Mejorar la estabilidad financiera para la resiliencia en tiempos de incertidumbre
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Escribe Tobías Adrián / FMI – Los riesgos han aumentado a medida que las condiciones financieras se endurecieron, con vulnerabilidades clave por delante
Los mercados de capitales son esenciales para impulsar la actividad económica, proporcionar mecanismos para recaudar fondos y asignar recursos de manera eficiente. Por lo tanto, la estabilidad de estos mercados y de las instituciones financieras que los intermedian es macrocrítica, especialmente cuando la volatilidad del mercado y la incertidumbre económica son altas, como lo son ahora.
En el último Informe sobre la estabilidad financiera mundial, evaluamos que los riesgos para la estabilidad financiera mundial han aumentado significativamente, impulsados por el endurecimiento de las condiciones financieras y el aumento de la incertidumbre comercial y geopolítica. Nuestra evaluación está respaldada por tres vulnerabilidades destacadas y prospectivas del sistema financiero:
- Los mercados de capitales se han concentrado cada vez más —por ejemplo, Estados Unidos representa casi el 55% del mercado mundial de renta variable, frente al 30% de hace dos décadas— y las valoraciones de algunos activos siguen siendo elevadas a pesar de las recientes ventas masivas. Las nuevas correcciones de los precios de los activos sugieren la necesidad de prestar mucha atención, dado el contexto económico altamente incierto.
- Las instituciones financieras no bancarias, o IFNB, se han vuelto más activas en la canalización de ahorros hacia inversiones desde 2008, y su nexo con los bancos ha seguido creciendo. Nuevas ventas masivas podrían tensar a algunas instituciones financieras, y el consiguiente desapalancamiento en el sector podría exacerbar las turbulencias del mercado.
- Los niveles de deuda soberana siguen aumentando, aparentemente superando el crecimiento de la infraestructura de mercado encargada de garantizar el buen funcionamiento del mercado. Los mercados de deuda pública subyacente pueden experimentar una elevada volatilidad, especialmente los de los países con altos niveles de deuda. Los mercados emergentes más riesgosos, que han visto aumentar sus diferenciales de bonos soberanos durante las recientes turbulencias del mercado, pueden tener más dificultades para refinanciar su deuda o financiar el gasto público adicional.
En todas estas áreas, los bancos juegan un papel fundamental. Se encuentran en el corazón del sistema financiero, no solo por su función crediticia básica, sino también por su papel clave en la facilitación del crecimiento de los mercados de capital. Los grandes bancos internacionales son importantes creadores de mercado de valores y derivados. También son importantes proveedores de apalancamiento para varios segmentos de instituciones financieras no bancarias, con la capacidad de prestar directamente contra carteras de activos, a través de líneas de crédito, o facilitar el apalancamiento indirectamente a través de repos y derivados.
Los bancos de importancia sistémica mundial, o G-SIB, y otros proveedores de apalancamiento, como las cámaras de compensación de derivados, utilizan diversas herramientas para protegerse contra el riesgo de quiebra de una determinada entidad IFNB, incluidos los requisitos de garantía y los acuerdos para reducir las exposiciones brutas. Sin embargo, no pueden controlar cuánto pide prestado un cliente en otro lugar. En consecuencia, el nexo entre los bancos y las instituciones financieras no bancarias ha aumentado en los últimos años: por ejemplo, en Estados Unidos, los préstamos de las instituciones financieras no bancarias han alcanzado el 120% del capital ordinario de nivel 1 de los bancos.
Aumento del nexo entre bancos y entidades no bancarias
Si bien la expansión de la intermediación financiera por parte de entidades no bancarias tiene un efecto positivo en la economía, el crecimiento excesivo basado en préstamos de los bancos tradicionales puede hacer que ambos tipos de prestamistas sean más susceptibles a posibles riesgos de contagio. Entre otros segmentos de las instituciones financieras no bancarias, en este Informe sobre la estabilidad financiera mundial se analiza cómo determinados fondos de cobertura, un tipo clave de instituciones financieras no bancarias, pueden ver cómo sus estrategias de negociación altamente apalancadas son contraproducentes en mercados volátiles. Esto podría conducir a un desapalancamiento en el que vendan activos en un mercado a la baja, lo que a su vez causaría pérdidas a los bancos que proporcionaron su apalancamiento.
Otro segmento de las instituciones financieras no bancarias que ha experimentado un crecimiento sustancial es el segmento de crédito privado, que suele conceder préstamos a prestatarios corporativos más pequeños. A medida que el crédito privado sigue creciendo, los bancos se han convertido en socios dispuestos a través de empresas conjuntas o proporcionando préstamos. Dado que se prevé una desaceleración del crecimiento mundial (véase Perspectivas de la economía mundial), la capacidad de reembolso de los prestatarios podría deteriorarse, lo que provocaría pérdidas tanto para los fondos de crédito privados como para los bancos asociados.
La deuda también está aumentando en un sector muy diferente: el gobierno. La deuda soberana representa ahora el 93% de la producción económica mundial, frente al 78% de hace una década, y los costos de financiación han aumentado tanto en términos nominales como reales. Dado que los bonos gubernamentales son instrumentos fundamentales en los mercados de capitales, las perturbaciones en este mercado podrían representar una amenaza para la estabilidad financiera.
La consolidación fiscal que impulse el crecimiento es clave para aliviar este riesgo, como indica el Monitor Fiscal. Otro aspecto crítico es garantizar que el mercado siga siendo líquido y funcione bien. En el caso de las economías avanzadas, esa resiliencia depende de que los gobiernos moderen los grandes montos de emisiones de bonos, por un lado, y de que garanticen que los agentes de bolsa bancarios y no bancarios tengan la capacidad de intermediarlos, por el otro. En los mercados emergentes, la credibilidad de los marcos de gestión de la deuda es esencial. Esto significa que será clave fortalecer la capacidad de las instituciones, tener objetivos y estrategias claras para emitir y reembolsar bonos, y calibrar cuidadosamente la composición monetaria de los bonos.
Recomendaciones de política
El hecho de que las entidades no bancarias aumenten el apalancamiento no necesariamente niega los beneficios que brindan a la economía si las barreras garantizan que puedan capear los shocks adversos. Para empezar, el aumento de los requisitos de presentación de informes debería ayudar a los supervisores a desarrollar una visión sistémica de sus actividades y discernir entre las que proporcionan una intermediación financiera útil y las que asumen un riesgo excesivo o están mal gobernadas. Es fundamental fortalecer las políticas que mitiguen las vulnerabilidades de apalancamiento e interconexión, sobre la base de las normas o recomendaciones mínimas del Consejo de Estabilidad Financiera y otros organismos de normalización.
Los bancos, como base del sistema, deben ser resilientes a los shocks adversos, incluidos los derivados de sus crecientes interconexiones con entidades no bancarias. La implementación completa, oportuna y coherente de Basilea III y otras normas regulatorias bancarias acordadas internacionalmente aseguraría la igualdad de condiciones en todas las jurisdicciones y garantizaría un capital y una liquidez amplios y adecuados. La exposición de los bancos a las instituciones financieras no bancarias debe gestionarse con prudencia.
Con el aumento de los niveles de deuda soberana, la resiliencia en el funcionamiento del mercado de bonos puede reforzarse mediante políticas que promuevan la compensación centralizada de bonos y la reducción de los riesgos de contraparte, al mismo tiempo que refuerzan aún más la resiliencia de la compensación central. También es importante garantizar que los principales intermediarios en los mercados de deuda pública sean sólidos y resilientes desde el punto de vista operativo.
En el caso de los mercados emergentes, unos marcos creíbles para satisfacer las necesidades de financiación del gobierno pueden fortalecer los mercados de bonos. Otros instrumentos útiles son las estrategias de gestión de la deuda a mediano plazo del FMI y el Banco Mundial para refinanciar la deuda y evaluar la composición de la moneda y el costo de financiamiento. Las economías emergentes también podrían considerar formas de desarrollar mercados internos para la deuda pública, ya que el aumento de la demanda de bonos por parte de los inversores nacionales a largo plazo ha ayudado a contener los costos de financiamiento y las presiones externas en los últimos años.
—Este texto se basa en el capítulo 1 del Informe sobre la estabilidad financiera mundial de abril de 2025, “Mejorar la resiliencia en medio de la incertidumbre del comercio mundial”.
Tobías Adrián Consejero Financiero y Director del Departamento de Mercados Monetarios y de Capital del FMI
