por el estado de la economía. A mediados de 2022, mientras la inflación alcanzaba el nivel más alto en 40 años, la confianza de los consumidores se hundía hasta el nivel más bajo jamás registrado; y durante gran parte de 2023, continuó estando en niveles persistentemente bajos a pesar de que una serie de indicadores daban indicios del comienzo de una amplia recuperación económica, así como de un mayor crecimiento, el aumento del empleo y la reducción de la inflación.

Los economistas han quedado perplejos ante esta aparente paradoja: sus predicciones sobre cómo respondería la gente a las noticias económicas positivas no encajaban con el pesimismo generalizado de los consumidores. Algunos argumentaron que este pesimismo se debía al hecho de que se necesita tiempo para que la gente pueda sentir los beneficios de la desaceleración de la inflación, otros lo atribuyeron a percepciones negativas o una mala sensación, mientras que otros hicieron referencia a los elevados precios de los bienes que más valoran los consumidores, como la gasolina y los alimentos. Los investigadores han agrupado estas teorías y otras en la hipótesis del “efecto del dolor reflejo”, que sugiere que las preocupaciones no económicas podrían estar afectando la confianza en la economía.

No descartamos ninguno de estos argumentos. Sin embargo, en un reciente estudio publicado junto a Karl Oskar Schulz, de la Universidad de Harvard, sostenemos que esta explicación pasa por alto un mecanismo crucial que los economistas y las autoridades apreciaban más en el pasado: el aumento del costo del dinero.

Para los consumidores, el costo del dinero es parte del costo de vida, por lo que, cuando las tasas de interés alcanzaron los niveles más elevados de los últimos 20 años en el segundo semestre de 2023, los consumidores sintieron la presión financiera. En Estados Unidos, los precios de la vivienda siguen siendo un 50% más altos desde el inicio de la pandemia y las tasas hipotecarias prácticamente se han duplicado. Los intereses de una hipoteca nueva a 30 años para una casa promedio han subido casi tres veces desde finales de 2019. Los pagos de préstamos para la compra de un automóvil nuevo casi se han duplicado. Como resultado, los pagos de intereses de los hogares subieron un 30% en 2023, el aumento de tasa más rápido registrado (gráfico 1).

Sin embargo, el índice de precios al consumidor (IPC) no recoge directamente ninguno de estos aumentos. Pero eso no ha sido siempre así. Cuando Arthur Okun presentó su “índice de miseria” en la década de 1970, que combinaba inflación y desempleo, la Oficina de Estadísticas Laborales incluyó en el IPC las tasas hipotecarias y las de financiamiento para la compra de vehículos. Este organismo eliminó estos dos componentes en 1983 y 1998, respectivamente. El índice de miseria actual, por tanto, no tiene en cuenta componentes esenciales del gasto de los consumidores.

Con buenas razones, la Oficina de Estadística eliminó de su índice las tasas hipotecarias y de financiamiento para la compra de vehículos, y no creemos que deba restablecerlas. Sin embargo, creemos que estos datos que la medición actual no incluye permiten comprender la situación del consumidor estadounidense. Una vez abordado este cambio, será posible poner a prueba las demás hipótesis.

Dinero perdido

Presentamos nuestro argumento en tres pasos. En primer lugar, mostramos que la variación del índice de la Universidad de Míchigan sobre la confianza de los consumidores, que no puede explicarse mediante la inflación y el desempleo, ha estado siempre estrechamente relacionada con el aumento del costo de endeudamiento de los consumidores. 

Es posible agrupar los datos subyacentes de la encuesta, por un lado, en preocupaciones por los ingresos y, por el otro, en preocupaciones relacionadas con el costo de vida. La preocupación por los ingresos, que alcanzó un mínimo comparable al nivel previo a la pandemia en 2023, era coherente con un contexto de bajo nivel de desempleo y no explica la anomalía del consumo.

La preocupación por el costo de vida, que tiende a estar estrechamente relacionada con la inflación oficial, alcanzó su punto álgido durante el ciclo inflacionario de principios de las décadas de 1980 y 1990, finales de la década de 2010 y en el reciente período posterior a la COVID. Sin embargo, durante este ciclo ha aumentado la proporción de las preocupaciones por el costo de vida que no pueden explicarse por las variaciones de la inflación oficial. Esta proporción sin explicación está estrechamente relacionada tanto con el crecimiento real de los gastos por intereses hipotecarios como con la disposición de los bancos a conceder créditos de consumo. Los resultados sugieren que la exclusión del costo del dinero de las medidas oficiales explica en gran medida la diferencia entre el nivel de preocupación de los consumidores y las tasas de inflación oficiales.

El costo de endeudamiento

Además, mostramos que otras preguntas de la encuesta presentan datos claros de que la preocupación de los consumidores por el costo de endeudamiento alcanzó máximos históricos en 2023, superados únicamente durante el mandato de Paul Volcker como presidente de la Reserva Federal, entre 1979 y 1987. Elaboramos un índice que resume las variaciones de las respuestas a las preguntas sobre el costo de endeudamiento para bienes duraderos, vehículos y viviendas. 

La preocupación de los consumidores por las tasas de interés ha registrado dos picos claros. El primero se produjo durante la era Volcker, cuando la tasa de los fondos federales y las tasas hipotecarias se dispararon por encima del 15%. La preocupación se redujo drásticamente después de que la Reserva Federal flexibilizara su política en 1982. El segundo pico de preocupación se produjo en 2023. A medida que las tasas de interés empiecen a bajar, este indicador debería mejorar.

Por último, presentamos medidas alternativas del costo de vida que incorporan explícitamente el costo del dinero. La metodología actual de la Oficina de Estadísticas Laborales se basa únicamente en el mercado de alquiler para explicar los cambios en el valor locativo (Bolhuis, Cramer y Summers, 2022). Antes de 1983, el IPC incluía una medida del costo de la propiedad de la vivienda que reflejaba las tasas hipotecarias y los precios de la vivienda. Del mismo modo, las estadísticas oficiales no recogen el costo de los créditos para la compra de vehículos ni el pago de los intereses de otros créditos personales, por ejemplo, de deudas de tarjetas de crédito, lo que refleja con mayor exactitud los costos reales asumidos por los consumidores.

Una vez establecidos estos puntos, presentamos medidas alternativas del IPC que reflejan el pago de los intereses hipotecarios, el pago de los intereses de créditos personales para la compra de vehículos y otros gastos de consumo no relacionados con la vivienda, así como el costo de los arrendamientos con opción de compra para vehículos. Nuestra principal medida alternativa de la inflación reconstruye la medida del IPC anterior a 1983 y la amplía agregando el costo de la propiedad de la vivienda y el pago de los intereses de créditos personales. Estas medidas alternativas muestran un pico mucho más alto y una inflación elevada constante a lo largo de 2023 (gráfico 2).

Nuestra metodología alternativa para calcular la inflación del IPC ayuda en gran medida a comprender la continua falta de confianza de los consumidores en un contexto de escaso desempleo y caída de la inflación oficial. A lo largo de 2023, la brecha de confianza de los consumidores —tras tener en cuenta el desempleo, la inflación oficial del IPC y el crecimiento del mercado bursátil estadounidense— se situó en niveles récord. Si se tiene en cuenta el costo de la propiedad de viviendas y el pago de los intereses de créditos personales, esta brecha se reduce en más de dos tercios en 2023.

Desde la publicación de nuestro estudio, algunos académicos han sugerido que los factores que más afectan a la confianza de los consumidores son el precio de la gasolina y de los alimentos, y no el costo de endeudamiento. Sin embargo, observamos que la brecha se mantiene prácticamente intacta, incluso después de tener en cuenta los cambios en el precio de la gasolina y de los alimentos.

Una explicación tangible

El desfase entre las mediciones de los economistas del bienestar económico y lo que los consumidores decían realmente sentir desconcertó a muchos investigadores. A mediados de 2023, los analistas económicos hablaron de un pesimismo generalizado, de “malas vibraciones”, y acuñaron el término vibracesión para referirse a este fenómeno: una recesión que no se siente en el aumento del costo de la vida ni en el desempleo, sino en la percepción o el sentimiento de los ciudadanos. ¿Acaso la escasa confianza de los consumidores —que debería haber sido abrumadoramente positiva dado el fuerte crecimiento del PIB, el descenso de los precios y la continua creación de empleo en 2023— presagiaba una recesión? ¿Volvería todo a la normalidad si los precios de la gasolina y los alimentos descendieran a niveles más normales? 

Presentamos una explicación más tangible del distanciamiento entre la confianza de los consumidores y los fundamentos económicos: en la percepción de los consumidores sobre su propio bienestar económico se incluye el costo del dinero. Los economistas y las medidas oficiales pasan por alto este componente esencial.

Según nuestro estudio, la divergencia de confianza observada en 2023 no se produjo únicamente en Estados Unidos o en este ciclo. Los consumidores de todo el mundo digirieron los datos económicos de forma coherente con la confianza registrada por los consumidores durante períodos anteriores de inflación alta y tasas de interés al alza. Los datos de los países confirman que a los consumidores de todo el mundo les preocupa el costo del dinero: por norma general, los países en los que el costo de endeudamiento registró el mayor aumento fueron aquellos en los que la confianza de los consumidores fue inferior a los datos económicos. Hallamos pocos indicios de que Estados Unidos —a pesar del aumento del partidismo, la desconfianza social y los numerosos informes sobre el “efecto del dolor reflejo”— presentara diferencias significativas con respecto a otras democracias occidentales.

Desde la publicación de nuestro estudio, se reconoce cada vez más que el costo de la vivienda es una de las principales preocupaciones de los consumidores de los países ricos (Romei y Fleming, 2024). Unas tasas de interés más bajas no son la panacea para el anquilosado mercado de la vivienda estadounidense y de otros países, pero podrían contribuir a fomentar la confianza de los consumidores si se construyen más viviendas y se mejora el acceso de la población a opciones asequibles de financiamiento. Si la oferta de vivienda sigue estancada y el descenso de las tasas de interés no hace sino inflar los precios, los consumidores podrían acabar mostrándose aún más pesimistas de lo que sugiere el índice de miseria.

LAWRENCE SUMMERS es profesor de la cátedra Charles W. Eliot de la Universidad de Harvard y ex secretario del Tesoro de Estados Unidos.

MARIJN A. BOLHUIS es economista en el Departamento de Estudios del Fondo Monetario Internacional (FMI).

JUDD CRAMER es profesor de Economía en la Universidad de Harvard.

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Desafíos y reformas: el FMI respalda a Ecuador con un nuevo desembolso multimillonario

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El FMI aprueba desembolso de USD 500 millones para Ecuador y elogia avances en su plan de reformas

El Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) completó la primera revisión del acuerdo de 48 meses bajo el Servicio Ampliado del Fondo (SAF) para Ecuador. Esto habilita un desembolso inmediato de 375,9 millones de Derechos Especiales de Giro (DEG), equivalentes a aproximadamente USD 500 millones. Además, se concluyó la Consulta del Artículo IV para 2024, marcando otro paso clave en la colaboración entre el FMI y el gobierno ecuatoriano.

El programa, aprobado en mayo de 2024, tiene un acceso total de USD 4.000 millones y busca afianzar la sostenibilidad fiscal, proteger a los grupos vulnerables, reconstruir reservas y promover reformas estructurales para un crecimiento inclusivo y sostenible.

Pese a los desafíos económicos derivados de una sequía histórica y una crisis de seguridad, Ecuador cumplió con todas las metas del acuerdo SAF y avanzó significativamente en su agenda de reformas. Se proyecta que la economía ecuatoriana se contraiga un 0,4% en 2024, pero se recupere un 1,6% en 2025, con una inflación estable en torno al 2%.

Declaraciones del FMI

Gita Gopinath, Primera Subdirectora Gerente y Presidenta Interina del FMI, destacó los avances logrados por Ecuador:
“Las autoridades ecuatorianas han mostrado un compromiso firme con las reformas, incluso en un contexto de crisis energética y desafíos de seguridad. Las medidas adoptadas fortalecen la estabilidad macroeconómica y fiscal, al tiempo que protegen a los más vulnerables. La consolidación fiscal equilibrada y los esfuerzos en gobernanza y transparencia serán claves para garantizar el éxito del programa.”

Avances en política económica y social

El FMI resaltó el esfuerzo ecuatoriano en ampliar la cobertura del registro social y los programas de transferencias monetarias, beneficiando a los sectores más necesitados. Asimismo, elogió la estrategia para desvincular gradualmente la economía del petróleo, alinear precios domésticos con internacionales y reducir vulnerabilidades fiscales.

En el sector financiero, el FMI destacó la estabilidad general, aunque recomendó fortalecer los marcos regulatorios y monitorear de cerca las instituciones más débiles. También valoró los pasos hacia un desarrollo del mercado de capitales y una mejor coordinación entre supervisores financieros.

Reformas estructurales y desafíos futuros

El FMI instó a Ecuador a profundizar las reformas estructurales, incluyendo iniciativas para mejorar la transparencia, combatir la criminalidad, fomentar la inversión privada y promover la participación laboral de mujeres y jóvenes. Además, subrayó la importancia de adoptar medidas climáticas para reducir vulnerabilidades y diversificar la matriz energética.

Finalmente, advirtió sobre los riesgos persistentes asociados a los desafíos de seguridad, incertidumbres electorales y la alta prima de riesgo soberana. Recalcó que la implementación rigurosa del programa será crucial para consolidar la recuperación económica y restablecer el acceso a los mercados internacionales.

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El FMI evitó ponerle plazos a un nuevo acuerdo con la Argentina y siguen las negociaciones

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La vocera del FMI confirmó que las autoridades locales expresaron de manera formal interés en cerrar un nuevo entendimiento. Sobre las dos revisiones pendientes, dijo que no es raro que los países dejen sin hacer algunas auditorías mientras negocian otro programa.

El FMI confirmó que el Gobierno expresó de manera formal su intención de avanzar con un nuevo programa. La novedad llega después de las declaraciones del ministro Luis Caputo, que anticipó que busca cerrar un acuerdo durante el primer cuatrimestre de 2025.

“Las autoridades han expresado formalmente interés en ir hacia un nuevo programa y las negociaciones se están desarrollando. En ese contexto, quiero clarificar que el actual acuerdo de facilidades extendidas termina a fines de este año”, indicó la vocera del FMI, Julie Kozack.

Y sumó: “No es poco común que las autoridades dejen que un programa existente termine sin completar todas las revisiones mientras consideran pasar a un nuevo programa de apoyo del FMI. Daremos detalles sobre el proceso cuando sea pertinente”.

La última revisión que el FMI hizo a la Argentina como parte del programa actual fue en junio. Sin embargo, quedan dos auditorías pendientes: la novena, sobre los números de junio; y la décima, sobre las cuentas públicas de septiembre. Si se aprobaran, llegarían unos US$1000 millones a la Argentina.

Con respecto a los avances del programa económico que puso en marcha Javier Milei, la funcionaria del FMI remarcó: “En el último año, desde que llegó al gobierno la actual administración, las autoridades argentinas han implementado su programa económico de estabilización y lograron resultados impresionantes”.

En la misma línea, destacó: “Una sustantiva reducción de la inflación, superávit fiscal y mejora en las reservas internacionales. La recuperación en la actividad y en los salarios reales se ve ahora firmemente, con la actividad en números positivos para el tercer trimestre de este año”

“Nuestro equipo sigue comprometido constructivamente con las autoridades argentinas para seguir construyendo sobre los resultados ya conseguidos y para ocuparse de los desafíos pendientes”, afirmó Kozack en su habitual conferencia de prensa.

El año que viene será el segundo en el que el gobierno de Milei administre el Estado sin una ley de Presupuesto, ya que no se lograron los consensos en el Congreso para tratar el proyecto del oficialismo. Al respecto, la funcionaria del FMI prefirió no comentar sobre las negociaciones parlamentarias, pero subrayó que las autoridades argentinas siguen implementando el programa fiscal con determinación y efectividad. “Los datos recientes, a noviembre, sugieren que el superávit primario equivale al 2% del PBI”, cerró.

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El Gobierno acelera la negociación con el FMI: reservas, dólar y el futuro del cepo cambiario

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A un año de asumir, el Gobierno de Javier Milei intensifica las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en busca de consolidar las reservas y definir los próximos pasos del plan económico. Este proceso resulta clave para determinar si el cepo cambiario será desmantelado de forma inmediata o mediante un esquema gradual, dependiendo de una eventual inyección de divisas al Banco Central, que sigue operando con reservas netas negativas.

Reencauzar las metas con el FMI

El primer año de la gestión libertaria se caracterizó por la necesidad de reestructurar el acuerdo vigente con el FMI, originalmente pactado en 2022. Durante el gobierno de Alberto Fernández, el programa Extended Fund Facility (EFF) sufrió importantes desvíos en sus metas de acumulación de reservas y reducción del déficit fiscal, quedando lejos de los objetivos planteados.

Tras el triunfo en el balotaje, el equipo económico liderado por Luis Caputo redefinió las metas con el organismo, endureciendo los requisitos fiscales y priorizando el superávit primario como un objetivo estratégico. Además, el Banco Central eliminó la emisión monetaria para financiar al Tesoro, una medida que buscó fortalecer la credibilidad del plan económico.

Tensiones en la relación con el FMI

A pesar del respaldo general al programa, el FMI expresó su preocupación por el enfoque del ajuste fiscal, señalando que el recorte recaía principalmente en el gasto jubilatorio. Este punto generó tensiones entre la Casa Rosada y Rodrigo Valdés, entonces encargado de supervisar el acuerdo con Argentina. Las críticas públicas de Milei a Valdés derivaron en su reemplazo como negociador, aunque el economista chileno permaneció en su cargo dentro del organismo.

El programa actual finalizará este año, luego de dos años y medio en los que el FMI transfirió los fondos necesarios para cubrir los vencimientos del Stand-By Agreement de 2018. Sin embargo, entre 2026 y 2032, el país deberá devolver USD 45.000 millones, lo que convierte las renegociaciones en un elemento clave para la sostenibilidad financiera.

Mirando hacia adelante

El equipo económico busca ahora cerrar un nuevo acuerdo con el FMI. Una delegación encabezada por el viceministro José Luis Daza, el secretario de Finanzas Pablo Quirno y el vicepresidente del Banco Central Vladimir Werning viajó recientemente a Washington para avanzar en las discusiones.

En paralelo, el Gobierno confía en que el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca podría facilitar un mayor respaldo de Estados Unidos, que ostenta un 16% de poder de veto en el directorio del FMI. Según Alejandro Werner, exdirector del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, una administración republicana podría acelerar el acuerdo y ofrecer condiciones más flexibles para Argentina.

En cuanto al programa actual, dos revisiones cruciales están pendientes:

  • La novena revisión, que analiza las metas de junio, en particular la acumulación de reservas y el superávit fiscal, cuyos objetivos el Gobierno considera alcanzados.
  • La décima revisión, correspondiente a septiembre, donde las reservas netas habrían quedado USD 2.000 millones por debajo de lo esperado.

Una estrategia en evaluación es unificar ambas revisiones, consolidar los resultados y obtener la aprobación del último desembolso pendiente del programa EFF, que asciende a más de USD 1.000 millones.

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Cómo hacerlo mejor

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Es para mí un privilegio dirigirme a ustedes en nombre del talentoso y dedicado personal del FMI, y hacerlo junto a Ajay Banga, quien ha sido un gran asociado desde que asumió el cargo. Ajay, no puedo dejar de recalcar lo mucho que admiro su liderazgo al frente del Banco Mundial y valoro nuestra asociación, tanto la de nosotros dos como la de nuestras instituciones.

Permítanme comenzar con una buena noticia: la inflación está en retirada. Desde el 5,7% registrado en el cuarto trimestre del año pasado, en Perspectivas de la economía mundial la inflación mundial se reduce al 5,3% en el trimestre actual y al 3,5% en el cuarto trimestre de 2025, con una disminución más rápida en las economías avanzadas. Las políticas monetarias restrictivas han funcionado sin quebrar la espalda de la economía mundial. Gran sensación de alivio.

Pero aún no es momento de celebrar, entre otras cosas porque, aunque la inflación esté bajando, el nuevo y más alto nivel de precios ha llegado para quedarse. Las familias están sufriendo.

Y, de cara al futuro, el mundo se enfrenta ahora a una trayectoria de bajo crecimiento y alta deuda:

  • Proyectamos que el PIB mundial crecerá a una tasa promedio anémica de 3.2 por ciento anual durante los próximos cinco años, solo observe cómo nuestros pronósticos se han revisado a la baja a lo largo de los años.

Al mismo tiempo, pronosticamos que la deuda pública mundial seguirá aumentando, con el riesgo de que pueda superar nuestra proyección de referencia hasta en un 20% del PIB mundial en un escenario negativo grave pero plausible. Cien billones de dólares en deuda pública en todo el mundo. El aumento de los pagos de intereses se está comiendo una porción cada vez mayor de los ingresos fiscales, especialmente en los países de bajos ingresos y de mercados emergentes. Todo esto a medida que las presiones de gasto se acumulan.

Las prioridades de gasto incluyen desembolsos relacionados con el clima y la demografía y, en los países de mercados emergentes y de bajos ingresos, la inversión para cerrar las brechas de desarrollo. Para 2030, según los estudios del FMI, estas presiones al gasto agregarán alrededor del 7% del PIB al gasto anual en las economías avanzadas, el 9% del PIB en los mercados emergentes y el 14% en los países en desarrollo de bajo ingreso.

Para empeorar las cosas, el mundo se está fracturando y el comercio ya no es el poderoso motor de crecimiento que solía ser. El retroceso de la integración económica mundial, impulsado tanto por las preocupaciones de seguridad nacional como por la ira de quienes salieron perdiendo, es visible en una proliferación de medidas de política industrial, barreras comerciales y proteccionismo.

Hay mucho trabajo por hacer.

Mi mensaje a nuestros miembros es el siguiente: en primer lugar, hay que cambiar hacia la reconstrucción de los márgenes de maniobra fiscales; en segundo lugar, invertir en reformas que fomenten el crecimiento; y tercero, trabajar juntos para hacer frente a los desafíos mundiales.

Con la flexibilización de la política monetaria, la consolidación fiscal debería comenzar ahora. La credibilidad requiere una comunicación persuasiva con el público. Los planes fiscales plurianuales deben establecer trayectorias de consolidación adaptadas a las situaciones específicas de cada país.

Esto no es fácil. Los gobiernos se enfrentan a un dilema —más exactamente, un “trilema”— de grandes necesidades de gasto, líneas políticas rojas sobre los impuestos y la necesidad de reconstruir los márgenes.

La movilización de ingresos internos será fundamental para que muchos países alcancen la cuadratura de este círculo. Deben protegerse las inversiones que fomentan el crecimiento, en particular en materia de clima y tecnología. Y la consolidación debe diseñarse de manera que no se produzca a expensas de la protección social y los empleos.

El FMI puede ayudar. Tomemos, por ejemplo, el caso de Jamaica, donde el gobierno obtuvo el apoyo público para un paquete cuidadosamente diseñado de reformas de ingresos y gastos que protegieron la inversión pública y el gasto social, pero aun así lograron reducir la deuda casi a la mitad entre 2012 y 2022. Más de 20 países han logrado aumentar sus ingresos fiscales en más del 5% del PIB en las últimas tres décadas. Hay muchos buenos ejemplos.

Paralelamente a la consolidación fiscal, los países deben poner en marcha reformas ambiciosas para elevar su potencial de crecimiento. Un mayor crecimiento no solo ayuda a crear empleos bien remunerados, sino que también alivia el trilema fiscal al generar mayores ingresos fiscales.

Estas reformas abarcan medidas del mercado laboral, como la mejora de las competencias y la adecuación de los puestos de trabajo, medidas del mercado de productos para reducir la burocracia y movilizar el ahorro, y medidas específicas para fomentar la innovación y aumentar la productividad. En las economías avanzadas, el capital de riesgo y la integración del mercado de capitales son prioridades clave; En otros lugares, la atención debe incluir medidas para mejorar la gobernanza y las instituciones.

El progreso real es posible. Un nuevo estudio del FMI muestra que la mejor manera de desarrollar las reformas es a través de un diálogo bidireccional con el público, con medidas para mitigar el impacto en quienes corren el riesgo de salir perdiendo.

Pero las políticas internas no serán suficientes. Para hacer frente a los desafíos globales de hoy, necesitamos, más que nunca, la cooperación y la acción multilateral. El FMI y el Banco Mundial tienen un papel fundamental que desempeñar en este sentido.

Tomemos el tema de la deuda. En los países al borde de las dificultades fiscales, se necesitan medidas proactivas para restablecer la sostenibilidad de la deuda. El FMI ha dado prioridad a abordar las vulnerabilidades de la deuda y mejorar la resolución de la deuda, con esfuerzos que ahora están dando sus frutos. El Marco Común ya ha logrado logros históricos para Ghana y Etiopía, incluso si se necesitan más esfuerzos para aumentar la previsibilidad y acelerar los plazos en el tratamiento de la deuda.

Los avances se han visto respaldados por una mayor cooperación entre las partes interesadas en la Mesa Redonda Mundial sobre la Deuda Soberana, que ha ayudado a crear consenso sobre cuestiones técnicas.

En el entorno geopolítico actual, de alta temperatura, no podemos dar por sentada la cooperación. Es por eso que todo lo que hacemos en el Fondo tiene como objetivo ofrecer valor a nuestros miembros, adaptado a sus necesidades.

Nuestra supervisión bilateral proporciona diagnósticos y asesoramiento oportunos para ayudar a los países a implementar políticas sólidas. Durante la pandemia, fue fundamental para ayudar a los países a elaborar rápidamente respuestas de política coordinadas, a pesar de la gran incertidumbre.

Las consultas periódicas que celebramos con los países miembros se centran en el apoyo al desarrollo institucional en Estados frágiles y afectados por conflictos, pasando por la gestión de los flujos de capital en las economías de mercados emergentes y el asesoramiento sobre los detalles de la política de tasas de interés en las economías avanzadas. Y hemos profundizado nuestro análisis de los desafíos de política macroeconómica que plantean las transformaciones verde y digital.

A continuación, nuestra supervisión multilateral lo reúne todo para extraer lecciones intersectoriales para todos. Una vez más, el objetivo es garantizar que los problemas se identifiquen y aborden a tiempo. Esto es precisamente lo que hacemos en nuestros informes emblemáticos: Perspectivas de la economía mundial, el Informe sobre la estabilidad financiera mundial y el Monitor Fiscal.

Todo esto se complementa con nuestro trabajo de desarrollo de capacidades. Sólo en los últimos cinco años hemos llevado a cabo miles de misiones de asistencia técnica, transfiriendo conocimientos y creando un profundo pozo de buena voluntad en el proceso.

En resumen, somos la línea de transmisión esencial del mundo para el intercambio de experiencias de los países entre nuestros miembros.

Y luego está el papel singular del FMI como prestamista en el centro de la red mundial de seguridad financiera.

Somos los primeros en responder en tiempos de problemas. Los países saben que estamos aquí para atraparlos si caen, especialmente los más pobres y vulnerables.

Hemos intensificado nuestros préstamos para respaldar las reformas y ayudar a los países vulnerables a abordar las necesidades de la balanza de pagos y aumentar la resiliencia frente a múltiples shocks.

Barbados y Benín, Cabo Verde y Costa Rica, Moldavia y Marruecos, Surinam y Sri Lanka, por nombrar sólo algunos, la lista de éxitos recientes del programa del FMI es larga.

En los años transcurridos desde el inicio de la pandemia, hemos batido récords tanto en nuestro volumen total de préstamos como en el número de países asistidos, y el saldo de crédito concesional pendiente de nuestro Fondo Fiduciario para el Crecimiento y la Lucha contra la Pobreza se ha triplicado hasta alcanzar los 28.000 millones de dólares. Y, en los menos de tres años transcurridos desde su lanzamiento, 20 países han recibido préstamos a largo plazo de nuestro Fondo Fiduciario para la Resiliencia y la Sostenibilidad, que apoyan políticas destinadas a impulsar la resiliencia al cambio climático.

En el Fondo, actualmente estamos exhibiendo una obra de arte que captura nuestros volúmenes de préstamos a lo largo de las décadas de una manera bellamente visual: los resultados son realmente notables, ¡venga y compruébelo usted mismo!

El aumento del 50 por ciento de la cuota que acordamos el año pasado en Marrakech consolida nuestra capacidad de préstamo. Construiremos sobre estos cimientos continuando con el perfeccionamiento de nuestro conjunto de herramientas. El fortalecimiento de la función crediticia del FMI y de los servicios de crédito precautorios fortalece la red mundial de seguridad financiera. Todos los países se beneficiarán, porque menos inestabilidad significa que todo el mundo está mejor, y porque la agregación de recursos es eficiente.

El apoyo del FMI es esencial para los países con una capacidad limitada para acumular reservas internacionales, y doblemente dado que cinco países poseen más de la mitad de las reservas totales del mundo, mientras que muchos países siguen relativamente desprotegidos.

En el FMI acabamos de tener un gran ejemplo de cooperación en vísperas de estas Reuniones Anuales. Como reflejo de años de sólidos ingresos netos, nuestra Junta Ejecutiva acordó un conjunto de medidas que, en primer lugar, salvaguardarán la solidez financiera que sustenta nuestro apoyo a nuestros miembros; segundo, reducir los cargos y recargos de nuestros préstamos regulares en un promedio del 36 por ciento; y, en tercer lugar, lograr un paquete integral de reformas y financiamiento que duplique con creces nuestra capacidad de préstamos en condiciones favorables y sitúe nuestro apoyo a los países de bajo ingreso en una base firme para los años venideros.

Más allá del fondo de estas importantes reformas, permítaseme destacar que logramos obtener un apoyo unánime. Ni un solo país miembro se opuso.

Esto no “sucedió de la noche a la mañana”, sino que tuvimos que trabajar muy duro para lograrlo, y lo repetimos muchas veces con nuestros miembros para obtener un resultado que al final funcionara para todos.

Esta es una lección para los próximos años. No importa cuán difícil pueda ser la geopolítica, podemos trabajar para preservar el espíritu de cooperación concreta y viable. Los países no se unen por idealismo o caridad, sino por interés propio ilustrado.

Para hacer bien nuestro trabajo, debemos esforzarnos por la inclusión. Con este espíritu, les pido a todos que se unan a mí para dar una calurosa bienvenida al Primer Ministro Daniel Risch y a su equipo, que están aquí para representar a nuestro miembro más reciente, el 191º: el Principado de Liechtenstein.

Tampoco debemos dejar de luchar por una representación justa del mundo en el que vivimos. Se está trabajando con nuestra Junta Directiva y los países miembros para elaborar, a más tardar en junio, posibles enfoques que sirvan de guía para reflejar mejor el peso de los países miembros en la economía mundial, incluso mediante una nueva fórmula de cuotas.

Del mismo modo, la voz importa. Estoy encantado de que el 1 de noviembre nuestra Junta Directiva dé la bienvenida a un tercer Director para África Subsahariana, lo que garantiza una mayor voz para esta región.

Por último, pero no menos importante, la cooperación no se produce en el vacío. En el FMI, contamos con la fortaleza institucional y con nuestro excelente personal para llevar a cabo la labor de apoyo a nuestros países miembros. ¡Por favor, únanse a mí en una ronda de aplausos para ellos!

Permítanme terminar con una anécdota.

Este año, siendo el 80 aniversario de la histórica conferencia de Bretton Woods, Ajay y yo decidimos ir a nuestro lugar de nacimiento. Llevamos a un grupo de destacados pensadores con nosotros durante dos días de reflexión. Fuimos a inspirarnos en nuestros fundadores: hombres que, incluso en los días más oscuros de la guerra total, fueron capaces de dar forma a un nuevo mundo. Y lo entendimos: si Keynes y White podían hacer brillar una luz en un túnel tan oscuro, entonces, claramente, nuestra misión es llevar su antorcha.

Los cielos de Bretton Woods estuvieron mayormente oscuros y sombríos durante esos dos días del mes pasado. Pero entonces, de repente, el sol se abrió paso y la Madre Naturaleza nos regaló un hermoso arco iris doble. Frente al follaje ondulante del Monte Washington en el otoño, fue simplemente espectacular. No hay otra forma de decirlo.

Para nosotros, eso fue un gran augurio, y un recordatorio de que el sol siempre está ahí, son solo las nubes las que van y vienen. Nuestros fundadores nos han dejado un legado para ver a través de tiempos más oscuros. Y así lo haremos, porque sabemos que se puede hacer.

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