El caracú de la política

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El mensaje no dejó lugar a ambigüedades. Trabajar en equipo y enfocarse en la contención social en momentos en que la crisis demanda mayor atención. El gobernador Hugo Passalacqua reunió a de gabinete en lo que fue una especie de tirón de orejas para algunos ministros y la ratificación de que no es tiempo de ahondar la grieta, sino de, desde la oposición, trabajar codo a codo con el Gobierno nacional, para superar el clima adverso.
El rumbo marcado en la reunión de gabinete del miércoles por la noche sirvió para limar algunas asperezas entre funcionarios y advertirles a todos que no es tiempo de la politiquería individual. El caracú, palabra elegida por Passalacqua, de la política, es brindarse a la sociedad. “La gente quiere vivir bien, decentemente, tener un trabajo. No sabe si la respuesta le va a venir del ministerio tal o cual. Ahí es donde radica una de las piedras angulares de la política, de quién es el sujeto de la política: es la gente”, expuso, tajante.
Después, ratificó las metas a cumplir durante el año. No son muchas, pero si fundamentales. Estar cerca de la sociedad es la premisa y ponerle fin a la grieta. Sin ambages, Passalacqua advirtió: “Al que no le gusta, ahí está la puerta. Esto es para guapos, hacerlo requiere un trabajo de orfebrería, de ir y poner la jeta, creer en lo que uno está haciendo. Acá se dijo varias veces nosotros nos gustará más o menos el Presidente, nosotros somos un espacio distinto, de otro color político, pero esa concepción de unicidad el pueblo lo tiene que ver también, y el pueblo lo ve, lo dicen las encuestas. La gente no se rasga las vestiduras ni por la Renovación ni por el PRO ni por nada, se rasga las vestiduras para poder comer al final del día y que el hijo vaya a estudiar,  por eso sí se rasga las vestiduras”, detalló Passalacqua, según confiaron varios asistentes.
El Gobernador valoró aquella decisión prematura de Carlos Rovira el 11 de diciembre de 2015, cuando anticipó que habría, desde Misiones, un total respaldo a la gobernabilidad de Mauricio Macri. “Gobernabilidad con gobernabilidad se paga. Nosotros vamos a ayudar a Nación para que pueda gobernar nuestro país y también pedimos que nos ayuden. Y más o menos se está cumpliendo”, explicó.
Los ministros pudieron aportar sus miradas sobre la gestión y las necesidades de cada cartera. Passalacqua cerró la noche y dejó un reto en el aire. “Una palabra que no escuché y que me gusta mucho: humildad. Saber que el lugar donde estamos nosotros no es nuestro. Eso es vital entenderlo porque la gente intuye, ve y observa con mucha claridad si la arrogancia aparece y aflora, si a alguno se le suben los humos a la cabeza, eso la gente inmediatamente lo percibe y ligamos todos por uno. Así que humildad”.
“Yo tuve que dejar todos los libros de los sueños de Hugo Passalacqua que tenía en mente y volver a agarrar con velocidad el nuevo libro de Hugo, mucho más cortito, de ocho reglones. Los sueños se achicaron, pero no las convicciones. Les pido ponerle más emoción y romanticismo a las cosas, respetar la política fiscal que es muy compleja, saber que estamos muy atados, no podemos gastar más de lo que ingresa y no podemos gastar más que la inflación. Y eso nos puso un corsé muy grande”, graficó Passalacqua.
Finalmente, resaltó que la Renovación tiene generosidad para atender al ser político central que “es la gente y dentro de la gente, los que menos tienen”. “La Renovación vino a transformar, no vinimos a hacer continuismo, simplemente hicimos una ruptura con el viejo paradigma anquilosado”.
Como epílogo, el Gobernador destacó que Misiones es una de las pocas provincias que puede exhibir sus cuentas en orden y avances concretos en materia económica sin haber recurrido al endeudamiento y habiendo alcanzado acuerdos salariales que son envidia de otras provincias.
El mensaje, casi una arenga, del Gobernador llega en un momento clave. Misiones es, por estas horas la única provincia que pudo acordar con los docentes y garantizar el inicio de las clases el próximo 7 de marzo. Ya anunció aumentos salariales para las otras áreas del Estado. No es tiempo de divisiones internas ni de patriadas personales.  
El acuerdo misionero con los docentes no se pudo replicar en las otras provincias y los gobernadores presionaron, sin suerte, a la Nación para flexibilizar los términos del pacto fiscal que le puso un techo a las negociaciones salariales. La desesperación del equipo económico nacional por encontrar algún mecanismo que permita contener la inflación, hace inamovibles las condiciones del acuerdo.
La insistencia de Passalacqua en sostener el acuerdo de gobernabilidad también es una señal clara que hoy cobra otra dimensión. La Nación requiere más que nunca de sectores aliados que le den aire para sortear la tormenta. Hasta el radicalismo, en su retiro espiritual en soledad, despotrica contra el rumbo, aunque no tiene intenciones de abandonar los cargos. La UCR sabe lo que endeble  que puede ser un gobierno si los socios rompen la alianza. No parece ser la intención.  
La falta de resultados se hace cada día más evidente y el miércoles, mismo día de la reunión de gabinete, al Gobierno de Cambiemos le surgió un nuevo rival de fuste. La movilización convocada por el camionero Hugo Moyano mostró un enorme despliegue de 200 mil almas unidas por el espanto ante el modelo. Ya no son el cristinismo en soledad ni sectores de la izquierda nostálgica, sino una amalgama difusa con un mismo rival. El camionero, zorro viejo, alguna vez aliado, demostró astucia y picardía. No quemó las naves ni apuró los tiempos: pero puso como objetivo, derrotar al Gobierno en 2019. Hoy no hay peronismo unido ni candidato visible. Pero la voluntad de unión parece crecer como reacción a la inflación y las políticas de ajuste.
Moyano se erige así en un rival duro. Si es detenido por las sospechas de corrupción, será una víctima. Si sigue en libertad, se colocó estratégicamente como un elector dentro de la oposición. La paradoja es que fue el propio Moyano el que ayudó a Macri a llegar al poder con las marchas en contra de Cristina en reclamo por Ganancias. Hoy la vuelta a las calles es por motivos mucho más acordes con la labor sindical: la defensa de los puestos de trabajo y aumentos salariales que emparden la suba de precios. Hubo un tiempo en que hasta Macri se peronizó con el camionero al lado en varios actos de campaña. La complicidad de entonces, se transformó en distante frialdad.  

Es que hasta ahora, Macri no ha podido cumplir sus principales metas. Recurre entonces a una estrategia que también supo utilizar el kirchnerismo. La guerra de guerrillas, permanentes focos de conflicto que ocupen la atención. La cacería de sindicalistas corruptos, con Moyano a la cabeza, parte de esa lógica. El camionero supo ser un aliado valioso. Hoy es el urgente enemigo a rendir. El debate por la despenalización del aborto llega, también, en momento oportuno. O un nuevo giro al escándalo por la denuncia del fiscal Alberto Nisman, que es exacerbado por el fuego amigo.   
Mientras tanto, la política económica sigue generando pingues beneficios para el sector financiero, como contracara de la extensa sequía que sufre el sector productivo.
El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne fue a buscar a inversores a España, a la que intentó seducir con la promesa de profundizar relaciones, pero pasó calores incómodos cuando lo apuraron en público. Un economista –argentino- de la universidad Complutense de Madrid le hizo una sencilla reflexión: “¿Cómo espera que vayan las inversiones a la Argentina si usted mantiene su patrimonio en offshore?”. El titubeo del ministro fue evidente y no pudo responder. Recurrió al manual de echarle la culpa de todo al kirchnerismo  y volvió a fracasar al confundir cifras de pobreza del Indec intervenido con las de la Universidad Católica Argentina, que releva también los indicadores sociales. No fue la única gaffe. “Tenemos muy pocas herramientas para derrotar a la inflación, pero una voluntad enorme”, confesó, voluntarioso, el ministro del Gobierno que había prometido en campaña, terminar con la inflación en un abrir y cerrar de ojos.
Dujovne dejó claro que la imaginación es escasa para probar otras recetas y ratificó que habrá un pico de deuda hasta 2020 para sostener la baja “progresiva del déficit”.
Si no hay cambios en la política económica nacional, Misiones debe estar preparada para esa transición. Por eso, la insistencia del Gobernador en trabajar en sintonía, sin perder la identidad. Por eso, la obstinación en que la política se debe hacer cerca de la gente, cada uno en su área.
La dinámica económica impone esa línea. Empresarios que apostaron por el cambio e hicieron campaña por el Gobierno nacional hoy se recuestan en la Provincia para lograr alguna ayuda que los saque del ahogo. Para peor, parece haber un empecinamiento en extender la brecha entre las economías del centro del país y de la “periferia”. Las demandas “técnicas” de algunos organismos no hacen más que favorecer a la economía pampeana y pone contra las cuerdas a algunos sectores de la economía local, como la incipiente ganadería y la industria de los frigoríficos.
Empresarios nucleados en la Confederación Económica de Misiones expusieron su desazón ante  la Coordinadora de Gestión de Políticas Productivas Provinciales del Ministerio de la Producción de Nación, Aixa Granara. La funcionaria se llevó una lista de reclamos apenas más extensa que su cargo.  Aspectos vinculados con la energía, comunicación, combustibles, beneficios impositivos para recuperar la competitividad en la región y en el país y el pedido de celeridad en la ejecución de políticas nacionales, fueron incorporados en la agenda que  remitirá la funcionaria a las áreas competentes a los fines de alcanzar mayor efectividad.
La continuidad del ITC diferenciado para Posadas es una medida que trae algo de agua al sediento. Pero en el fondo, subyace que el decreto presidencial, sin fecha tope, anticipa que las condiciones que generan las asimetrías, seguirán existiendo.
De cualquier modo, Misiones sigue siendo ejemplo a imitar en la ejecución de políticas públicas. En todos los ámbitos. El inicio de las clases marca un tópico, pero las otras carteras también tienen motivos para distinguirse. El ministro de Turismo, José María Arrúa, asumirá la presidencia del Ente del litoral de Turismo. “La idea es liderar a la región en más acciones conjuntas de promoción sobre todo en la Ferias internacionales con Misiones como eje”, celebró el ministro.
Vialidad Provincial también mostró un resultado que sobrecumplió las metas: del plan 500 cuadras de asfalto sobre empedrado, se terminaron 751, con 527 mil metros cuadrados de asfalto.

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