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La presentación de la oferta de la educación disruptiva sirvió como escenario para la formalización del sendero por el que transitará la política de Misiones. Hay un menú para el año, un manual para el mediano plazo y proyecciones para atender la demanda de futuras generaciones. Todo en una conferencia de poco más de dos horas encabezada por el gobernador Oscar Herrera Ahuad y el presidente de la Legislatura, Carlos Rovira. “Apurar el tranco”, comenzó el conductor político de la Renovación, en lo que pudo leerse como una reprimenda a los ministros y funcionarios, pero también como un llamado de atención para estar a la altura de las demandas dinámicas de tiempo en el que la inestabilidad reina, por una pandemia, una guerra, movimientos políticos o crisis económicas. Fue un llamado de atención a la necesidad de una simbiosis entre áreas, organismos y políticas que no pueden navegar en compartimientos estancos.

Las definiciones de ambos sirven marcan territorio, ponen a Misiones en el centro y se desmarcan de una grieta que se agranda en detrimento de toda la Argentina.

Rovira sorprendió al anunciar que este año se trabajará en una ley para la eliminación del glifosato en las chacras misioneras y reveló que ya se cuenta con un sustituto natural para iniciar la transición a una producción más amigable con la biodiversidad. No es una ley cualquiera, sino un mojón que va en línea con otras políticas de protección de la naturaleza y busca pensar a la chacra para un nuevo tiempo en el mundo. Cada vez más se promueve el consumo de lo orgánico y se cancelan compras si afectan al medioambiente e implican deforestación. La vuelta a lo natural

Esa transformación demandará recursos y nuevas prácticas, pero sirve como guía y no es una decisión aislada: ya rige una ley que prohíbe el uso del glifosato en ámbitos urbanos, aunque hay voces críticas sobre su cumplimiento. En la chacra hay sectores más preparados que otros, pero una creciente conciencia en que hay que cambiar el chip. Ya hay unas dos mil hectáreas de yerba mate con producción orgánica y en 2004, a través de un trabajo con las empresas tabacaleras y el Instituto Nacional de  y Tecnología Agropecuaria (INTA), Misiones fue la primera provincia que erradicó el uso del bromuro de metilo en la producción de tabaco y de hortalizas a campo.

Es necesario advertir el contraste. En diciembre de 2018, el gobierno de Cambiemos firmó un acuerdo con la corporación Maizar para “ampliar la frontera” y plantar en Misiones 250 mil hectáreas de maíz transgénico. Nunca hubo siquiera un estudio de impacto ambiental, pero para esa extensión, hubieran sido necesarios 2,5 millones de litros. La firmeza de la Provincia y la resistencia de los propios productores lograron frenar la idea y a sus impulsores

Así como la eliminación del glifosato cambiará la chacra en el mediano plazo, Rovira también puso sobre la mesa una transformación energética, que permita a la provincia generar energía renovable. Ya hay varias ofertas privadas a través de biomasa forestal. La Provincia quiere aprovechar también la energía solar y en tres años conseguir la misma energía que hoy genera la represa de Urugua-í, unos cien megas o más. El proyecto forma parte de una planificación del ministerio de Energía, presentada en 2019 y lentamente se va poniendo en práctica. La primera planta, en el barrio Itaembé Guazú de Posadas, cuenta con medio mega. La segunda, con cinco. Hay ocho en carpeta con distintas potencias. 

Pero además de la energía propia, Herrera Ahuad reveló que comenzó las negociaciones con Fernando De Vido, el nuevo director de Yacyretá, para que Misiones pueda contar con una segunda línea de 500 kv que ingrese desde Corrientes. Hoy se cuenta con una y durante lo más duro de los incendios en la vecina provincia, Misiones se quedó sin energía porque el fuego afectó una de las torres. Con una segunda línea, habrá mayor estabilidad en el sistema eléctrico provincial, al que en paralelo se le extienden las redes internas. “Es una solución pensando a cien años”, sintetizó el ministro de Energía, Paolo Quintana. 

Esa es una de las demandas principales en la carpeta que se negocia constantemente con la Nación. Las otras son obras varias -se espera llegar a los cien mil millones de pesos que estaban incluidos en el presupuesto rechazado por Cambiemos-, la creación de una zona aduanera especial (“No claudicamos y no dejamos de insistir en negociar en los niveles políticos que corresponde”, remarcó el Gobernador). En cuanto a la cuestión fiscal, se esperan novedades en el corto plazo. “Tarde o temprano va a salir. Yo estoy convencido, si no es en este gobierno, quizá, en el gobierno que venga”, enfatizó Rovira.

Las demandas de Misiones tienen un peso relativo importante en el tablero nacional. El presidente Alberto Fernández se recuesta mucho más en los gobernadores que en el propio espacio y Misiones demostró, nuevamente, responsabilidad institucional en la discusión más importante de la Argentina: cómo salir de la urgencia del Fondo Monetario Internacional. Pero además, a diferencia de otros gobiernos, Misiones no pide auxilio, sino equilibrar viejas desigualdades. En el camino, hizo las tareas necesarias para no depender del buen humor del ocupante de turno en la Casa Rosada. 

La política de desendeudamiento iniciada en Misiones hace casi 20 años es un ejemplo de la austeridad financiera que contrasta con el fiasco del ex presidente Mauricio Macri, que trajo nuevamente al FMI a la Argentina, ahora como acreedor de una deuda récord en el mundo: 57 mil millones de dólares. 

Misiones generó su propia política fiscal para financiar políticas de desarrollo que le sacan varias cabezas de ventaja a las provincias vecinas, incluso algunas que eran “grandes” hace no demasiado tiempo. Hoy Misiones es la principal exportadora de la región NEA, por encima de Chaco y Corrientes y, fundamentalmente, la principal exportadora de la región en manufacturas de origen industrial y agropecuario, mientras que otras se hacen fuerte en materia prima. En lo vinculado a las Manufacturas de Origen Agropecuario, Misiones es líder absoluto de la región con USD 255 millones exportados, cifra que es mayor a la suma de las otras provincias del NEA (USD 163 sumados Chaco, Corrientes y Formosa). En Manufacturas de Origen Industrial, Misiones es también el  líder absoluto de la región, con USD 163 millones exportados, concentrando  el 77,9% del total de las ventas al exterior de la región del NEA.  En el ranking de provincias exportadoras de MOA, Misiones tiene el octavo  mayor volumen en dólares de exportación del país, y es segunda en el  Norte Grande, solo detrás de Tucumán. Además, en el ranking nacional de exportación de MOI, Misiones se posiciona 11º a nivel nacional y 3º en el Norte Grande (detrás de  Tucumán y Salta). 

Es también la provincia de la región con mayor empleo privado y una de las principales generadoras de impuestos nacionales, pese a que recibe mucho menos que las provincias cercanas. Según revela nuestro columnista Alejandro Pegoraro, Misiones fue la provincia que más recursos generó en concepto de IVA, concentrando el 18% del total regional (por $12.600,4 millones). Además, en el ranking de todas las provincias del país (excluyendo CABA), se ubica como la séptima de mayor recaudación por IVA. En lo que refiere al impuesto a las Ganancias, Misiones fue la segunda provincia de mayor recaudación en el Norte Grande (15% del total, por $ 13.931 millones), solo por debajo de Tucumán ($16.571 millones). Pero, en la medición per cápita de este impuesto, Misiones queda primera en la región ($10.926 por persona). En el ranking de provincias, Misiones es la 11º provincia de mayor recaudación. 

Misiones es la que más genera por IVA en todo el Norte Grande: aporta el 18%. Pero si se analiza cuánto recibe solo por coparticipación federal, la brecha es abismal: percibe el 9% del total regional. Agrupando IVA e impuesto a las Ganancias, Misiones muestra el mayor aporte por persona en 2021; pero en la distribución de coparticipación, recibió la menor asignación ajustada por población. 

Eso también forma parte de las negociaciones con la Nación. Pero no desde una posición de dádiva, sino entre pares. Hoy el Presidente necesita más que nunca el respaldo de los gobernadores y el misionero no dudó en ir en garantizar los votos del bloque misionerista en pos de la previsibilidad -que se busca con urgencia en la Argentina-. Herrera Ahuad estuvo en Buenos Aires junto a otros gobernadores y después advirtió que no acordar con el FMI implicaba un riesgo de default que echaría por tierra inversiones ya pactadas con la Nación y encarecería el crédito al sector privado. Malo para todos. 

En el Congreso sucedió lo mismo. Ante la rebeldía kirchnerista, el jefe del bloque oficialista, Germán Martínez, se apoyó en otros actores para conseguir los votos. Se lo vio consultando permanentemente con el misionero Diego Sartori. El presidente del bloque Provincias Unidas, que integra la Renovación, Luis Di Giacomo, puso en claro cuál es la posición de quienes tienen responsabilidad de gestión, alejados de posiciones “ideológicamente ideales”: “No conozco Troskolavia o Liberlandia, espacios ideales en que aparentemente se podrían aplicar esas políticas que vienen a enseñarnos como si fueran maestros, a nosotros nos toca gobernar provincias reales, de un país real que tiene necesidades y problemáticas”, argumentó. 

Esa posición, a favor de cerrar el acuerdo con el FMI para conseguir un poco de estabilidad, contrastó con la exhibida por izquierda y derecha: zurdos, kirchneristas y libertarios votaron en contra con argumentos “ideales”, en contra del ajuste o por falta de “reformas estructurales”. En el caso de Misiones, los diputados del bloque misionerista, Diego Sartori y Carlos Fernández, votaron a favor. Lo mismo hicieron los de la alianza Juntos por el Cambio, Alfredo Schiavoni, Martín Arjol y Florencia Klipauka. En cambio, el bloque oficialista votó dividido: Héctor “Cacho” Bárbaro a favor y Cristina Britez en contra.

No era novedad que izquierda y derecha votaran igual. Pero en esta oportunidad se sumó el kirchnerismo, con el respaldo de la misma Cristina Fernández, quien estuvo reunida con su hijo Máximo hasta bien entrada la sesión. 

La presidenta del Senado, con sutileza, cuestionó el “plan económico del Fondo Monetario” que se debatía en el Congreso y que ahora tendrá tratamiento en el Senado. Una forma poco ambigua de decir que no respalda las negociaciones del ministro de Economía, Martín Guzmán y del propio presidente Alberto Fernández. 

El Frente de Todos, finalmente, fue el que menos votos aportó para aprobar el acuerdo, para no quedar en la historia como los que avalaron al FMI, pero en política, los costos que no se asumen, simplemente se trasladan a otros. Gobernar es asumir responsabilidades. Ese mundo ideal, en el que la ideología veta negociaciones, choca con el mundo real. Un default dejaría nuevamente al país como paria. Los perdedores serían otra vez los de abajo, los que quieren un poco de tranquilidad para vivir el día a día. La pureza ideológica oculta también verdades recientes: antes de la épica de pagarle toda la deuda, el propio Néstor Kirchner arregló con el FMI un programa que, como el actual, permitía ganar tiempo para acomodar el desastre. Era 2003. Memoria corta. La misma que la de Cambiemos, que ahora se ufana de aportar “responsabilidad”. La que no tuvieron cuando fueron gobierno.

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