Con apoyo de empresas multinacionales productores de Misiones buscan rechazar la prohibición del glifosato
Así lo confirmó Matías Pamberger, presidente de la Sociedad Rural de Misiones, quien ante la consulta de Economis, ratificó que buscan anular el artículo 7 de la Ley de promoción de Bioinsumos. Este artículo da dos años para la erradicación del uso de glifosato en las chacras misioneras.
Así lo confirmó Matías Pamberger, presidente de la Sociedad Rural de Misiones, quien ante la consulta de Economis, ratificó que buscan anular el artículo 7 de la Ley de promoción de Bioinsumos. Este artículo da dos años para la erradicación del uso de glifosato en las chacras misioneras.
Pamberger recordó que tienen 30 días hábiles después de la publicación en el Boletín Oficial para hacer la presentación, que será por vía Judicial.
Explicó que “aún no se ha realizado la presentación en el Juzgado, pero estamos trabajando en ello entre todas las asociaciones, organizaciones y empresas. Es más, tenemos gente de Buenos Aires y Santa Fe que nos están ayudando, dos empresas multinacionales”.
El productor dejó en claro que buscan hacer una sola presentación judicial con el rechazo a este artículo de la norma, publicada en el Boletín Oficial el pasado 4 de julio. Ya en su momento, cuando debatían junto a las otras organizaciones rurales, dejaron en claro, que apoyan el incentivo a los bioinsumos, pero rechazan el artículo en particular por considerar, que los deja sin una herramienta vital, que consideran que el agente “fitosanitario” como ellos llaman al glifosato es un producto químico autorizado para uso en el país.
Cómo se había explicado en Economis anteriormente el pedido de declarar “inconstitucional” la ley por la prohibición del uso del agrotóxico, un argumento difícil de sostener, como explica el abogado especialista en temas ambientales, Leonardo Villafañe: “El principio precautorio, ante una eventual obra o actividad con posibles impactos negativos en el medio ambiente, permite que la decisión política que no da lugar a su realización, se base exclusivamente en indicios del posible daño sin necesidad de requerir la certeza científica absoluta”. Este principio, cuyos orígenes se remontan al primer tercio del siglo XX, fue consolidándose en los temas de directa relevancia para la salud humana como el efecto del uso de productos químicos.