La columna de Hartfield después de las nuevas medidas: Volvió la calma, pero no es suficiente
CALMA CALMA! Volvimos a convencer al FMI. No había dudas de que había que actuar. Si me pongo a recordar cómo estaba el viernes pasado cuando escribía mi nota anterior, no me hubiera imaginado nunca el alivio que estoy sintiendo en estos momentos. No quería exagerar un nerviosismo, pero estoy seguro de que si el tipo de cambio se hubiera espiralizado al alza, podía tranquilamente haber ocasionado una corrida hacia el dólar y también hacia los depósitos bancarios como tantas veces sucedió.
¿Qué fue lo que pasó? El pánico contra el peso argentino se estaba desmadrando y se avecinaba una nueva tormenta financiera como la vivida en septiembre pasado. Al fin, la administración actual aprendió de sus errores y esta vez actuó sin dudar y consiguió el apoyo del FMI en un nuevo cambio de estrategia.
El lunes pasado, unos minutitos antes de que abriera el mercado del dólar, el BCRA emitió un comunicado en el que avisaba que a partir de ahora, se podían usar reservas para intervenir movimientos disruptivos en el tipo de cambio -aun si este se encontrara dentro de la zona de no intervención delimitada anteriormente-. Lo mejor de esto, fue que minutos después el mismo Gerry Rice, vocero del FMI, tuiteó desde su cuenta el apoyo a la medida, para que el Mercado no creyera que se trataba de un acto de rebeldía.
My statement on the Central Bank of Argentina’s (BCRA) announcements today: pic.twitter.com/ntLJc2Bzvz
— Gerry Rice (@IMFSpokesperson) April 29, 2019
La medida fue tomada de muy buena manera: el BCRA no precisó vender dólares para que se calmaran las expectativas y volviera la oferta genuina, de modo que el tipo de cambio tuvo una semana con cierta volatilidad, pero cerró a la baja.
¿Es suficiente esto? NO, en absoluto. Fue una buena primera medida como para frenar el caos, pero sin dudas el Gobierno tiene que asumir todos sus errores y empezar a ceder espacios con otras fuerzas, evitando así el pánico de que el populismo (lo que más teme el mercado) vuelva a tomar las riendas del país. Ya tuvimos algo de éso esta semana, con los supuestos diez puntos que está negociando parte del Gobierno con sectores del peronismo menos duro (algo que, imagino, a Marcos Peña no le debe simpatizar mucho).
Hubo un fuerte rebote en las acciones y bonos. Entiendo que ustedes pueden pensar que éso influye poco en nuestra vida cotidiana, pero absolutamente todo termina golpeando a la sociedad si no se normaliza la totalidad de las variables macroeconómicas y financieras.
Veremos cómo sigue la historia. Seguramente seguiremos condenados a mucha volatilidad, pero la reacción del fin de semana pasado me empieza a dar algo de alivio mirando hacia el futuro.