Entre la crisis y los imitadores que le aparecieron, cerró Código Cerveza, un emprendimiento misionero destacado a nivel regional

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“La situación es más que crítica, hay que revisar impuestos, bajar impuestos nacionales, provinciales y municipales y hay que hacerlo ya, sino va a ser muy difícil evitar los despidos y cierres”, dijo en marzo. “Este ahora es el peor momento en los últimos 10 años, es mucho peor que en 2016. Y el problema es que va ser cada vez peor”, insistió hace unas semanas Guillermo Poujade, dueño y fundador de Código Cerveza.

Hace unos días finalmente bajó sus persianas el emblemático comercio dedicado a la venta de cerveza importada que marcó un hito a nivel provincial y regional.

La noticia fue confirmada oficialmente hoy en las redes sociales, el local de Roque Pérez y Rivadavia seguirá abierto este mes sólo por la mañana ofreciendo su stock con descuentos del 50 por ciento. En tanto, las franquicias de Posadas, Santo Tomé y Resistencia, seguirán operando bajo la marca al menos hasta fin de año.

Fundada por el posadeño Guillermo Poujade en 2010, Código Cerveza marcó una novedad en la ciudad desde el arranque y a lo largo de casi 10 años de vida: modificó hábitos de consumo de esa bebida, generó una marca con franquicias en tres provincias y proyección regional y convirtió a su creador -que ya era un experto en marketing con una carrera destacada en multinacionales- en un conferencista habitual en muchos encuentros sobre emprendedurismo en todo el país.

Sin embargo, la crisis económica pudo más y la caída del consumo le pegó fuerte a Código Cerveza, un rubro suntuario, que padecen más que los de primera necesidad los recortes en el bolsillo.

El peso de los costos fijos, incluida la fuerte presión impositiva, terminó gatillando la decisión de Poujade de cerrar su negocio. Hace dos meses, Poujade le dijo a Economis: “Hay que hacer algo ya”, refiriéndose a la necesidad de aliviar la presión impositiva a nivel nacional y provincial.

El planteo de este emprendedor -que es un orgullo para Misiones- es bastante simple y parecido al de otros empresarios pyme. Un emprendedor arranca un negocio, deja “la vida” para hacerlo funcionar y crecer y apenas empieza a generar algo, viene el Estado y empieza a asfixiar con sus impuestos y regulaciones (a veces, el Estado ni siquiera espera a que el emprendimiento genere algo).

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Poujade le apuntó también a la mentalidad del consumidor local, que muchas veces no comprende que en la Argentina se cobra más por la presión impositiva y no porque el empresario “se llena de plata”.

“El empleado público cobra su sueldo que sale de los impuestos que pagamos los empresarios y se va a consumir a Paraguay. Acá van a quedar solamente empleados públicos si seguimos así”, dijo hoy en una entrevista radial, donde confirmó la noticia del cierre.

También, víctima de su propio éxito

A esos condimentos, hay que sumarles la fuerte competencia que le apareció a Código Cerveza, que impulsó e inspiró a una gran variedad de “imitadores” que abrieron locales similares pero con costos fijos mucho más bajos y se dedicaron a ofrecer algo parecido a mejor precio.

En Posadas se abrieron varios locales de despacho de cerveza importada, por un lado. Por otro lado, los drugstore y almacenes, incrementaron visiblemente su oferta de cerveza en latas (marca registrada de Código), así como también su variedad de marcas. Hoy es común entrar a cualquier almacén y encontrar una cerveza holandesa o alemana. Eso no existía antes de la llegada de Código Cerveza, que deja sin dudas un legado en la forma de entender el negocio de la venta de cerveza en la región.

Poujade no estuvo errado con su audaz visión allá por 2010: el misionero puede sofisticarse en el consumo de cerveza y probar más allá de Brahma, Quilmes o Budweiser. Hoy parece una obviedad, pero en aquella época no lo era tanto. Eso es lo que hacen emprendedores-transformadores de este tipo. Influyen para el cambio de hábitos a un nivel tal que, una vez que se modificaron esas costumbres, ya nadie se acuerda de cómo era la mentalidad anterior a su irrupción.

Historia exitosa

La historia de Código Cerveza arrancó en 2009, cuando Poujade renunció como gerente de marketing de IBM en Buenos Aires para venir a emprender a su ciudad natal. El experto en marketing no tenía en claro en qué negocio arrancar, pero tras una exploración de las oportunidades decidió meterse en el rubro de la cerveza importada.

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Código Cerveza llegó a ser la cerveteca con mayor variedad de marcas de esa bebida en toda Latinoamérica. También, fue pre-seleccionado por la editorial británica Phaindon para concursar como uno de los diez lugares emblemáticos del mundo relacionados a la cerveza.

De entrada el concepto de la marca fue “tomar poco pero con calidad”. En una ciudad acostumbrada a no salir de las 3 o 4 grandes marcas, la llegada de Código Cerveza fue bien recibida. Poco tiempo después, Poujade y un antiguo socio pusieron una sucursal en Iguazú, que no funcionó como esperaban. De ahí se inspiraron en parte las “Fuck up Nights”, un formato de charlas sobre emprendedurismo donde se repasan errores comerciales que muchas veces dejan grandes enseñanzas.

Desde el inicio, Poujade trabajó en crear un concepto más que un local de venta de cerveza. Una marca que pudiera ser franquiciada. Recién hace dos años abrieron las franquicias de Código Cerveza en Posadas, Santo Tomé y Resistencia.

Otra nota distintiva de Código Cerveza fue el cuidado estilo del local, donde se realizaron recitales con bandas de jazz y soul y hasta un novedoso recital silencioso (en el que cada espectador lleva auriculares). El lugar ayudó a fomentar también el concepto de after-office, desconocido en Misiones, pero que es furor en Buenos Aires desde finales de los 90. Se trata de salir a tomar una cerveza y compartir un buen momento inmediatamente después de la jornada laboral. Código Cerveza fue gran impulsor de San Patricio, la tradicional fiesta de origen irlandés que crece año a año en la ciudad.

También realizó innovadoras iniciativas en materia de reciclado de latas y tapitas de cerveza, sólo por citar algunos de sus aportes a la comunidad.

Sin embargo, hasta los emprendimientos más exitosos o novedosos muchas veces perecen. Así es el mundo comercial. A veces es por cambios de hábito en los consumidores o malas decisiones empresariales. Esta vez, el factor de mayor peso parece ser la persistente crisis económica y la caída del consumo. Y también, ¿por qué no?, los imitadores que aparecieron y se inspiraron en Código Cerveza.

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